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miércoles, 23 de agosto de 2023

EL SISTEMA ENERGETICO Y LOS CUERPOS NO MATERIALES DEL HOMBRE.

 El sistema energético.


La mayoría de las personas consideran el mundo de la materia y, por tanto, también el cuerpo físico como la única realidad, pues es el único que pueden percibir a través de los sentidos físicos y captar con el raciocinio. Sin embargo, al ojo clarividente que mira a una persona se le abre un sinfín de estructuras energéticas, movimientos energéticos, formas y colores, que se hacen visibles dentro y alrededor del cuerpo físico.


Si tú te encuentras entre esas personas que sólo pueden aceptar como realidad el cuerpo material, piensa en todo lo que sucede con la energía, con la fuerza vital que da vida a un cuerpo físico y que le proporciona sensaciones y capacidad de expresión, cuando ese cuerpo muere. Una ley física afirma que, en el universo, la energía no se destruye, sino que únicamente puede transformarse en otras formas de energía. La energía que actúa detrás de la manifestación material del cuerpo y sus funciones y capacidades está compuesta por un sistema energético complejo sin el cual no podría existir el cuerpo físico. Este sistema energético está formado por tres componentes fundamentales:


1) Los cuerpos no materiales o cuerpos energéticos.

2) Los chakras o centros energéticos.

3) Los nadis o canales energéticos.


En este sistema los nadis constituyen una especie de arterias intangibles. La palabra «nadi» procede del sánscrito y significa aproximadamente «tubo», «vaso» o «arteria». Su función consiste en conducir el «prana» o energía vital a través del sistema energético no material.


La palabra sánscrita «prana» puede traducirse por «energía absoluta». En el ámbito cultural chino y japonés esta fuerza vital universal se denomina «chi» o «ki». Representa la fuente original de todas las formas energéticas y se manifiesta en diferentes áreas existenciales mediante frecuencias distintas. Una de sus manifestaciones es la respiración, una de las formas por las que podemos absorber «prana» dentro de nosotros.


El plano de la consciencia de toda forma viva depende de las frecuencias del «prana» que puede absorber y almacenar. Así, por ejemplo, en los animales encontramos gamas de frecuencia más bajas que en el hombre, y en los hombres desarrollados hallamos frecuencias superiores a las que encontramos en personas que se encuentran al principio de su desarrollo.


A través de los chakras, los nadis de un cuerpo energético están unidos con los nadis del cuerpo energético vecino. Algunos textos indios y tibetanos antiguos mencionan el número de 72.000 nadis; otros escritos históricos hablan de 350.000 nadis. Los canales energéticos más importantes son: «sushumna», «ida» y «pingala», sobre los que profundizaremos en el capítulo siguiente. Los chinos y japoneses conocen un sistema similar de canales energéticos que denominan meridianos (del conocimiento de estos meridianos se desarrolló la acupuntura).


En el sistema energético del hombre los chakras sirven de estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras de las diferentes frecuencias del «prana». Absorben, directamente o a través de los nadis, las energías vitales de los cuerpos energéticos no materiales del hombre, de su entorno, del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de cualquier manifestación, la transforman en las frecuencias que necesitan las diferentes áreas del cuerpo físico o de los cuerpos inmateriales para su conservación y desarrollo, y la retransmiten a través de los canales energéticos. Además, irradian energías al entorno. Mediante este sistema energético, el hombre efectúa un intercambio con las fuerzas que actúan en los diferentes planos del ser en su entorno, en el universo y en la base de la creación.


Dado que los chakras mantienen una interrelación muy estrecha con los cuerpos energéticos, en este capítulo nos gustaría describir primeramente la apariencia externa y las funciones de estos cuerpos. En el capítulo siguiente se incluye una descripción general de los chakras, y en los siete capítulos dedicados a cada uno de los chakras se encuentra una exposición detallada de las funciones de cada uno de estos centros energéticos.


En general, se distinguen cuatro cuerpos energéticos: 

1) El cuerpo etérico.

2) El cuerpo emocional o astral.

3) El cuerpo mental.

4) El cuerpo espiritual o causal.


Esta ilustración muestra una representación histórica de una tablilla de chakras y nadis procedente del Tíbet. Junto a los siete chakras principales podemos reconocer un gran número de chakras secundarios, así como una red prácticamente inabarcable de finos canales energéticos, los nadis. Algunos textos que nos han sido transmitidos por la tradición mencionan 350.000 nadis, a través de los cuales fluyen las energías cósmicas. Éstos se aúnen en 14 nadis principales, que a su vez se corresponden con los chakras.


Cada uno de estos cuerpos no materiales posee su propia frecuencia de vibración fundamental. El cuerpo etérico, que es el más cercano al cuerpo físico, vibra con la frecuencia más baja. Los cuerpos astral y mental poseen a su vez frecuencias mayores, y en el cuerpo causal podemos encontrar representados los índices de vibración máximos.


Cada uno de estos cuerpos se asemeja a un baile de energías dentro de su propia gama de vibraciones, en el cual las frecuencias aumentan constantemente a lo largo del desarrollo y perfeccionamiento de una persona. Los cuerpos energéticos representan portadores de conciencia en determinados planos de vibración, y cuando su índice de vibración aumenta transmiten al hombre energías vitales, sensaciones y conocimientos superiores dentro de su ámbito de funciones específico.


Sin embargo, los diferentes cuerpos energéticos no están totalmente separados entre sí. Se interpenetran mutuamente mientras cada uno vibra dentro de su propia gama de frecuencias, de forma que incluso un clarividente sólo podrá distinguirlos ajustando su capacidad de clarividencia a la esfera correspondiente. Por ejemplo, para poder observar el cuerpo astral tendrá que dirigir su mirada clarividente a la esfera astral; si desea percibir el cuerpo mental, debe ajustarse a la esfera mental, etcétera.


1. El cuerpo etérico

El cuerpo etérico posee aproximadamente la misma extensión y forma que el cuerpo físico. Por ello también se encuentra la denominación de «doble etérico» o «cuerpo físico interior». Es el portador de las fuerzas modeladoras para el cuerpo físico, así como de la energía vital creadora y de todas las sensaciones físicas.


El cuerpo etérico se forma de nuevo en cada reencarnación del hombre, y vuelve a disolverse en el plazo de tres a cinco días después de su muerte física (el cuerpo astral, el cuerpo mental y el cuerpo causal continúan existiendo después de la muerte, y en cada nueva encarnación se unen otra vez al recién formado).


El cuerpo etérico atrae energías vitales del sol a través del chakra del plexo solar, y energías vitales de la tierra a través del chakra basal. Acumula estas energías y, a través de los chakras y los nadis, las conduce al cuerpo físico en flujos vitales ininterrumpidos. Las dos formas de energía se encargan de mantener un equilibrio vivo en las células corporales. Cuando el «hambre de energía» del organismo está saciado, la energía sobrante del cuerpo etérico se irradia hacia fuera a través de los chakras y de los poros. Sale a través de los poros en filamentos de energía rectos de aproximadamente 5 centímetros de longitud y constituye el aura etérica, que, por lo general, es la primera fracción del aura total percibida por las personas clarividentes. Estos rayos se disponen en torno al cuerpo físico formando como un manto protector. Impiden a los gérmenes patógenos y a los contaminantes penetrar en el cuerpo, y simultáneamente irradian un flujo constante de energía vital hacia el entorno.


Esta protección natural significa que, básicamente, una persona no puede enfermar debido a causas de origen externo. Las razones de una enfermedad radican siempre en ella misma. Los pensamientos y emociones negativos, y una forma de vida que no esté en consonancia con las necesidades naturales de cuerpo (sobreesfuerzo, alimentación insana, abuso de alcohol, nicotina y drogas), pueden consumir la energía vital etérica, por lo que la irradiación energética natural perderá intensidad y vigor. De esta forma surgen zonas débiles en el aura. Los filamentos energéticos mencionados aparecen doblados o se sobrecruzan en formas desordenadas. El clarividente puede reconocer «agujeros» o «grietas» en el aura, a través de los cuales pueden penetrar en el cuerpo las vibraciones negativas y que conlleva a que nos afecte las bacterias causantes de enfermedades. Además, la energía vital puede «escapar» de la zona no material a través de estas heridas.


Debido a esta estrecha relación existente entre el estado de cuerpo físico y la radiación energética del cuerpo etérico, a menudo se habla también de un aura de la salud. Antes de manifestarse en el cuerpo físico, las enfermedades se manifiestan en el aura etérica. Y pueden ser detectadas y tratadas en este plano. La denominada fotografía Kirlian consiguió hacer visible por primera vez esta radiación energética, propia de cada ser vivo*. Basándose en este invento, se han hecho diagnósticos muy precisos y se han detectado enfermedades incluso cuando aún se encontraban en fase latente.


El cuerpo etérico, y con él el cuerpo físico, reaccionan de forma particularmente intensa a los impulsos mentales que proceden del cuerpo mental. Aquí estriba la razón de los éxitos que el pensamiento positivo tiene sobre la salud. Nosotros podemos favorecer la salud de nuestro cuerpo utilizando prudentemente las sugestiones positivas.


Otra función importante del cuerpo etérico consiste en servir de intermediario entre los cuerpos energéticos superiores y el cuerpo físico. Transmite al cuerpo emocional y al cuerpo mental las informaciones que recogemos a través de los sentidos corporales, y simultáneamente transmite energías e informaciones desde los cuerpos superiores al cuerpo físico. Cuando el cuerpo etérico se encuentra debilitado, este flujo de información y energía se halla obstaculizado, y el hombre puede parecer indiferente tanto en el plano emocional como en el mental.


Para armonizar y recargar el cuerpo etérico son idóneas las diversas formas de terapia que se describen más adelante en este libro.


A este respecto es interesante señalar que las plantas, en particular las flores y los árboles, también poseen una radiación energética muy semejante al aura etérica del hombre. Puedes utilizar esta radiación para proporcionar nueva energía a tu propia aura. También se encuentra en los aceites esenciales, cuya aplicación exponemos en el capitulo correspondiente del presente libro. Pero también puedes ponerte en contacto directo Se trata de un método especial de fotografía de alta frecuencia desarrollado por el matrimonio de investigadores rusos Semion D. y Valentina K. Kirlian, de los cuales recibe su nombre con la energía de las plantas. Para ello, apoya tu espalda contra un árbol que te resulte simpático o abrázalo, descargando todo tu cuerpo contra él. Deja que la fuerza armonizadora y energética del árbol se transmita a tu interior. También puedes tumbarte en una pradera florida y repleta de aromas y dejar que las vibraciones de las delicadas flores te envuelvan y penetren. También las flores cortadas o las flores colocadas en un florero que tengas cerca de ti pueden transmitirte algo de su energía activadora y armonizadora. Las plantas reaccionan a tu amor (armonía) y en una especie de agradecimiento por este servicio aumentando aún mas su fuerza de irradiación, pues entre sus misiones en la naturaleza, figura la de ayudar de esta forma al hombre.


2. El cuerpo emocional o cuerpo astral

El cuerpo emocional, con frecuencia denominado también cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter; ocupa aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo físico. En una persona poco desarrollada, sus contornos están poco delimitados: el cuerpo emocional se presenta como una sustancia nebulosa que se mueve caótica y desordenadamente en todas las direcciones. Cuanto más desarrollada esté una persona en la definición de sus sentimientos, sus simpatías y las cualidades de su carácter, tanto más claro y transparente se manifestará su cuerpo emocional. El clarividente puede observar un contorno nítidamente marcado que se adapta perfectamente a la forma del cuerpo físico.


El aura del cuerpo emocional presenta una forma ovalada y puede extenderse a varios metros de distancia en torno a la persona. Toda emoción se irradiará en su aura correspondiente a través del cuerpo emocional. Este proceso se produce fundamentalmente a través de los chakras, y en menor medida a través de los poros. El aura emocional está inevitablemente en movimiento. Junto a las peculiaridades del carácter fundamentales y relativamente constantes que se reflejan como los colores esenciales permanentes del aura, cada sentimiento instantáneo, cada estimulo del ámbito de las emociones, se reflejará en el aura. Es un juego indescriptible de colores irisados que cambian constantemente con toda clase de matices. Por ejemplo, emociones como la angustia, la furia, la opresión y las preocupaciones generan en el aura figuras nebulosas oscuras. Cuanto más abre una persona su conciencia al amor, la entrega y la alegría, más claros y transparentes son los colores que irradia su aura emocional.


Ninguno de los otros cuerpos no materiales marca con tanta fuerza como el cuerpo emocional la visión del mundo y de la realidad del hombre medio. En el cuerpo emocional se hallan almacenadas, entre otras, todas nuestras emociones no liberadas, las angustias y agresiones conscientes e inconscientes, las sensaciones de soledad, rechazo y falta de autoconfianza, etc.: emiten sus vibraciones a través del aura emocional y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior. Y aquí es donde se realiza el principio de la atracción mutua. Las frecuencias energéticas que emitimos atraen vibraciones energéticas iguales del entorno y se unen con ellas. Esto significa que, con frecuencia, nos encontraremos con personas y circunstancias que precisamente reflejan aquello que nosotros queremos evitar o de lo que queremos librarnos conscientemente, o aquello que tememos. De esta forma, el entorno nos sirve como espejo para todos aquellos elementos que hemos relegado desde nuestra vida consciente a las áreas del inconsciente. Efectivamente, los sentimientos no liberados del cuerpo emocional aspiran a mantenerse con vida y a crecer dentro de lo posible. Así nos llevan una y otra vez a situaciones que se encargan de repetir las vibraciones emocionales originales, puesto que esas vibraciones son como su alimento.


La frecuencia de la angustia en una persona atrae situaciones en las que ve confirmada una y otra vez su angustia. Si esa persona encierra en si agresiones, siempre encontrará personas que exteriorizan las vibraciones de furia y agresión. Por ejemplo, si nos hemos propuesto no decir palabrotas en determinadas situaciones, pero sin haber liberado la agresión dentro de nosotros, puede suceder que alguien de nuestro alrededor comience inesperadamente a decir palabrotas.


El pensamiento consciente y los objetivos mentales del cuerpo mental tienen poca influencia sobre el cuerpo emocional, que sigue sus propias leyes. El cuerpo mental puede dirigir el comportamiento hacia el exterior, pero no suprimir las estructuras emocionales inconscientes.


Así, por ejemplo, una persona puede aspirar conscientemente al amor o el éxito, e inconscientemente irradiar frecuencias energéticas contradictorias de celos y falta de autoconfianza, que le impedirán alcanzar su objetivo consciente.


Las estructuras emocionales continúan existiendo a través de las diferentes encarnaciones siempre que no se liberen, puesto que el cuerpo emocional perdura después de la muerte física y se une en la reencarnación con el nuevo cuerpo físico. Las experiencias no liberadas almacenadas en el cuerpo emocional determinan en gran medida las circunstancias de la nueva vida.

Cuando hayamos comprendido realmente y de una vez por todas estas relaciones, debemos cesar obligatoriamente de vernos en el «papel de víctimas» y de atribuir la culpa de nuestras debilidades y miserias a otras personas o a las circunstancias. Eso significa en si mismo una gran liberación, puesto que entonces ya sabemos que tenemos gran parte de nuestro destino en nuestras propias manos, y podemos empezar a cambiar nuestra vida cambiándonos a nosotros mismos.


La mayor proporción de «nudos emocionales» del cuerpo emocional se encuentra localizada en la zona del chakra del plexo solar. Este chakra nos proporciona el acceso más directo a nuestras estructuras emocionales a través de la vivencia inmediata. Sin embargo, si queremos percibir y conocer estas estructuras mediante el entendimiento consciente, debemos traspasar los contenidos del chakra del plexo solar con la forma de manifestación suprema del cuerpo mental, la visión intuitiva, a la que tenemos acceso a través del chakra frontal. Pero ni siquiera esto significa una liberación real. Una disolución de las estructuras emocionales sólo puede producirse a través del cuerpo espiritual, que manifiesta la sabiduría, el amor y la bendición de nuestro yo superior, permitiendo al mismo tiempo conocer las relaciones interiores partiendo de la visión universal y holística de dicho yo. Este vínculo podemos establecerlo a través del chakra del corazón y del chakra coronal.


El yo superior no enjuicia, no divide las experiencias en «buenas» y «malas». Nos indica que tenemos que recorrer determinadas experiencias sólo para comprender qué sentimientos y acciones tienen como consecuencia una separación de la mente divina original, causando con ello sufrimiento, y para comprender y aprender a entender las leyes cósmicas del equilibrio natural. En los ámbitos de la vida en los que hoy nos consideramos «víctimas», en anteriores encarnaciones nosotros fuimos con gran frecuencia los «autores».

También en la terapia de los chakras tiene una importancia decisiva una actitud interior en la que afirmamos todas las experiencias y contenidos del cuerpo emocional y en la que contemplamos las imágenes y sensaciones que aparecen espontáneamente, sin rechazar o enjuiciar nada de ello, puesto que de esta forma nuestro yo superior puede asumir él «mando» e imbuir en todo nuestro ser las energías espirituales de nuestro cuerpo energético supremo.

Cuando las vibraciones de nuestro cuerpo espiritual se unen con el cuerpo emocional y lo penetran, éste comienza a vibrar más rápidamente y empieza a expulsar las energías negativas almacenadas, que tienen frecuencias menores. Con ello perdemos el recuerdo emocional de estas experiencias y podemos perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.


A medida que aumenta la disolución de las estructuras emocionales estancadas, el cuerpo emocional comienza a irradiar profundos sentimientos de amor y de alegría incondicional. El aura emocional luce con los colores más claros, intensos y transparentes, y los mensajes que emite al entorno atraen la felicidad y el amor. Una capacidad rayana en lo milagroso para atraer todo lo deseado es la consecuencia natural de un cuerpo emocional plenamente integrado que vibra con las frecuencias máximas que le son posibles.


3. El cuerpo mental

Nuestros pensamientos e ideas, y nuestros conocimientos racionales e intuitivos, son portados por el cuerpo mental. Su vibración es mayor que la del cuerpo etérico y la del cuerpo emocional, y su estructura es menos compacta. Es de forma ovalada, y en el desarrollo superior del hombre su volumen puede extenderse hasta ocupar aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo emocional y el aura emocional juntos. La irradiación áurica del cuerpo mental tiene un alcance de unos cuantos metros más.


En una persona poco desarrollada mentalmente, el cuerpo mental tiene la apariencia de una sustancia blanca lechosa. Los pocos colores existentes son apagados y sin brillo, y su estructura aparece relativamente opaca. Cuanto más vivos son los pensamientos y cuanto más profundos son los conocimientos intelectuales de una persona, tanto más claros e intenso son los colores que irradia su vehículo mental.


Al igual que el cuerpo emocional, el cuerpo mental también posee una octava mayor y una octava menor. Sus frecuencias menores se manifiestan en el pensamiento lineal del entendimiento racional, a través del cual buscan su acceso a la verdad la mayoría de las personas. Este tipo de actividad racional se basa en las percepciones del plano físico. Junto a esto, el cuerpo físico y sus sentidos recogen informaciones que transmiten al cuerpo emocional a través del cuerpo etérico; el cuerpo emocional transforma las informaciones en sentimientos y los retransmite después al cuerpo mental, que, a su vez, reacciona ante ellos con la formación de pensamientos verbales.

Con frecuencia, debido a la influencia del cuerpo emocional y de sus estructuras emocionales no liberadas, las informaciones se distorsionan y el pensamiento se tiñe. Surgen esquemas mentales recurrentes a través de los cuales enjuiciamos los acontecimientos de nuestro mundo. Esto significa que el entendimiento racional no es ni mucho menos imparcial y objetivo, aun cuando se arrogue esa cualidad.


Los pensamientos que surgen en el cuerpo mental por esta vía generalmente giran en torno al bienestar personal y a los intereses del devenir terrenal y mundano. En este caso la solución racional de los problemas se convierte en la función principal del cuerpo mental. Sin embargo, esto significa una distorsión de su carácter original y una limitación de sus capacidades.


El aura del hombre desde dentro hacia fuera: 1) El aura etérica. 2) El aura emocional. 3) El aura mental. 4) El aura espiritual.


La auténtica función del cuerpo mental consiste en recoger las verdades universales que le llegan del plano del cuerpo espiritual e integrarlas con el entendimiento racional, que las transfiere a las situaciones concretas y lleva a una solución del problema en consonancia con las leyes universales.

Los conocimientos que de esta forma nos llegan del plano espiritual de nuestro ser se manifiestan como intuición en forma de intuiciones repentinas, a menudo en imágenes o incluso en sonidos que después se transforman en pensamientos verbales. Nos permiten mirar al interior de la auténtica naturaleza de las cosas y tienen una estructura holográfica, al contrario que el entendimiento lineal que parte de la concepción racional.


El acceso a la octava superior del cuerpo mental lo encontramos en una unión del chakra frontal con el chakra coronal. Si el cuerpo mental está plenamente desarrollado, se convierte en el espejo del cuerpo espiritual, y el hombre realiza en su vida la sabiduría y el conocimiento integral del yo superior.


4. El cuerpo espiritual o cuerpo causal

El cuerpo espiritual, a menudo denominado también cuerpo causal, es el que mayor frecuencia de vibración posee de todos los cuerpos energéticos. En personas que aún son demasiado inconscientes en el plano espiritual se extiende conjuntamente con su aura sólo un metro aproximadamente alrededor del cuerpo físico. Por contra, el cuerpo y el aura espirituales de personas totalmente despiertas pueden irradiar hasta varios kilómetros de distancia, con lo cual la forma ovalada original se transforma en un círculo regular.


Si has tenido alguna vez la oportunidad de estar en presencia de un maestro iluminado, tal vez habrás observado que la atmósfera cambiaba repentinamente cuando te alejabas algunos kilómetros de él. La experiencia de la luz, de la plenitud y del amor que puede llenarte en la cercanía de un maestro pierde su intensidad tan pronto como sales del área de su aura.


El cuerpo espiritual y su aura irradian en los colores más suaves, que al mismo tiempo poseen una fuerza de iluminación indescriptiblemente profunda. Del plano espiritual del ser fluye incansablemente la máxima y más radiante energía hacia el cuerpo espiritual. A medida que esta energía va transformándose en frecuencias menores, inunda también el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo etérico. Aumenta las vibraciones de estos cuerpos, de forma que en su ámbito de acción correspondiente pueden encontrar su máxima forma de expresión. Hasta qué punto podamos percibir conscientemente, absorber y aprovechar esta energía depende del desarrollo de los chakras.


A través del cuerpo espiritual experimentamos la unidad interior con toda la vida. Nos une con el ser puro y divino, con la razón original omnipresente de la que han surgido y continúan surgiendo todas las manifestaciones en la creación. Desde este plano tenemos un acceso interior a todo cuanto existe en la creación.


El cuerpo espiritual es esa parte divina que hay en nosotros que es inmortal y que perdura a toda la evolución, mientras los demás cuerpos no materiales se disuelven paulatinamente a medida que el hombre va desarrollándose a través de los niveles de conciencia que exige una existencia en el plano terrenal, en el plano astral y en el plano mental.


Sólo a través del cuerpo espiritual es posible conocer la fuente y el destino de nuestra existencia y comprender el auténtico sentido de nuestra vida. Cuando nos abrimos a sus vibraciones nuestra vida cobra una calidad completamente nueva. En todas nuestras acciones somos llevados por nuestro yo superior, y nuestra vida manifiesta la sabiduría, la fuerza, la bendición y el amor universal, que representan las cualidades naturales del aspecto supremo de nuestro yo.

jueves, 17 de agosto de 2023

HOMBRE ESPIRITUAL u HOMBRE COMÚN

 Existen dos tipos de animal intelectual equivocadamente llamado "HOMBRE": el Espiritual y el Común.


El Hombre Común vaga por el mundo como un zombie y se encuentra completamente dormido en las festividades del mundo.


No tiene la más mínima idea que existe un DIOS interno creador (una energía superior que comanda su propia creación), su mundo es vivir la vida del mundo sin pulir jamás la piedra bruta del intelecto o la piedra tosca del espíritu, ya que ni siquiera es consciente que dentro de Él posee toda las herramientas para trascender. Ya que se encuentra roncando en los engaños ilusorios del mundo que lo rodea.


Tal vez puede ser una buena persona, pero esto para el anfiteatro cósmico no es suficiente. 


Cuando llegue la muerte se lo arrebatara todo de golpe, ya que desconoce inclusive que más allá de la eternidad siempre existe una fuerte luz que nos da la oportunidad de renacer en Armonía y Paz Profunda. Pero se necesita una profunda espiritualidad y sabiduría para comprenderlo.


El Hombre Espiritual se encuentra lleno de errores (YOES-DIABLOS - EGO) al igual que el hombre común, la diferencia es que es consciente que puede desintegrarlos con la ayuda de su madre divina interna y posee una piedra que debe cincelar a través del trabajo íntimo intelectual y espiritual, hasta convertirla en la piedra circular del alquimista, la piedra angular del CRISTO Cósmico.


El Hombre Espiritual es incluso más atacado aún por la oscuridad, ya que es un peligro para la humanidad. Este lucha por desbaratar sus defectos psicológicos (EGO) día a día, para avanzar al plano etéreo a través de autoconocimiento, observación interna y sabiduría.


Es plenamente consciente que la vida es solo un suspiro en la rueda del Samsara, por lo cual no pierde el tiempo engañado vilmente por las festividades del planeta mientras se debilita, decrépita y muere. Y canaliza y cataliza su energía de manera que pueda trascender mas allá del plano de la materia y renacer una vez más al salir el alba. Como lo hacen las estrellas.


Un solo hombre espiritual puede transformar el camino de miles, mientras el hombre dormido no puede transformar ni su camino propio.


La espiritualidad es la llave que abre el conocimiento y sabiduría de mundos superiores, a los cuales solo se accede con disciplina, vocación, acción y renovación.

sábado, 4 de agosto de 2018

RELACIÓN "HOMBRE" Y "MUJER".

En este momento, tu acercamiento a tu sexualidad, es tu barrera para tu ascensión en consciencia. Te mantiene atado a tu humanidad.

No habrás descubierto la Verdad de tu existencia, sino hasta que hayas comprendido completamente, y procurado aplicar en tu vida diaria, en tu hogar y tu lugar de trabajo, la plena comprensión del verdadero significado de ‘hombre’ y ‘mujer’.

Te han dicho que no debes cometer adulterio. Pero cuando deseas la mujer o el marido del vecino, estás creando imágenes en tus pensamientos que afectarán el pensar de la esposa o el marido del vecino. El o ella empezará a pensar en ti del mismo modo o se sentirá incómodo o incómoda en tu compañía sintiendo tu necesidad sexual, y te evitará en el futuro.

Lo que está en tu mente entrará en el mundo con toda seguridad. De modo que no te engañes con que puedas soñar y evocar imágenes que te complacen que luego no hagan daño a otro. Por esta razón, la literatura pornográfica es realmente una profanación blasfema de tu FUENTE del SER, es una plaga sexual que deliberadamente aviva el apetito sexual, soltando sufrimiento y miseria indecible en los cuerpos, mentes y emociones de las jóvenes, a través de las mentes de hombres lujuriosos. 

Lo que han perpetrado y están haciendo en este momento actual, ha ayudado a llevar a su ‘civilización’ al borde de su destrucción actual. Estén seguros de que les llegará el día del ajuste de cuentas a ustedes, los que publican y distribuyen la ‘enfermedad impresa’ y llegará a aquellos que la usen para excitarse.

Ustedes, los del mundo occidental, se han ganado el desprecio del Oriente, debido a su decadente insensatez. No escaparán de lo que han sembrado. 

Y ustedes oriéntales, no escaparán de la insensatez de sus actitudes insensibles hacia sus mujeres, que dan a luz y crían a sus hijos y a sus preciosas hijas. Algunos de ustedes, por ignorancia de la VERDAD, por sus propios propósitos y ganancias egoístas, ¡han ridiculizado la Verdad de Mahoma!. Han tapado a sus mujeres con prendas pesadas, negándoles la libertad de movimiento y el aire libre de Alá al salir entre la gente.

¿A qué clase de hombre atraerán sus creencias, y su comportamiento irracional egocéntrico? Tan sólo a hombres que no tengan ningún sentimiento amable hacia las mujeres. ¿Son tales los seguidores que su Profeta Mahoma, hubiera atraído cuando estaba en la tierra? No, en absoluto, él atraía solamente a la gente altamente espiritualizada.

¿Qué clase de imagen de su Profeta están dando al resto del mundo? Se lo diré: la de un hombre demente y obsesionado con el estado inferior del sexo femenino, que considera a la mujer como una posesión del hombre que ha de estar aislada del mundo. Un hombre inconsciente de las verdaderas necesidades de la mujer de ser feliz, un hombre inconsciente de su pena por su estado de cautiverio y sumisión.

Este hombre no tiene nada que ver con el verdadero Mahoma, el Profeta del Islam. Cuando él estuvo en la tierra, veneró y respetó al sexo femenino.

Fue del sexo femenino de la especie de donde dedujo el modo de ir hacia delante en su camino espiritual hacia la iluminación. Él les debía mucho y sabía que, aunque fueran diferentes en cuerpo, eran iguales en espíritu.

Este fue el propósito de la llegada a la tierra de Mahoma,  volver a poner a la mujer en el lugar que le corresponde por derecho, como compañera igual del hombre dominante.

El egoísmo de ciertos individuos que eran espiritualmente ciegos, les hizo distorsionar las enseñanzas originales de Mahoma con numerosas añadiduras e interpretaciones que nunca fueron la intención de Mahoma. Es de este modo que la obra de todo gran Maestro espiritual es cubierta con la información errónea del pensamiento humano, hasta que la Verdad queda tan oscurecida por las falacias que despistan seriamente a la gente y que incluso le hacen caer en el pecado por ignorancia.

Dado que ustedes y ciertas otras religiones se han adherido fuertemente a la creencia de que Adán y Eva fueron creados para vivir felizmente en el jardín de Edén; de la tentación de Eva por la serpiente; de su caída de la gracia y de su tentación a Adán, el hombre ha percibido a la mujer como la gran tentadora.

Los orígenes imaginarios de la humanidad no son verdaderos. Son meramente alegorías.

Tampoco es verdad que la mujer sea la gran tentadora. Para los eunucos la mujer no tiene ningún atractivo. ¿Por qué es eso? Porque se les quita aquello que impulsa a un hombre a acostarse con una mujer. Por consiguiente, ¿En quién está lo tentador? ¿En el hombre mismo -a quién se le puede quitar físicamente- o en la mujer que sigue siendo ella misma a pesar de todo?

El hombre está hecho precisamente para plantar la semilla. Por lo tanto, debe plantarla – donde le surja la oportunidad. Se ha hecho a la mujer para recibir la semilla. 

En años pasados, antes del siglo XX, las mujeres eran sexualmente inactivas hasta ser seducidas por el hombre. ¿Dónde está entonces lo tentador? ¿En el hombre que despierta y seduce a la mujer, o en la mujer seducida y despertada?

El hombre ha estado escondiéndose de su propia naturaleza masculina en nombre de la pureza y cargando con la responsabilidad de su caída, a la mujer. ¿Es ésta una actividad sagrada? ¿Es digna? ¿Debe continuar así?

NOSOTROS hablamos con aquellos que profesan la fe musulmana, y que piensan que están ‘sin pecado’ y de ‘mente pura’ por haber envuelto a vuestras mujeres en ropa pesada para protegerse a ustedes mismos de la tentación y para evitar que otros hombres vean sus ‘posesiones’. Cuán grandemente están descaminados por sus propias pasiones. Al estar protegidos del ejercicio de sus deseos humanos, éstos simplemente aumentan hasta estallar en alguna forma brutal y virulenta.
Yo – Nosotros – decimos a los hombres y mujeres en todas partes – la verdadera Pureza solamente puede ser alcanzada cuando pueden estar rodeados por toda clase de tentaciones y aún así quedarse indiferentes al deseo, indiferentes a los sentimientos terrenales, no corrompidos por la lujuria terrenal, libres de ansias y anhelos de posesiones.

La pureza en todas sus formas, trasciende todas las hambres físicas terrenales. La pureza tiene la habilidad de ver la tentación por lo que es, grosería de pensamiento y sentimiento, que atrapa  los sentidos del hombre y de la mujer para que hagan cosas impuras.
Una persona verdaderamente pura, tan sólo desea el ambiente limpio y honesto adecuado a su anhelo innato del amor espiritual y de la belleza de la autoexpresión en cada faceta de su vida. Ésa es la verdadera Pureza.

Sin embargo, no se puede lograr la verdadera pureza si no has sentido primero largos años de tentación. Es una parte necesaria de tu desarrollo espiritual: si no has sido gravemente tentado alguna vez, y al final no has llegado a comprender que hay un camino más alto por recorrer, un camino de abnegación y de preocupación y atención sincera hacia una buena mujer, nunca obtendrás un estado de verdadera pureza.
Estarás esclavizado por el deseo y te encontrarás en una constante confusión de conflicto interior.

Por tanto no evites la tentación cubriendo a las mujeres en condiciones artificiales de seudo pureza. Más bien – hombres y mujeres- quítense sus ropas, reverencien los cuerpos, los unos de los otros, como las hermosas formas visibles externas de la CONSCIENCIA DIVINA interior y experimenten la liberación que la verdadera pureza espiritual les proporcionará. Sufre grave tentación - ¡y supérala!. Lleva tu conflicto a la Consciencia Divina y busca Su poder para que te ayude a superar el ansia física, pues tan solo así encontrarás la liberación, la paz mental que básicamente estás buscando.

Si en ese momento buscas alivio y liberación de tu ansia cediendo a ella, no habrá alivio ni liberación. La mismísima ansia volverá a su debido tiempo - y de nuevo conocerás el agudo conflicto. Si otra vez cedes - de nuevo, el conflicto vendrá, incluso más intenso, aguardando tu decisión de mantenerte firme en el poder de la Consciencia Divina, hasta que el ansia se quede definitivamente sometida al percibir la sagrada belleza, la Realidad detrás y dentro de toda forma física.

La espiritualidad más alta entre los sexos es cuando el hombre y la mujer pueden estar desnudos juntos y en paz, en un estado de reverencia mutua de alma, mente, corazón y cuerpo. En tal espiritualidad, lo único que siente la una hacia el otro es el amor y el cuidado por el bienestar del otro. De tal AMOR y SOLICITUD tierna y compasiva vendrá una unión extática que pocos han experimentado – y, si hay intención, se concebirá un niño de incomparable belleza de cuerpo y mente.
En los siglos venideros, cuando la gente haya empezado a evolucionar espiritualmente, a cada nivel de su humanidad tal amor entre parejas será normal – y el tipo de sexo egoísta que busca tan sólo la satisfacción física que se practica en este momento, se verá como absolutamente degradante, tan odioso como la violación.

En el momento presente, el camino espiritual más alto a seguir referente a los sexos, es el de reconocer y atenerse a la percepción de que:  Los hombres y las mujeres fueron creados para realizar tareas especiales en la vida, adecuadas a su naturaleza subyacente. El hombre impregna a la mujer. Sin la buena voluntad y la ayuda de la mujer, el hombre iría al final de sus días – sin descendencia – sin un ser humano para continuar su nombre.

Por lo tanto, el hombre debe tratar a la mujer como totalmente igual, pero nacida para realizar diferentes responsabilidades. Debe darle el respeto más alto, y amor y solicitud – en todo momento – para que sea capaz de llevar sus responsabilidades con mayor facilidad, porque es ella la que da forma visible a lo que primero se concibe en la mente.

 Cuando una mujer recibe un esperma que se une con su óvulo dentro de la parte más oculta de su cuerpo, ocurre un milagro al cual tú, el hombre, no has contribuido en nada, más que con tu esperma en un momento de deleite – el cual es tu recompensa.

Tan sólo podrás contribuir a mantener la salud y el desarrollo normal del ‘milagro’, al cual hayas dado vida dentro del cuerpo de tu pareja, por tu constante amor cuidadoso de su bienestar y salud, y por protegerla de todo daño externo y emocional. Ésta es tu responsabilidad masculina.
Solamente así merecerás quedarte a su lado, como padre de su hijo.

Si fallas en esto, no tienes valor como padre del niño, - y no tienes valor ante ti mismo como hombre nacido para manifestar tu ‘Consciencia Divina del Padre’ espiritual dentro de tu vida física. Un hombre que hostiga a una mujer que lleva dentro a su hijo, que le trata con desprecio, que le ofrece palabras y tratamiento físico duros y brutales, está rompiendo la Ley de la Existencia más fundamental, según la cual el varón y la mujer deben estar unidos en la igualdad de su Ser Divino.
Las mujeres que son respetadas, amadas y protegidas deben igualmente respetar, amar y ofrecer renovación de espíritu y de cuerpo a su pareja, nutriendo la capacidad que tiene él de darse a ella. Una mujer que no nutre a su compañero de manera solícita, con ternura y amor, está privando a su espíritu masculino de la voluntad de soportar, al enfrentar las dificultades con las cuales se encuentra en el mundo exterior. Buscará su consuelo en otra fuente – hombres o mujeres – bebida o drogas – o aislándose dentro del hogar sin ninguna utilidad, ni para su pareja, ni para los hijos. Por lo tanto, hombres y mujeres, tienen la misma responsabilidad de cuidar y amarse el uno al otro. 

Si dentro de una cultura se considera a la mujer simplemente como una posesión, objeto de los deseos del hombre, y no es tratada como una mujer, enteramente igual que el hombre, tal cultura no ha comprendido la verdadera naturaleza del hombre y la verdadera naturaleza de la mujer. El hombre y la mujer son dos mitades iguales de una entidad.

Cuando el hombre es soltero y vive solo, manifiesta un solo aspecto de su FUENTE del SER, y cuando la mujer vive sola y soltera, ella también manifiesta un solo aspecto de su FUENTE del SER.
La INTENCIÓN DIVINA de la CONSCIENCIA UNIVERSAL fue la de expresar SU propia integridad a través de la creación, al individualizar, en forma física, cada uno de los dos aspectos igualmente equilibrados de SI MISMO, y luego volver a unirlos de forma física, para experimentar la unidad e integridad de la CONSCIENCIA DIVINA, desde la cual en un principio tomaron su individualidad.

Al unirse en el amor y unidad de espíritu y cuerpo, descubren la alegría y el éxtasis de la CONSCIENCIA UNIVERSAL en equilibrio.

Por lo tanto, la combinación de la masculinidad del hombre y la feminidad de la mujer es esencial para formar una ‘totalidad’ tomada de la FUENTE del SER; de esta combinación se forma un niño íntegro.

También debe recordarse que cada persona, hombre y mujer, tiene lecciones que aprender en la vida que sólo puede aprender en el sexo – y en la raza – en que cada uno se encuentra. Por eso, una mujer debe aceptar su papel en la vida como la proveedora de amor emocional y seguridad a su pareja y a sus hijos, con auto-respeto y dignidad y realizarlo todo lo mejor que pueda. Debe reconocer que el papel de proveedora de seguridad emocional es absolutamente vital para la sociedad. Ella suministra el ‘pegamento’ del amor y el bienestar que sostiene unidas a las familias, las ciudades y los países. Cuando ella comprende cuál es su verdadero lugar y objetivo en la sociedad, y procura realizarlo y lograrlo de la manera más elevada posible, está adelantando rápidamente en el camino del amor incondicional y hacia las recompensas más altas de realización personal y de felicidad. También subirá a un nivel más elevado de consciencia – quizás como un hombre que traerá grandes beneficios a la humanidad en su próxima vida.

Del mismo modo, los hombres espiritualmente evolucionados – incluso maestros espirituales – volverán a la vida en la tierra para aprender la verdadera humildad y para poner en práctica diaria sus altos principios de la existencia como mujer amorosa que hace de madre con sabiduría, y que nutre a todos los que tienen necesidad de lo que puede ofrecer. ¿Dónde entonces está la desigualdad?
Finalmente, el hombre no podría existir fácilmente sin experimentar y manifestar también algo del impulso femenino. Necesita emociones para unirse a su mujer, hijos y otras relaciones – colegas escolares y del trabajo, compañeros y amigos. Sin sentimientos cálidos, sería un monstruo frío. Con frecuencia, si es un alma vieja, él mantiene vivo el calor y el cariño de las encarnaciones anteriores cuando era mujer. Cuanto más evoluciona espiritualmente, más equilibrados son los dos impulsos sexuales dentro de su naturaleza.

Esto también se aplica a las mujeres. De igual manera, la mujer no podría existir fácilmente sin algo del impulso masculino. Sin la capacidad de planificar de manera inteligente, su casa sería un desastre. También cabe la posibilidad de que haya sido una fuerte personalidad masculina en su encarnación previa y que se sienta incómoda en el papel femenino de sacrificarse por los demás. Tal mujer debe pedir a la Consciencia Divina que le clarifique su visión para que pueda ver que, sin amor por la humanidad, el liderazgo es un ejercicio peligroso. 

Cuando los hombres y las mujeres se acercan al equilibrio de sus naturalezas masculina y femenina igualadas dentro de sí mismos, su tarea en la vida es la de trascender su impulso sexual a través de alcanzar el amor incondicional hacia toda la gente, y de dirigir ese mismo impulso a la creatividad pura – tal como en las artes. De tales personas se hacen los ‘Maestros’, maestros de sí mismos, maestros de la creatividad, maestros de la consciencia humana, maestros de la ‘materia’.

Desgraciadamente, en el tiempo actual, los hombres y mujeres que se están acercando al equilibrio de sus naturalezas masculino/femeninas igualadas dentro de una sola naturaleza propia, no tienen indicaciones sobre lo que deben ser sus verdaderas metas. Han perdido el rumbo y han creado una sociedad espuria entre ellos, en la cual la alegría y la realización personal que buscan les son negadas debido a su preocupación por las funciones corporales más que por los logros espirituales. Seguirán siendo personas infelices, atormentadas por los conflictos, hasta descubrir la verdad referente a ‘quienes son de verdad.’

 Al hablar del papel femenino en la vida, también debe decirse que muchas de las mujeres modernas en los países desarrollados, han logrado un alto grado del impulso masculino en los últimos cien años. Ellas deben escoger con cuidado sus prioridades en la vida. No tienen que sentarse en casa estancadas y aburridas, pero se volverán más felices y serán gente más realizada si dedican su inteligencia y habilidades para crear nuevos modos de vida constructiva para toda la familia. En este momento puede que no sepan cómo hacerlo, pero la meditación les traerá a la mente la inspiración necesaria sobre la mejor forma de cómo utilizar sus poderes de liderazgo y sus talentos para la felicidad de todos.

Los hombres que hayan desarrollado una mayor capacidad de empatía con las mujeres y con sus semejantes, también a través de la meditación seguida por la inspiración, encontrarán modos más elevados de expresar su capacidad de liderazgo en su trabajo, proporcionando felicidad a los demás. 
La batalla de los sexos – tanto en el Este como en el Oeste, está creando condiciones enfermizas en la tierra. Esto propaga la agresión y emponzoña el enojo y la hostilidad. La libertad sexual ha traído al mundo a un punto crítico de extinción por la impregnación del SIDA. Todos los virus son creados dentro de las fuerzas de la consciencia destructiva.

Porque la sintonización emocional no ha sido siempre lo que ha motivado el acto sexual entre los hombres y las mujeres; ambos han conocido severas decepciones y falta de liberación y de satisfacción. Cuando esto ocurre, la energía sexual masculina disminuye. Tiene que ser reavivada con imágenes de perversiones sexuales. Como consecuencia, la pornografía ha llegado a ser ‘un gran negocio’ en algunos países. Solamente alcahuetea los instintos corporales.

De la pornografía ha surgido la falta de respeto hacia las mujeres y el acto sexual mecánico y sin emociones, junto con el aumento en las violaciones y el abuso sexual de los niños. La gente que cede a estos actos abominables de crueldad depravada, de seguro cosechará las consecuencias, en esta vida o en una encarnación futura. 

Ninguno de ustedes puede quebrantar las LEYES de la EXISTENCIA y esperar que puedan entrar en el Reino de los Cielos o en el Paraíso. Su comportamiento no tiene lugar más allá del alboroto que están actualmente trayendo sobre ustedes mismos.