OSHO.
Una de las
cosas más importantes que hay que entender del hombre es que el hombre está
dormido. Aun cuando cree que está despierto, no lo está. Su estado de vigilia
es muy frágil; su estado de vigilia es tan insignificante que carece por
completo de importancia. Su vigilia es sólo una bonita palabra, pero
totalmente vacía.
Uno
duerme de noche, duerme de día... desde el nacimiento hasta la muerte, uno va
cambiando sus pautas de sueño; pero nunca llega a despertar de verdad. Sólo
porque hayas abierto los ojos, no te engañes a ti mismo pensando que estás
despierto. A menos que se te abran los ojos interiores, a menos que tu interior
se llene de luz, a menos que puedas verte a ti mismo, ver quién eres... no
creas que estás despierto. Esa es la mayor ilusión en la que vive el hombre.
Y si uno se convence de que está verdaderamente despierto, entonces ya no
tiene sentido hacer ningún esfuerzo por despertar.
Lo
primero que debes grabarte bien en el corazón es que estás dormido,
completamente dormido. Estás soñando,
un día tras otro. A veces sueñas con los ojos abiertos y otras veces con los
ojos cerrados, pero estás soñando... tú mismo eres un sueño. Todavía no
eres una realidad.
El
sueño ha durado tanto que ha llegado
al centro mismo de tu ser; estás empapado en él. Cada célula de tu cuerpo y
cada fibra de tu mente se han llenado de sueño. No es un fenómeno de poca
monta. Por eso se necesita un gran esfuerzo para mantenerse alerta, atento,
vigilante. Para convertirse¿ en un testigo.
Si
hay una cuestión en la que están de acuerdo todos los iluminados del mundo,
es esta: Que el hombre, tal como es, está dormido y debería despertar. El
despertar es el objetivo y el despertar es la esencia de todas sus enseñanzas.
Pero si
sigues creyendo que ya estás despierto, no harás ningún esfuerzo. Te
parecerá que no tiene sentido hacer esfuerzo alguno. ¿Para qué molestarse?
Y
habéis creado religiones, dioses, oraciones, ritos, sacados de los sueños. Vuestros dioses son parte de vuestros sueños,
como todo lo demás. Vuestra política es parte de vuestros sueños, vuestras
religiones son parte de vuestros sueños, vuestra poesía, vuestra pintura,
vuestro arte... todo lo que hacéis. Como estáis dormidos, hacéis cosas
según vuestro estado mental.
Vuestros dioses no pueden ser diferentes de vosotros. ¿Quién los va
a crear? ¿Quién les dará cuerpo, forma y color? Vosotros los creáis,
vosotros los esculpís; tienen ojos como los vuestros, narices como las
vuestras... ¡y mentes como las vuestras! El Dios del Antiguo Testamento dice:
«Soy un Dios muy celoso.» Vamos a ver: ¿quién ha creado este Dios tan celoso?
Dios no puede ser celoso, y si Dios es celoso, entonces ¿qué tiene de malo ser celoso? Si hasta Dios es
celoso, ¿por qué tú habrías de pensar que estás haciendo algo malo cuando
sientes celos? ¡Los celos son algo divino!
El Dios
del Antiguo Testamento dice: «Soy un Dios muy colérico. Si no cumplís mis
mandamientos, os destruiré. Os arrojaré al fuego del infierno para toda la
eternidad. Y como soy celoso, sigue diciendo Dios, no debéis adorar a nadie
más. No puedo tolerarlo. ¿Quién creó semejante Dios? Esta imagen tuvo que
crearse a partir de nuestros propios celos, de nuestra propia cólera. Es una
proyección, una sombra nuestra. Un eco del hombre y de nadie más. Y lo mismo
se puede decir de todos los dioses de todas las religiones.
Por
eso un iluminado nunca habla de Dios. «¿Qué sentido tiene hablarle de Dios a
gente que está dormida? Escucharán en sueños. Soñarán con lo que se
les diga y crearán sus propios dioses que serán completamente falsos,
completamente absurdos. Es mejor prescindir de tales dioses.»
Por eso al
iluminado no le interesa hablar de dioses. Lo único que le interesa es ayudar
a despertaros.
El
silencio es el espacio en el que uno despierta, y la mente ruidosa es el
espacio en el que uno permanece dormido. Si tu mente continúa parloteando,
estás dormido. Si te sientas en silencio, si la mente desaparece y puedes oír
el canto de los pájaros y no hay mente en tu interior, un silencio... este
silbido del pájaro, este gorjeo, y ninguna mente funcionando dentro de tu
cabeza, silencio total... entonces la conciencia aflora en ti. No viene de
fuera, surge dentro de ti, crece en ti. Por lo demás, recuerda: estás
dormido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario