Translate/Traducir

Mostrando las entradas con la etiqueta Perdón. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Perdón. Mostrar todas las entradas

martes, 22 de abril de 2025

PERDONARSE A UNO MISMO


Saludos, somos los Andromedanos. Venimos como una energía colectiva para servirles y apoyarlos en su ascensión. Hoy deseamos venir y promover la contemplación de ustedes mismos.


Te invitamos a contemplar si te amas incondicional y verdaderamente. Este es un aspecto fundamental del crecimiento espiritual. A veces crees amarte incondicionalmente, pero tus acciones y hábitos pueden indicar otra cosa, o quizás necesites fortalecer tu amor interior para activar más plenamente tu ser espiritual.


Te invitamos a reflexionar: ¿Te amas incondicionalmente? ¿Estás verdaderamente enamorado de ti mismo? ¿Podrías fortalecer tu amor propio y aumentar su presencia en tu ser y realidad?


Una forma de fomentar el amor propio es a través del perdón. El perdón suele ser para uno mismo. Mientras otros disfrutan del perdón por sus errores, el perdón te ayuda, una vez más, a aceptar tu poder, tu verdad/esencia. 


Perdonarse a uno mismo trae empoderamiento, un impulso de energía y amor. Perdonarse a uno mismo es, en realidad, más poderoso que perdonar a los demás; sin embargo, perdonar a los demás sí te beneficia.


Nosotros, los Andromedanos, te invitamos a contemplar áreas en las que necesitas perdonarte a ti mismo; tal vez te estés preocupando por algo, tal vez estés dudando de ti mismo, conteniéndote, tal vez estés repitiendo patrones que no te sirven, tal vez simplemente no creas que eres digno o digno de ser amado. 


Tal vez desees reflexionar sobre las áreas en las que no te estás cuidando: tal vez en tu dieta, tal vez en el ejercicio, tal vez en tu hogar, tal vez en el trabajo, tal vez incluso en tus procesos de pensamiento. Cuando te permites contemplar áreas en las que no te estás cuidando, tienes una maravillosa oportunidad y un regalo de compartir el perdón contigo mismo, y también de compartir amor. 


Puedes perdonarte incluso por las cosas más pequeñas, lo que aumentará tu amor propio. También impulsará tu ascensión y crecimiento espiritual. Te conectará a un nivel más profundo con tu alma, tu grupo de almas y el Creador, además de conectarte más plenamente con la Madre Tierra. 


Reconocemos tres caminos que te ayudan en tu ascensión: el amor propio, el cuidado personal y el perdón. Estos tres caminos/áreas de enfoque, al experimentarlos, son transformadores. Crean transformaciones inesperadas en tu ser: vínculos y conexiones con tu alma o los planos internos, y el despertar de nuevas habilidades y capacidades que no habías percibido.


En muchos sentidos, la falta de amor propio, autocuidado y perdón te frena. Estás impidiendo tu crecimiento espiritual. Te estás estancando. Incluso si practicas meditación y otras prácticas espirituales, si no se nutren estas tres áreas, puede ser difícil avanzar en otras.


Todo comienza con el perdón, porque incluso para compartir el amor propio y apoyar el autocuidado, de cualquier manera, es necesario que haya un reconocimiento del perdón: el autoperdón. 


El perdón puede ser una comprensión de lo que has estado practicando, de tus procesos mentales y de lo que has estado manifestando y experimentando. También puede ser simplemente reconocer el área de perdón, el área que requiere perdón. Esta simple comprensión en sí misma es muy poderosa y genera transformación. Entonces, puedes permitirte entrar en el espacio de tu corazón, que es tu Chakra del Corazón y tu Chakra Superior del Corazón. 


Dentro de ti, desde tu alma, está la energía del perdón que puedes invocar; una vibración sanadora de perdón pura y absoluta. Esto significa que no necesitas perdonar mentalmente. Primero puedes permitir que la energía/vibración del perdón fluya desde tu alma. Deja que llene todo tu ser: tu cuerpo y tu campo áurico. Al hacerlo, podrías empezar a sentir su impacto e influencia. Entonces, puedes preguntarte mentalmente: ¿Es posible perdonarme mentalmente? 


Perdonar es soltar aquello a lo que te aferras, ya sea un recuerdo, un pensamiento, una emoción, una experiencia o una visión… sea lo que sea… ¿estás dispuesto a soltarlo? ¿Estás dispuesto a permitir que el bálsamo sanador del perdón de tu alma lo sane? 


Si mentalmente eres capaz de perdonar, con certeza, puedes expresarlo. Quizás quieras repetirlo mentalmente varias veces, compartiendo una declaración de perdón. Luego, imagina que la energía del perdón, proveniente de tu alma, junto con tu disposición a perdonar, abraza aquello que necesita ser perdonado en tu interior. Al abrazarlo, podrías recibir un mensaje o una visión de la transformación que se está produciendo o de la comprensión que se está alcanzando.


Al aceptar el área que requiere perdón, la soltarás. También se transformará y se convertirá en una hermosa parte de tu ser que te sirve. Así, aunque dejes ir aquello que necesita ser perdonado, seguirá siendo parte de ti de una manera transformada y hermosa. 


Lograr esto creará numerosas transformaciones, dentro de tu ser, y servirá a tu ascensión. 


Te invitamos a contemplar nuestras palabras. 

Nosotros, los Andromedanos, estamos aquí para servirles. Siempre pueden contar con nuestra energía y nuestra ayuda, pues los amamos profundamente.

lunes, 19 de febrero de 2018

PERDONAR ES LIBERAR.


Cuando estais en vuestras actividades cotidianas, os absorbeis en ellas que os olvidais de muchas otras cosas que pueden estar sucediendo en vuestro entorno, y esto os hace permanecer serenos y tranquilos sus- traídos de ésta o aquella situación. Cuando habeis terminado vuestras labores diarias y más adelante os enterais de lo ocurrido, comienza en vosotros la angustia, las conjeturas, los pro y los contras, las lamentacio- nes, las consideraciones, los reproches y un sinnúmero de cosas que os perturba y os lleva al caos interior.

Cuando iniciais el nuevo día. Con las preocupaciones que ocasio- nasteis y que conforma vuestro caos interior, os levantais confundido, estresado y energúmeno. Por consiguiente, todo ese día se fue por la bor- da, ya que será un día pesado y negativo. Pero, si encontrais en el trans- curso del día algún hecho, suceso o persona que os traiga un poco de alegría y logre sacaros de ese estado espiritual en que os encontrais, en- tonces las cosas cambian y lo que era oscuro y confuso se vuelve claro y bello. En una palabra se te arregló el día.

Así es todo, cuando permitís que en vuestro corazón aniden sentimientos negativos de rencor, odio, resentimientos por las co- sas, hechos o personas que se hallen en vuestro derredor, comienza para vosotros la experiencia más negativa de infelicidad que podais vivir, el malestar interior, no se dejará esperar, vuestro genio se descompone y vuestro estado natural es estar malhumorado. De vez en cuando se esca- pa de vosotros una pequeña risita y poco compartís con los demás, y entonces, alegáis que nadie os comprende, sin daros cuenta hasta este momento la carga pesada que llevais por dentro.

Mas, si alguien os lastima u ofende ahí sí que se forma la gorda, pues, ya llegasteis al límite de vuestra amargura y llega a lo que es “natural” en este estado, la explosión, las palabras duras, los insultos y hasta los gol- pes. Con ello habeis echado una nueva carga a vuestro acumulado espi- ritual y os sentís desesperado, ofuscado y aburrido. 


Con este depósito interior vuestra vida se hace dura y vivís prevenido de todo y por todo.

 El perdón es la liberación divina que consume todas las cargas depositadas en vuestro corazón y que os ha llevado a vivir en una vida hostil y mezquina.

El perdón es el agua pura que disuelve las asperezas del alma. El perdón lava, limpia y sana vuestro corazón.

Perdonar es la más sublime liberación que puede experimentar el que perdona, es como si estuviese sofocado y una brizna de rocío refresca su sed.

Cuando decidais perdonar todo cuanto habeis guardado en vuestro corazón os sentireis como cuando se ha estado aprisionado con cadenas y habeis logrado romperlas. Es una sensación de alivio, de descanso, de liberación.

No continueis más amarrado con las cadenas del rencor, suéltalas, perdona.

Que cada día de vuestra vida sea un culto al perdón, perdona siempre y perdona todo y vivirás libre y feliz, no volvereis a experimentar las molestias del rencor ni del resentimiento y mucho menos del odio.

Cuando decís: “Yo perdono pero, no olvido”, en verdad que no habeis perdonado, porque el perdón borra cualquier molestia que pueda perturbar vuestro corazón.

Recordad siempre debeis perdonar todo y así os perdonais a vosotros mismos. 

lunes, 5 de febrero de 2018

RESISTIRSE A PERDONAR.

Por ARANCHA MERINO.
Cuando algo que ha sucedido en el pasado creando un dolor en tu interior, te ha llevado a considerarlo como una injusticia que debía ser reparada para de ese modo hacer justicia, con toda seguridad habrás  conectado con la emoción rabia. Si esta rabia no cumple su función y se cronifica, se convierte en una rabia tóxica que busca algún tipo de venganza o resarcimiento, que no olvida, no perdona, no te deja pasar página y se queda interiorizada en tu mente y cuerpo hasta enfermar tu estómago y trastornar tu claridad de pensamiento. Estás conectando con el resentimiento y pretendiendo que el otro pague el daño que causó en ti. Lo que haces es engancharte a un sufrimiento agónico y a un dolor que se perpetúa en el tiempo. Creas una distancia infinita entre la felicidad y tú.
Resistirte a perdonar una ofensa, una promesa incumplida, una expectativa es dejar que el ser que causó tu dolor perviva gratis en tu cabeza durante meses, años o toda una vida. Esa situación que tú creas voluntariamente y por decisión propia, te sumirá en la infelicidad. Por tanto, si quieres salir de ella, es el momento de tomar conciencia y hacer lo contrario de lo que has hecho hasta ahora. Asume la responsabilidad de tus propias experiencias, deja de culpar a aquel individuo que por otro lado te está dando la oportunidad de que conozcas esas partes oscuras de ti.
  • Si alguien pisó tu autoestima, es porque le entregaste tu poder, te pusiste bajo sus órdenes esperando que te valorara, que te quisiera. Revisa tu necesidad de ser reforzado en tu autoestima por terceros. Eres vulnerable, carente de orgullo de ti mismo. Acéptalo y no te quedes enganchado de aquél que te hace ver cómo te rebajas por obtener algo de reconocimiento.
  • Si alguien incumplió su promesa de amor, apoyo, amistad, debes evaluar que quizás entregas tu confianza a quien no lo merece y analizar para qué lo haces. Depositas tus expectativas de ser amadoo querido en quien te puede traicionar. ¿Qué necesidades ocultan tus vanas esperanzas? Acepta que tú eres responsable también de la situación creada. Profundiza en el amor por ti mismo.
  • Si alguien te ha hecho perder tus sueños, tus ilusiones, ha malgastado tu generosidad, ha robado tu tiempo, de nuevo revísate tú y comprueba que no sabes ponerte a salvo. Conecta con la tristeza de aceptar que hay algo en ti que busca en los lugares inadecuados y de las maneras incorrectas.
La resistencia a soltar un pasado doloroso implica una falta de aceptación de algo que has perdido. Si asumes tu responsabilidad e implicación en tu felicidad, soltarás al causante de tu daño interior y profundizarás en las causas que en su momento te hicieron depender de esa persona.
 Ya no estás en el pasado, ahora debes recomponer tú tu vida. Por eso, resistirse a perdonar sólo puede derivar en revivir una y otra vez aquellos episodios para torturarte, para buscar culpas que en su momento no supiste o no pudiste enfrentar, para querer mantener tu razón, para ser víctima de los acontecimientos…
 Solo tú puedes decidir tu grado de felicidad y eso está en concordancia con tu actitud frente al perdón. Perdonar no implica acercarte a quien te dañó y decirle: te perdono. Ese acto es absolutamente innecesario y además carente de sentido, pues casi seguro la otra persona no necesita tu perdón.
 La palabra perdonar equivale a soltar, y soltar es sinónimo de liberación. Cuando estás dispuesto a soltar es porque ya has asumido tu parte de responsabilidad y has entendido que precisabas meterte en la boca del lobo para integrar unos conocimientos que tu evolución como ser humano requería. En ese preciso momento sueltas las cadenas que te condenaban a un sufrimiento interior lento y muy doloroso que intoxicaba tus acciones y relaciones. Así, al soltar, tu ser vuelve a ser libre.
 Perdona tan solo para soltar y liberarte tú. Y sobre todo, aprende de esas experiencias para no volver a repetirlas.

domingo, 5 de junio de 2016

PERDONAR PARA ABANDONAR EL PASADO.

A medida que avanzas por tu vida se te ofrecen muchas oportunidades para crecer. Pudieras haber tenido tiempos en los que elegiste formas de comportamiento que ahora no te parecen apropiados, y que tal vez te causen un gran dolor cuando piensas al respecto.  Ta vez tengas también un sentimiento de culpabilidad por el dolor que causaste a otros.  Estás aquí en este tiempo y lugar, leyendo estas palabras, para saber que es hora de aceptar lo que elegiste en el pasado y proseguir con tu vida. Estabas haciendo lo mejor que podías en ese momento. 
    
El pasado ha terminado.  El continuar recriminándote o deseando que lo hubieras hecho de otra manera no sirve ningún propósito. Llega un momento para perdonar, y esto es necesario antes de poder realizar los cambios que deseas para tu futuro.  Cuando continúas reviviendo tus experiencias pasadas, eso te mantiene en esos patrones de conducta, aún cuando ya no los estés viviendo.  Es necesario despejar esos patrones mediante la compasión y el perdón.   
    
El perdón es amor en acción.  Es un bálsamo limpiador que puede aliviar las piezas raídas de tu mente.  No hay ninguna persona en la Tierra quien no merezca ser perdonado.  Todo por lo que has pasado y todas tus acciones que has realizado hasta este momento te han enseñado tus lecciones que tenías que aprender.  Esto es cierto para todos.  Seguirás recibiendo las mismas lecciones repetidamente, aunque varíen ligeramente en la forma como lo hacen, hasta que las aprendas.

Ayuda recordar que tu vida es una enorme escuela donde se dan experiencias de aprendizaje a cada momento para llevarte a la paz y la luz en tu interior.  A cierto punto en tu vida, la paz se vuelve más importante que cualquier otra cosa. Todo lo que elijas será realizado a partir de la conciencia interna. ¿Me acerca esto a La Paz?

El gozo se encuentra perdonando totalmente. Te puede liberar para que vivas tu vida en el momento presente porque ya no mirarás atrás a lo que ha sucedido en el pasado, ni te preocuparás por el futuro.  Cuando te encuentras viviendo íntegramente en el momento, se libera una energía en tu interior. Puedes encontrar la pasión por la vida y la conexión con la Fuente de todo tu bien.  A partir de esto todas las decisiones que tomes y todas tus acciones serán para el bien mayor de todos los involucrados.  A partir de esto puedes encontrar la paz que has estado buscando.  Ella es en este momento de ahora, y se encuentra dentro de tí. 


No permanezcas en los patrones pasados. Acepta simplemente lo que has elegido y avanza adelante.

viernes, 4 de septiembre de 2015

EL PERDÓN, CAMINO A LA SANACION

Cuando nos sentimos heridos por alguien y no perdonamos corremos el riesgo de quedarnos sumidos en el dolor, el resentimiento, la venganza y el rencor. Estas heridas no resueltas siempre regresan cuando menos se esperan quitándonos la tranquilidad y la paz interior y dejando una cuenta de cobro que eventualmente se traduce en malestar y enfermedad.

La revancha, el desquite y el odio entre otros envenenan el cuerpo y el alma y atrapan a los seres humanos en el pasado, los atan a sus recuerdos negativos, los convierten en prisioneros impidiéndoles estar en el ahora, en el presente y por tanto bloqueando su proyección en el futuro.

Por ello perdona y deshazte de los fantasmas del pasado; hablar y actuar desde el ayer no sirve para nada. El resentimiento es un desperdicio de energía. Retira de tu mente las imágenes de situaciones pasadas de dolor y frustración cuando las cosas que soñaste no salieron como anhelabas. Cada experiencia positiva o negativa que vivimos es un aprendizaje. La actitud y la manera como la afrontamos marca la diferencia. Todos tenemos innumerables ocasiones para crecer y no existen oportunidades “perdidas” solo lecciones superadas. Nada sucede por error, todo lo que has recorrido es un regalo para tu vida.
El perdón todo lo sana. Perdonar va mas allá de olvido, del “borrón y cuenta nueva”, de “si te vi ya no me acuerdo” o de “aquí no ha pasado nada”. Perdonar es desprenderse de la venganza y el odio. Perdonar es aceptar y reconocer que esa otra persona que te hirió o te ofendió es una extensión de ti mismo, otro hijo de Dios. Ponte en su lugar y míralo como un ser evolucionando como tú, incluso como un maestro. En cada circunstancia pregúntate que era lo que necesitabas aprender. Confía en que cada experiencia vivida es perfecta, todo tiene un sentido, nada ni nadie llega a nuestra vida por casualidad. Los fracasos y los triunfos experimentados forjan la persona que eres hoy en día. Si alguien te hizo daño o rompió tu corazón perdónalo y dale las gracias porque te enseñó la importancia del perdón.

Perdonar es pasar la página, cerrar el ciclo, soltar, liberar, oxigenarse. Decidir no desgastarse más y seguir adelante con tranquilidad. Perdonar implica además dejar de emitir juicios. Evita juzgar y criticar. Cada vez que “evalúas” a alguien, escondes tus propias debilidades. Por otro lado tampoco hay necesidad de defenderse ni justificarse. Lo único que tú puedes controlar es lo que hablas, lo que dicen los demás esta fuera de tu alcance y no te debe afectar. Analiza también la forma cómo reaccionas ante los juicios de otros. Si te descubres reaccionando con enojo ante otra persona o circunstancia recuerda que solo estás luchando contra ti mismo. Renuncia a ese enojo y sanarás.

El perdón pone fin a todo sufrimiento. Claramente la liberación del sufrimiento siempre empieza por casa. Es por esto que el primer acto de perdón que se debe ofrecer es el perdón hacia uno mismo. En el camino de la vida todos tropezamos, caemos, nos levantamos y seguimos adelante. El equivocarse no te hace menos valioso. Acéptate como lo que eres: un ser maravilloso y amoroso. Perdónate sabiendo que a cada momento has hecho lo mejor que sabías hacer. Despídete de la culpa y libérate de su carga. Si hay paz interna no importan los remolinos externos. Apréciate como Dios te ve: inocente, merecedor de amor y libre de culpa por completo. No hay nada malo en ti. Libérate de todo juicio hacia ti mismo por lo que piensas que hiciste o dejaste de hacer. Regálate el mismo amor incondicional que te brindan Dios y tus ángeles. Ellos te piden que no seas duro contigo.

Para perdonarte a ti mismo, invoca a tus ángeles y pídeles que te ayuden a desintoxicar de toda esa dosis negativa que has cargado. Ábreles las puertas de tu corazón, permíteles que entren, limpien y te purifiquen, llenándote de nuevo de amor y luz. Entrega todos tus pensamientos de amargura. Deja que tus ángeles te despojen de la armadura y del peso que pudiste haber creado sobre tu cuerpo como consecuencia de las emociones negativas de culpa y remordimiento. Con tu intención sincera deja el dolor atrás. Visualiza a tus ángeles rodeándote y abrazándote con sus alas.

Cuando te sientas listo para perdonar a otro, entonces solicita de nuevo a tus ángeles que intervengan. Para ello busca un espacio donde nada ni nadie te perturbe. Respira profundo y pide a tus ángeles que te guíen en tu proceso de perdón y sanación. Con tu imaginación trae a esa persona que no has podido perdonar. Exprésale todo lo que sientes, tu dolor, dile todo lo que has callado. Saca todo, no te quedes con nada. Si sientes ganas de llorar hazlo. Las lágrimas son tan buena terapia como las sonrisas y las carcajadas. Con la ayuda de tus ángeles descarga responsablemente todas esas emociones negativas que te habían estado contaminando y visualízate dándole un abrazo a la otra persona. Pide a sus ángeles que los rodeen con una esfera de luz blanca y siente el alivio que proporciona el perdón.

No son las palabras las que alivian el dolor sino el amor, el don más hermoso con el que fuimos creados. El amor, que contiene la energía más pura de purificación y sanación, es el motor que nos impulsa, nuestra única realidad, la esencia y fuerza de nuestro ser.

No importa lo que nos hayan hecho, tenemos siempre la capacidad de perdonar todo. A través del perdón y la liberación sanamos y atraemos lo mejor que Dios y sus ángeles tienen para nosotros. No pretendamos cambiar a los demás. El crecimiento espiritual se da en el momento en que aprendemos a ver la luz en los otros, independientemente de las circunstancias.

Bendiciones de amor y luz. 

Martha Muñoz Losada.

miércoles, 21 de enero de 2015

EL PERDON

 
El perdón , es la llave mágica que todos debemos encontrar para sanar cualquier tipo de relación. El perdón es una expresión de amor hacia nosotros mismos y los demás. Perdonar es" aceptar" las cosas como son, no implica que tiene que gustarte lo que estás viviendo, es liberarte de sentimientos de odio, rencor, envidia, liberándote de ellos, liberas a los demás, no los retienes en tu mente, dejas libre a esa persona que te ha herido. 

El perdón es realmente un acto de amor a nosotros mismos, y a mi entender, algo que nos cuesta mucho poner en práctica. Cuando decides no perdonar, lo único que haces es estancarte en emociones negarivas. La falta de perdón te ata a la otra persona o a la situación que no puedes olvidar y una y otra vez vuelves a recordar y traes al presente tu dolor. Esto te desvastará mucho más a ti que a la otra persona, porque cargar con esos sentimientos donde quieras que vayas y con quien quieras que estés.

Si necesitas perdonar a otros, empieza por perdonarte a ti mismo. La vida es muy simple. Recibimos lo que hemos dado. Somos responsables de todas las experiencias de nuestra maravillosa vida, de las experiencias buenas y de las malas. Todos los pensamientos que tenemos van creando nuestro futuro, cada uno va creando su propia experiencia con las cosas que piensa y que dice.

Cada vez que decidas no perdonar , recuerda que el resentimiento es como tragar una cucharadita de veneno diaria, se va acumulando y nos daña. Lo que tenemos que aprender es, entender que "TODO EL MUNDO" hace lo mejor que es capaz de hacer en cada momento. Con el entendimiento, la consciencia y el conocimiento que tiene, cada uno llega hasta donde puede. Generalmente, cuando uno maltrata a alguien, ha sido maltratado de niño. Cuanto mayor es la violencia, mayor es el dolor íntimo que guarda en su interior. Esto no significa que estemos justificando las malas actitudes para con los demás, sin embargo para nuestro crecimiento espìritual, debemos "comprender" que esas personas sufren.

Deja de pensar en lo que te ha sucedido en el pasado con alguien. Libera esa imágen de tu mente, dejandola ir, te liberas tú y liberas de rencor a los demás. El pasado no tiene que tener poder sobre nosotros. No promuevas la bronca, el rencor, porque todo lo que enviamos al mundo, regresa a nosotros inevitablemente.

Cuando te ames a ti mismo lo suficiente como para poder elevarte por encima de la situación que te generó dolor, entonces la comprensión y el perdón te resultarán fáciles.

Debemos liberarnos de las preocupaciones cotidianas, de ciertas creencias negativas sobre nosotros mismos y de otras personas. La liberación tiene que ver con el PERDÓN. Aprender a perdonarnos a nosotros por posibles equivocaciones, y fundamentalmente, poder perdonar a los demás. 

Cuando no sabemos perdonar, sentimos una carga pesada sobre nuestra espalda, muy difícil de llevar. Para vibrar mas alto  tenemos que liberarnos de este pesado equipaje mental y emocional que cargamos cotidianamente.   Me refiero a sentimientos como la culpa, la envidia, el resentimiento, el dolor, necesidad de dominio, depresión, apatía, celos, etc. 

La liberación es una limpieza espiritual.