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jueves, 27 de agosto de 2020

LAS ENFERMEDADES

 LA ENFERMEDAD.

La enfermedad: un mensaje del alma.

Para conocer la cura de una enfermedad, tenemos que primero saber en qué consiste la enfermedad.

La enfermedad es una imperfección energética que puede ser transmitida, provocada y adquirida por el hombre.

Las enfermedades pueden ser físicas o mentales.

- ENFERMEDAD TRASMITIDA.

Es la enfermedad hereditaria. 

Son genes mal formados que se legan de generación en generación. Puede dejar de transmitirse si el ser que los heredó comprende su enfermedad y la trata con conocimiento de causa. 

Él puede invertir la herencia y curarse del mal: necesitará del entendimiento, conocimiento y de la ayuda cósmica, y sobre todo de muchas vidas para realizarlo. 

Deberá hacerlo con conciencia profunda para poder modificar los elementos enfermos.

- ENFERMEDAD PROVOCADA.

Es la enfermedad de causa y efecto conocida como karma.

El Significa que el ser, a través de sus vidas y existencias pasadas, distorsionó sus pensamientos de tal forma que llegó a enfermar su cuerpo.

Consecuentemente, nacerá con alguna deficiencia referente centro energético que lo afectó con su accionar. Él será el causante de la enfermedad. 

Si él entiende a través del conocimiento y entendimiento el proceso de la causa y efecto, podrá invertir la trastorno por la perfección. 

Necesitará también otras vidas y existencias para poder realizarlo.

- ENFERMEDAD ADQUIRIDA.

Es la enfermedad de la imperfección de los mundos primarios. 

Al pertenecer a mundos primarios, el ser humano no está libre de adquirir ciertas enfermedades que fluctúan en el ambiente y que desgraciadamente respira e ingiere. 

**

De esta forma al conocer las enfermedades se podrán aplicar las curas, en la actual experiencia de vida.

La cura debe ir dirigida a sanar la causa para evitar el efecto. La medicina tradicional trata el efecto no la causa.

Existen muchas terapias  alternativas que ayudan a conocer y enterder el origen de la enfermedad y lograr la sanacion.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

APRENDIENDO A ENTENDER LA ENFERMEDAD.

Queridos amigos, aquí estoy con mucho respeto por el camino en el que ustedes están.

 Soy María Magdalena, y también he estado en la Tierra en un cuerpo terrenal. He experimentado la confusión, la emoción y la oscuridad que puede estar presente en una vida humana. También he experimentado la luz, aquellos momentos de intuición y profundo éxtasis, porque yo sentí la presencia de mi alma y esa experiencia me hizo salir de la confusión y alejarme de la soledad de la vida terrenal.

Este ir y venir entre la luz y la oscuridad es característico de la vida humana. También es el propósito de la vida terrenal llegar a conocer y respetar estos opuestos que se producen tanto en ustedes mismos como en el mundo. La luz, tanto como la oscuridad, llevan tesoros en su interior. Desde la perspectiva de la unidad, aquella que trasciende la dualidad de la vida terrenal, no hay conflicto entre la luz y la oscuridad; es sólo la dinámica entre estos dos opuestos.

A través de la oscuridad ustedes descienden a las profundidades que sólo se pueden experimentar mientras se está en un cuerpo humano, con la mente y las emociones de un ser humano. Desde aquellas profundidades puede nacer una luz que agrega algo nuevo a la Creación, al universo y al cosmos. Lo que ustedes están haciendo mientras están aquí en la Tierra es especialmente valioso. 

Debatirse entre sentimientos de dolor, de soledad y de confusión, y éxtasis, claridad y alegría es parte de estar en el reino terrenal de la dualidad. Acepten ese flujo y reflujo, porque de esta manera hacen que la vida sea mucho más ligera.

Muy a menudo ustedes luchan contra esas olas, porque quieren evitar sentirse miserables y retornar al polo de la luz lo antes posible. Pero de esa resistencia a la oscuridad surge una separación artificial entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal. Se vuelven antónimos: la luz es buena, la oscuridad es mala, pero esa oposición crea una dualidad que es falsa, ficticia. Las emociones oscuras también tienen un valor y llevan mensajes significativos. La luz sola no es suficiente. La oscuridad representa un enorme poder, porque de ahí viene la posibilidad de ser un yo independiente quien hace elecciones y toma decisiones, que explora cosas nuevas, crece en fuerza y autoconciencia. Toda la evolución de su alma depende de que ustedes tengan conocimiento de la oscuridad, para que puedan trabajar en conjunto con ella y transformarla.

Eso se vuelve muy claro cuando están tratando con la enfermedad, con síntomas físicos que interrumpen y derrumban sus hábitos y su vida cotidiana. La presencia de estos síntomas los obliga a sumergirse en la oscuridad, porque debajo del dolor y del nivel físico de la enfermedad yace toda una represa de emociones que quiere ser vista, que ha sido reprimida por un cierto tiempo. Son esas voces en la oscuridad que a menudo quieren llegar a través de la enfermedad. Sin embargo, debido a que ustedes, a través de su crianza y de su sociedad, han crecido con mucho prejuicio acerca de lo bueno y de lo malo, de lo que puede y no puede ser, reprimen los mensajes de la enfermedad y a menudo se enfocan en los síntomas físicos, es decir en los aspectos externos de la enfermedad.

Los invito a mirar a la enfermedad más profundamente, y de una manera eso comienza con suspender todos los juicios acerca de lo que es malo y de lo que es bueno, que son realmente perjudiciales para el examen interno: la exploración de sí mismo. La enfermedad no es mala en un sentido moral. Por supuesto es molesta, inoportuna, dolorosa, y a la luz de esto es natural que ustedes anhelen la salud y la armonía, pero la enfermedad en sí misma no es mala. Es el resultado final de un proceso interno y una dinámica entre reprimir y querer ser visto, y esta dinámica se da a conocer a través del cuerpo.

Vean a su cuerpo como un instrumento muy puro. Mientras su cabeza está llena de juicios morales acerca de lo bueno y de lo malo, el cuerpo permanece externo a eso. El cuerpo viene antes, y está fuera, del reino del juicio y de la moralidad. Eso en sí mismo es un milagro; el cuerpo no se enredará ni se unirá a las voces del prejuicio, del miedo y de la moralidad. En este sentido el cuerpo es el instrumento más puro que tienen a su disposición aquí y ahora.

No consideren al cuerpo sólo como una cosa física, sólo como un trozo de materia, sino como un fenómeno o manifestación mucho más compleja. El cuerpo es ante todo un campo de energía. 

Siéntanse a ustedes mismos desde la cabeza a los pies, incluso mientras están sentados aquí ahora. Sean conscientes de la corona de su cabeza y de sus pies y dedos de los pies, y sientan que a su alrededor hay un campo que lo abarca todo. Ese campo no termina en la superficie de su cuerpo, se extiende más allá y es más grande que su cuerpo.

El campo del cual les hablo, su campo de energía, está relacionado muy estrechamente con las células y los órganos que componen su cuerpo al nivel físico. El cuerpo y el campo están profundamente entrelazados; uno no existe sin el otro. Sientan el campo viviente en y alrededor de ustedes y conéctense con él. Respiren en su vientre y relájense. Este campo contiene la verdad sobre ustedes y está tan cerca, los impregna y los rodea, y sin embargo a menudo no pueden llegar a él porque sus pensamientos actúan como una barrera que los aparta de las señales y de los impulsos, la verdad de su cuerpo.

La barrera de pensamientos está compuesta de juicios, normas y de cómo deberían ser las cosas, lo que está permitido y lo que no. Esta barrera trabaja como una espada de corte porque divide sus experiencias y sentimientos en cajas, y el flujo suave, la unidad de la totalidad, se rompe y se fragmenta. Traten de sentir el campo sin pensar en él; simplemente permitan que esté ahí. Díganle “hola” a su cuerpo, al campo de energía sofisticado y afinado que es. Su alma está tan presente en este campo como lo está en las células físicas de su corazón, de sus órganos, de su sangre, y todos ellos están íntimamente ligados. Lo que los desconecta a ustedes de este campo viviente son sus pensamientos, que juzgan y separan. Suelten esto ahora dándose la bienvenida a ustedes mismos. Vayan contra todos esos prejuicios centenarios diciéndole “sí” a su corazón, a su vientre, a todas las emociones que llevan dentro de ustedes, lo llamado bueno y malo, y véanlos como un todo. ¡Sean libres en ustedes mismos! Asuman que todo lo que está vivo aquí en este campo es bueno y es bienvenido y tiene un valor.

Imaginen que con su conciencia buscan los bordes de este campo. Vean si pueden sentir hasta dónde se extiende, adonde se siente bien, cuán grande es su campo. Imaginen que se deslizan muy ligeramente a lo largo de esos bordes con su conciencia y confirman: “Sí, esto soy yo”. También, por favor determinen si el campo se extiende debajo de sus pies y si hace contacto con la Tierra. Si no lo hace totalmente, vayan con su conciencia justo debajo de sus pies y sientan cómo la energía de la Tierra les da la bienvenida.

El poder nutritivo y de apoyo de la Madre Tierra los ayuda a sentirse más relajados y serenos dentro de su propio campo de energía, y lo hace sin juzgar. La Tierra y su cuerpo van de la mano; trabajan desde el mismo dinamismo, la misma sabiduría. Éste es el comienzo de la conexión con la energía de una enfermedad o dolencia; vuélvanse libres de prejuicios y vuelvan a casa con ustedes mismos. Sientan cómo necesitan esa conexión y cómo la han perdido. Juzgarse y compararse continuamente con los demás es perjudicial, crea tensión y nerviosismo.

Para aprender a comprender la enfermedad, es necesario volver a casa contigo mismo, decir “sí” a quienes son y entrar al campo del no-juicio que está alrededor y en su cuerpo. Imaginen, a medida que se serenan, en un estado de tranquila observación y dejando ser, que un portal aparece ante su ojo interior. Detrás de ese portal está una parte de ustedes que han perdido, que no han querido ver. Su cuerpo experimenta una dolencia o una desarmonía porque ustedes quieren mantener esa parte bajo llave y con cadena. Suelten sus pensamientos acerca de lo que esa parte podría ser y ahora imaginen que el portal está abierto. Con su atención y tranquila presencia a esa energía, a esa parte de ustedes, ahora se le permite salir. Ustedes ya no sienten la necesidad de frenarla. Tan sólo vean lo que sale, lo que sucede. Y recuerden – ¡todo está bien!

Si se encuentran a punto de emitir juicios o si comienzan a dudar de que el proceso esté funcionando, otra vez, suelten esos pensamientos. Ustedes no tienen que ver nada, simplemente sentir lo que sale del portal y decir “sí “a eso. Si sienten una pesadez ahí, un cierto estado de ánimo puesto ahí, o si ven una imagen o un color saliendo del portal, pregunten dónde se ubica en su cuerpo. Lo que sale es una energía emocional que ustedes han reprimido y ahora preguntan dónde está teniendo lugar en su cuerpo esa represión. ¿Está ocurriendo arriba o abajo en su cuerpo, en algún órgano en particular o en una cierta ubicación en su campo de energía? Simplemente busquen algo que llame su atención en el campo de energía que ustedes son. Dejen que el cuerpo les hable; él quiere hablarles, darles sugerencias, permítanse ver algo. Ábranse, e incluso si en un principio no les da resultado, háganlo nuevamente cuando estén solos y en un estado de relajación.

Conéctense con el campo que no conoce juicios. Imaginen que hay un portal a través del cual algo que les pertenece, y que han empujado lejos, quiere mostrarse y manifestarse. Dejen que la conciencia y la luz fluyan hacia la parte de su cuerpo que ha sufrido por la represión. Y no importa si este proceso de conexión con su cuerpo no produce resultados notables inmediatamente. Ustedes están luchando contra tradiciones antiguas de ver las cosas basadas en el miedo y en juzgar. 

Recuperar la conexión pura intuitiva con su cuerpo demanda, una y otra vez, que ustedes se inclinen en un estado de quietud y de no-juicio. Si hacen esto regularmente, comenzarán a sentir cuán efectivo es esto. Incluso si inmediatamente no viene a ustedes un mensaje, todavía es bueno estar con uno mismo en este nivel muy puro.

Finalmente, yo les pido una vez más que experimenten el poder de la Tierra debajo de sus pies y también mientras está presente en su cuerpo. Sientan la fuerza natural y la ausencia de juicio ahí. La Tierra sabe intuitivamente lo que ustedes necesitan sanar, tanto físicamente como a nivel emocional. 

Reciban su fuerza ahora y estén abiertos a la fuerza de la Tierra dentro de su cuerpo.

miércoles, 6 de enero de 2016

MUTACIÓN DEL CUERPO, NO ENFERMEDAD

En estos momentos de Liberación y Sanación Energética, el ser humano en el Planeta está experimentando lo que se conoce como síntomas de Ascensión, lo que significa tener cambios en los cuatro cuerpos inferiores; en el cuerpo físico, el etérico, el emocional y el mental, los cuales son confundidos en algunas ocasiones como síntomas de enfermedades, pero en realidad significan mutaciones, los cuerpos están cambiando hacia una nueva constitución cristalina de Luz, dejando atrás la constitución de carbono.

Es recomendable que todos nos hagamos una revisión médica para ver si hay algún problema en nuestros cuerpos, la revisión y el tratamiento es mejor si es a través de métodos naturistas en lo posible, de esta forma las personas incrédulas o de difícil aceptación, podrán comprobar que no hay nada malo en sus cuerpos, aunque se estén sintiendo con molestias, lo que significa es que estamos mutando hacia los nuevos cuerpos de Luz necesarios para el cumplimiento de la Ascensión Planetaria y Personal.

Los síntomas de Ascensión o de Mutación se manifiestan de diferentes maneras debido a la incorporación de una mayor cantidad de Luz en nuestros cuerpos, y se presentan principalmente como dolores de cabeza, resfriados, molestias en los ojos, la garganta, la espalda, todo relacionado con la columna sobre la línea de chakras, el problema es que éstas molestias la mayoría de las personas las toman como enfermedades, por la percepción limitada de 3a. Dimensión.

La forma correcta de asimilar estos síntomas es verlos desde nuestra perspectiva de 5a. Dimensión, pero para esto es necesario tener estudios espirituales para poder entenderlo, para comprender que estamos cambiando para manifestar algún día cuerpos de Luz y saber qué es lo que debemos hacer, una vez que entramos al conocimiento podremos apoyar esos cambios en nuestros cuerpos con meditación, sanación kármica y con un mejor servicio planetario.

Estos síntomas mutacionales no son pensados ni analizados desde la forma de nuestro ser superior por la mayoría de las personas, sino que son tomados desde la manipulación que siempre ha existido, en la posición de víctimas de la conciencia de la enfermedad. La Conciencia de enfermedad es un diagrama desviado ideado por la Matrix para mantener a la humanidad atrapados en las polaridades dramáticas del papel de víctima, una de las muchas polaridades que mantienen la 3a dimensión.

En este momento de Luz Planetaria tú puedes elegir tu propia realidad una vez que hayas despertado al conocimiento de ti mismo, ahora puedes elegir dejar de ser una víctima de tu cuerpo físico y de todo lo que te rodea, o elegir ser una Presencia Yo Soy experimentando en este cuerpo físico las mutaciones necesarias para la iluminación, que pueden causar incomodidades necesarias para este proceso de Ascensión.

Si estás experimentando esto, necesitas solamente encontrar un punto de apoyo, algún compañero en el sendero que tenga los mismos síntomas, un Trabajador de Luz, un Instructor, un Maestro Ascendido, para que a través de la Meditación y por medio de las sanaciones se pueda sanar y equilibrar este proceso y continuar de una forma fácil y agraciada por el sendero de la Ascensión.

Por Helios Roche.

martes, 4 de agosto de 2015

MIEDO A LA ENFERMEDAD

La enfermedad es un desequilibrio de tu estado de conciencia. Cuando empiezas a sentirte débil, está claro que perdiste tu fortaleza interior. “Enfermedad”, es una palabra compuesta del latin “in-firmus”, que significa “Sin Firmeza”.
Si comienzas a erradicar las auto-culpas, estarás dejando las cárceles del saboteo mental y te liberarás de estas ataduras.
El filosofo Platón dijo: “mente sana en cuerpo sano”. Piensa positivo respecto de ti mismo.
La enfermedad se contagia, perjudicando a otro ser, como se puede contagiar la salud.
Reconcíliate con el pasado, perdona íntimamente en tu corazón todos los sucesos de dolor y llena tu corazón de alegría, perdón y paz.
Permanece también en silencio, porque Dios te hablará en este espacio de meditación.
El remedio para la enfermedad es el Amor. Te daras cuenta que, de todos los medicamentos, el amor también crea adicción. Conviértete en un “adicto al amor”, llénate de amor, ya que nadie puede otorgar lo que no tiene, da amor y recibirás a cambio amor.
Estarás cada vez mas sano y lleno de vitalidad. El mundo necesita que estés saludable, para poder cumplir tu rol de ser un gestor de cambios en este planeta, que necesita curar su alma.

Si hay algo de lo que podemos estar seguros es que, cuando Sea el momento, partiremos de esta vida, no antes ni después. Cuando el médico nos da la primera nalgada para que comencemos a respirar, se activa la cuenta regresiva; ese tic-tac que nos indica que vamos yendo hacia el día que debamos “parar”. Es por eso que la vida es un constante “Pre-parar”, es decir, una invitación a trascender en cada instante vivido, hasta que llegue tu turno de “parar

viernes, 13 de febrero de 2015

LA ENFERMEDAD UNA OPORTUNIDAD DE CRECIMIENTO

Tu enfermedad tiene mucha información importante para ti. Si te dispones a desclasificar esa información, aprenderás algo muy importante para ti y de paso sanarás. La enfermedad se convierte entonces en una oportunidad para acercarte más a tu perfección y acercarte más a la dicha de vivir.

Cuando una enfermedad nos alcanza, comúnmente nos sentimos muy vulnerables frente a ella, especialmente cuando esa enfermedad es de una evolución rápida y con peligro de empeorar sin tener el tiempo suficiente para revertirla. Sin embargo, cualquier tipo de enfermedad puede ser revertida si se atiende el mensaje que trae consigo.

Una enfermedad se manifiesta cuando tenemos un conflicto, que no hemos sido capaces de resolver, con el nivel de conciencia que tenemos en ese momento. O sea, cuando no nos creemos capaces de sobrepasar cierta situación que nos complica la vida. Por ejemplo, cuando no nos sentimos seguros, generamos un estrés que puede crear enojo como medida de defensa, lo que finalmente puede crear una enfermedad al hígado.

Si el nivel de conciencia se elevara, se podría encontrar la solución a ese conflicto y la enfermedad se retiraría. Pero ¿cómo podemos elevar ese nivel de conciencia? Comprendiendo que somos seres perfectos y magníficos y que todo inconveniente solo es una oportunidad para crecer y ser cada día mejor, recuperando el empoderamiento y sintiéndonos más alineados al amor.

Un conflicto se crea por una falta de entendimiento de la situación que se presenta y al no poder encontrar la verdad sobre ella, el cuerpo físico manifiesta la consecuencia de ese estrés que advertimos por medio de los síntomas de la enfermedad. Este proceso se crea en forma inconsciente. Si nos diéramos cuenta, solo tendríamos el problema y no la enfermedad. La enfermedad es una solución bilógica que tiene por finalidad sacar a la luz un conflicto que se encuentra invisible a nuestros ojos. Si fuera visible, solo estaría el problema.

Aún está muy arraigada la necesidad de buscar la solución a la enfermedad en los médicos y en los medicamentos. Estos pueden ayudar, pero la verdadera sanación llega cuando enfocamos la enfermedad en forma correcta preguntando qué podemos aprender por medio de ella.

En la sociedad es poco usual mirar la enfermedad como una oportunidad para ser más feliz. Es necesario un cambio profundo de lo que significa una enfermedad y darse cuenta de qué es lo que debe mejorar en nosotros para acercarnos más a nuestra perfección. Cuando comprendemos que siempre estamos seguros, vivimos en forma libre y confiada y no enfermamos.

El cuerpo solamente es afectado cuando los otros cuerpos se encuentran en desequilibrio, las emociones, las creencias y las ideas. La enfermedad se produce cuando algo no está siendo observado con los ojos del entendimiento espiritual, cuando hay un alejamiento en las ideas, en las creencias y en las emociones respecto a lo que somos.

Un ser con inteligencia espiritual madura, no requiere enfermar, no tiene conflictos inconscientes, porque se encuentra claro y en la certeza de que todo está bien siempre. Pase lo que pase, sabe que todo está bien y que se encuentra a salvo.

La enfermedad se convierte en un medio que nos puede guiar para llegar a esta madurez espiritual y su mensaje es muy claro. Siempre afecta a los órganos que están involucrados con nuestro desequilibrio interior.

El ser humano tiene la capacidad para escuchar el mensaje de su enfermedad y disponerse a trabajar en él. Para todo aquel que se encuentra en este camino, una enfermedad es una valiosa guía que le ayuda a comprender en qué parte del camino se encuentra. No le teme.

No temer a la enfermedad es un buen síntoma. El solo hecho de temerla es un gran impedimento para avanzar debido a que todas las energías se vuelcan al rechazo de ella y se desprecian en vez de ser utilizadas para su entendimiento.
Cambiar la mirada sobre tu enfermedad es la puerta que te puede llevar a un nivel donde ya no necesitarás volver a enfermar para seguir tu evolución. En niveles de conciencia más elevados no necesitamos enfermar para crecer, podemos hacerlo en forma consciente y sin la necesidad de sufrimiento, ni dolor físico.


Tu cuerpo ofrece una solución bilógica a tu conflicto interno cuando ni siquiera alcanzas a darte cuenta de que tienes un conflicto que resolver. Cuando la enfermedad se presenta, ya no te queda ninguna duda, se te ha presentado la evidencia perfecta que te demuestra que hay algo por trabajar en tu interior

jueves, 29 de enero de 2015

NO SOY TU ENFERMEDAD, SOY EL SÍNTOMA

Hola, tengo muchos nombres: 

... dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, gripe, dolor de garganta, insuficiencia renal,diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue... 

Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas para ti. 

Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje que comprendas. Que entiendas. 

A ver, dime algo..
... ¿tú irías a negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de "paz" impreso en la espalda? 
¿No verdad?.

Entonces, por qué no comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser "sutil" y "suavecito" cuando debo darte el mensaje. Me golpeas, me odias, con todo el mundo te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo.

Sólo te escucho decirme: "Cállate", "vete", "te odio", "maldita la hora en que apareciste", y mil frases que me hacen impotente para hacerte comprender. 

Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje.
- 
¿Qué haces tú? Me mandas a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas días con día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma "mágica" yo me vaya de tu cuerpo.

Y yo, cuando mi única intención es darte un mensaje, soy totalmente ignorado.

Imagínate que soy esa alarma con sirena en el Titanic, esa que intenta de mil formas decirte que de frente hay un Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme...
¿Vas comprendiendo??
-
Para ti, yo el síntoma, soy "La Enfermedad".
Qué cosa más absurda. 
No confundas las cosas.
Y vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas.

Gastas dinero que no tienes en medicamento tras medicamento. Y sólo para callarme.
-
Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma. 
¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que está intentando salvarte?

La enfermedad, "eres tú", "es tu estilo de vida", "son tus emociones contenidas", eso sí es la enfermedad. Y ningún médico aquí en el planeta tierra, sabe cómo combatir enfermedades. Lo único que hacen es combatirme, combatir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. 

Ponerme un maquillaje invisible para que tú no me veas.
- 
Y sí, está bien si ahora que lees esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un "golpazo a tu inteligencia". Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende de ti no necesitarme más. Depende totalmente de ti, analizar lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.

Cuando yo, "el síntoma", aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no enfermarte. Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: 
.."por qué apareció este síntoma en mi vida", "qué querrá decirme"?.¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora?,

Si dejas este trabajo de investigación, sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás. Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón, con tus emociones.
Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que me duerma, analiza lo que trato de decirte, de verdad que por una vez en la vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo. Y entre más rápido hagas conciencia del por qué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré.

Poco a poco descubrirás, que entre mejor investigador seas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir. Al mismo tiempo que logres ese equilibrio y perfección como "analizador" de tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a consultar a un médico ni a comprar medicinas.
- 
Por favor, déjame sin trabajo. 
¿O piensas de verdad que yo disfruto lo que hago?
Te invito a que reflexiones, cada que me veas aparecer, el motivo de mi visita.
Te invito, a que dejes de presumirme con tus amigos y familia como si yo fuera un trofeo.
-
Estoy harto de que digas:
"Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético".

"Ay pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar".
"Siempre yo con mi migrañas".

Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás.

Mi trabajo es vergonzoso. Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. 

Cada vez que me presumes, realmente estás diciendo: "Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, mírenme, mírenme!".

Por favor, haz conciencia, reflexiona y actúa.
Entre más pronto lo hagas, más rápido me iré de tu vida!
Atte,

El síntoma.