Tu
enfermedad tiene mucha información importante para ti. Si te dispones a
desclasificar esa información, aprenderás algo muy importante para ti y de paso
sanarás. La enfermedad se convierte entonces en una oportunidad para acercarte
más a tu perfección y acercarte más a la dicha de vivir.
Cuando
una enfermedad nos alcanza, comúnmente nos sentimos muy vulnerables frente a
ella, especialmente cuando esa enfermedad es de una evolución rápida y con
peligro de empeorar sin tener el tiempo suficiente para revertirla. Sin
embargo, cualquier tipo de enfermedad puede ser revertida si se atiende el
mensaje que trae consigo.
Una
enfermedad se manifiesta cuando tenemos un conflicto, que no hemos sido capaces
de resolver, con el nivel de conciencia que tenemos en ese momento. O sea,
cuando no nos creemos capaces de sobrepasar cierta situación que nos complica
la vida. Por ejemplo, cuando no nos sentimos seguros, generamos un estrés que
puede crear enojo como medida de defensa, lo que finalmente puede crear una
enfermedad al hígado.
Si
el nivel de conciencia se elevara, se podría encontrar la solución a ese
conflicto y la enfermedad se retiraría. Pero ¿cómo podemos elevar ese nivel de
conciencia? Comprendiendo que somos seres perfectos y magníficos y que todo
inconveniente solo es una oportunidad para crecer y ser cada día mejor,
recuperando el empoderamiento y sintiéndonos más alineados al amor.
Un
conflicto se crea por una falta de entendimiento de la situación que se
presenta y al no poder encontrar la verdad sobre ella, el cuerpo físico
manifiesta la consecuencia de ese estrés que advertimos por medio de los
síntomas de la enfermedad. Este proceso se crea en forma inconsciente. Si nos
diéramos cuenta, solo tendríamos el problema y no la enfermedad. La enfermedad
es una solución bilógica que tiene por finalidad sacar a la luz un conflicto
que se encuentra invisible a nuestros ojos. Si fuera visible, solo estaría el
problema.
Aún
está muy arraigada la necesidad de buscar la solución a la enfermedad en los
médicos y en los medicamentos. Estos pueden ayudar, pero la verdadera sanación
llega cuando enfocamos la enfermedad en forma correcta preguntando qué podemos
aprender por medio de ella.
En
la sociedad es poco usual mirar la enfermedad como una oportunidad para ser más
feliz. Es necesario un cambio profundo de lo que significa una enfermedad y
darse cuenta de qué es lo que debe mejorar en nosotros para acercarnos más a
nuestra perfección. Cuando comprendemos que siempre estamos seguros, vivimos en
forma libre y confiada y no enfermamos.
El
cuerpo solamente es afectado cuando los otros cuerpos se encuentran en
desequilibrio, las emociones, las creencias y las ideas. La enfermedad se
produce cuando algo no está siendo observado con los ojos del entendimiento
espiritual, cuando hay un alejamiento en las ideas, en las creencias y en las
emociones respecto a lo que somos.
Un
ser con inteligencia espiritual madura, no requiere enfermar, no tiene
conflictos inconscientes, porque se encuentra claro y en la certeza de que todo
está bien siempre. Pase lo que pase, sabe que todo está bien y que se encuentra
a salvo.
La
enfermedad se convierte en un medio que nos puede guiar para llegar a esta
madurez espiritual y su mensaje es muy claro. Siempre afecta a los órganos que
están involucrados con nuestro desequilibrio interior.
El
ser humano tiene la capacidad para escuchar el mensaje de su enfermedad y
disponerse a trabajar en él. Para todo aquel que se encuentra en este camino,
una enfermedad es una valiosa guía que le ayuda a comprender en qué parte del
camino se encuentra. No le teme.
No
temer a la enfermedad es un buen síntoma. El solo hecho de temerla es un gran
impedimento para avanzar debido a que todas las energías se vuelcan al rechazo
de ella y se desprecian en vez de ser utilizadas para su entendimiento.
Cambiar
la mirada sobre tu enfermedad es la puerta que te puede llevar a un nivel donde
ya no necesitarás volver a enfermar para seguir tu evolución. En niveles de
conciencia más elevados no necesitamos enfermar para crecer, podemos hacerlo en
forma consciente y sin la necesidad de sufrimiento, ni dolor físico.
Tu
cuerpo ofrece una solución bilógica a tu conflicto interno cuando ni siquiera
alcanzas a darte cuenta de que tienes un conflicto que resolver. Cuando la
enfermedad se presenta, ya no te queda ninguna duda, se te ha presentado la
evidencia perfecta que te demuestra que hay algo por trabajar en tu interior
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