Las almas Trabajadoras de la Luz al nacimiento
se sumergen dentro del paradigma de los padres que han elegido para ellas
mismas como almas.
Ahora,
los Trabajadores de la Luz frecuentemente llevan con ellos una asignación extra
en relación con los padres o con el paradigma paternal. Los Trabajadores
de la Luz, cuando vienen a la tierra, tienen la intención de plantar la
semilla, los brotes de la conciencia Crística, la energía de la Nueva Era.
En
un sentido incluso más profundo que las otras almas, Los Trabajadores de la Luz
tienen el propósito de comprender el paradigma del corazón en la realidad
terrenal. Específicamente por esta razón
muchas almas Trabajadoras de la Luz eligen familias para encarnarse en
ellas, en las cuales hay mucha oscuridad. Con oscuridad se refiere simplemente
a las ilusiones que llevan a la pérdida
de su maestría, a la pérdida de su verdadera unidad, a la pérdida del
amor.
Así,
cuando los Trabajadores de la Luz vienen a la tierra con una conciencia
desarrollada, un refinamiento o ‘antigüedad’ en sus almas, ellos terminan en
familias donde algo está sucediendo, donde una cierta ilusión es experimentada
al extremo.
Por
la naturaleza de su misión, los Trabajadores de la Luz son como un imán
arrastrado a situaciones donde la energía se ha quedado atascada, donde la
energía está paralizada como en un callejón sin salida. Ellos sienten como su
tarea el hacer que la energía fluya nuevamente ahí. Y es por esto que los
Trabajadores de la Luz frecuentemente nacen dentro de familias
difíciles.
Cuando
ellos comienzan la vida, los Trabajadores de la Luz a menudo tienen una fuerte
confianza de que ellos encontrarán la salida, de que ellos superarán la
energía limitante. Sin embargo, cuando ellos nacen como niños y crecen, están
expuestos a los mismos dilemas y confusiones como cualquier otro niño. En un
cierto sentido, ellos incluso experimentan esta confusión más profundamente y
más intensamente. Debido a que llevan consigo mucho de la energía del Hogar,
ellos (interiormente) chocan frontalmente con los modelos de energía bloqueada
en su entorno y esto los hiere profundamente. Así existe un cierto riesgo
implicado en el viaje de los Trabajadores de la Luz hacia aquellos lugares de
oscuridad o error. Es una misión peligrosa. Por eso se les llama a ustedes valientes guerreros, es por esta
razón. Su nacimiento aquí es un aterrizaje en un paisaje
inhóspito con solamente ustedes, su conocimiento interior, como equipaje. Hay
una baja resonancia con el ambiente, no mucho reconocimiento y admisión de
quiénes son ustedes.
Es
el extranjero que ustedes buscan como un Trabajador de la Luz. Como un
Trabajador de la Luz ustedes son los pioneros que quieren cambiar la dirección
a algo, cambiar algo, y ustedes siempre son los primeros en hacer eso en ese
ambiente. Por lo tanto ustedes no se encuentran con sus semejantes en ese
momento. Y eso hiere, es duro para un alma humana. Como una entidad espiritual
ustedes han elegido este camino conscientemente pero como un ser humano,
mientras son niños puede ser cruel. Es por esto que se les invita a sentir y a
reconocer ese dolor en ustedes mismos, porque sólo haciendo eso pueden trabajar
con eso y liberarlo. Es el dolor de un niño que está desamparado y que nunca
encuentra reconocimiento de su originalidad. El niño es un extraño en ese
ambiente. Los Trabajadores de la Luz experimentan esto incluso más porque ellos
son muy ‘diferentes’ y porque buscan un
ambiente donde el ser diferente no sea reconocido o sea aceptado con
dificultad.
Todo
el viaje del niño hacia la edad adulta e incluso hacia la vejez, puede ser
visto como un desafío a encontrar nuevamente su propia, innata luz
interior. El desafío es ser, desde su interior profundo, conocer y sentir otra
vez: "este soy yo.
"Esto
es especialmente verdadero para los Trabajadores de la Luz. Su asignación ante
todo es llegar a ser quienes ellos son. Al hacer eso, ellos llevan a cabo su
misión. No es su tarea mejorar el mundo. Es su tarea encontrarse a ustedes
mismos. Y sí, el mundo llegará a ser un mejor lugar por esto, porque su Luz
entonces brillará de un modo natural. Pero ustedes no tienen que trabajar para
esto, sólo sucederá. El verdadero trabajo es soltar todas aquellas pizcas
de paradigma del ego (miedo, ilusión) que ustedes absorbieron tan profundamente
cuando eran niños, durante los tres primeros meses y después.
Esta
liberación es una tarea extremadamente pesada. No quiero desalentarlos
diciéndoles esto. Más aún, yo quiero enseñarles a ustedes que pueden tener
mucho respeto por ustedes mismos y que ustedes son los valientes guerreros. El
desafío es realmente ser todo lo que ustedes pueden ser en un ambiente que no
es el propio. Este es el trabajo del pionero, de aquél que allana el terreno
para una nueva conciencia aquí en la tierra.
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