Cuando
una persona muere el alma abandona el cuerpo y emprende el camino de regreso a
un nuevo comienzo, a un nuevo nivel. Examina si ha cumplido los objetivos
generales que se marcó antes de encarnar y si es así ascenderá a un nuevo
nivel…evolucionará, se hará mayor, alcanzará más conocimientos y para lograrlo
se propondrá nuevos retos. Es el ser quien escoge los objetivos que quiere
lograr y es libre para cambiar. Pero el ser no es el ego, recuerda…
Si el
ser siente que no ha conquistado esos objetivos y quiere lograrlo dispondrá
nuevas estrategias para enfrentar esos objetivos y puede ser asistido tanto en
la elaboración como en la ejecución de las mismas.
Pasemos
a relatar cada una de las edades que experimenta el alma. Si hacemos una
analogía con las etapas de la vida humana, obtenemos que el alma puede estar en
alguna de estas edades aunque lo normal es que manifieste distintas edades
según en qué aspecto nos enfoquemos.
El Nacimiento del Alma
El fragmento recién nacido es bruto, grosero, sin experiencia y lucha por
sobrevivir en el plano físico. Es brusco con el prójimo, carece de empatía y
tiene la mente muy cerrada. Son inflexibles y muy supersticiosos. Como es un alma nueva, sus
necesidades son de vivir experiencias crudas e intensas. Como desgracias,
enfermedades, batallas, ser oprimidos, inundaciones, y catástrofes naturales.Se
comportan instintivamente mucho más que racionalmente y normalmente carecen de
conciencia. Debe enseñársele lo que es correcto y lo que no lo es.
El
nivel evolutivo del planeta impide la llegada de almas recién nacidas, no habrá
experiencias aquí para ellas.
La Niñez del Alma
Un poco
más evolucionada, necesita de las rutinas, para sentirse segura. Funcionan como
un reloj. La hora de comer, de dormir, de trabajar, de leer, de salir….todo muy
estructurado en un horario que siguen firmemente.
Les
encantan las reglas impuestas por sus superiores. Son muy devotas porque les
atrae la tradición y los rituales pues eso les da mucha seguridad.
Estas
almas tienden a ser muy firmes en sus creencias y si alguien los trata de
confundir reaccionan enfadándose a veces pueden incluso ser violentos. Pueden
pelear y hasta matar por defender su creencia. Protegen las tradiciones de sus
civilizaciones y se resisten al cambio.
Están
llenos de conflictos internos que derivan de acometer las normas sin pensar por
ellos mismos.
Tienden
a ser obsesivos, controladores y le tienen terror a lo desconocido. Muy
sugestionables son presa fácil de cualquier comecocos. Estas personas buscan la
protección de almas más avanzadas. Les gusta estar sujetos a autoridades que
les indiquen qué hacer y cómo actuar.
Pueden
ser muy violentos y abusar fácilmente de otros. Este mal comportamiento es una
manera muy cruel de aprender a sobrevivir en este mundo. Pero es como empiezan
a crear su karma.
La Juventud
El alma
joven está lista para ser independiente y tiene la habilidad para luchar por
todo lo que quiere conquistar en la vida.
Pelea
por obtener posiciones de poder y prestigio o ser famoso o una figura pública.
Su meta
es la competencia, querer ganarle a todos los que se le pongan por delante,
buscan prestigio, riqueza y poder a cualquier precio. Necesitan probarse
continuamente.
Están
muy identificados con su físico y sienten mucho miedo de envejecer y de la
muerte. Tienen ansiedad por acumular experiencias, creen que no van a regresar
y por eso quieren logran ser ricos y famosos durante su vida pensando que la
vida solo se vive una vez.
El alma
joven se preocupa por resolver sus crisis y busca ayuda profesional si lo cree
necesario.
Son muy
superficiales pero les interesa muchísimo vivir en ambientes puros, limpios y
ordenados. Todo lo que es bello y estético les atrae.
La madurez
Esta alma ha logrado reconocimiento, prestigio y poder sin embargo
se siente insatisfecha y vacía. Se pregunta quién es y porque está en este mundo. La
personalidad del alma madura sufre de máximo estrés, tiene episodios de
ansiedad y algunas
veces pueden conducirla al suicidio.
El alma
madura no quiere socializarse, al contrario, tiende a aislarse y desea que los
demás la dejen en paz porque sus vidas son muy intensas a nivel interno.
Igual
que el alma niña desea tener una casa, el alma joven desea tener una mansión,
pero el alma madura desea una casa que pueda construir ella misma, con su buen
hacer, a su gusto, en su lugar favorito y donde pueda disfrutar de paz y
serenidad. Esta alma desarrolla su habilidad artística al máximo. Estas almas
eligen normalmente compañeros que duran toda su vida.
La vejez
El alma
vieja aprende las lecciones pendientes del alma madura en cuanto a relaciones
sentimentales y personales con los demás.
El alma
vieja se percibe a sí misma como parte del universo y no como un individuo
aislado. Cuando ve a otro ser humano se ve a sí misma.
Es fácil
llevarse bien con un alma vieja pero pocas veces esta alma hace cosas que no
desea hacer.
La
principal meta de un alma vieja es lograr una satisfacción interna sin crear
más karma.
Prefiere
trabajar en su negocio propio, con sus propios horarios, sus propias reglas y
le da a su trabajo un significado espiritual.
Es un
alma muy discreta y le gustan pasatiempos como la jardinería, la elaboración de
objetos, los animales, enseñar a los demás y dar consejos.
Muchas
almas viejas son terapeutas y se deleitan estando rodeadas de la naturaleza.
Las
almas viejas y las maduras tienen más problemas de autoestima que las almas
jóvenes pues son más conscientes de ellas mismas y de los defectos de la
personalidad que eligieron tener.
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