miércoles, 18 de febrero de 2015

ENVEJECER

Tu cuerpo responde sólo a lo que le dices que haga. Tu alma gobierna a la totalidad del cuerpo a través de su estructura emocional. El alma es lo que hace que las hormonas se repartan por todo el cuerpo para mantener la vida en él. El alma  hace esto bajo la dirección de tus actitudes y tu proceso del pensamiento.

A causa de vuestras actitudes aquí, las hormonas dejan de crearse en el cuerpo después de la pubertad. Cuando éstas dejan de ser creadas, la hormona de la muerte se activa en el cuerpo y éste comienza en su totalidad a destruirse, a envejecer y a morir.

La hormona de la muerte es activada en el cuerpo porque tú vives bajo el sentimiento de culpabilidad y el juicio de tí mismo, y el miedo a la muerte. Y para tí, la belleza se basa totalmente en la apariencia de la juventud, no en el carácter del SER  de alguien. Vosotros anticipáis vuestra muerte al pagar la póliza de seguros de vuestro propio entierro. Y pagáis otra póliza para proteger vuestros tesoros si enfermáis. Estáis haciendo todo lo posible para acelerar la enfermedad y la muerte de vuestro cuerpo. ¡Porque éso es lo que esperáis totalmente!

El cuerpo fue creado específicamente para ser un sirviente, y vivirá sólo el tiempo que tú quieras que viva. Si tú aceptas los pensamientos de “envejecimiento”, esperando que el cuerpo se pierda y muera, o te niegas a tí mismo amor, felicidad y gozo, tu cuerpo gradualmente descenderá hasta la corrupción de la muerte.


Si no quieres que tu cuerpo envejezca y muera, cambia tu actitud. Deja que tu actitud diga que el cuerpo vivirá para siempre y así será. Suprime todas las cosas de tu vida que han reconocido el final de ella, y así ésta nunca tendrá fin. Nunca incluyas la palabra “viejo” e tu entendimiento del vocabulario. Cesa la celebración de tus cumpleaños, porque eso aún le da más credibilidad al proceso de envejecimiento. Si te complace reconocer tu nacimiento, hazlo, pero regresa la cuenta de tus años y vuélvete más joven. Si no estás esperando tu muerte, nunca la conocerás.

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