Tu
cuerpo responde sólo a lo que le dices que haga. Tu alma gobierna a la
totalidad del cuerpo a través de su estructura emocional. El alma es lo que
hace que las hormonas se repartan por todo el cuerpo para mantener la vida en
él. El alma hace esto bajo la
dirección de tus actitudes y tu proceso del pensamiento.
A
causa de vuestras actitudes aquí, las hormonas dejan de crearse en el cuerpo
después de la pubertad. Cuando éstas dejan de ser creadas, la hormona de la
muerte se activa en el cuerpo y éste comienza en su totalidad a destruirse, a
envejecer y a morir.
La
hormona de la muerte es activada en el cuerpo porque tú vives bajo el
sentimiento de culpabilidad y el juicio de tí mismo, y el miedo a la muerte. Y
para tí, la belleza se basa totalmente en la apariencia de la juventud, no en
el carácter del SER de alguien.
Vosotros anticipáis vuestra muerte al pagar la póliza de seguros de vuestro
propio entierro. Y pagáis otra póliza para proteger vuestros tesoros si
enfermáis. Estáis haciendo todo lo posible para acelerar la enfermedad y la
muerte de vuestro cuerpo. ¡Porque éso es lo que esperáis totalmente!
El
cuerpo fue creado específicamente para ser un sirviente, y vivirá sólo el
tiempo que tú quieras que viva. Si tú aceptas los pensamientos de
“envejecimiento”, esperando que el cuerpo se pierda y muera, o te niegas a tí
mismo amor, felicidad y gozo, tu cuerpo gradualmente descenderá hasta la
corrupción de la muerte.
Si no
quieres que tu cuerpo envejezca y muera, cambia tu actitud. Deja que tu actitud
diga que el cuerpo vivirá para siempre y así será. Suprime todas las cosas
de tu vida que han reconocido el final de ella, y así ésta nunca tendrá fin.
Nunca incluyas la palabra “viejo” e tu entendimiento del vocabulario. Cesa la
celebración de tus cumpleaños, porque eso aún le da más credibilidad al
proceso de envejecimiento. Si te complace reconocer tu nacimiento, hazlo, pero
regresa la cuenta de tus años y vuélvete más joven. Si no estás esperando
tu muerte, nunca la conocerás.
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