"Dudar de la verdadera realidad"
“La duda surge del apego a la certidumbre.”
“La duda se origina de la resistencia a la incertidumbre.”
En tu mente, tú separas las cosas “reales” de las cosas “espirituales”. Y lo “real” necesita pruebas reales, mientras que con lo “espiritual” sientes que sólo debes creer y tener fe.
Y la razón de esto es que estás sufriendo uno de los efectos de la religión. La mayoría de las religiones han trabajado intensamente para propagar la noción de que la duda es “mala”. Sólo es mala para sus asuntos.
Si perteneces a una religión y empiezas a dudar, lo que pasa es que estás encontrando que las respuestas que la religión te da no te convencen. Las cosas que ellos te muestran y tú no conoces o no entiendes, no se pueden compatibilizar en tu mente con las cosas que sí conoces. Y como la verdad sobre Dios es algo muy importante, no puedes permanecer indiferente. Debes saber. Entonces dudas.
El problema para las religiones se produce si tú persistes con tus dudas. En ese caso podrías hallar respuestas que sí son satisfactorias en otra parte. Y si encuentras mejores respuestas fuera de esa religión, posiblemente podrías abandonarla. Y dejarías de hacer todo lo que ellos te dicen. Dejarías de estar controlado según los propósitos de sus dirigentes. Y por supuesto, ya no les darías más dinero.
Así que no es raro que los líderes religiosos no se sientan muy atraídos por quienes dudan e investigan sus dudas, a fin de hallar respuestas nuevas y diferentes de las que ellos aportan. Así es que han desarrollado una estrategia bastante ingeniosa: dicen que la duda es mala, que es evidencia de una mente malvada o del demonio en acción. Te hacen sentir mal al respecto.
Por todo esto, cuando las personas tienen incertidumbre y preguntas, se sienten tan mal de sí mismos que dejan de buscar respuestas a sus inquietudes. Simplemente consideran sus dudas como prueba inherente de su pecado. Y se esfuerzan más aún para ser “buenos”. Y a menudo se vuelven fanáticos de su fe, como modo de sobrellevar sus dudas. Así, las religiones logran su propósito.
Si tú opinas que las religiones se propagan en el mundo siendo “amables”, entonces eres extremadamente poco observador. No digo que las enseñanzas originales en las que se basan no contengan nada bueno, porque claramente sí lo hay. Tampoco digo que no se han hecho cosas buenas a nombre de varias de ellas, porque también es así.
Pero si ignoras que el propósito esencial de las religiones es ser una herramienta de poder y control de las masas, estás escondiendo la cabeza como un avestruz.
La religión ha tenido un efecto generalizado en modelar psiquis humana. Y dado que va muy en contra de los intereses de la religión el que se cuestionen los conceptos espirituales, no es de sorprender que tengas una respuesta negativa pre-programada a la duda. “¡No dudes, sólo ten fe!” te dicen.
Pero en cualquier otra esfera de la vida, si te limitas a creer en lo que se te dice, terminas siendo estafado. Y entonces se crea una pequeña neurosis:
“Yo sólo debo tener fe en relación a los asuntos espirituales, pero debo aplicar mi sentido común y confiar en mi propia experiencia en todo lo demás”, es lo que tú te dices.
¡No hay haber nada más real que tu espiritualidad! ¡Tu naturaleza más genuina, tu ser espiritual, debería ser la cosa más real de todas!! Entonces, ¿por qué no deberías confiar siempre en tu propia verdad y en tus experiencias?
Debemos reconciliar la espiritualidad con la vida. Debemos retirar esta intermediación entre los clérigos y sus doctrinas de ti y tu alma, entre tú y el UNO; el Dios-Fuente, del que tú eres una parte inseparable.
La religión es apropiada para quienes buscan entrar más profundo en la dualidad, porque al hacerlo están creando un estado de victimismo para ellos. Se hunden mucho más en la dualidad al decir, “Yo NO dispongo mi propia verdad, alguien más debe disponerla para mí.”
Así, siempre andan buscando expertos que les digan cuál es la verdad: sacerdotes, políticos, abogados, doctores, científicos, etc. Estas autoridades deben decirles lo que existe en su propia realidad, en su corazón.
Pero para los que buscan elevarse de esta densidad, no es así. Quienes están despertando, ciertamente deben considerar las perspectivas de otras personas, pueden compartir con ellos y aprender de ellos. Pero la conexión con Dios, la Divinidad y la unidad solamente puede ocurrir directa y personalmente.
“La duda surge del apego a la certidumbre.”
“La duda se origina de la resistencia a la incertidumbre.”
En tu mente, tú separas las cosas “reales” de las cosas “espirituales”. Y lo “real” necesita pruebas reales, mientras que con lo “espiritual” sientes que sólo debes creer y tener fe.
Y la razón de esto es que estás sufriendo uno de los efectos de la religión. La mayoría de las religiones han trabajado intensamente para propagar la noción de que la duda es “mala”. Sólo es mala para sus asuntos.
Si perteneces a una religión y empiezas a dudar, lo que pasa es que estás encontrando que las respuestas que la religión te da no te convencen. Las cosas que ellos te muestran y tú no conoces o no entiendes, no se pueden compatibilizar en tu mente con las cosas que sí conoces. Y como la verdad sobre Dios es algo muy importante, no puedes permanecer indiferente. Debes saber. Entonces dudas.
El problema para las religiones se produce si tú persistes con tus dudas. En ese caso podrías hallar respuestas que sí son satisfactorias en otra parte. Y si encuentras mejores respuestas fuera de esa religión, posiblemente podrías abandonarla. Y dejarías de hacer todo lo que ellos te dicen. Dejarías de estar controlado según los propósitos de sus dirigentes. Y por supuesto, ya no les darías más dinero.
Así que no es raro que los líderes religiosos no se sientan muy atraídos por quienes dudan e investigan sus dudas, a fin de hallar respuestas nuevas y diferentes de las que ellos aportan. Así es que han desarrollado una estrategia bastante ingeniosa: dicen que la duda es mala, que es evidencia de una mente malvada o del demonio en acción. Te hacen sentir mal al respecto.
Por todo esto, cuando las personas tienen incertidumbre y preguntas, se sienten tan mal de sí mismos que dejan de buscar respuestas a sus inquietudes. Simplemente consideran sus dudas como prueba inherente de su pecado. Y se esfuerzan más aún para ser “buenos”. Y a menudo se vuelven fanáticos de su fe, como modo de sobrellevar sus dudas. Así, las religiones logran su propósito.
Si tú opinas que las religiones se propagan en el mundo siendo “amables”, entonces eres extremadamente poco observador. No digo que las enseñanzas originales en las que se basan no contengan nada bueno, porque claramente sí lo hay. Tampoco digo que no se han hecho cosas buenas a nombre de varias de ellas, porque también es así.
Pero si ignoras que el propósito esencial de las religiones es ser una herramienta de poder y control de las masas, estás escondiendo la cabeza como un avestruz.
La religión ha tenido un efecto generalizado en modelar psiquis humana. Y dado que va muy en contra de los intereses de la religión el que se cuestionen los conceptos espirituales, no es de sorprender que tengas una respuesta negativa pre-programada a la duda. “¡No dudes, sólo ten fe!” te dicen.
Pero en cualquier otra esfera de la vida, si te limitas a creer en lo que se te dice, terminas siendo estafado. Y entonces se crea una pequeña neurosis:
“Yo sólo debo tener fe en relación a los asuntos espirituales, pero debo aplicar mi sentido común y confiar en mi propia experiencia en todo lo demás”, es lo que tú te dices.
¡No hay haber nada más real que tu espiritualidad! ¡Tu naturaleza más genuina, tu ser espiritual, debería ser la cosa más real de todas!! Entonces, ¿por qué no deberías confiar siempre en tu propia verdad y en tus experiencias?
Debemos reconciliar la espiritualidad con la vida. Debemos retirar esta intermediación entre los clérigos y sus doctrinas de ti y tu alma, entre tú y el UNO; el Dios-Fuente, del que tú eres una parte inseparable.
La religión es apropiada para quienes buscan entrar más profundo en la dualidad, porque al hacerlo están creando un estado de victimismo para ellos. Se hunden mucho más en la dualidad al decir, “Yo NO dispongo mi propia verdad, alguien más debe disponerla para mí.”
Así, siempre andan buscando expertos que les digan cuál es la verdad: sacerdotes, políticos, abogados, doctores, científicos, etc. Estas autoridades deben decirles lo que existe en su propia realidad, en su corazón.
Pero para los que buscan elevarse de esta densidad, no es así. Quienes están despertando, ciertamente deben considerar las perspectivas de otras personas, pueden compartir con ellos y aprender de ellos. Pero la conexión con Dios, la Divinidad y la unidad solamente puede ocurrir directa y personalmente.
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