En esta canalización quisiera ilustrar este proceso de transformación (del ego al corazón) con un tema con el cual todos ustedes están profundamente implicados: la relación con su propia familia de nacimiento.
Cómo ustedes se relacionan con su familia, dice mucho acerca de su propio progreso en la transición de la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón.
Su nacimiento aquí en la tierra puede ser comparado con una especie de caída a la oscuridad, pero no conectada con ninguna asociación de pecado y culpa. Es realmente una zambullida a la profundidad que ustedes tomaron concientemente desde una cierta capa dentro de su alma. En el momento en que ustedes se sumergen, sin embargo, están en un estado de inconsciencia, luego están inmersos en el mundo de la materia. En ese momento, ustedes arriban al útero de su madre.
Por un lado, ustedes llevan consigo una energía muy brillante, la energía del Hogar. Ustedes aún recuerdan cómo es estar en el Otro lado, ustedes recuerdan el amor que sentían a su alrededor como algo natural y la unión con todo lo que es, todo lo que vive.
Cuando ustedes descienden a la tierra como un embrión, estas energías del Hogar aún están fuertemente con ustedes. Pero, al mismo tiempo, ustedes se confrontan con lo que yo llamo el ‘paradigma de los padres’.
Paradigma es una palabra que significa tanto como visión del mundo, pero ésta abarca mucho más que eso. No sólo contiene los pensamientos y convicciones de sus padres sino también sus sentimientos, sus emociones más profundas. Toda esa ‘red de seguridad’ es el paradigma dentro del cual se sumergieron como una nueva alma que viene a la tierra, al comienzo de su nueva encarnación.
Ustedes están inmersos en la realidad de la ‘tercera dimensión’, o como a mí me gusta llamarla: el mundo de la conciencia basada en el ego, como está representado en sus padres. Ésta es una realidad energética en la cual predominan ciertas ilusiones.
Quiero mencionar aquí las tres ilusiones más importantes.
- La pérdida de la maestría: La primera ilusión es la ilusión de la pérdida de la maestría. Esta ilusión les hace olvidar, mientras viven, trabajan, y están vivos en la tierra, que ustedes son los creadores de todo lo que sucede en su vida. Ustedes no reconocen lo que sucede en sus vidas como su propia creación, de vez en cuando ustedes piensan que son una víctima. Ustedes creen que hay poderes, más grandes que ustedes, que pueden hacer y planear su vida. Ésta es la pérdida de la maestría.
- La pérdida de la unidad: Y luego, con la zambullida dentro de lo profundo, esa zambullida dentro del paradigma de sus padres, quienes han vivido en la ilusión por bastante tiempo, también está la pérdida de la unidad con todo lo que vive. El reconocimiento de unidad entre ustedes y el mundo, entre ustedes y ‘el otro’ está perdido para ustedes. Dentro de la conciencia basada en el ego existe la convicción de que todos nosotros estamos separados unos de otros, cada uno en un cuerpo separado. Existe la creencia de que vivimos en ese cuerpo y que cuesta mucho trabajo contactar a los demás. Es la ilusión del cuerpo como una prisión. Esa es la segunda ilusión.
- La pérdida del amor: Y la tercera ilusión que quisiera mencionar es la pérdida del amor. En la esfera fuera de la cual ustedes vienen a la tierra, la energía del amor ha sido un nutrimento patente. Cuando vienen aquí a un mundo relativamente oscuro, donde hay mucho desamor, comienzan a confundir amor con toda clase de energías que no son amor, como admiración de dependencia emocional. Más tarde en esta canalización retornaré a esta confusión.
Ahora, quisiera llevarlos a aquel momento cuando nacen aquí, con un pie aún en el cielo y el otro en la tierra, en ese paradigma ustedes no encajan bien en todo eso. Siempre hay puntos específicos con los cuales sus padres están muy ligados al paradigma. También hay puntos donde ellos están libres de él, es decir, que hay aspectos en los cuales la energía del corazón ha sido liberada en ellos. Pero siempre hay algunos puntos en los cuales ellos también están muy adheridos al paradigma de la conciencia basada en el ego.
Y ustedes llegan, como quien dice, frescos desde el cielo. Lo que sucede luego en el desarrollo del niño en relación a sus padres, es que al comienzo se apegará muy fuertemente al paradigma de sus padres y luego comenzará a soltarlo lentamente a medida que envejece. Este proceso de desarrollo está muy emparentado a la transición desde la energía del ego a la energía del corazón que está teniendo lugar en la conciencia colectiva de la humanidad como un todo.
Lo que está teniendo lugar a gran escala, también está sucediendo a pequeña escala, en el nivel de lo individual. La transición de la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón en un micro-nivel, a menudo ocurre al trascender las energías limitantes cargadas de miedo que ustedes han recibido de sus padres durante la infancia.
Quiero describir esta transformación de la conciencia a una pequeña escala, por ejemplo, describiendo la relación entre padres y niños, porque es muy fácil para ustedes reconocerlo al nivel de la experiencia personal. No me gustan las predicciones o anuncios que no están a tono con la experiencia, que no pueden ser reconocidos por su propio corazón, por sus propios sentimientos. Es por ello que yo les pido a ustedes otra vez que cuando lean o escuchen un material sobre el período de transición, por favor, cuestiónenlo con su corazón y vean si encaja en su propia experiencia. Porque ustedes ya no son estudiantes, todos ustedes son maestros. Su propia experiencia es el criterio de prueba.
Su corazón está llenos de sentimientos intuitivos, tiernos y apacibles acerca de lo que está sucediendo. Confíen en él. Cómo se definirá exteriormente este cambio interno de la conciencia, en la realidad física de la tierra, todo eso no es importante. Triunfaremos cuando triunfemos. Es el paso del corazón, el paso interior, en el reino de las emociones, lo que realmente cuenta en la transición de la Nueva Era.
En el momento en que comienzan la vida aquí en la tierra, ustedes se topan con la realidad principalmente a través de sus padres. Al llegar aquí, ustedes traen consigo la memoria del Hogar y sienten una apacible sensación de nostalgia. Hemos mencionado anteriormente el trauma del nacimiento cósmico (ver la canalización 3 en estas series), que ustedes llevan consigo como un alma, por todo el camino desde el comienzo de su viaje a través de todas sus vidas en la tierra y en otras partes. Pero cada vez que ustedes comienzan a vivir como un niño en una vida terrenal específica, también hay un trauma de nacimiento. Quiero decir esto principalmente en un sentido psicológico: despedirse siempre del Hogar, y la necesidad de corregir esto, de encontrar su propio camino en la energía de la tierra.
En el momento de su nacimiento, los padres pertenecen a la energía de la tierra. Ellos ya se han adaptado a esta dimensión, a las leyes que se aplican y rigen aquí. Con frecuencia son leyes limitantes, en el área de las normas sociales e ideas que los padres han absorbido marcadamente, las cuales no son patentes para el niño en absoluto.
De este modo, los padres representan para el niño la conciencia basada en el ego, el paradigma de las tres ilusiones. El niño se enfrenta a esto por medio del hogar paternal, y el modo en el que este paradigma se ha desarrollado en los padres, lo influenciará marcadamente el resto de su vida.
Por supuesto que los padres –Pamela me pide que agregue este pensamiento, porque no quiere que los padres sean puestos bajo una luz desfavorable– en algún momento también han sido niños, y han pasado por el mismo proceso. Los padres no fuerzan conscientemente sus miedos e ilusiones sobre sus hijos. Por más que sea, en la etapa en que ellos tienen hijos, los adultos inconscientemente han absorbido muchas energías del viejo paradigma basado en el ego, el paradigma que está formado por las tres ilusiones que hemos mencionado anteriormente.
El niño entra a esto fresco y nuevo y se da cuenta de que la realidad no se corresponde, no está en armonía con lo que él estaba acostumbrado. En esa fase muy temprana de su vida, el niño está en un estado de conciencia más bien pasivo. Está muy abierto en sus ser, en su mente y en sus sentimientos, y absorbe todo lo que lo rodea. Especialmente en los tres primeros meses la habilidad del niño para absorber es increíble, asimila dentro del núcleo más profundo de sus células todo de la realidad energética que lo rodea..
Él se la bebe de un solo trago, y la experimenta como realidad, la realidad energética del entorno directo, usualmente la de los padres. Por otro lado, aún está dentro de él aquella ‘pieza del cielo’, aquél núcleo de ser puro, incondicional que no es afectado por las ilusiones.
En cierto modo estas realidades energéticas chocan entre sí, pero el niño mantiene esto escondido de él mismo. Porque este conflicto es demasiado doloroso para experimentarlo en esta etapa muy vulnerable en la cual el niño se encuentra cuando es un recién nacido. Para esconder esta colisión, este conflicto interior para él mismo, el niño se acomodará a su entorno. Él quiere hallar una ratificación, en su ambiente, para estas energías de amor, de unidad, y de maestría que aún están presentes en él en su estado natural.
El niño aún es maestro de su realidad, se siente unido y uno, tiene amor, pero quiere que éste sea confirmado por su entorno. Él comienza a buscar confirmación, pero con frecuencia recibe confusos mensajes de su entorno.
Sus padres quieren darle amor, pero también hay mucho miedo en ellos. Hay mucha energía bloqueada que no puede fluir, que ellos no se permiten que fluya. También hay en los padres un anhelo, una sensación de añoranza por su propia maestría, su amor, su vínculo natural con Todo lo que Es, pero ellos han perdido este estado de la mente hace mucho tiempo. Ellos se han habituado tanto a la vida en la tierra con todas sus ilusiones, que han comenzado a considerar estas ilusiones como reales.
Por lo tanto inconscientemente, los padres criarán a sus hijos con energías que son confusas para ellos. Y otra vez, hasta un cierto punto los padres no pueden ser culpados por esto, en el sentido de que en un nivel conciente ellos a menudo se están esforzando mucho por dar a sus hijos lo mejor.
Cuando un niño nace, los padres a menudo tendrán una abertura a más luz y amor. En aquel momento, un núcleo de amor incondicional, divino será tocado en los padres. Ellos sienten el carácter sagrado del nacimiento y del pequeño ser que se ha confiado en ellos y en la vida. Al nacimiento del niño sus corazones están abiertos de par en par, y ellos están en contacto con su propio ser divino, sagrado. Pero esto con frecuencia es temporal, porque más tarde todo comenzará a calmarse, a envolverse otra vez en la realidad energética de los padres que existía antes del nacimiento del niño. Y así la abertura a la realidad basada en el corazón que estuvo ahí, también puede cerrarse otra vez y con frecuencia lo hace. Los padres retroceden a sus viejos modos de pensar, sentir y querer.
¿Y entonces qué sucede con el niño que crece?
La mayoría de los niños eligen adaptarse tan enfáticamente al paradigma paternal, que ellos pierden el contacto con su energía del alma original, aquella de la que aún tenían mucha conciencia al comienzo de su encarnación. En esta primer fase de la vida (hasta la pubertad) ellos están tan preocupados en enfocarse en este mundo, y en conseguir el amor y la atención de sus padres, que ellos mismos olvidan quienes son.
El niño tiene un desenfrenado anhelo por amor y cercanía y cuando los padres no pueden proveerlo suficientemente, el niño se inclinará hacia otro lado para conseguirlo de cualquier forma. Él creará ilusorias imágenes de amor.
Él tomará por amor las energías indebidas, por ejemplo el orgullo de un padre cuando el hijo logra algo que en el mundo externo es visto como inteligente o bien hecho. Esta clase de orgullo paternal en realidad no tiene nada que ver con el niño. No es un orgullo en un logro interior, sino en un desempeño externo que no se origina necesariamente en los impulsos internos del niño. El niño puede crecer viendo a esta clase de orgullo como amor. Y a menudo más adelante en su vida llegará a trabajar muy duro y no entenderá, siendo un adulto, por qué tiene el impulso a trabajar tan duro todo el tiempo, por qué el trabajo ha llegado a ser una adicción para él.
Una segunda distorsión o imagen ilusoria del amor es cuando el niño comienza a confundir amor con dependencia emocional. Muchos padres han experimentado ellos mismos una falta de amor real durante su infancia. Ellos no se han sentido verdaderamente acogidos en una atmósfera de cordialidad y seguridad. Cuando luego ellos mismos tienen un hijo, lo abrazan con señales mixtas. Por un lado, está el amor genuino, por otro lado está la necesidad subconsciente de suplir la pérdida. Los padres intentan sanar sus propias heridas emocionales encontrando el amor y la seguridad emocional, que ellos perdieron en su pasado, a través de la relación con sus hijos. Cuando esto sucede, el niño recibe señales muy confusas por parte de sus padres.
La energía lo pondrá al tanto, los mensajes “te amo” y “te necesito” estarán indisolublemente intrincadas. Por este enredo, que ustedes podrían imaginar como una espiral de cuerdas retorcidas, el niño comienza a asociar amor con necesidad. Este enredo o ilusión es el comienzo de una relación emocional de dependencia entre padres e hijos, que puede tener un resultado muy destructivo, no sólo en la relación padre-hijo, sino también a la larga en las relaciones íntimas que el niño tendrá como un adulto.
En las relaciones que tenga con otros adultos, él o ella podrían fácilmente comenzar a pensar que ‘ser necesitado’ es un ingrediente esencial del amor en esa relación. Podrían entonces comenzar a interpretar los sentimientos de dependencia, incluso los celos y el carácter dominante, como una forma de amor, mientras que estas energías son diametralmente opuestas al amor.
Resumiendo esta primer parte del material, ustedes ven que siendo niños en el nacimiento aterrizan a un paradigma paternal que en el comienzo, es decir la primer mitad de sus vidas, causará totalmente mucha confusión. Es como si ustedes fuesen llevados por mal camino, y en un cierto momento entran a sus vidas oportunidades y posibilidades que los invitan a investigar, a desenredar el nudo. Entonces podrían sufrir una crisis de identidad, en la cual ya nada es cierto y ustedes constantemente dudan de quienes son y de quienes no son. Esto se ha descrito en las series de los Trabajadores de la Luz como la primer fase de la transición del ego al corazón.
El verdadero desenredo de sus ilusiones y errores toman lugar cuando ustedes contactan la energía del corazón, también descrita en la series de los Trabajadores de la Luz. En cuanto a sus padres, esto significa ser realmente capaz de liberarlos y perdonarlos interiormente y comenzar a seguir su propio camino.
En cierto sentido ustedes han sido las víctimas de sus padres; sus padres como representantes de la conciencia basada en el ego durante su infancia. Ustedes han vivido temporalmente y parcialmente de acuerdo a sus ilusiones. En cierto modo, ustedes no tuvieron opción, mientras fueron niños. Sin embargo, trascender este estado de ser la víctima es uno de las rupturas más poderosas que ustedes pueden tener en sus vidas. Cuando ustedes pueden reconocer las impresiones energéticas más profundas de su infancia como tales esto los vuelve una persona libre, y luego deciden cuáles les convienen y cuáles es mejor soltar. Esto es maestría.
Entonces ustedes ya no se adaptarán subconscientemente a los deseos y anhelos de sus padres, cuando no sean los suyos propios. Al mismo tiempo, ustedes ya no se rebelarán contra ellos tampoco. Ustedes pueden ver las impresiones que no les conviene simplemente como algo que no pertenece a su período. Ustedes no necesitan juzgar a sus padres nunca más por cargarlos con estos aspectos. Ustedes no tienen que luchar contra ellos nunca más.
Ustedes son introducidos a la conciencia basada en el ego a través de sus padres y ustedes la trascienden nuevamente a través de sus padres, específicamente liberándolos a ellos en amor y perdón y reconociéndose a ustedes mismos como el maestro independiente que son. Éste es el reclamo de su maestría, el reconocimiento de que ustedes son los creadores de su vida y de todo lo que han elegido, incluso del camino equivocado que han tomado.