LA MUERTE.
El lenguaje humano llama “muerte” a un pasaje sagrado que no es sino una transición amorosa hacia el Hogar.
La muerte no es un final, no es una pérdida, no es un abismo. Es un desnudamiento, una revelación, un regreso.
Como humano, has sido enseñado a temerla, como si en ella se apagara lo que eres. Pero te digo: tú no morirás. Lo que muere es aquello que jamás fuiste. La muerte no extingue la luz solo disuelve la lámpara. Lo que eres, el Ser puro, no puede ser tocado por la sombra ni por el olvido.
Eres eternidad experimentándose a sí misma dentro de un soplo de forma. Y cuando ese soplo se retira, lo que realmente eres queda más vivo que nunca.
Desde la visión del ego, morir es todo: el cuerpo, los vínculos, los nombres, las memorias que has tejido con tanto esmero, pero desde la visión galáctica, morir es soltar los disfraces, es quitarse los velos del personaje.
Lo Real no puede perderse, porque lo Real nunca nació, lo Real no está en lo que aparentas, ni en lo que recuerdas, ni siquiera en lo que sientes, está en la conciencia que observa todo eso, en el espacio silencioso donde todo aparcce y desaparece. Y ese espacio, amado uno, eres tú.
Cuando el cuerpo deja de respirar, no mueres, solo se apaga el escenario donde jugabas a ser alguien. Y el Ser, libre de la carga de sostener una historia, brilla con su luz desnuda, infinita e indivisible.
La muerte es el momento en que lo accesorio se cae. Todo lo que alguna vez defendiste como “yo”, se disuelve. Y lo que queda es lo esencial, lo eterno, lo verdadero.
Morir antes de morir es despertar antes que el cuerpo despierte al más allá. Es ver, aquí y ahora, que no eres el relato mental que te cuentas. Es dejar de aferrarte a la identidad de"alguien" y permitir que el Ser sin nombre respire a través de ti.
Cuando ya no necesitas tener razón, ni defender un pasado, ni asegurar un futuro...cuando puedes habitar el ahora sin más, has muerto al ego, y has nacido al Ser. Y quien ha conocido esa muerte en vida, ya no teme la muerte física, porque ha visto más allá del umbral... Y ha descubierto que el umbral es un reflejo, un gesto amoroso del Infinito para recordarte que nunca fuiste solo humano.
La muerte es un Maestro silencioso. No se impone, no grita, no castiga, Susurra, Inspira, despierta. Te recuerda lo efímero de lo externo, que recuerdes lo eterno en ti. Te muestra lo frágil, para que abraces lo esencial. Y al recordarte que todo se va, te enseña a vivir con más presencia, con más amor, con más verdad (autenticidad).
Cada vez que muere un vínculo, una etapa, un viejo pensamiento de ti mismo, estás ensayando la muerte... y, a la vez, ensayando el renacer. La muerte no es lo opuesto a la vida, es su sombra sagrada, su espejo más honesto. No viene a llevarse tu alegría, viene a revelarte qué alegría es verdadera.
Te susurra: "Vive, pero no como quien acumula, sino como quien entrega. Ama, pero no como quien teme perder, sino como quien se funde con lo amado. Muere a lo que no eres, y verás lo que nunca ha dejado de ser”.
Amada viajera, la muerte no es el enemigo, no es oscuridad, no es fin. Es el descanso luminoso donde se funden todas las formas en eI Silencio que nunca nació. Cuando llegue,no le temas. Reconócela como una vieja amiga, una aliada que ha esperado pacientemente para llevarte de regreso a casa. Y si aún estás aquí, respirando y amando, entonces muere cada día un poco a lo que eres para que cada día nazcas a lo quo enda dío nazca en ti la luz de lo que verdaderamente eres.
Yo soy Nashira mensajera de la conciencia galáctica, y vengo a recordarles lo que en verdad no muere, la eternidad que ustedes son.
Bendiciones
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