Si tu felicidad depende de conseguir algo, es que estás apegado a ello. Ya no eres libre.
Todo atrae a lo que es similar. Se forman ataduras entre las personas que tienen temas pendientes. Si tienes pensamientos o palabras de enojo, celos, envidia o necesidad hacia una persona, manifiestas el hilo que te ata a ello. Un pensamiento ocasional se disolverá, pero si continuamente envías pensamientos negativos, los hilos se convertirán en cuerdas. En vidas subsiguientes, las cuerdas se reactivarán y te llevarán hacia los que tienes temas pendientes.
Te puedes apegar a cosas, y las energías negativas como la ambición, el orgullo, la penuria y la envidia pueden crear enormes cuerdas para atarte a casas, coches, empleos o cuentas corrientes. Las cuerdas te pueden atar a la necesidad de amor, si estás atado a un deseo de reconocimiento.
El maestro está desapegado, no depende de la condición social, de la economía ni de las necesidades emocionales. Es libre y poderoso. Un maestro puede disfrutar de una casa fabulosa, pero si se la quitan, no afectará a la opinión que tiene de sí mismo. Cuando los padres se atan a sus hijos, es difícil soltarlos para que se conviertan en adultos, y si un hijo está muy ligado a su padre o su madre, puede resultarle difícil formar una relación adulta con una pareja. El apego es amor condicional.
El maestro ama de forma incondicional, y ello no genera lazos. Él permite que las personas que ama sean libres y que sean ellas mismas. Si alguien a quien quiere se va o muere, le producirá dolor pero no queda destrozado y no sufrirá, permanece en su centro. Si necesitas que alguien se comporte de una manera determinada para poder amarle, eso no es amor, es apego.
Las ataduras del apego se pueden soltar mediante el amor. El amor las disuelve y tú te liberas. Cuando aceptamos, es amor. El perdón disuelve las ataduras. Cuando perdonas y olvidas lo que ocurrió, liberas a esa persona y también a ti mismo. La vergüenza y la culpabilidad, te atan a los recuerdos y te retienen. Cuando te perdonas a ti mismo de tus acciones pasadas, disuelves esos lazos y el recuerdo se libera de su carga.
Es común que toda una familia, esté enredada en lazos de codependencia y cuando tiras de un hilo, puede permitir que todos se suelten también. Otra forma de soltar el apego es con la intención y la visualización. El desapego es un requisito previo para la Iluminación.
Si deseas ser libre, desapégate de todos y de todo.
Debemos desapegarnos de todo aquello que nos impide crecer. El apego a sentimientos, materia o personas, impide que nada nuevo llegue a tu vida, solo dejando los apegos comenzaremos a crecer y evolucionar. Nuestra felicidad no depende de objetos, situaciones o personas, soltar esta dependencia te hará un poco mas libre.
Todo atrae a lo que es similar. Se forman ataduras entre las personas que tienen temas pendientes. Si tienes pensamientos o palabras de enojo, celos, envidia o necesidad hacia una persona, manifiestas el hilo que te ata a ello. Un pensamiento ocasional se disolverá, pero si continuamente envías pensamientos negativos, los hilos se convertirán en cuerdas. En vidas subsiguientes, las cuerdas se reactivarán y te llevarán hacia los que tienes temas pendientes.
Te puedes apegar a cosas, y las energías negativas como la ambición, el orgullo, la penuria y la envidia pueden crear enormes cuerdas para atarte a casas, coches, empleos o cuentas corrientes. Las cuerdas te pueden atar a la necesidad de amor, si estás atado a un deseo de reconocimiento.
El maestro está desapegado, no depende de la condición social, de la economía ni de las necesidades emocionales. Es libre y poderoso. Un maestro puede disfrutar de una casa fabulosa, pero si se la quitan, no afectará a la opinión que tiene de sí mismo. Cuando los padres se atan a sus hijos, es difícil soltarlos para que se conviertan en adultos, y si un hijo está muy ligado a su padre o su madre, puede resultarle difícil formar una relación adulta con una pareja. El apego es amor condicional.
El maestro ama de forma incondicional, y ello no genera lazos. Él permite que las personas que ama sean libres y que sean ellas mismas. Si alguien a quien quiere se va o muere, le producirá dolor pero no queda destrozado y no sufrirá, permanece en su centro. Si necesitas que alguien se comporte de una manera determinada para poder amarle, eso no es amor, es apego.
Las ataduras del apego se pueden soltar mediante el amor. El amor las disuelve y tú te liberas. Cuando aceptamos, es amor. El perdón disuelve las ataduras. Cuando perdonas y olvidas lo que ocurrió, liberas a esa persona y también a ti mismo. La vergüenza y la culpabilidad, te atan a los recuerdos y te retienen. Cuando te perdonas a ti mismo de tus acciones pasadas, disuelves esos lazos y el recuerdo se libera de su carga.
Es común que toda una familia, esté enredada en lazos de codependencia y cuando tiras de un hilo, puede permitir que todos se suelten también. Otra forma de soltar el apego es con la intención y la visualización. El desapego es un requisito previo para la Iluminación.
Si deseas ser libre, desapégate de todos y de todo.
Debemos desapegarnos de todo aquello que nos impide crecer. El apego a sentimientos, materia o personas, impide que nada nuevo llegue a tu vida, solo dejando los apegos comenzaremos a crecer y evolucionar. Nuestra felicidad no depende de objetos, situaciones o personas, soltar esta dependencia te hará un poco mas libre.
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