El ego simplemente es y trata de alimentarte con sus herramientas preferidas: los estados emocionales de la mente, las sensaciones que recibe de los sentidos físicos y los aferramientos mediante los apegos a todo, ya sean personas, cosas, situaciones… Con todo ello, el ego crea los hábitos mentales que te condicionarán y te aferrarán a esas situaciones y que, con el tiempo, formarán parte de tu vida diaria, te esclavizarán como una rueda que siempre gira en sí misma y dirás que la vida es así o que has tenido mala suerte o que todo es culpa de los demás… Y entonces, puedes seguir quejándote o utilizar el ego en su justa medida, bajo las directrices que provengan del alma, que es la alternativa más saludable y nutritiva para ti y tu realidad.
Sin el ego, sin las emociones y sin los sentidos, el funcionamiento físico para con la materia sería muy distinto. O bien te hallarías paralizado para realizar acciones materiales o estarías en el gozoso samadhi, que es el estado que se obtiene al conectar desde la materia con tu verdadera realidad y con el cual la experimentación de la dualidad deja ya de existir.
Pero si tu misión de vida es precisamente experimentar en la dualidad aquello que realmente eres, deberás utilizar estas herramientas de la materia.
Sabrás que estás actuando con el ego en su justa medida, cuando te dejes guiar por la infalible sabiduría que brota de la verdadera intuición y de la inspiración instantánea que proceden del alma que se abre cuando dejas de desnutrirla y nutres saludablemente a sus acompañantes: los cuerpos físico y mental.
Ten presente que todas las acciones que realices con estas herramientas y estados físicos, alimentarán o nutrirán lo que se denomina el karma, un saco de experiencias duales que te llevarás contigo y que tendrás que gestionar cuando vuelvas. Todas ellas volverán intactas, son sólo tuyas y forman parte de ti reencarnación tras reencarnación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario