¡Hola mis queridos y amados hijos!
Continuando con mi mensaje anterior, hoy quiero hablarles sobre cuándo pueden e incluso deben contactar con su Ángel de la Guarda.
En primer lugar, esto debe hacerse en momentos de peligro. Esto debería convertirse en un hábito para ti. Para tales casos, trata de desarrollar tu propia formulación, que debe ser muy breve y concisa.
¿Por qué es esto importante?
A pesar de que tu ángel de la guarda está constantemente cerca, tu llamado directo a él le dará fuerza y confianza de que definitivamente podrá ayudarte.
Además, si realmente estás en peligro, del cual solo puede protegerte usando la fuerza física, podrá orientarse rápidamente y llamar a los asistentes, ya que la materialización requiere demasiado esfuerzo por su parte.
A veces, todo un ejército de Ángeles e incluso Arcángeles está involucrado en la salvación de una persona, lo que sucede cuando un peligro mortal amenaza a un Alma humana antigua y pura que ya ha entrado en pleno Servicio o aún está por entrar en él.
Por regla general, el ángel de la guarda conoce bien el escenario de tu encarnación y, si ve que vas por buen camino, vigila con especial atención todos los giros y vueltas de tu destino y, a veces, incluso interviene para corregir tus pasos equivocados.
Pero también sucede que, al ver cómo una persona es absorbida por el mundo tridimensional y avanza constantemente hacia su caída, el Ángel de la Guarda deja de ayudarlo, al darse cuenta de que la mejor salida de la situación actual sería el rápido regreso de esta persona a Casa, lo que preservará su Alma al menos en el nivel desde el que descendió a la Tierra.
En otras palabras, los Ángeles Guardianes tienen el “poder” de corregir el destino de sus protegidos, pero esto sucede muy raramente y sólo cuando dicha intervención es realmente necesaria y beneficiará a la persona.
¿En qué otros casos puedes contactar con tu Ángel de la Guarda?
Antes de cualquier evento significativo o reunión importante, puedes pedirle ayuda a tu Ángel de la Guarda.
Y sé que para muchos esto ya se ha convertido en un hábito e incluso ha dado lugar a una expresión tan común como: “Ángel mío, ven conmigo, tú delante, yo te sigo”.
En realidad, esto es un muy buen hábito, ya que tu fiel guardián estará muy contento de que lo recuerdes y sientas una estrecha conexión con él. Al decir algo así, fortaleces esta conexión no sólo en el plano sutil, sino también en el plano físico.
En cualquier caso, queridos míos, no se olviden de agradecer tan a menudo como sea posible a su Ángel de la Guarda por su incansable labor, lo que fortalecerá aún más su conexión con él.
Ahí es donde nos detendremos hoy.
El Padre Absoluto, que te ama inconmensurablemente, te habló.
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