jueves, 10 de agosto de 2017

SIN MIEDO A LA SOLEDAD


En el corazón mismo de los cambios hay un implícito temor a quedarnos solos. 

Es interesante cómo el concepto de soledad adquiere ribetes distintos según cómo se perciba esta manera de estar en el mundo. 

Para algunas personas el estar solos es una elección que requiere de una fuerte personalidad y de una buena dosis de coraje. 

No perdamos de vista que la compañía no es un regalo que la vida nos hace para siempre. 

Por distintas circunstancias, todos podemos vernos de un momento a otro a solas con nosotros mismos, sin haberlo elegido así. 

Hay varias maneras de encarar la vida, y una de ellas es prepararse cuidadosamente para cuando llegue ese momento de la soledad. Así relativizaremos el impacto que este hecho pueda tener en nuestra persona. 

Si bien la soledad no es la condición natural del ser humano, si nos lo proponemos, podemos también aprender a disfrutar del encuentro con nosotros mismos, y aprovecharlo para conocernos en profundidad. 

Es que la vida nos obliga a estar siempre ocupados en buscar respuestas adecuadas para los demás, mientras nos olvidamos de responder a nuestros propios interrogantes. 


En la intimidad no necesitamos ropajes extraños. Es la mejor manera de estar en contacto con nuestro verdadero Yo. 

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