“Las almas gemelas son un único espíritu; en un momento determinado, Diosa dividió en dos ese espíritu para que cada una de las partes pudiera evolucionar individualmente, y más tarde, cuando las dos conquistaran el equilibrio, se unieran para toda la eternidad”.
En un principio se crearon dos mitades, y cada una de ellas salió en busca de la otra, y en el camino, fueron adquiriendo karma con otros espíritus. En sus idas y venidas a la Tierra, las almas gemelas, chispas divinas que habían sido divididas en dos se encontraron, y el amor que habían vivido en otras épocas, volvió a aflorar.
Ellas se reencuentran cuando despiertan a la enorme fascinación de mundo espiritual, pues la historia de ambas no pertenece al mundo terrenal. Esa unión debe ser ganada a través de la conciencia y en el transcurso de muchas vidas, cuando ambas han alcanzado el nivel en que pueden valerse por sí mismas en soledad; cuando no necesitan de muletas y son libres.
En cada una de esas almas queda guardada toda la memoria del tiempo en que eran una sola, y esto es lo que les permite reconocerse en el momento oportuno. No hay mayor felicidad en nuestro plano físico que la unión de las almas gemelas. La emoción del encuentro despierta el subconsciente, es una atracción magnética.
Cuando se encuentran en la Tierra hay una fusión de energía tan fuerte que resulta imposible vivir otra relación con la misma intensidad. Es el caso de aquellas personas que encuentran a su alma gemela y la pierden, debido a la muerte o porque se separan. La imposibilidad de la unión hace que esas personas se sientan insatisfechas, inquietas, porque no son plenamente conscientes de que la otra/o es su alma gemela, y se crea en consecuencia, el vínculo kármico.
Pero el vínculo cósmico se remonta al origen de su división, está gravado en sus esencias. Se manifiesta cuando dos espíritus disfrutan del mismo nivel de evolución, están en sintonía, comparten objetivos y se encuentran en la Tierra para, unidos llevar a cabo una gran tarea en beneficio de la humanidad. Las almas gemelas se encuentran para cumplir juntas una misión; para ello deben liberarse totalmente de sus karmas adquiridos con otros espíritus y ser conscientes de esa misión. Cuando no hay armonía entre ellas, deben seguir caminos separados, distintos. Hay que tener paciencia, comprensión, amor, autocontrol y darse con generosidad. “Cuando una de las almas cobra conciencia, debe esperara a la otra para ayudarla en su evolución”.
Si en el momento en que encontramos a nuestra alma gemela estamos involucrados en otras relaciones, el karma aumenta, no puede ser resuelto, y entonces la separación es mayor.
La almas gemelas solamente se unirán cuando se encuentren en la misma sintonía. ¿Por qué? Porque el espíritu es único, y antes de llegar a la Tierra, se separa en dos: el yin, femenino, y el yang, masculino. “El alma no tiene sexo, es pura energía, pero sí tiene un tipo de vibración, positiva (yang) o negativa (yin). Las dos son indispensables para la unidad y se necesitan mutuamente.
Una vez aquí, cada una evoluciona por su cuenta, aunque puede que se encuentren en sucesivas encarnaciones para ayudarse mutuamente a evolucionar. A veces estos encuentros son muy dolorosos, pues adquieren karmas con otros seres y ese deuda o equilibrio energético debe ser saldado.
En estos momentos recién entrada la era de Acuario, estos encuentros empiezan a ser más frecuentes, porque es el tiempo de mayor liberación de todo el planeta. El encuentro tiene como finalidad obtener la mayor conciencia del amor verdadero, llegar al amor incondicional a través de varios vínculos: mujer y marido, hermanas gemelas, amigos, padre e hija… Es necesario transmutar los sentimientos negativos. De estos encuentros entre almas gemelas, se conserva la emoción que aflora en el momento del reencuentro y reconocimiento.
Cuando se siente una emoción muy fuerte con respecto a alguien, probablemente se trate de un alma gemela. Sentirá que el corazón se agita, crece el ritmo de las palpitaciones y la respiración se acelera. Se produce un despertar, una sensación de conocimiento antiguo. Entráis. Habéis llegado a casa.
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