viernes, 15 de junio de 2018

SABIDURIA DE LA NATURALEZA

La naturaleza se divide en dos partes, la visible y la invisible, pero el ser humano creó otra naturaleza para satisfacer sus pasiones, sus caprichos y especialmente sus personalidades. La verdadera naturaleza es viva, tiene mucho más vida que muchos seres humanos.

Si el hombre estudiara más la naturaleza, sus leyes, sus objetivos, si se consiguiese ver y contactar a los seres que viven en la parte invisible de la naturaleza, ciertamente el planeta y su humanidad estarían en una situación completamente diferente.

Existen inteligencias en la naturaleza que miran por su propio desarrollo.

Ella tiene sus leyes propias, pero esas leyes naturales tienen sus propios administradores y cuidadores, los cuales el ser humano común no puede ver, y entonces niega su existencia. Uno de los puntos negativos en la formación educativa del ser humano es creer sólo en lo que ve con sus ojos físicos, en lo que oye, siente y huele. Sin embargo, tiene que creer en un Dios que no ve, no oye, no siente y no huele; tiene que creer en un cielo y un infierno porque esto es conveniente para ciertos sectores de la sociedad humana.

El hecho de que el ser humano no vea ni oiga o sienta seres de un nivel de inteligencia, muy superior al de él que, en cuerpos hechos de otro tipo de materia y en otra dimensión no pueden ser vistos por los sentidos humanos comunes, no los hace inexistentes.

Por eso, todos necesitan desarrollar sus sentidos místicos, despertarlos para ver, oír y sentir más allá de la materia física más densa y en otras dimensiones. No es difícil, basta tener buena voluntad, fe y encontrar los métodos correctos para el correcto desarrollo espiritual. Las inteligencias que miran por la naturaleza son seres semejantes a vosotros, pero completamente diferentes en sus evoluciones, en sus propósitos y en sus ideales.

En el Oriente, llaman a algunos de estos seres de Devas; que mìran por la parte más sutil de la naturaleza; y de los Espíritus de la naturaleza (gnomos, ondinas, silfos, salamandras; etc) los que miran por la parte más inferior de la naturaleza, más cerca del reino humano.

Sin ellos, las vidas humanas nada serían, sin embargo el hombre creó productos incompatibles que son los plásticos, los químicos, los metales, etc., que están destruyendo la naturaleza, interrumpiendo el equilibrio y la armonía en la evolución de sus especies, cambiando e influenciando los ecosistemas. La aceleración del crecimiento de animales para el sacrificio y la alimentación, está atrayendo hacia el planeta enormes cantidades de “almas-grupos” de animales que no estaban programados para surgir ya en la Tierra física. Esas “almas-grupos” de animales están en una fase primaria de evolución, lo que en relación a ellas mismas es bueno, pero en relación a las almas individualizadas y mucho más evolucionadas en este planeta es perjudicial, provocando un desequilibrio en la armonía de la evolución general del planeta , rebajando el nivel de la vibración colectiva.

El hombre, a su vez, ha estimulado el aumento exagerado de seres humanos reencarnados en la superficie del planeta, y ese aumento de población no se debe a las buenas intenciones de proporcionar oportunidades a las almas más atrasadas, y así generar una aceleración en sus evoluciones, pero sí al estímulo de las pasiones, deseos y vicios, que alteran el valor real de la verdadera vida y provocan grandes desequilibrios.

En esta situación hay dos aspectos, uno positivo y otro negativo. Este aumento exagerado de la población es positivo para las almas más atrasadas que tienen la oportunidad de evolucionar más rápidamente, pero en el aspecto colectivo es negativo, ya que rebaja el nivel vibratorio del planeta porque la mayoría de las almas reencarnadas no alcanzan su iluminación mística. No consigue la liberación de la atracción de la materia más densa, llamada simplemente materia física, y mucho menos la anulación de su karma individual y colectivo. Por eso, las almas más atrasadas irán a otra “escuela planetaria” y allí proseguirán la sublimación y el aprendizaje.

Otro aspecto negativo: el hecho de que el ser humano estimule, por la voluntad de su personalidad, el aumento de la población física en la superficie del planeta, atrajo enormes cantidades de almas de otros sistemas solares y planetarios que todavía están en una fase primitiva de evolución, volviéndose incontrolables dentro de los cuerpos físicos.

La gran cantidad de productos químicos artificiales en la naturaleza desequilibra la “química oculta” del planeta, provocando mutaciones que más tarde provocarán el surgimiento de formas mutantes de especies de vida. Ellos intentarán destruir la organización de la esencia fundamental de la vida, la cual los seres inteligentes de la naturaleza cuidan.

La extracción del petróleo del interior de la Tierra, en demasiadas cantidades, provocará el envejecimiento precoz de la Tierra y de la naturaleza, abreviando el período de vida del planeta y, por lo tanto, disminuyendo el tiempo y las posibilidades para las almas de este gran ciclo evolutivo en la Escuela Tierra.

Cuanto más pequeño es el tiempo para el aprendizaje en esta Escuela Tierra, mayor es el sufrimiento para el alma, que en cada reencarnación tendrá que agotar más karma y aprender con mucha más rapidez, provocando más dificultades y desgastes para cada alma reencarnada.

Vemos así que el ser humano, debido a la conducta indebida y ciega, se está conduciendo hacia el centro de un enorme temporal. Cuando la verdadera naturaleza llega al límite de su desgaste, las “fuerzas principales” actuarán como elementos equilibradores, echando fuera del “sistema planetario” todo lo que vibra en bandas inferiores a aquel nivel alcanzado por la evolución colectiva y natural del planeta. Las fuerzas eliminatorias o de selección, en gran parte están siendo creadas por el propio ser humano.

Es el hombre que eliminará al hombre; no por sed de venganza: la selección siempre será natural.
Las fuerzas que están debajo del “diapasón natural” se autodestruyen de diversas maneras. Los excesos tienden a autodestruirse, el odio destruye el odio, la codicia y el desequilibrio social destruyen los sistemas económicos y políticos. El exceso de población y la tendencia a tener sexo con total falta de amor, basado sólo en deseos y pasiones inferiores, está generando enfermedades hasta aquí desconocidas. El ser humano creó una vida artificial que está destruyendo al propio ser humano.

La naturaleza está colocando a la Escuela Tierra en orden y equilibrio, eliminando todo aquello que sea nocivo para ella y para la evolución de las vidas inteligentes en este planeta. El planeta está en el umbral de una gran transformación en el sentido de la vida en la Tierra. Cuando una trayectoria no está siendo seguida, grandes fuerzas surgen para corregir aquello que se ha desviado de su ruta original. La vida en el mundo físico está en una ruta completamente diferente de la original; si persiste en esa trayectoria, va a chocar y autodestruirse. Por eso, las inteligencias activas y conscientes de este planeta están modificando la ruta de colisión para volver al “Plan Original”, ayudadas por inteligencias activas conscientes de otros Sistemas Solares.

Debéis buscar dentro de vosotros los instrumentos naturales para corregir la trayectoria de vuestras vidas humanas y volver a vuestra “Ruta Original” -el camino de vuestra iluminación mística-, y a vuestro “doctorado” en esta Escuela Tierra, a vuestra liberación final.


domingo, 10 de junio de 2018

QUIÉN ERES? QUE EDAD TIENES?




KRYON.
.......

Esto va a sonar fantástico, increíble, si no lo has oído anteriormente. ¿Qué edad tiene tu alma? Tu alma es única. Esta alma que tienes tiene en realidad un nombre energético. Cuando no estás aquí, extrañamente ese nombre está asociado con la luz y la música: vibración. ¿Puedes imaginar un lugar donde la luz y la música sean la misma vibración, donde puedes oír la luz, donde las sonoridades de la mejor presentación musical pueden mostrarse en luz que puedes oír? ¿Puedes imaginar ver tu nombre en esa luz por dondequiera que vas? Ese eres tú, del otro lado del velo, oh, querido ser humano.

La humanidad por sí misma es temporaria. Tu alma es para siempre: siempre ha sido, siempre será, y es lo que está dentro de ti ahora. Regresemos.

Me gustaría contarte algo. Antes de que esta Tierra se enfriara, estabas en otro lugar, resolviendo este mismo rompecabezas. Eres un alma muy antigua. Le hablo a quienes están sentados frente a mí en este lugar. Algunos de ustedes lo sienten intuitivamente, otros no. Pero les diré esto: esta experiencia de aprendizaje de energía diferente ha sido hecha antes - por ustedes.

La galaxia es bastante antigua; la Tierra es bastante joven. Tu alma estaba en esta galaxia, haciendo este tipo de cosas en un cuerpo parecido al que tienes ahora, hace millones de años. ¡Millones! Eso es lo que haces.

Algunos han dicho: "Kryon, ¿por qué estás tan enamorado de la humanidad?" Estoy enamorado de las almas que en este momento se llaman humanas, porque veo las cosas profundas que ya han hecho, en otros lugares, en otros planetas, en esta galaxia. Déjenme decirles algo: aún antes de que se enfriara esta Tierra, había una proyección con libre albedrío. La humanidad en este planeta podría hacer una elección para cambiar la luz. ¿Cuál era la profecía, cuando ustedes nacieron? El fin, ciertamente. Una guerra mundial, ciertamente. Estaban en camino para hacer lo que habían hecho otras cuatro civilizaciones en este planeta, en otros planetas. Una autodestrucción casi total y un nuevo comienzo desde cero; esa era su profecía. Incluso en sus lugares sagrados, en las construcciones a las que acudían a orar, se hablaba de las escrituras que decían que era el fin, ya saben. Todo cambiará, ya saben. Hasta ellos lo tenían. Miren sus películas actuales, ellas lo muestran. 

Nadie esperaba que ustedes estuvieran aquí en 2018. Ustedes no tienen una profecía; no hay escrituras que hablen de nada después del año 2000 ¡y mucho menos después de 2012! ¿Se dan cuenta de eso? ¡No hay profecía sobre ustedes ahora! Excepto una: se la dieron los Mayas. Y los indígenas de todo el planeta lo vieron en las estrellas. Se dieron cuenta de que la precesión de los equinoccios sería el fin del comienzo del planeta, y ustedes se encaminaban a eso.

Ahora déjame preguntarte, alma antigua, antigua, antigua: si este planeta iba a dar vuelta las cosas y este planeta iba a entrar en la luz, habría una reunión en el cielo de almas desde toda la galaxia, que dirían "'¡Este planeta de libre albedrío llamado Tierra va a lograrlo! ¿Quién quiere estar allí?" (se ríe). Y los que levantaron la mano dijeron: "Yo iré, porque ya lo hice antes. Ya sé qué esperar. Suprimiré el miedo. Eliminaré todas esas cosas que como humano no comprenda, y dentro de mí, esotéricamente, sabré que soy parte de un Cambio de la Luz que solo ha sucedido unas pocas veces en la galaxia y la historia del Universo. Porque soy especialista en la luz." Eso son ustedes, cada uno en esas sillas. No están aquí solo con propósito; están aquí porque levantaron la mano, porque son especialistas, y estas son las cosas que van a empezar a ocurrirles. Cómo extender su vida, eso les contaré esta noche. 

¿Cómo me puedo limpiar, para poder ser un ejemplo y mostrar más luz? ¿Cómo envío luz a los lugares difíciles? ¿Cómo luego cambio el planeta, sencillamente desde mi casa? Porque ya lo han hecho antes. No están aquí solo con propósito: están aquí por designio. Y algunos dirán: "No lo sé, Kryon; me gustan las palabras, pero ciertamente no me siento así." Déjenme decirles, queridos, sentirlo así está justo sobre su regazo, o sea, es su opción sentirlo así o no.  

Ponerse de pie en la luz en lugar de en la oscuridad; hablaremos de eso. Hemos hablado de eso, y de cómo se ven a sí mismos, y los hábitos que tienen; discutiremos eso un poco más tarde. Queridos, pueden cambiar su entorno, cómo son percibidos, cómo piensan sobre las cosas, cómo su cuerpo reacciona ante las cosas, cómo les gustaría a algunos mirar a las enfermedades a la cara y reírse, porque ya no pueden estar ahí. Porque van a empezar a elevar su vibración más alto que lo que hayan tenido jamás. Estoy hablándole a tres personas en este salón; ¿me están oyendo? Para eso vinieron a sentarse aquí: para que yo les hablara. Para decirles que Dios conoce su nombre en luz; no están aquí para sufrir.

Alma antigua, quiero que te sientes y te sientas cómoda de saber que eres mucho más antigua que el planeta, y que mereces estar aquí. Y que hay trabajo por hacer, que se te empieza a ocurrir, y ese trabajo está dentro de ti. La luz atrae a la luz; ya lo hemos dicho antes. La luz ahuyenta a la oscuridad; ya se lo dijimos. Estas son metáforas; pero son realmente verdaderas. El ser humano que se para con la oscuridad a su alrededor, no atrae nada más que oscuridad. El ser humano que sale del agujero de la oscuridad y empieza a pedir luz, recibirá luz. ¡Esa es la promesa! Y empezarán a verlo y creerlo por cómo se sienten y por lo que pasa con su cuerpo. Son eternos, realmente lo son. Su alma continuará mucho tiempo después de haberse ido como ser humano, tal vez esperando el próximo planeta de libre albedrío. Dicho sea de paso, está allí esperando. Eso es lo que ustedes hacen.

Pero esta época ahora, durante este Cambio, es la más excitante; ir de la vieja energía a la nueva energía es incómodo, porque tienes un manto con que naciste, que es oscuro. Ese manto se está desprendiendo y descartando, hasta que puedas completar el círculo en la Luz igual que lo hiciste antes. Esto es quien tú eres. ¿Estás aquí a propósito? Con todo lo que está sucediendo en el planeta, ¡oh, sí!

Cierro con esto: te desafío. Anda, ve y mira las noticias. Anda, mira algo muy, muy dramático, y el anunciador lo hará aún peor (se ríe). Te desafío a que sonrías, y te rías, y digas, "Sí, ya vi esto antes. Solo esperen, solo esperen." Porque en algún nivel tienes todo el conocimiento, porque lo hiciste antes, has estado allí antes. Es como ver a los niños, desorientados, sin saber qué pasará después, y ustedes sí saben. Párense erguidos, en la luz, queridos seres humanos. Porque por eso han nacido en esta época, para estar aquí ahora.

"Oh, Kryon mira la edad que tengo." (se ríe). Vamos a hablar de la edad que tienes, un poco más tarde. Esto es suficiente por ahora. Realmente sé quién está aquí, y es por eso que estoy tan enamorado de todos ustedes, porque realmente sé lo que han hecho, Habrá pocos en esta plataforma o cualquier otra en esta Tierra que sepan quiénes realmente han sido ustedes. Oh, yo soy Kryon del Servicio Magnético: realmente sé quiénes son.

Y así es.

Kryon


Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar
Canalización de Kryon por Lee Carroll
Montreal, Quebec, Canadá, 7 de Abril de 2018

sábado, 9 de junio de 2018

PREPÁRATE PARA MORIR

Es muy triste que la mayoría sólo empecemos a apreciar la vida cuando estamos a punto de morir. 

Quienes creen que disponen de mucho tiempo sólo se preparan en el momento de la muerte. Entonces los desgarra el arrepentimiento. Pero, ¿no es ya demasiado tarde?. 

¿Qué observación sobre el mundo moderno podría ser más escalofriante que la de que casi todos mueren sin estar preparados para la muerte, tal como han vivido sin estar preparados para la vida? 
Podemos utilizar nuestra vida para prepararnos para la muerte. No tenemos que esperar a que la dolorosa muerte de un ser querido o la conmoción de una enfermedad terminal nos obliguen a examinar nuestra vida. 

Tampoco estamos condenados a ir a la muerte con las manos vacías, al encuentro de lo desconocido. Podemos empezar aquí y ahora a encontrarle un sentido a nuestra vida. Podemos hacer de cada instante una oportunidad de cambiar y prepararnos, de todo corazón, con precisión y serenidad, para la muerte y la eternidad.

 La vida y la muerte se perciben como  un todo único, en el cual la muerte es el comienzo de otro capítulo de la vida. La muerte es un espejo en el que se refleja todo el sentido de la vida.

Si nos negamos a aceptar la muerte ahora, cuando aún estamos vivos, lo pagaremos muy caro durante toda nuestra vida, en el momento de la muerte y después de ella. Los efectos de tal negativa repercutirán sobre esta vida y sobre todas las vidas por venir. No podremos vivir plenamente; quedaremos aprisionados justamente en aquel aspecto de nosotros mismos que debe morir. Esta ignorancia nos robará la base del viaje hacia la Iluminación y nos mantendrá atrapados eternamente en el reino de la ilusión, el ciclo incontrolado del nacimiento y la muerte, ese océano de sufrimiento que los budistas denominan samsara.

 Sin embargo, el mensaje fundamental de las enseñanzas budistas es que, si estamos preparados, existe una enorme esperanza, tanto en la vida como en la muerte. Las enseñanzas nos revelan la posibilidad de una libertad asombrosa y en último término ilimitada por la que podemos empezar a trabajar ahora mismo, en la vida; una libertad que nos permitirá también elegir nuestra muerte y, por ello, elegir nuestro nacimiento. Para la persona que se ha preparado y ha practicado, la muerte llega no como una derrota, sino como un triunfo, el momento más glorioso que corona toda la vida.

Para empezar a privar a la muerte de su mayor ventaja sobre nosotros, adoptemos una actitud del todo opuesta a la común; privemos a la muerte de su extrañeza, frecuentémosla, acostumbrémonos a ella; no tengamos nada más presente en nuestros pensamientos que la muerte.  No sabemos dónde nos espera la muerte: así pues, esperémosla en todas partes. Practicar la muerte es practicar la libertad. El hombre que ha aprendido a morir ha desaprendido a ser esclava. 

Cuanto más tardamos en afrontar la muerte, cuanto más la borramos de nuestros pensamientos, mayores son el miedo y la inseguridad que se acumulan para acosarnos. Cuanto más intentamos huir de ese miedo, más monstruoso se vuelve.

 La muerte es, en efecto, un enorme misterio, pero de ella se pueden decir dos cosas: es absolutamente cierto que moriremos, y es incierto cuándo y cómo moriremos. La única certeza que tenemos, pues, es esta incertidumbre sobre la hora, la cual nos sirve de excusa para postergar el afrontar la muerte directamente. Somos como niños que se tapan los ojos jugando al escondite y se figuran que nadie puede verlos.
 ¿Por qué vivimos en tal terror a la muerte? Porque nuestro deseo instintivo es vivir y seguir viviendo, y la muerte es el cruel fin de todo lo que consideramos familiar. Tenemos la sensación de que, cuando llegue, nos veremos sumergidos en algo del todo desconocido, o que nos convertiremos en alguien completamente distinto. Imaginamos que nos encontraremos perdidos y confusos, en un ambiente extraño y aterrador. Nos imaginamos que será algo así como despertar en medio de una tormenta de ansiedad, solos en un país extranjero, sin conocer el territorio ni el idioma, sin dinero, sin conocer a nadie, sin pasaporte, sin amigos...

 Quizá la razón más profunda de que temamos a la muerte es que ignoramos quiénes somos. Creemos en una identidad personal, única e independiente, pero, si nos atrevemos a examinarla, comprobamos que esta identidad depende por completo de una interminable colección de cosas que la sostienen: nuestro nombre, nuestra «biografía», nuestras parejas y familiares, el hogar, los amigos, las tarjetas de crédito... Es de este frágil y efímero sostén de lo que depende nuestra seguridad. Así que, cuando se nos quite todo eso, ¿tendremos idea de quiénes somos en realidad?

Cuando muramos lo dejaremos todo atrás, sobre todo este cuerpo al que tanto hemos apreciado, en el que tan ciegamente hemos confiado y al que con tantos esfuerzos hemos procurado mantener vivo.

En el momento de la muerte vivimos la total separación de nuestro verdadero yo inmortal de su casa temporal, es decir, del cuerpo físico. Este yo inmortal es llamado también alma o entidad. Si nos expresamos simbólicamente, podríamos comparar este yo, liberado del cuerpo terrestre, con la mariposa que ha abandona el capullo de seda. Desde el momento en que dejamos nuestro cuerpo físico nos damos cuenta de que no sentimos ya ni pánico ni miedo ni ansiedad. Nos percibimos a nosotros mismos como una entidad física integral. Siempre tenemos conciencia del lugar de la muerte, ya se trate de la habitación donde transcurrió la enfermedad, de nuestro propio dormitorio en el que tuvimos el infarto o del lugar del accidente de automóvil o avión. Reconocemos muy claramente a las personas que forman parte de un equipo de reanimación o de un grupo que intenta sacar los restos de un cuerpo del coche accidentado. Estamos capacitados para mirar todo esto a una distancia de metros sin que nuestro estado mental esté verdaderamente implicado. 

Cada vez se piensa más  en lo hueca y fútil que puede ser la vida cuando se funda en una falsa creencia sobre la continuidad y la permanencia. Cuando vivimos así, nos convertimos en inconscientes cadáveres vivientes.

 La mayoría vivimos según un plan preestablecido. Pasamos la juventud educándonos. Luego buscamos un trabajo, conocemos a alguien, nos casamos y tenemos hijos. Compramos una casa, procuramos que nuestro negocio tenga éxito, intentamos realizar sueños, como tener una casa de campo o un segundo automóvil. Nos vamos de vacaciones con nuestras amistades. Hacemos proyectos para la jubilación. Los mayores dilemas que algunos de nosotros hemos de enfrentar son dónde pasar las próximas vacaciones o a quién invitar por Navidad. Nuestra vida es monótona, mezquina y repetitiva, desperdiciada en la persecución de lo banal, porque al parecer no conocemos nada mejor.

 El ritmo de nuestra vida es tan acelerado que lo último en que se nos ocurriría pensar es en la muerte. Sofocamos nuestro miedo secreto a la impermanencia rodeándonos de más y más bienes, de más y más cosas, de más y más comodidades, hasta que nos vemos convertidos en sus esclavos. Necesitamos todo nuestro tiempo y toda nuestra energía simplemente para mantenerlos. Nuestra única finalidad en la vida pronto se convierte en conservarlo todo tan seguro y a salvo como sea posible. Cuando se produce algún cambio, buscamos el remedio más rápido, alguna solución ingeniosa y provisional. Y así, a la deriva, va pasando nuestra vida hasta que una enfermedad grave u otra calamidad nos saca de nuestro estupor.

 No es que dediquemos mucho tiempo ni mucha reflexión a esta vida, tampoco. Piense en esas personas que trabajan durante años y luego tienen que retirarse, sólo para descubrir que no saben qué hacer con su vida a medida que envejecen y se acerca la muerte. Aunque mucho hablamos de ser prácticos, esto  significa ser miopes, muchas veces necia o egoístamente. Nuestra miope concentración en esta vida, y sólo en esta vida, es el gran engaño, el origen del sombrío y destructivo materialismo del mundo moderno. No se habla de la muerte ni se habla de la vida tras la muerte porque se hace creer a la gente que hablar de estas cosas sólo sirve para estorbar nuestro «progreso» en el mundo.

 Sin embargo, si nuestro deseo más profundo es vivir y seguir viviendo, ¿por qué insistimos ciegamente en que la muerte es el fin? ¿Por qué no intentamos al menos explorar la posibilidad de que exista una vida más allá? ¿Por qué, si somos tan pragmáticos como pretendemos, no empezamos a preguntarnos seriamente dónde está nuestro futuro real? Después de todo, solo algunos  viven  más de cien años. Y después de eso se extiende toda la eternidad, sin ser tenida en cuenta. 
Un importante maestro del siglo XII, Drakpa Gyaltsen, dijo: «Los seres humanos se pasan la vida entera preparando, preparando, preparando... y llegan a la próxima vida sin estar preparados». 
Quizá los únicos que de veras comprenden cuan preciosa es la vida son aquellos que conocen su fragilidad. Sólo hay  un mensaje que dar: que nos tomemos la vida y la muerte, en serio.

 Que nos tomemos la vida en serio no quiere decir que debamos pasarla toda meditando. En el mundo moderno hemos de trabajar y ganarnos la vida, pero no debemos enredarnos en una existencia  sin prestar ninguna consideración al sentido profundo de la vida. Nuestra tarea consiste en encontrar un equilibrio, encontrar el camino del medio, aprender a no volcarnos en preocupaciones y actividades, sino a simplificar nuestra vida cada vez más. La clave para encontrar un equilibrio feliz en la vida moderna es la sencillez.

 Esrte es el verdadero sentido de la palabra disciplina. Así pues, la disciplina consiste en hacer lo que es justo o apropiado; es decir, en una época excesivamente complicada, simplificar nuestra vida.
 De allí surge la paz mental: tendrá usted más tiempo para dedicarse a las cosas del espíritu y al conocimiento que sólo la verdad espiritual puede proporcionar, y que le ayudará a afrontar la muerte.

Todos somos enviados a la Tierra para descubrir y aprender ciertas cosas. Por ejemplo, a compartir más amor, a tratarnos con más amor los unos a los otros. A descubrir que lo más importante son las relaciones humanas y el amor, y no las cosas materiales. Y a darnos cuenta de que hasta la última cosa que uno hace en su vida queda registrada, y que, aunque uno no piense en ella y la deje de lado, siempre acaba surgiendo más tarde.  

Lo que hayamos hecho con nuestras vidas es lo que somos cuando morimos. Y cuenta todo, absolutamente todo.

Una de las principales razones por las que tanto nos cuesta y tanta angustia nos produce afrontar la muerte es que ignoramos la verdad de la impermanencia. Tan desesperadamente deseamos que todo siga como está que hemos de creer que las cosas siempre continuarán igual. Pero eso sólo es una ficción. 

En el momento del nacimiento cada uno de nosotros ha recibido la chispa divina que procede de la fuente divina. Esto quiere decir que llevamos una parte de este origen, y gracias a ello nos sabemos inmortales.

 Mucha gente empieza a comprender que el cuerpo físico no es más que una casa, un templo, como nosotros solemos llamarle, el «capullo de seda» en el que vivimos durante un cierto tiempo hasta la transición que llamamos muerte. Cuando llega la muerte abandonamos el capullo de seda y somos libres como una mariposa. 

Cuando se reflexiona sobre la definición de la muerte, muy pronto se comprende que nos referimos únicamente al cuerpo físico, como si el hombre sólo fuera esa envoltura. 

El hombre existe sobre el planeta Tierra desde hace 47 millones de años. Y en su forma actual, con su dimensión divina, desde hace 7 millones de años. Cada día los hombre mueren por todas parte. Y nuestra sociedad, sin embargo, no ha realizado ningún esfuerzo para estudiar la muerte y llegar a una definición actualizada y universal de la muerte humana, mientras que ha triunfado enviando hombres a la luna y logrando igualmente que regresaran sanos y salvos. ¿No resulta extraño?.


jueves, 7 de junio de 2018

ACTUANDO COMO DIVINOS SIENDO HUMANOS

Maestro ENOCH.

Cuando se entra al mundo espiritual es como si se entrara en otra dimisión. Muchas cosas en tu vida cambian. Quizás lo más constante son los cambios que hay y eso no gusta. El ser humano es un ser de costumbres y en cuanto vienen grandes cambios parece que el suelo se hunde bajo tus pies. Ante esto lo mejor que se puede hacer es dejarse llevar, no poner resistencia, sacar la fe y pensar que cualquier cambio es para mejor. Cuanta más resistencia pones más dolor. Esa es la clave, dejarse ir. Esto no quiere decir que no trabajes para mejorar cualquier situación que la vida ponga en tu camino, pero si un cambio se tiene que dar, no opongas resistencia. Los cambios serán más fáciles y rápidos.

 Equilibrar en la vida diaria el mundo espiritual y humano no es fácil. La energía del planeta es muy densa y cuando se llega aquí, se pierde la memoria de lo que somos y a que hemos venido, pero cuando empiezas a preguntarte; ¿Quién soy, cuál es mi misión, a que he venido?, es cuando ya estás preparado para empezar a crecer porque es cuando se van cayendo los velos de la amnesia. En ese momento se empieza a recorrer un camino muy duro donde pasarás por etapas más humanas que divinas o al contrario. En todo momento debes buscar el equilibrio de estos dos polos, “El humano y el Divino”, esa es la parte más dura, el equilibrar las dos energías.

 Si te dejas llevar por la parte divina cometes un error porque no te olvides que tú quisiste venir a sentir todos los sentimientos de los humanos aunque sean negativos como el odio, la envidia o los celos. Lo malo no es sentirlos, lo malo es quedarte enganchados en ellos y enquistártelos.

Hay gente que se engaña a ellos mismos y se niegan a ver que dentro de su corazón aun existe la rabia, hacia alguien que le ha hecho daño. Al no reconocerlo no podrán eliminarlo. Esto es como el caso de los alcohólicos, que el primer pasó para salir de la dependencia es reconocerse que son alcohólicos. Con las emociones negativas ocurre lo mismo primero reconocerlas, luego aceptarlas y finalmente trabajar con ellas.

 Una de las pruebas por las que tenemos que pasar es superar los egos espirituales y mucha gente que ha superado muchas pruebas no puede con esta. Muchos se quedan en el camino. Los egos espirituales son los más engañosos porque con el tiempo te crees todas tus mentiras o tus fantasías y eres incapaz de saber dónde empieza la verdad y donde acaba la mentira. Se confunde el saber mucho, haber estudiado y hecho cursos con un ser espiritual. Ese es un gran error que se comete diariamente. El ser más espiritual de este mundo puede ser analfabeto, pero puede tener una vibración muy alta por servicios y trabajos hechos en esta u otras vidas. Sin embargo nos dejamos llevar por alguien que nos deslumbra con su palabrería. ¡Cuidado!, que en el mundo espiritual hay muchas mentiras, muchos lobos con piel de cordero dispuestos a aprovecharse del primer crédulo que pasa por su camino.

 Muchas personas que entran al camino espiritual se sienten deslumbradas y poco a poco van perdiendo la noción de la realidad. Yo le llamo a esto “sentirse colgadas” y realmente lo están porque se olvidan de lo más importante. A lo que han venido aquí es a vivir y sentir todas las experiencias que le ofrece la vida y a aprender a manejar las distintas experiencias por las que pasa el ser humano.

 A algunos no les gusta su vida diaria y se crean otra realidad paralela. Una realidad en la que meten en el mismo saco a extraterrestres, Ángeles, Maestros Espirituales y una serie de personajes que les ayuda a crearse una aureola de “gente especial”.

Poco a poco se van poniendo la máscara de hombre o mujer espiritual y van por la vida con esa etiqueta. La llevan tan bien puesta que en cuanto intentas quitársela no te lo perdonan y se vuelven contra quien osa tamaña ofensa. Confunde las circunstancias exteriores con el trabajo personal interior diario y así pueden ir toda su vida estando confundidos y lo peor, sin capacidad de cambio porque ellos mismos al final se creen todas sus mentiras. No sería tan malo si se creen espirituales y actúan en su vida diaria como tal. Al fin y al cabo todos formamos parte de esta tragicomedia que es la vida, y el personaje que escojamos es nuestra elección. Pero estas personas normalmente lo que hacen es actuar exteriormente como gente espiritual pero en el momento que le tocas sus egos se revuelven y se olvidan de lo que han estado presumiendo minutos antes y pueden llegar a ser los seres más crueles del mundo y además utilizan para su propio beneficio los cocimientos que tienen de metafísica.

 Esto se nota mucho en reuniones espirituales  donde hay mucha gente. Normalmente van en grupo y unos a otros se apoyan, pero también van gentes solas que buscan unirse a otras. Sin embargo, lo que se escuchaba minutos antes de unificación y de que todos somos uno, a la hora de la verdad no se demuestra y en ningún momento se acercan a la persona que está sola para facilitarles el proceso de integración al grupo ni le dan la bienvenida. Si esa persona se atreve a ser ella quien se acerque, en general la hacen sentir fuera de lugar. Hemos dejado de pertenecer a una iglesia para crear otra y no es ese el camino a seguir. 

Si todos sabemos la teórica ¿por qué no lo ponemos en práctica? Cuando vamos a un lugar donde, teóricamente, todos somos trabajadores de luz, tendríamos que comportarnos como UNO, ayudarnos mutuamente y hacer que nadie se sienta extraño. Mientras no seamos capaces de dejar nuestras personalidades aparte y comportarnos como lo que somos, UNO de una misma familia de luz, no podremos crear un mundo mejor. Todo se quedará en la teoría y ya es el momento de poner en práctica lo aprendido.

 En este momento hay muchas personas que saben mucho sobre metafísica, temas espirituales y extraterrestres que creen que con eso ya tienen la verdad absoluta. Creen que lo saben todo sin darse cuenta que el universo está en movimiento constantemente y nada es inmóvil, por lo tanto lo que creen ser su verdad en este momento quizás no lo es dentro de un año. Nadie debería sentirse superior ni que lo sabe todo porque no es así. Todos tenemos un trozo de la tarta de la verdad pero nadie tiene la tarta entera. Si esto se tuviera presente constantemente no iríamos con esos egos que vamos a veces creyendo que solo nosotros tenemos la verdad- Creo que en alguna ocasión unos y otros lo hemos hecho.

Si alguien se pone la máscara de “ser espiritual” tiene que ser coherente y no ir con esa máscara y luego en su vida privada ser un aprovechado hipócrita y sin amor a sus semejantes.

Gracias a Dios en este momento se están descubriendo muchos falsos profetas o lo que es lo mismo mucha gente que va de espirituales y que lo único que quieren es aprovecharse de la gente inocente y buena que hay. Tienes todo el derecho del mundo a escoger el papel que quieres representar en esta vida pero hazlo con honestidad, trasparencia y amor. Si no es así no escojas este mundo porque ya ha llegado el momento de descubrir a los lobos con piel de cordero.

 Un ser espiritual auténtico tiene que ser trasparente como un diamante. De hecho se compara el mundo espiritual con el proceso que tiene que pasar el diamante. Pasa de ser un carbón hasta convertirse en un hermoso cristal brillante y muy valioso. El ser humano también pasa por ese proceso pero no lo podrá superar si no se quita las máscaras y actúa con autenticidad. 

Si en cada experiencia que la vida nos brinda actuamos solo como simples humanos no seremos capaces de descorrer los velos de la amnesia, no podremos conectar con nuestro Yo Superior y todas nuestras actuaciones estarán marcadas por nuestra parte animal. A la hora de escoger lo correcto debemos escuchar nuestro corazón y pararnos a pensar si es eso lo que realmente deseamos porque ya es el momento de la unión entre mente y corazón. Cualquier ser humano tiene derecho a escoger el momento oportuno de despertar espiritualmente pero lo que no se puede es decir que eres espiritual y no comportarte como tal. A la larga él mismo se descubre.

 Si solo nos comportamos como simples humanos estamos dejando una parte muy importante de nosotros en el camino y en estos momentos tan difíciles para la raza humana el apoyarnos en nuestra parte divina es muy importante y trascendental. 

La oportunidad que se le ha dado a la raza humana de transcender todos los errores cometidos en todas nuestras vidas en esta es única y debemos aprovecharla. Tenemos todo a nuestro favor para poderlo hacer. Jamás en la historia de la humanidad ha pasada nada parecido.

Tenemos mucha gente que ha despertado y está facilitando el camino a los que están dispuestos al gran cambio. También están en este plano Maestros espirituales que se hacen pasar por simples humanos pero no lo son. Tenemos infinidad de ayudas y solo se nos pide que digamos ¡PADRE SI QUIERO! e inmediatamente se pondrá el universo a conspirar para que todo se dé.

 NO PODEMOS PERDERNOS ESTA GRAN CENA ESPIRITUAL. TODOS NOSOTROS SOMOS LOS INVITADOS Y NO ESTÁ BIEN HACER ESPERAR A NUESTROS ANFITRIONES (DIOS, MAESTROS ESPIRITUALES, SERES DE LUZ).

sábado, 2 de junio de 2018

LA MUERTE UNA TRANSICIÓN.

Elisabeth Kübler-Ross.


Quisiera explicaros muy someramente lo que cada ser humano va a vivir en el momento de su muerte. Se trata de un acontecimiento puramente humano, de la misma manera que lo es el proceso natural de un nacimiento.

 La experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento. Es un nacimiento a otra existencia que puede ser probada de manera muy sencilla. Durante dos mil años se ha invitado a la gente a «creer» en las cosas del más allá. Esto no es un asunto más de creencias, sino un asunto del conocimiento. 

En el momento de la muerte chay tres etapas. La muerte física del hombre es idéntica al abandono del capullo de seda por la mariposa. El capullo de seda y su larva pueden compararse con el cuerpo humano. Un cuerpo humano transitorio y escomo una casa ocupada de modo provisional. Morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella, hablando simbólicamente.

 Desde el momento en que el capullo de seda se deteriora irreversiblemente, ya sea como consecuencia de un suicidio, de homicidio, infarto o enfermedades crónicas (no importa la forma), va a liberar a la mariposa, es decir, a vuestra alma.

 En esta segunda etapa, cuando vuestra mariposa siempre en lenguaje simbólico, ha abandonado  su cuerpo, vosotros viviréis importantes acontecimientos que es útil que conozcáis anticipadamente para no sentiros jamás atemorizados frente a la muerte.

 En la segunda etapa estaréis provistos de energía psíquica, así como en la primera lo estuvisteis de energía física. En esta última vosotros tenéis necesidad de un cerebro que funcione, es decir, de una conciencia despierta para poder comunicar con los demás. 

Desde el momento en que este cerebro, este capullo de seda, tarde o temprano presente daños importantes, la conciencia dejará de estar alerta, apagándose. Desde el instante en que ésta falte, cuando el capullo de seda esté deteriorado al extremo de que vosotros ya no podáis respirar y que vuestras pulsaciones cardíacas y ondas cerebrales no admitan más mediciones, la mariposa se encontrará fuera del capullo que la contenía. Esto no significa que ya se esté muerto, sino que el capullo de seda ha dejado de cumplir sus funciones. Al liberarse de ese capullo de seda, se llega a la segunda etapa, la de la energía psíquica. La energía física y la energía psíquica son las dos únicas energías que al hombre le es posible manipular.

  Desde el momento en que sois una mariposa liberada, es decir, desde que vuestra alma abandona el cuerpo, advertiréis enseguida que estáis dotados de capacidad para ver todo lo que ocurre en el lugar de la muerte, en la habitación del enfermo, en el lugar del accidente o allí donde hayáis dejado vuestro cuerpo.

 Estos acontecimientos no se perciben ya con la conciencia mortal, sino con una nueva percepción. Todo se graba en el momento en que no se registra ya tensión arterial, ni pulso, ni respiración; algunas veces incluso en ausencia de ondas cerebrales. Entonces sabréis exactamente lo que cada uno diga y piense y la forma en que se comporte.

Si yo utilizara en este momento un silbato de perros, vosotros no podríais oirlo, y sin embargo todos los perros lo oirlan. La razón es que el oído humano no está concebido para la percepción de estas altas frecuencias. De la misma manera, no podemos percibir el alma que ha abandonado el cuerpo, aunque ésta pueda todavía grabar las longitudes de ondas terrestres para comprender lo que ocurre en el lugar del accidente o en otro lugar.

 Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención. Todos los médicos y enfermeras deben tener conciencia de este hecho. Eso quiere decir que en la proximidad de una persona inconsciente no se debe hablar más que de cosas que esta persona pueda escuchar, sea cual fuere su estado. Es triste lo que a veces se dice en presencia de enfermos inconscientes, cuando éstos pueden oirlo todo.

 También es necesario que sepáis que si os acercáis al lecho de vuestro padre o madre moribundos, aunque estén ya en coma profundo, os oyen todo lo que les decis, y en ningún caso es tarde para expresar «lo siento», «te amo» o alguna otra cosa que queráis decirles. Nunca es demasiado tarde para pronunciar estas palabras, aunque sea después de la muerte, ya que las personas fallecidas siguen oyendo. Incluso en ese mismo momento podéis arreglar «asuntos pendientes», aunque éstos se remonten a diez o veinte años atrás. Podréis liberaros de vuestra culpabilidad para poder volver a vivir vosotros mismos.

 En esta segunda etapa, “el muerto” se dará cuenta también de que él se encuentra intacto nuevamente. Los ciegos pueden ver, los sordos o los mudos oyen y hablan otra vez. Podréis comprender, pues, que esta experiencia extracorporal es un acontecimiento maravilloso, que nos hace sentirnos felices.

Cuando se abandona el cuerpo se encuentra en una existencia en la cual el tiempo ya no cuenta, o simplemente ya no hay más tiempo, del mismo modo en que tampoco podría hablarse de espacio y de distancia tal como los entendemos, puesto que en ese caso se trata de nociones terrenales. En esta segunda etapa ha dejado de existir, pues, la distancia. Son muchos los seres vivientes que han experimentado tal fenómeno, que se manifestaba de improviso cuando ellos tomaban conciencia de que alguien que vivía lejísimos se encontraba, sin embargo, muy cerca, junto a ellos. Y al día siguiente de ese hecho recibían una llamada telefónica o un telegrama informándoles que la persona en cuestión había fallecido en un lugar a cientos o miles de kilómetros de donde ellos se encontraban. Es obvio que estas personas poseen una gran intuición, pues normalmente no se tiene conciencia de tales visitas.

En esta segunda etapa también os dais cuenta de que ningún ser humano al morir está solo, y no Únicamente porque el muerto pueda visitar a cualquiera, sino también porque la gente que ha muerto antes que vosotros y a la que amasteis os espera siempre. Y puesto que el tiempo no existe, puede ocurrir que alguien que a los veinte años perdió a su hijo, al morir a los noventa y nueve puede volver a encontrarlo, aún como un niño, puesto que para los del otro lado un minuto puede tener una duración equiparable a cien años de nuestro tiempo.

 Lo que la Iglesia enseña a los niños pequeños sobre su ángel guardián está basado en estos hechos, ya que está probado que cada ser viene acompañado por seres espirituales desde su nacimiento hasta su muerte. Cada hombre tiene tales guías, lo creáis o no, y el que seáis judío, católico o no tengáis religión no tiene ninguna importancia. Pues este amor es incondicional y es por eso que cada hombre recibe el regalo de un guía. Muchos niños pequeños los llaman «compañeros de juego» y desde muy temprano hablan con ellos y son perfectamente conscientes de su presencia. Luego van al colegio y sus padres les dicen: «Ahora ya eres mayor, ya vas al colegio. No hay que jugar más a esas chiquilladas».  Así se olvida uno que se tiene «compañeros de juego» hasta que se llega al lecho de muerte. 

 En general sois esperados por la persona a la que más amáis. Siempre la encontraréis en primer lugar. En el caso de los niños pequeños, de dos o tres años por ejemplo, cuyos abuelos, padres y otros miembros de la familia aún están con vida, es su ángel de la guarda personal quien generalmente los acoge; o bien son recibidos por Jesús u otro personaje religioso. 

Después de realizar en esta segunda etapa la integridad del cuerpo y después de haber reencontrado a aquellos a los que más se ama, se toma conciencia de que la muerte no es más que un pasaje hacia otra forma de vida. Se han abandonado las formas físicas terrenales porque ya no se las necesita, y antes de dejar nuestro cuerpo para tomar la forma que se tendrá en la eternidad, se pasa por una fase de transición totalmente marcada por factores culturales terrestres. Puede tratarse de un pasaje de un túnel o de un pórtico o de la travesía de un puente. Cada uno tiene el espacio celestial que se imagina. 

Después, cuando habéis realizado este pasaje, una luz brilla al final. Y esa luz es más blanca, es de una claridad absoluta, y a medida que os aproximáis a esta luz, os sentís llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que os podáis imaginar. No hay palabras para describirlo.

 Frente a esta luz, os dais cuenta por primera vez de lo que el hombre hubiera podido ser. Vivís la comprensión sin juicio, vivís un amor incondicional, indescriptible. Y en esta presencia, que muchos llaman Cristo o Dios, Amor o Luz, os dais cuenta de que toda vuestra vida aquí abajo no es más que una escuela en la que debéis aprender ciertas cosas y pasar ciertos exámenes. Cuando habéis terminado el programa y lo habéis aprobado, entonces podéis entrar.

 Muchos preguntan: «¿Por qué niños tan buenos deben morir?». La respuesta es sencillamente que esos niños han aprendido en poco tiempo aquello que debían aprender. Y según las personas se tratará de cosas diferentes, pero hay algo que cada uno debe aprender antes de poder volver al lugar de donde vino, y es el amor incondicional. Cuando lo aprendáis y lo practiquéis, habréis aprobado el más importante de los exámenes.
 En esta Luz, en presencia de Dios, de Cristo, o cualquiera que sea el nombre con que se le denomine, debéis mirar toda vuestra vida terrestre, desde el primero al ultimo día de la muerte.
 Volviendo a ver como en una revisión vuestra propia vida, ya estáis en la tercera etapa. En ella no disponéis ya de la conciencia presente en la primera etapa o de esa posibilidad de perceción de la segunda. Ahora poseéis el conocimiento. Conocéis exactamente cada pensamiento que tuvisteis en cada momento de vuestra vida, conocéis cada acto que hicisteis y cada palabra que pronunciasteis.
 Esta posibilidad de recordar no es más que una ínfima parte de vuestro saber total. Pues en el momento en que contempléis una vez más toda vuestra vida, interpretaréis todas las consecuencias que han resultado de cada uno de vuestros pensamientos, de cada una de vuestras palabras y de cada uno de vuestros actos.

 Dios es el amor incondicional. Después de esta «revisión» de vuestra vida no será a Él a quien vosotros haréis responsable de vuestro destino. Os daréis cuenta de que erais vosotros mismos vuestros peores enemigos, puesto que ahora debéis de reprocharos el haber dejado pasar tantas ocasiones para crecer. Ahora sabéis que cuando vuestra casa ardió, que cuando vuestro hijo murió, que cuando vuestro marido fue herido, o cuando tuvisteis un ataque de apoplejía, todos estos golpes de la suerte representaron posibilidades para enriquecerse, para crecer. Crecer en comprensión, en amor, en todo aquello que aún debemos aprender. Ahora lo lamentáis: «En lugar de haber utilizado la oportunidad que se me ofrecía, me volví cada vez más amargo. Mi cólera y también mi negatividad han aumentado ... ».

 Hemos sido creados para una vida sencilla, bella, maravillosa. Si considerarais la vida desde el punto de vista de la manera en que hemos sido creados,  nadie plantearía más la cuestión de saber qué vidas se tendría el derecho de prolongar. Nadie preguntaría más si es necesario administrar o no un cóctel de litio para abreviar el sufrimiento. Morir no debe significar nunca padecer el dolor. En la actualidad la medicina cuenta con medios adecuados para impedir el sufrimiento de los enfermos moribundos. Si ellos no sufren, si están instalados cómodamente, si son cuidados con cariño y si se tiene el coraje de llevarlos a sus casas, entonces nadie protestará frente a la muerte.

 Para terminar quisiera aseguraros que estar sentado junto a la cabecera de la cama de los moribundos es un regalo, y que el morir no es necesariamente un asunto triste y terrible. Por el contrario, se pueden vivir cosas maravillosas y encontrar muchísima ternura. Si transmitís a vuestros hijos y a vuestros nietos, así como a los vecinos, lo que habéis aprendido de los moribundos, este mundo será pronto un nuevo paraíso. Es hora de poner manos a la obra.

casi idéntica a la del nacimiento. Es un nacimiento a otra existencia que puede ser probada de manera muy sencilla. Durante dos mil años se ha invitado a la gente a «creer» en las cosas del más allá. Esto no es un asunto más de creencias, sino un asunto del conocimiento. 

En el momento de la muerte hay tres etapas. La muerte física del hombre es idéntica al abandono del capullo de seda por la mariposa. El capullo de seda y su larva pueden compararse con el cuerpo humano. Un cuerpo humano transitorio y escomo una casa ocupada de modo provisional. Morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella, hablando simbólicamente.

 Desde el momento en que el capullo de seda se deteriora irreversiblemente, ya sea como consecuencia de un suicidio, de homicidio, infarto o enfermedades crónicas (no importa la forma), va a liberar a la mariposa, es decir, a vuestra alma.
 En esta segunda etapa, cuando vuestra mariposa siempre en lenguaje simbólico, ha abandonado  su cuerpo, vosotros viviréis importantes acontecimientos que es útil que conozcáis anticipadamente para no sentiros jamás atemorizados frente a la muerte.
 En la segunda etapa estaréis provistos de energía psíquica, así como en la primera lo estuvisteis de energía física. En esta última vosotros tenéis necesidad de un cerebro que funcione, es decir, de una conciencia despierta para poder comunicar con los demás. 

Desde el momento en que este cerebro, este capullo de seda, tarde o temprano presente daños importantes, la conciencia dejará de estar alerta, apagándose. Desde el instante en que ésta falte, cuando el capullo de seda esté deteriorado al extremo de que vosotros ya no podáis respirar y que vuestras pulsaciones cardíacas y ondas cerebrales no admitan más mediciones, la mariposa se encontrará fuera del capullo que la contenía. Esto no significa que ya se esté muerto, sino que el capullo de seda ha dejado de cumplir sus funciones. Al liberarse de ese capullo de seda, se llega a la segunda etapa, la de la energía psíquica. La energía física y la energía psíquica son las dos únicas energías que al hombre le es posible manipular.

  Desde el momento en que sois una mariposa liberada, es decir, desde que vuestra alma abandona el cuerpo, advertiréis enseguida que estáis dotados de capacidad para ver todo lo que ocurre en el lugar de la muerte, en la habitación del enfermo, en el lugar del accidente o allí donde hayáis dejado vuestro cuerpo.

 Estos acontecimientos no se perciben ya con la conciencia mortal, sino con una nueva percepción. Todo se graba en el momento en que no se registra ya tensión arterial, ni pulso, ni respiración; algunas veces incluso en ausencia de ondas cerebrales. Entonces sabréis exactamente lo que cada uno diga y piense y la forma en que se comporte.

Si yo utilizara en este momento un silbato de perros, vosotros no podríais oirlo, y sin embargo todos los perros lo oirlan. La razón es que el oído humano no está concebido para la percepción de estas altas frecuencias. De la misma manera, no podemos percibir el alma que ha abandonado el cuerpo, aunque ésta pueda todavía grabar las longitudes de ondas terrestres para comprender lo que ocurre en el lugar del accidente o en otro lugar.

 Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención. Todos los médicos y enfermeras deben tener conciencia de este hecho. Eso quiere decir que en la proximidad de una persona inconsciente no se debe hablar más que de cosas que esta persona pueda escuchar, sea cual fuere su estado. Es triste lo que a veces se dice en presencia de enfermos inconscientes, cuando éstos pueden oirlo todo.

 También es necesario que sepáis que si os acercáis al lecho de vuestro padre o madre moribundos, aunque estén ya en coma profundo, os oyen todo lo que les decis, y en ningún caso es tarde para expresar «lo siento», «te amo» o alguna otra cosa que queráis decirles. Nunca es demasiado tarde para pronunciar estas palabras, aunque sea después de la muerte, ya que las personas fallecidas siguen oyendo. Incluso en ese mismo momento podéis arreglar «asuntos pendientes», aunque éstos se remonten a diez o veinte años atrás. Podréis liberaros de vuestra culpabilidad para poder volver a vivir vosotros mismos.

 En esta segunda etapa, “el muerto” se dará cuenta también de que él se encuentra intacto nuevamente. Los ciegos pueden ver, los sordos o los mudos oyen y hablan otra vez. Podréis comprender, pues, que esta experiencia extracorporal es un acontecimiento maravilloso, que nos hace sentirnos felices.

Cuando se abandona el cuerpo se encuentra en una existencia en la cual el tiempo ya no cuenta, o simplemente ya no hay más tiempo, del mismo modo en que tampoco podría hablarse de espacio y de distancia tal como los entendemos, puesto que en ese caso se trata de nociones terrenales. En esta segunda etapa ha dejado de existir, pues, la distancia. Son muchos los seres vivientes que han experimentado tal fenómeno, que se manifestaba de improviso cuando ellos tomaban conciencia de que alguien que vivía lejísimos se encontraba, sin embargo, muy cerca, junto a ellos. Y al día siguiente de ese hecho recibían una llamada telefónica o un telegrama informándoles que la persona en cuestión había fallecido en un lugar a cientos o miles de kilómetros de donde ellos se encontraban. Es obvio que estas personas poseen una gran intuición, pues normalmente no se tiene conciencia de tales visitas.

En esta segunda etapa también os dais cuenta de que ningún ser humano al morir está solo, y no Únicamente porque el muerto pueda visitar a cualquiera, sino también porque la gente que ha muerto antes que vosotros y a la que amasteis os espera siempre. Y puesto que el tiempo no existe, puede ocurrir que alguien que a los veinte años perdió a su hijo, al morir a los noventa y nueve puede volver a encontrarlo, aún como un niño, puesto que para los del otro lado un minuto puede tener una duración equiparable a cien años de nuestro tiempo.

 Lo que la Iglesia enseña a los niños pequeños sobre su ángel guardián está basado en estos hechos, ya que está probado que cada ser viene acompañado por seres espirituales desde su nacimiento hasta su muerte. Cada hombre tiene tales guías, lo creáis o no, y el que seáis judío, católico o no tengáis religión no tiene ninguna importancia. Pues este amor es incondicional y es por eso que cada hombre recibe el regalo de un guía. Muchos niños pequeños los llaman «compañeros de juego» y desde muy temprano hablan con ellos y son perfectamente conscientes de su presencia. Luego van al colegio y sus padres les dicen: «Ahora ya eres mayor, ya vas al colegio. No hay que jugar más a esas chiquilladas».  Así se olvida uno que se tiene «compañeros de juego» hasta que se llega al lecho de muerte. 
 En general sois esperados por la persona a la que más amáis. Siempre la encontraréis en primer lugar. En el caso de los niños pequeños, de dos o tres años por ejemplo, cuyos abuelos, padres y otros miembros de la familia aún están con vida, es su ángel de la guarda personal quien generalmente los acoge; o bien son recibidos por Jesús u otro personaje religioso. 

Después de realizar en esta segunda etapa la integridad del cuerpo y después de haber reencontrado a aquellos a los que más se ama, se toma conciencia de que la muerte no es más que un pasaje hacia otra forma de vida. Se han abandonado las formas físicas terrenales porque ya no se las necesita, y antes de dejar nuestro cuerpo para tomar la forma que se tendrá en la eternidad, se pasa por una fase de transición totalmente marcada por factores culturales terrestres. Puede tratarse de un pasaje de un túnel o de un pórtico o de la travesía de un puente. Cada uno tiene el espacio celestial que se imagina. 

Después, cuando habéis realizado este pasaje, una luz brilla al final. Y esa luz es más blanca, es de una claridad absoluta, y a medida que os aproximáis a esta luz, os sentís llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que os podáis imaginar. No hay palabras para describirlo.

 Frente a esta luz, os dais cuenta por primera vez de lo que el hombre hubiera podido ser. Vivís la comprensión sin juicio, vivís un amor incondicional, indescriptible. Y en esta presencia, que muchos llaman Cristo o Dios, Amor o Luz, os dais cuenta de que toda vuestra vida aquí abajo no es más que una escuela en la que debéis aprender ciertas cosas y pasar ciertos exámenes. Cuando habéis terminado el programa y lo habéis aprobado, entonces podéis entrar.

 Muchos preguntan: «¿Por qué niños tan buenos deben morir?». La respuesta es sencillamente que esos niños han aprendido en poco tiempo aquello que debían aprender. Y según las personas se tratará de cosas diferentes, pero hay algo que cada uno debe aprender antes de poder volver al lugar de donde vino, y es el amor incondicional. Cuando lo aprendáis y lo practiquéis, habréis aprobado el más importante de los exámenes.

 En esta Luz, en presencia de Dios, de Cristo, o cualquiera que sea el nombre con que se le denomine, debéis mirar toda vuestra vida terrestre, desde el primero al ultimo día de la muerte.

 Volviendo a ver como en una revisión vuestra propia vida, ya estáis en la tercera etapa. En ella no disponéis ya de la conciencia presente en la primera etapa o de esa posibilidad de perceción de la segunda. Ahora poseéis el conocimiento. Conocéis exactamente cada pensamiento que tuvisteis en cada momento de vuestra vida, conocéis cada acto que hicisteis y cada palabra que pronunciasteis.
 Esta posibilidad de recordar no es más que una ínfima parte de vuestro saber total. Pues en el momento en que contempléis una vez más toda vuestra vida, interpretaréis todas las consecuencias que han resultado de cada uno de vuestros pensamientos, de cada una de vuestras palabras y de cada uno de vuestros actos.

 Dios es el amor incondicional. Después de esta «revisión» de vuestra vida no será a Él a quien vosotros haréis responsable de vuestro destino. Os daréis cuenta de que erais vosotros mismos vuestros peores enemigos, puesto que ahora debéis de reprocharos el haber dejado pasar tantas ocasiones para crecer. Ahora sabéis que cuando vuestra casa ardió, que cuando vuestro hijo murió, que cuando vuestro marido fue herido, o cuando tuvisteis un ataque de apoplejía, todos estos golpes de la suerte representaron posibilidades para enriquecerse, para crecer. Crecer en comprensión, en amor, en todo aquello que aún debemos aprender. Ahora lo lamentáis: «En lugar de haber utilizado la oportunidad que se me ofrecía, me volví cada vez más amargo. Mi cólera y también mi negatividad han aumentado ... ».

 Hemos sido creados para una vida sencilla, bella, maravillosa. Si considerarais la vida desde el punto de vista de la manera en que hemos sido creados,  nadie plantearía más la cuestión de saber qué vidas se tendría el derecho de prolongar. Nadie preguntaría más si es necesario administrar o no un cóctel de litio para abreviar el sufrimiento. Morir no debe significar nunca padecer el dolor. En la actualidad la medicina cuenta con medios adecuados para impedir el sufrimiento de los enfermos moribundos. Si ellos no sufren, si están instalados cómodamente, si son cuidados con cariño y si se tiene el coraje de llevarlos a sus casas, entonces nadie protestará frente a la muerte.

 Para terminar quisiera aseguraros que estar sentado junto a la cabecera de la cama de los moribundos es un regalo, y que el morir no es necesariamente un asunto triste y terrible. Por el contrario, se pueden vivir cosas maravillosas y encontrar muchísima ternura. Si transmitís a vuestros hijos y a vuestros nietos, así como a los vecinos, lo que habéis aprendido de los moribundos, este mundo será pronto un nuevo paraíso. 

Es hora de poner manos a la obra.


APRENDER A DISCERNIR


"La palabra “discernir” viene de la raíz hebrea “bín” que significa “separar mentalmente” o “distinguir” y sus derivaciones son: Observar, entender, prestar atención, atento, comprender, buscar, considerar." Si esto lo llevamos al mundo práctico, discernir es saber distinguir lo real de lo irreal, la verdad de la mentira.

En momentos de lucidez espiritual tenemos el deseo de hacer algo por nuestros semejantes y cada vez que hay una convocatoria planetaria para enviar energía de amor y sanación al planeta ahí estamos. A todos nos gustaría hacer algo más de lo que hacemos en la vida diaria pero la mayoría de las veces se queda solo en eso, “buenos deseos”. Pocas personas son capaces de convertir los deseos en realidad. Eso es lo que tenemos que hacer los trabajadores de la luz. Por eso se nos distinguirá, Por las buenas obras los reconoceréis. Decir que estás en el mundo espiritual es fácil, demostrarlo diariamente con tu comportamiento es lo difícil.

En general los humanos somos seres cómodos y vagos. Todo lo que suponga un esfuerzo nos resulta difícil y el mundo espiritual es personal e intransferible. Nadie puede hacer ese trabajo por ti. Puedes hacer miles de cursos pero si no trabajas por ser mejor día a día no te servirá de nada, perderás tiempo y dinero. No se necesita estar en una iglesia determinada ni ser de una religión especial para ser más espiritual, evolucionado o mejor. Todo se consigue primero queriéndolo y eligiéndolo y segundo trabajando para lograrlo. Lo complicado viene cuando una vez metido en ello te das cuenta que hay que hacer muchos sacrificios, dejar muchas cosas y gentes que amas en el camino y los seres humanos somos animales de costumbres. Nos enganchamos a lo conocido ya sea una amiga, hijos, amante, mujer o cualquier cosa en la que hayas compartido muchos momentos y no somos capaces de desprendernos de ello con facilidad. A cada ser que pasa por tu vida le das mucha energía. Los chamanes dicen que les damos nuestro poder y así es.


Ser adicto a una iglesia o estar en un grupo espiritual se necesita cuando no se ha adquirido la individualidad pero conforme se va creciendo y abriendo consciencia se va trabajando más consigo mismo y a solas, sin la ayuda de nadie, porque la meta es ser tu propio maestro. Al principio te dejas deslumbrar por unas personas que dicen ser maestros espirituales. Seguramente son muy conocidos y sus cursos te cuestan los dos ojos de la cara. En ese tiempo aun no distingues que la espiritualidad no tiene que ver con los conocimientos. Puedes ser un erudito en estos temas pero eso no es garantía de ser un buen ser humano y espiritualmente evolucionado. Hitler sabía mucho del mundo exotérico pero empleaba sus conocimientos para hacerse con la voluntad de los seres humanos que confiaban en él. Ni siquiera haciendo todos los cursos del mundo con los mejores maestros es garantiza de éxito. La mayoría de las veces te sientes decepcionado porque no te das cuenta que aunque vallan de maestros son seres humanos sujetos a nuestras mismas limitaciones.



Cuanto más buscas fuera más te alejas de tu Ser. Puede que sigas así una o varias vidas, teniendo muchos maestros espirituales humanos y teniendo infinidad de conocimientos, pero hasta que no te pares y te des cuenta que todo lo que buscas fuera lo tienes dentro vas dando tumbos de un maestro a otro dejando en cada uno de ellos tus ilusiones y pasando de decepción en decepción. En ningún momento se te ocurre pensar que el responsable de la decepción eres tú. Es más fácil creer que el ser humano en el que habías puesto tu energía te ha decepcionado. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar que tenías que pasar por todo ello para no seguir buscando fuera de ti y tener la oportunidad de mirar dentro, donde habita tu verdadero maestro?


En este momento pasean por Internet muchos mensajes firmados por Grandes Maestros Espirituales. Algunos de ellos te quitan demasiado tiempo y por lo general no dicen nada. Solo son palabrerías pero se etiquetan con nombres de Arcángeles o de Maestros Ascendidos y muchas veces la gente cuando los recibe los acepta sin más. No lo pasan por el tapiz del discernimiento y eso es un error. Puede que la firma del mensaje sea del ser más superior que te puedas imaginar pero si el mensaje que estás leyendo no te ayuda a entrar en una energía superior o por lo menos te hace pensar, no te sirve. Creo que ya es el momento de separar el grano de la paja y dejar en tu vida lo que realmente es importante y desechar todo lo que no sirve. ¿Te has preguntado la cantidad de horas que pierdes en leer esos mensajes? Cuando se acaban de leer te debes preguntar: ¿me ha servido realmente para algo, me ha aportado algo a mi mundo espiritual? La mayoría de las veces la respuesta es NO.


Discernir esos mensajes es importante pero no es lo único. Aprender a discernir es ser capaz de reconocer si un ser que se dice maestro lo es o no, el ver si a una persona se le ha acabado el tiempo de compartir contigo, acabar una relación que desde hace años no te aporta nada positivo y si mucha desarmonía, cambiar de trabajo porque sientes que ya es el momento de hacer ese cambio, el buscar la ciudad o país que se adapte a tus vibraciones, etc. Todo esto es discernir, saber en cada momento lo que es correcto de lo que no lo es. Quizás esta es una de las pruebas más duras por las que pasamos todos los seres de luz porque cuando las emociones están involucradas nos dejan inutilizados para poder escoger lo correcto. Cuando tenemos ante nosotros un problema donde las emociones las tienes comprometidas es muy difícil ser imparcial. Tus sentimientos te impiden ver con claridad y por eso en esas ocasiones debes de aprender a ver tu “problema” desde fuera, como si no fuera tuyo, como si le correspondiera a otra persona no a ti. Solo así serás capaz de ver la realidad y no lo que tú quieres ver.



Si esto lo llevas al mundo espiritual aun es más difícil porque imagina que lees un mensaje que dice estar escrito por el Maestro Jesús o por cualquier Arcángel que tengas especial veneración. ¿Crees que serías capaz de dudar de ese mensaje? ó ¿te lo tragarías todo sin pensar si realmente está dictado por Él? Somos tan infantiles que quizás creas que si dudas de él los Maestros se pueden molestar. Déjame decirte que los Maestros no quieren zombis ni gente dormida que no piensen por sí mismos. Quieren trabajadores de la luz despiertos, libres, capaces de ser co-creadores con Dios sabiendo utilizar sus poderes personales y capaces de decir ¡No!, si algo no lo ven claro. Lo que nunca hay que olvidar es que Jesús vino a este planeta y padeció tanto precisamente para devolvernos de nuevo nuestro poder. Cuando hablo de poder, hablo de individualidad, de no seguir como animales al jefe de la manada ni a líderes políticos o religiosos que a tu costa se están llenando de oro el bolsillo y vaciando el tuyo.



Para volver de nuevo a la fuente (Papa Dios) hay que conseguir ser individuales. Esa es nuestra lucha diaria en este planeta porque todo lo que nos rodea está creado para precisamente conseguir lo contrario. No les interesa que como seres individuales tengamos nuestros propios pensamientos y de esta manera podernos manipular y dominar. Por ejemplo, los políticos te mienten y te dan vanas esperanzas de conseguir un mundo mejor y en cuanto están ubicados en su trono de poder se olvidan de las promesas y se dejan llevar por los  pactos políticos nacionales e internacionales. Para ellos es más importante los pacto que las promesas a los ciudadanos, pero aun así muchos ciudadanos no ven el engaño y prefieren seguir enganchados a un partido político que engaña y defrauda. ¿Por qué? Porque no son individuales, no han conseguido su poder personal y no piensan por sí mismos. Si lo hicieran no seguirían votando por el partido político que los ha defraudado. Para aprender a discernir tienes que dejar fuera de ti la pena y otras emociones que una vez más nos manipulan.


Como veis, el aprender a discernir no se limita solo a nuestro mundo espiritual. Esa lección es muy importante y va a repercutir en todo nuestro mundo. Cuando empiezas ese camino y pasa el tiempo, te das cuenta de lo importante que es y lo bueno que hubiese sido aprenderlo antes porque habrías eliminado muchos problemas de tu vida. 

martes, 29 de mayo de 2018

SEMILLAS ESTELARES

Este es un artículo descriptivo y una lista de algunas de las características y rasgos más comunes y también inusuales de un alma de semilla estelar.

Si bien esta información se puede utilizar para reconocer si eres una semilla estelar, también explica algunas de las experiencias únicas y peculiaridades de la personalidad que generalmente se comparten entre las personas con Semillas Estelares.

La lista describe síntomas físicos y señales comunes con Semillas Estelares, así como los aspectos emocionales, mentales y espirituales que son parte del camino y perspectiva de la semilla estelar. 

Si usted o alguien que usted conoce es una semilla estelar, pueden resonar con la mayoría, si no con todas las cualidades y experiencias enumeradas aquí. 

Como siempre, ninguna lista, etiqueta o definición externa puede siempre describir con precisión con 100% de certeza la experiencia de las Semillas Estelares; uno debe mirar dentro de sí mismo y recordar realmente lo que ya sabe.

Encuentra lo que resuena contigo y siempre confía en tu corazón con respecto a las respuestas que buscas. 

Rasgos y características de la personalidad de una Semilla Estelar

Una semilla estelar tiene una sensación profunda de ser muy diferente de otras personas

Todos somos únicos y diferentes de los demás de una manera u otra, pero para una semilla estelar, este sentimiento comienza a una edad muy temprana y permanece con ellos hasta la edad adulta. Puede que no haya una causa externa de este sentimiento y la mayoría tuvo una infancia infantil y una adultez relativamente normal (aunque tenderán a tener algunas experiencias muy inusuales).

Muchas personas verán a estas personas como algo extrañas o excéntricas, incluso si la semilla estelar está tratando de actuar de manera "normal" y mezclarse. 

Una semilla estelar sabe que es diferente, incluso si no sabe muy bien por qué, e incluso si intentan "fingirlo", serán infelices y fingirán ser cualquiera menos ellos mismos. 

Un individuo semilla estelar puede descubrir que es extremadamente sensible y que puede tener un sexto sentido desarrollado naturalmente; la mayoría son muy empáticos.

Tener empatía significa que tienen la capacidad de sentir o presentir las emociones y, a veces incluso las "vibraciones de pensamiento" de otras personas, especialmente aquellos a quienes están más cerca. Si no están conscientes de la fuente de estas emociones o energías, entonces les podrá parecer que están sintiendo sus propias emociones.

Las Semillas Estelares inconscientes que son muy empáticas, pueden ser fácilmente influenciadas energéticamente. Esto hace que sea importante aprender técnicas de puesta a tierra y de protección para no absorber las emociones de otros ni tomarlas como propias.

La habilidad empática de una semilla estelar (o cualquier persona con la habilidad) puede volverse problemática si uno es constantemente bombardeado con la energía de otras personas, especialmente las que son negativas. Esto puede hacer que se agoten cada vez más con el tiempo.

Esta es a menudo la razón por la cual muchas Semillas Estelares se sienten más cómodas solas en su propio espacio privado y tienden a sentirse abrumadas cuando están cerca incluso de pequeños grupos de personas conocidas, ya ni decir con grandes grupos de extraños.

Aunque algunas Semillas Estelares se sienten mejor en grandes multitudes, como las de algún tipo de evento, porque de esta forma sienten que pueden 'mezclarse' más. 

Muchas Semillas Estelares viajan a través de la vida sintiéndose alienadas de los demás de alguna manera y cuando están involucradas incluso en grupos pequeños, a menudo se sienten desconectados de los demás o fuera de lugar de alguna manera. Su mente siempre está llena de pensamientos y algunas veces tienen sentimientos de ansiedad o incluso aburrimiento.

La semilla estelar tiende a "pensar en lo que los demás están pensando" y esta corriente de pensamiento a veces también indica una fuerte capacidad telepática.

Las Semillas Estelares a veces disfrutan simplemente observando a los demás por curiosidad en lugar de interactuar o ser puestos en el lugar. Incluso las Semillas Estelares más sociables y sobresalientes todavía resonarán con algunas de estas cualidades y experiencias en algún nivel. 

Es común que las Semillas Estelares sentir que no tienen mucho en común con muchas otras personas y que a veces no pueden entender por qué las personas, "hacen lo que hacen" y "les gusta lo que les gusta".

Tienden a sentirse mucho mejor y más ligeros en energía cuando están cerca de personas de mayor vibración que son más conscientes, debido a que estas personas más livianas parecen simplemente 'entenderlo' mientras que nadie más parece estar sintonizado. 

En algunas situaciones, cuando interactúan con otros, una semilla estelar puede encontrarse repentinamente "cambiando de forma" su energía para hacerla coincidir con la del otro, de modo que puedan "seguir el juego" o entender al individuo en un nivel más profundo.

Esta experiencia inusual es difícil de describir, pero muchas almas de semilla estelares pueden reconocerla. Un deseo y necesidad de alejarse del ajetreo y el bullicio de la vida y de la gente 'normal'.

Las Semillas Estelares a menudo prefieren estar solos, no por un sentimiento de depresión, sino por la sensación de libertad y la sensación de estar en su zona de confort. Tienden a beneficiarse y disfrutar viendo que otros comparten sus propios intereses espirituales. Disfrutan de tener conversaciones profundas y más significativas y pueden aburrirse con una "charla sin importancia" o una conversación superficial. 

Un fenómeno común entre las Semillas Estelares es ver con frecuencia el 11:11 u otras secuencias numéricas repetitivas que aparecen en los relojes y apareciendo a menudo en otros lugares inesperados.

También hay un sentimiento o sensación peculiar que acompaña estas sincronicidades.

lunes, 28 de mayo de 2018

DEJAR DE JUZGAR.

Arcangel Miguel.

Desde el lugar en el que nos encontramos podemos observar a todos aquellos seres humanos que trabajan silenciosamente, en completa humildad y alejados de las distracciones tecnológicas que tiene actualmente su mundo; ellos son la prueba de que la espiritualidad existe lejos de esos sitios de Internet a los que suelen acudir muchos de ustedes, son ellos quienes demuestran que la realidad de sus vidas es incluso más viva, activa y vibrante que la de muchos otros seres.

No obstante y de manera constante, solemos observar que entre ustedes, amados seres terrestres, aún existen los juicios de valor y es que a medida que trabajamos para enseñarle a la humanidad y familiarizarla con cada uno de nuestros principios de evolución y existencia, preparándolos con el fin de que en el momento adecuado se unan a nosotros, vemos que muchos de ustedes todavía se rodean por conceptos pretenciosos y fórmulas pegadizas que no les permiten avanzar porque no han sido capaces de dejar de juzgar.

Ningún ser dentro de su mundo es la guía verdadera de otros seres, en el sentido de que en muchas ocasiones es preciso recordar que ninguna persona puede enseñar a otra, porque ésta es tarea únicamente de los Grandes Seres Cósmicos que trabajan desde dimensiones más elevadas como Guías y Maestros de los seres humanos.

Esos seres humanos que afirman ser tener la capacidad para enseñar, únicamente informan e instruyen a partir de elementos asequibles previamente conocidos, y en muchos casos ilusorios, los cuales se les ha permitido tocar. A esos seres que aseguran desempeñar tal función, les decimos que no poseen mayor o menor misión que la de brindar más ayuda a sus hermanos en su proceso de ascensión que la que se ofrecen a sí mismos. Lo que queremos decir, es que deben intentar elevarse para poder tener contacto con seres de luz que se encuentran más evolucionados, pero esto siempre debe hacerse con la mayor humildad y amor.

A pesar de ello, varios de ustedes suelen dejarse seducir directamente por las apariencias, ya que las cosas brillantes logran captar su atención de la misma forma que las polillas se sienten atraídas por la luz, y como es usual, sus alas se queman. Aunque la llegada de ese al que conocen como el anticristo se les ha anunciado en numerosas ocasiones, ustedes continúan hipnotizado por las cosas superficiales, y si de esa manera lo desean sus almas, que así sea; sin embargo, si quieren realmente acercarse a la Verdad Suprema, deben regresar a sus experiencias más humildes y permanecer en ellas sin juzgar a quienes les rodean.

Muchos de ustedes dicen saberlo, pero en realidad no saben nada acerca de aquello que conforma los Mundos Superiores; tienen la oportunidad de aprenderlo y entenderlo al aceptar que los Seres de Luz elevados son quienes guían su mundo y que no tienen verdadero acceso a las leyes que rigen su planeta, las cuales de hecho se encuentran distorsionadas por la dualidad mental de la que todavía son prisioneros. Es por ello, que los seres más pequeños, esos niños que no tienen más de 5 años son quienes se encuentran más cercanos que cualquier otro ser humano a la realidad que compone el mundo espiritual, que parte de ustedes afirma conocer.

Es posible que las palabras anteriores les parezcan algo duras, y lo son, pero es preciso usarlas para que entiendan, ya que resulta urgente que regresen a su divinidad, a la realidad de la Fuente que muchas veces la dualidad de su mundo no les permite alcanzar. Es necesario que dejen de abstraerse en una falsa realidad que los pierden en medio de infinitas investigaciones psicoespirituales que no los llevan a ningún lado.

Queda de ustedes captar la esencia de este mensaje y saber que no deben juzgar a aquellos seres que han elegido un camino erróneo, ya que sus decisiones son tan validad como las de cualquier otro.

Hermandadblanca.org