SON TODOS importantes dentro de su entorno inmediato.
Al padre/madre que siente que no se aprecia todo lo que hace por la familia, que siente que él/ella no hace mella en la vida familiar, que nunca se le escucha, que no es respetado, amado; que siente que fuera del hogar o el lugar del trabajo él/ella no tiene importancia y que no se le echaría de menos, le falta visión interior.
Toda persona, bien sea varón, mujer, padre, madre, amigo, trabajador, empresario, crea un impacto en su entorno. Si se marchara, habría un hueco en el tejido del ambiente, habría una pérdida y tardaría tiempo en llenarse el espacio con la llegada de otro y con las nuevas actividades de los que se quedaran atrás.
Se queda un vacío tras la Voz y el Poder del más grande, el Hacedor del bien, o tras del trabajador más bajo que barra el suelo o los caminos del jardín. Cada uno ocupa un lugar especial en el entorno total. Cada uno trae su propio talento, su propia personalidad, su propia manera de hacer las cosas, su propio impacto en la gente con quien habla, en el lugar donde vive y trabaja. Son vitales en su propio nicho. Nadie puede robarle su importancia a una persona, excepto la persona misma que niega su propio valor.
Aunque una persona nazca discapacitada, también tiene su lugar único de importancia en la familia y en el ambiente. A veces ocupa una posición de importancia mayor que si hubiese nacido entero y perfecto. Sus logros despiertan admiración y respeto.
El impacto que tienes en el entorno depende plenamente de tu voluntad de ser, de tu voluntad de actuar, de tu voluntad de irradiar buena voluntad, de tu voluntad de aprovechar al máximo tus oportunidades, de tu voluntad de ser especial para la gente al hacer que los demás se sientan mejor que antes de contactar contigo. Cada condición surge de la VOLUNTAD que se ejerce en todo momento.
Algunos nacen con una gran fuerza de voluntad, otros con menos, pero en el momento en que una persona se da cuenta completamente de que toda FUERZA de VOLUNTAD se toma de la CONSCIENCIA UNIVERSAL y de que se puede aumentar la FUERZA de VOLUNTAD llamando a la FUENTE del SER dentro de uno mismo, para que se la aumente; así la persona empieza a darse cuenta de que, después de todo, la fuerza de voluntad no tiene límites en absoluto. Puede ser extraída, según la magnitud y la fuerza de la fe de uno, desde la misma CONSCIENCIA UNIVERSAL.
Cada uno de cada género, cada raza, nación, religión, de cada nivel de recursos e ingresos, desde el pobre hasta el rey, es igualmente importante en el momento del AHORA, y en el momento del final del día.
Las verdaderas diferencias surgen sólo de lo que cada uno da de sí mismo en este momento, el próximo momento y el resto del día.
Un Rey o Primer Ministro puede ser recordado por su bondad, por los beneficios que haya traído a su país, o por la miseria que impuso sobre la gente. Igualmente un hombre nacido en una familia empobrecida que pudo no haber desarrollado sus habilidades hasta un nivel alto, pero que haya dado todo en el servicio de su entorno, al final será venerado por sus parientes y amigos – y en la próxima vida cosechará su siembra, tal como el Rey o el Primer Ministro.
Tal persona habrá aportado ‘vida’ a su entorno, porque la naturaleza de la fuerza vital es el amor incondicional y el servicio, el trabajo y la armonía, dando lo que sea necesario para la satisfacción de las necesidades del otro.
Si, cada día, tu fuerza vital se emplea simplemente en dar una taza de té a los enfermos, entonces deja que esta fuerza vital sea empleada en su forma más alta: con la gran disponibilidad de ir hacia el paciente con una sonrisa cálida, y de entregar el té con amabilidad y buena voluntad, y deseando la curación de la persona. De tal manera, un repartidor de té puede convertirse en un instrumento radiante de curación y elevación.
Cuanto más frecuentemente el repartidor del té pida silenciosamente el influjo de la Consciencia Divina hacia su propia consciencia, más grande y más penetrante será la irradiación de su fuerza vital para el paciente. Puede que el enfermo no sea consciente de lo que sucede, pero una habitación con enfermos que están atendidos por tal repartidor o cuidador, recobrará la salud más rápidamente que aquellos que reciben el té de uno que se lo entrega sin mirarlos, sin palabra, sin un pensamiento amable.
No, cada trabajo, cada momento, puede ser sagrado y hermoso, radiante con el influjo de la fuerza vital de la Consciencia Divina que va elevando y sanando a uno mismo y a los demás si uno se toma el tiempo para darse cuenta de que él/ella es un canal de la Consciencia Divina, la cual es toda sanación, toda protección, toda satisfacción de las necesidades de cada persona.
Una persona, incluso una que limpia los suelos y vacía las bacinicas, poseyendo este conocimiento, puede entrar en una habitación y convertirse en el más importante – quizás, el único - distribuidor del bien, entre seis personas que están repartiendo bacinicas. Tal persona puede ir dejando tras de sí un legado de aumento de fuerza en cada paciente. Una persona que se dé cuenta que desde sus ojos se irradia una potente fuerza vital hacia aquellos a quienes les dirige la vista, puede saber que su mirada, esa mirada penetrante o esa contemplación sonriente, ha beneficiado al que la recibe. Pues todo lo que nosotros pensamos y hacemos es un acto de consciencia, y la consciencia es la fuerza vital. Con la actividad de nuestras mentes, la tuya y la mía, damos forma a nuestra consciencia, a nuestra fuerza vital en diferentes formas que bendicen o maldicen el ambiente.
¿Qué irradias tú en tu mundo Cuidado con lo que haces a los demás, y estáte seguro de que te gustaría recibir lo mismo.
Una taza de agua dada a alguien con cariño, puede bendecirlo y elevarlo, o si se da de mala gana puede hacer que el que la recibe se sienta intimidado y de poca importancia, un poco más débil y más deprimido.
¿Qué papel juegas en tu ambiente? ¿Te honran y te reconocen por el amor y buena voluntad que distribuyes en el momento en que pisas tu lugar de trabajo? ¿Te has percatado de lo que es realmente importante en la vida?
¿Te has marcado un plan espiritual, una meta espiritual que sea alcanzada antes de que pases a la siguiente preciosa dimensión?
¿Estarás suficientemente purificado y comprometido con el amor incondicional para entrar en los niveles más altos de la consciencia espiritual o son tus objetivos todavía aquellos de tu plano terrenal?
Pregúntate: ¿Qué papel realmente quieres jugar en tu entorno? ¿Cuál es tu destino espiritual?
Igual de importante, ¿Cuáles son tus actitudes hacia los demás, superioridad y exclusividad, o estás consciente de que la mayoría de la gente está haciendo lo mejor que puede con cualesquiera que sean los talentos que posee?
Para alcanzar tu pleno potencial, debes darte cuenta de que ni posición, ni riquezas pueden poner límites al poder que puedes ejercer en el mundo. Tus únicas limitaciones son tus actitudes y los pensamientos que surgen de tus actitudes.
La fuerza vital que se irradia de la mente del rey, el primer ministro, el general, o un modesto sirviente o soldado, es igualmente poderosa y productora del bien en el ambiente, siempre y cuando cada uno discipline sus pensamientos hasta llegar a estar sintonizado con las frecuencias espirituales del amor incondicional y la Consciencia Divina. Lo que es más, tales pensamientos entran y dan realce a la fuerza misma de la consciencia mundial. Cada persona que agrega su pensamiento espiritual al pensamiento espiritual mundial lo fortalece.
El único factor que determina el grado con el que se imparten tendencias de vida o de enfermedad, es el nivel de realización y de comprensión espiritual que una persona haya obtenido de la FUENTE del SER.
Por lo tanto, el hombre que felizmente quita la basura en el barrio con un buen corazón y una bendición para todos los que encuentra, es una luz resplandeciente en su pequeño mundo. Y el codicioso, el rico de buena posición que sale de su mansión de mal genio para ir al trabajo, es un pozo de oscuridad que puede ser sentido negativamente por aquellos que se le acercan.
Seas lo que seas, lo que poseas, la posición que ocupes en la vida, no hay límites al potencial de tu desarrollo. No hay límites al potencial de la grandeza y gloria de tu ser. Tu única limitación es la cantidad de tiempo y energía que estés dispuesto a dedicar a la meditación sobre tu FUENTE de SER, abriendo tu consciencia humana para entrar dentro de ELLA y para recibirla en tu mente.
De modo que, líder religioso, venera a tu congregación, porque no sabes qué iluminación y progreso espiritual está ocurriendo en las mentes de aquellos que aparentan ser humildes, y socialmente de ninguna importancia.
Líder religioso, cesa tu crítica de otras religiones, porque no conoces las alturas de conocimiento espiritual, percepción e iluminación que sus partidarios puedan haber alcanzado.
Líder religioso, comprende que tú mismo eres tanto más avanzado espiritualmente cuanto más sea avanzada tu percepción personal de la Realidad.
Si no tienes ninguna percepción de lo que se halla más allá del velo de tu mundo material, puede que seas religioso, pero no tienes consciencia espiritual.
En tu vida personal recuerda en todo momento que tus pensamientos, palabras y hechos, no tienen interés simplemente para tu vida futura, sino que también afectan a la gente con quien te relacionas en cualquier momento.