Es increíble… es apasionante… es sublime… incomparable… cuando sientes el poder de Dios… cuando ves como su amor está presente en el mundo y se extiende como el fuego por toda la Tierra.
Cuanta gente hay que respira su luz y la transmite con su voz, en sus pasos, en su mirada, en su abrazo… en su vida… Es extraordinario como Dios se vale de todo lo más sencillo para florecer en el desierto como un oasis, para brillar como el sol en la oscuridad, para fluir como el río en la sequedad… para tocar el corazón del hombre y transformarlo en fuente de compasión y alegría.
Y decimos que Dios no existe… ¿cómo qué no?… no ves que está por todos lados… todo es Dios, es su energía, es su creación, todo late a tu alrededor, la vida vibra y no para… te está gritado, te está empujando a que saltes, a que cantes, a que bailes, a que corras, a que a alcances tus sueños… escúchalo en tu interior… es El… en lo más íntimo de ti.
La fuerza que te impulsa a buscar la mayor de las maravillas, tu felicidad… lo mejor de ti y para ti… ese es el susurro de Dios… que te recuerda constantemente quién eres… su hijo… un ser divino.
Cuando descubras que tu felicidad es la felicidad para el mundo… cuando te des cuenta de que el mundo necesita VER a DIOS en ti… no importará nada, no temerás nada, las alas de tu alma se abrirán como las puertas del universo y toda tu vida se transformará en un maravilloso milagro y tú serás un milagro para el mundo.
Deja que te acaricie su sonrisa, su calor, su brisa… deja que se manifieste en ti… aunque te duela el alma, aunque no comprendas, aunque estés cansado, deja que te inunde su luz, su paz y su amor… no busques argumentos que den respuesta a tu mente, deja que tu corazón lata con fuerza y te haga sentir la verdad más grandiosa, que El está dentro de ti… y solo puedes reconocerlo al sentirlo.
No hay palabras para describirlo… porque es tu conciencia y tu alma, es tu corazón y tu mente, tu ser se vuelve un TODO, un TODO que te hace sentir el CIELO en la Tierra, el CIELO DENTRO DE TI, CRÉELO.
Cuando eres consciente de que Él está en ti, de que tú eres parte de Él y te eleva a sentir que eres más allá de lo que crees ser, que eres el templo donde habita Dios, no hay mayor paz ni mayor felicidad. Todo se transforma en un océano de éxtasis donde la iluminación se hace presente, la magia sagrada lo hace todo posible y es entonces cuando experimentas la divinidad. Somos
Hijos del Universo, somos frutos del Amor, somos fuentes de Luz… Somos la ciudad de Dios… todo lo que es dentro es fuera… si Dios está fuera en toda la expresión de la vida no es sino porque Dios está dentro de todos nosotros. Déjate acariciar por El, permítete sentirlo… El en ti es mucho más grande que tú.
Natividad Medina de Jesús
Publicado originalmente en: https://cienciacosmica.net/somos-hijos-universo/
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