lunes, 14 de mayo de 2018

LA CREACIÓN DEL UNIVERSO.

Matías De Stefano.

“En el principio era el Verbo... ... y Dios dijo: ¡hágase la Luz! y la Luz se hizo... ...y el Verbo se hizo carne...”

Para entender el Universo, debemos primero entender lo que había antes del mismo:

LA NADA.
Tanto las ciencias como las religiones han nombrado a la Nada para entender el origen de Dios. La Nada es llamada así por el simple hecho de que nadie comprende lo que realmente es... La Nada es más que la Totalidad misma.

Imaginemos lo siguiente: “un niño está jugando con diferentes elementos dentro de una habitación”, ese niño sería Dios, y la habitación, es la Nada. Ella engloba a Dios, lo contiene, le da espacio, aire, vida, protección. Todas las cosas que existen nacen de la Nada y tienden a volver a ella. La imagen más clara y visible es la estudiada por los científicos: el agujero negro. Parece un vacío en medio de la luz, pero en realidad, es la aglomeración de esa luz, cuanta más densidad de luz hay, más grande es este agujero: esto se entiende como que todo aquello que circulaba alrededor, en la materia, con los milenios vuelve hacia la luz, y una vez que volvió a la máxima luz pura, se integra en la Totalidad a través de esta “nada”.

Cómo origina la nada a todo lo que existe?

SONIDO, LUZ Y FORMA.
Nadie sabe muy bien cómo ni por qué, pero lo que sí sabemos los seres de la Fuente Universal, es que la Nada se movió a sí misma, generando una vibración que llenó todo el espacio.

Esa vibración fue lo primero que surgió y que lo llenó por completo, hasta el punto que su eco resuena aún en todas las cosas... el famoso Sonido: OM (AUM).

Al llenar el espacio, su vibración alteró a toda la nada, compactándola en el centro a gran velocidad por su eco. Este sonido colisionó consigo mismo, y elevó su vibración, tanto así, que provocó chispazos. De aquí “el Verbo creó la Luz”...

Esta luz se reflectó a lo largo de este espacio, chocando contra unas Paredes Cósmicas*. Estas paredes son la contención magnética de fuerza generada por la Nada, en las cuales la Luz se reflectó, una y otra vez, dando forma a su velocidad, hasta el punto en que las primeras manifestaciones comenzaron a surgir, las primeras Formas, mejor conocidas como Bases de la Geometría Sagrada*.

Ésta es la Sagrada Trinidad, más conocida por nuestra cultura cristiana como el Padre, Hijo y Espíritu Santo. En realidad, en su origen, el Espíritu Santo no se tomaba en cuenta, ya que éste es el que engloba a la misma Trinidad, la verdad de la Santa Trina es el Padre, la Madre y el Hijo. No obstante esto, estas tres palabras son muy humanas y emocionales.

El Padre es la fuerza generativa, la Madre es la formación de esa generación, y el Hijo es lo manifestado... pero obviamente no había un Padre, ni una Madre ni tuvieron un Hijo... sino un Sonido, una Luz, y una Forma.

EL NIÑO-DIOS.
En la mitología angelical, se dice que el origen del Universo, el comienzo de Dios como Entidad, es similar al comienzo de cualquier ente universal... Es así que Dios, es como un niño que acaba de nacer.

Para él, su sonido fue una forma de redescubrirse, algo que le llamó a la búsqueda de su propio ser a través de la experimentación. ¿Cómo conoce un niño, nosotros mismos, el ambiente y la vida en la que ha nacido? Lo primero que hará será tocarse... tocarse todo el cuerpo descubriéndolo todo... Dios hizo lo mismo, comenzó a conocerse, y fue así que comenzó a mover todo su cuerpo, activando cada parte de su ser, descubriendo cada sector de su cuerpo.

Así como un niño se investiga a sí mismo para entenderse como persona, durante los primeros tiempos del Universo, este Ente se descubría a sí mismo como Dios. A partir de que su Trinidad estuvo conformada, experimentada y consciente, comienza un nuevo trabajo para este gran ser: “guiar a las luces que lo forman para entenderse como dioses y ayudarle a él a completar su iniciación”.

Que nos diferencia a nosotros De Dios?

La mayor diferencia que tenemos con el es que su auto descubrimiento comenzó mediante una profunda meditación, mientras que nosotros comenzamos este proceso a través de la acción.

Lo que nos une a Él es que ambos nos necesitamos para seguir en el camino que marca la Nada: nosotros necesitamos de su guía y contención para entender, descubrirnos y ser, y Él necesita de nosotros para experimentarse desde su interior (todo lo que conocemos), para integrarlo y seguir en su camino de evolución en conjunto a todo lo que existe dentro de sí.

Que nos hace iguales a Dios?

EL CUERPO DEL UNIVERSO.
Desde que se genera su sonido, el universo comienza a diferenciarse acorde a sus diversas vibraciones.

Al dividirlas, comienza a comprenderse mejor, observándose parte por parte, se conforman gigantescas supernovas etéricas, incalculables para la ciencia, e inimaginables para un artista, que unifican en sí y a su alrededor las diferentes esencias que vibran en sintonía a las mismas, acorde a la vibración de cada nivel universal.

Estas supernovas son los básicos 7 soles que formaron todo. Desde el mismo momento en que su sonido nos envolvió, nos generó y aún hoy nos mantiene existiendo, todo lo que a partir de él se formó, se esquematizó de la misma manera.

Es de esta forma por la cual todos los seres que existirían posteriormente reconocerían la divinidad primaria en cualquier sitio y en cualquier cosa. Dios, había puesto en cada una de sus partes a toda su totalidad. Es así que tanto una galaxia, como una célula, poseerían el mismo esquema que Él. Su gran Eco conformó todo lo que existe, y su vibración, que son nuestras formas y existencias, sabrían así qué camino seguir.

“Dios nos hizo a su imagen y semejanza”. Es por eso que no hace falta buscar a Dios en los Cielos, pues tenemos su esquema dentro de nosotros mismos. Nuestro cuerpo es una réplica del Suyo: sus supernovas, son nuestros órganos, sus luces irradiando, son nuestros chakras, nuestros nervios son los campos de información, los glóbulos rojos, son las almas, los glóbulos blancos los seres de luz, la piel, las constelaciones, y así eternamente.

De la misma manera, podemos observar su composición en tres niveles, que para nosotros son: el primero nuestra Cabeza y cuello con su chakra Tercer Ojo y Laríngeo; el segundo nuestro Pecho y estómago, con su chakra Corazón y el Plexo Solar; y el tercero los Riñones, genitales y las piernas, con los chakras Sacro y Raíz.

En el cuerpo De Dios, serían los siguientes:

El primer nivel que se genera es el Nivel de Emanación: en éste se proyectarán todas las esencias y geometrías que pondrán esquema al resto de manifestaciones más densas en el universo. Es un nivel superior de vibración, de pureza, al que sólo seres muy elevados pueden llegar, seres como los Querubines.

Luego de éste se genera el Nivel Angelical: aquí se darán las manifestaciones ya conformadas a nivel etérico y álmico, como Arcángeles, Ángeles, Potestades, Principados, elementales,  devas,  Sabios, Crísticos, y demás jerarquías.

Un vez que ellos están conformados, el magnetismo propio del Universo genera una barrera densa que divide el siguiente nivel. El Nivel de Integración, el cual se encuentra tras la barrera del Tiempo.

El Tiempo no es un ser que calcula las cosas que suceden, sino que es un ser que corroe la Materia: su función es ayudar a que los seres del nivel angelical experimenten sobre los diferentes grados vibracionales de la luz (como la materia), y les pone plazos en los que con experiencia deben descubrir la luz y entender el por qué de cada nivel existente viviéndolo. Por eso mismo, el Nivel de Integración se vale exclusivamente del Tiempo, por más que el mismo se dé en diferentes grados, ya que en este nivel, los seres integrarán a través de la práctica todo lo que existe en el cuerpo de Dios.

¿Qué divide o diferencia un nivel de otro?

LAS DIMENSIÓNES.
Las famosas y reconocidas dimensiones, son los diferentes grados de vibración que existen en el universo. Todas las dimensiones están compuestas exactamente de lo mismo que todo lo que existe, luz, sonido y forma, en su base esencial, todas son lo mismo, lo único que las diferencia es la manera en que vibra esa esencia.

Hay unas 22 dimensiones base, por más que las mismas se dupliquen una y otra vez generando los reconocidos Universos Paralelos.

De estas dimensiones, nos deben interesar en las que nosotros nos estamos moviendo:

1a Dimensión: es el punto inercial, la fuente de la manifestación (como el prana o luz solar).
2a Dimensión: es la proyección de esa inercia (luz y sombras).
3a Dimensión: es la formación geométrica de las proyecciones (la materia).
4a Dimensión: es la forma en el no tiempo y no espacio (arquetipos, elementales).
5a Dimensión: es la esencia de esas formas (maestros ascendidos).
6a Dimensión: es la capacidad de modificación de esa esencia de formación (geometría sagrada).
7a Dimensión: es la misma luz de las formas físicas (sabios y guías).
8a Dimensión: es la organización y patrones de esa luz (Federación galáctica).
9a Dimensión: la esencia de la creación (centros galácticos).

A partir de la Séptima, se mueven los niveles Crísticos. La Onceaba es un nivel de transición, como el flujo de información No Temporal ni Espacial que conecta el Nivel Angelical con el Nivel de Integración.

No debemos preocuparnos por subir de dimensión, pues el universo no es un edificio con escalones, sino una misma habitación donde están todas las cosas, la única diferencia entre todos los que habitan este cuarto, radica en la capacidad de ver, percibir o vivir una u otra circunstancia de ese mismo espacio.

¿Cuál es la esencia que compone todas estas cosas y que vibra en diferentes sintonías?

CALIENTE Y FRÍO.
Alrededor de la 11a Dimensión (recordemos que no es ni superior ni inferior, es sólo diferente), la percepción de Dios no es a través de conceptos paternalistas, humanos o emocionales, sino a través de dos esencias de movimiento: la vibración Caliente y la vibración Fría.

Vibración Caliente: ésta surgió en el mismo momento que la Luz.
La presión generada por las explosiones de luz, fue tan poderosa, que generó rose entre las partículas de luz, vibrando como un fuego espiralado y en expansión que elevó la temperatura de todo lo que la luz tocaba.

Este calor fue el causante de que todo el universo comenzase a movilizarse.

Su calor generó que las partículas se uniesen y dilatasen, rosando entre sí, lo que provocó el primer magnetismo conocido. Cuando la luz comenzó a reflectarse y a generar las formas, toda esta energía caliente comenzó a tener una dirección específica a la cual dirigirse, por eso su vibración comenzó a armonizarse. Esto hizo que todo comenzase a enfriarse más, surgiendo así otra vibración.

Vibración Fría: ésta organizó al electromagnetismo en diversos patrones, más conocidos como la Geometría Sagrada. Cuando las formas fueron acumulándose, y de estar en el Nivel de Emanación bajaron al Nivel Angelical, se formaron las primeras esencias álmicas, los cúmulos de almas que rodean como células o placentas a la Fuente Universal; las mismas tenían en sí incorporadas estas dos esencias que llevarían a lo largo y ancho de todo el universo, así mismo como los espíritus, aquellas chispas divinas de la luz.

Pero las almas, comprendían esta vibración de Calor y Frío de otra manera... y es por eso que formaron conjuntos y jerarquías basadas en los patrones organizacionales de lo Frío y lo Caliente, comprendiéndolos de manera emocional y espiritual, he aquí la aparición de los primeros Crísticos provenientes del Calor, y los primeros Sabios provenientes del Frío.

Los Crísticos, seres de la vibración del Calor, son aquellos que se han dedicado a fecundar con luz pura los mundos que se han alejado demasiado de la Fuente Divina (o Plexo Solar, Estómago, de Dios), ayudan a las Almas que han encarnado o que vagan por el Universo, a encontrar su camino a través de la Verdad y el Propósito. Ellos siempre han trabajado con el Amor Incondicional como mayor herramienta.



Por otro lado, los Sabios son los seres que organizan los propósitos, que les dan sentido, que lo administran, que dan información, ponen plazos y esquemas a las realidades. Éstos han utilizado la Sabiduría para ayudar a comprender la Verdad.

Ambos se encuentran en un mismo nivel, y por lo tanto se mezclan entre sí, es así que existen las Jerarquías de los Crísticos, y los Amorosos Sabios. Estas mismas relaciones, a niveles muy superiores, también se dan en función de replanteamientos para permitir que las maneras de aprendizaje y evolución puedan ir variando y diversificándose acorde a todos los patrones. Es debido a esto, que muchos Sabios decidieron el camino de la Confusión para probar la integridad de los seres encarnados, mientras que los Crísticos utilizaron el Sacrificio. Estas temáticas trajeron disputas entre los seres supremos.


Que ocasionó está discrepancia de opiniones?

LA GUERRA SANTA.
Uno de los grandes entes de la Luz, un Sabio, observó que los mundos crísticos no avanzaban rápidamente como algunos sabios lo habían decidido, y es por eso que decidió poner trabas en su camino para ver si se daban cuenta de que en realidad, habían olvidado su propósito.

Al ver que en los mundos físicos los crísticos se tomaban todo el tiempo necesario para realizar sus labores, y muchos olvidaban los mismos, él fue agregando dificultades y plazos más marcados y fuertes. Esto generó un debate entre Sabios y Crísticos, que ocasionó la primer Dualidad en el Universo.

Cada uno eligió su lugar y su grupo. No obstante esto, esta historia que se remonta a tiempos inmemoriales, afectó al resto de los seres que vivían en la neutralidad: los angelicales.

Debido a que este Sabio había creado una nueva forma de ayudar en la evolución, debía separarse de la neutralidad, y ser otra cosa, por eso, apeló a lo opuesto a su ser... y transformó su luz, en sombras. Este ser es famosamente conocido con el nombre de Lucifer, por más que posea millones de nombres. Para generar su propia realidad de trabajadores ya no de luz, sino de oscuridad, tomó a un gran grupo de angelicales, y los adoctrinó en una nueva forma de evolucionar.

Todos ellos, se organizaron, y comenzaron a invadir los mundos físicos como lluvia, apresurando el proceso de tal manera, que muchos crísticos, sabios y almas fueron fuertemente perjudicadas en su ser, quedando atrapadas en una nueva densidad, una densidad correspondiente a la 4a Dimensión, un sitio donde se acumularon todos los traumas generados en aquellos tiempos: los famosos Infiernos.

Los infiernos son otra de las Dimensiones existentes, uno de los rincones más oscuros, sucios y confusos de aquella habitación que compartimos, un rincón que atrae a las personas que sienten en su interior lo mismo que hay allí.

Pronto, otro Sabio, Mikhaël, se opuso a este funcionamiento, preparando a millones de angelicales para convertirse en Ángeles, el Ejército de Dios. Fue así que comenzó una batalla, la batalla más nombrada de la historia de todos los mundos y galaxias.

La finalidad, fue impedir que los Oscuros, ingresen y devasten los mundos físicos, manteniendo a los Encarnados en la neutralidad. Así, los ángeles son los encargados de custodiar a quienes hacen el trabajo en la Vida Física.

Los demonios son los encargados de recordarnos a qué vinimos pero de una manera oscura y cruel.
Los crísticos son los encargados de anunciar los cambios y guiarnos en ellos.

Los sabios son los encargados de informarnos y organizarnos en nuestro propósito.

Desde entonces la Guerra Santa no nos afecta en los mundos físicos, pero sí nos afecta al morir, ya que los Infiernos, se han convertido en el filtro de las almas livianas y las almas pesadas, y muchos, hemos nacido en los mundos para seguir el propósito de la luz, con los mandatos de los ángeles y los crísticos.

Una vez que todos estos sistemas terminaron por ubicarse y organizarse dentro del gran Ser, el Universo tomó la forma actual que conocemos...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario