domingo, 20 de mayo de 2018

LIBERTAD DE CONCIENCIA


Cada ser humano tiene la obligación consigo mismo para hacer un esfuerzo en comprender el entorno que le rodea, el mundo donde vive y encontrar el sentido a la existencia en medida de lo que uno puede llegar a asimilar, por lo menos lo básico, para que de esta manera sea consciente y se procure a sí mismo ese lugar que ocupa en el universo con su ser y su nombre propio; que pueda discernir lo verdadero de lo falso con pruebas claras e irrefutables, preguntándose el porqué de las cosas, y dirigiéndose a unas respuestas verdaderas, a una luz clara que le pueda iluminar de una oscuridad impuesta por los responsables como una manera de vida.

Cada persona ha sido dotada de alma y de intelecto y se le ha dado el libre albedrío para escoger el camino que quiera, las ideologías, creencias o religión que más le convengan y al mismo tiempo puede rechazarlo todo, ya que se le ha dado esa elección. 

Pero antes de empezar a rechazar o aceptar, debemos de servirnos de ayuda y de instrumentos suficientes a nuestro alcance para emitir un juicio ante nosotros mismos y con la verdad por delante.

La mayoría de las veces, nuestra capacidad de ver y encontrar la verdad, está condicionada en la manera que nos educaron nuestros padres, y por la atmósfera social del país donde sé nació y se creció.

Y aquí hay una reflexión para liberarse de las influencias que han sido adquiridas e inculcadas sin más razón, y dejar abierto así, nuestra mente y nuestra libertad de escoger la verdad por uno mismo y ser justos; ya que la justicia será un gran instrumento que nos ayudará por el camino. 

Actuar con la propia convicción emanada del uso de la propia conciencia y no por las creencias y limitaciones  intencionalmente infundadas.

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