JESHUA.
Mientras contemplo tu mundo, veo una dimensión controlada actualmente por la FUERZA del EGO.
Todas las cosas malas de VUESTRA SOCIEDAD DECADENTE ACTUAL en vuestras enormes ciudades sin alma, surgen de la Fuerza Egocéntrica. Es la fuente de toda malvada, mentirosa y
pervertida actividad que está actualmente en operación en vuestro planeta. Controla los medios, vuestra TV, vuestras familias y naciones. Produce las guerras en todo el orbe. Crea un vil miasma de energías de consciencia baja que las Entidades Espirituales más Altas percibe pero que es demasiado horrible de contemplar.
Si tu actual consciencia está impregnada por el amor a las posesiones y una incapacidad de compartir con los demás, elaborando maneras de hacerte rico al coste de los demás, robando, no cumpliendo con el trabajo concienzudamente o no dando buena calidad por el dinero que recibes, contestando bruscamente, gruñendo, permitiéndote la crítica, el sarcasmo, el juzgar, el rechazar, el denigrar, el generar enemistad, la intolerancia, el odio, los celos, la agresión, los impulsos violentos, los robos, las falsedades, el trato engañoso y de doble cara, la difamación , entonces, te impulsa el ego. Tu ‘ego’ está al control y tienes dificultad para desplazarte a través del miasma de la consciencia ego-céntrica para poder ver la Realidad.
Está es una explicacion más en detalle el EGOCENTRISMO EN EL MOMENTO DE TU CONCEPCIÓN, durante el coito, al subir la consciencia de tu padre a través de la espina dorsal, cada vez más a lo alto de la cabeza, la tensión subió hasta su apogeo y la consciencia de tu padre tocó brevemente la CONSCIENCIA DIVINA creando un flash, una pequeña explosión que experimentó como orgasmo y después una inyección de CONSCIENCIA DIVINA se le infundió en su semen para dar vida al óvulo de tu madre.
El momento de unión con la mujer y la explosión de la tensión en el hombre en el momento del orgasmo, reconstruye el momento del BIG BANG, cuando la UNIDAD de la ‘Consciencia Padre-Madre’ explotó en energías separadas y las primeras partículas eléctricas junto con la materia aleatoria tomaron forma. La Consciencia Padre proporcionó la energía de ‘actividad e ímpetu’ y la Consciencia Madre proporcionó la ‘adhesión’ para dar forma y sustancia a las partículas eléctricas.
Estos son IMPULSOS PRIMORDIALES que dan vida y forma al hombre y a la mujer.
Quiero que comprendas que la creación no es una ‘creación’ de materia imbuida con consciencia.
La creación es la forma visible de los IMPULSOS PRIMORDIALES tomados y unidos haciendo formas y entidades individuales, todas expresando facetas y combinaciones diversas de los IMPULSOS PRIMORDIALES de un sinnúmero de maneras. Por tanto, los IMPULSOS ORIGINALES son la Realidad que tus ojos, oídos, olfato y tacto dicen que son ‘materia’ sólida, pero que en realidad son IMPULSOS DE CONSCIENCIA individualizados, con el fin de ser experimentados, intelectualmente comprendidos y emocionalmente apreciados. En el momento de la concepción cuando el semen se une con el óvulo y sucede un apareamiento, los cromosomas de consciencia masculina se unen a los cromosomas de consciencia femenina. Esta es una unión física de la propia consciencia del semen de tu padre y de la propia consciencia del óvulo de tu madre llenados de poder por lo Divino. Y así la consciencia de los cromosomas masculinos y femeninos lleva grabado el patrón genético del ADN de ambos padres. El momento de la unión física del semen y el óvulo se lleva a cabo en dos niveles de creatividad.
La inyección de la CONSCIENCIA DIVINA se convirtió en tu ALMA corporificada en la unión de la consciencia humana del semen y del óvulo. Se creó lo físico, impulsado por el poder de la Consciencia Padre–Madre–Vida la cual controló la actividad y la unión de células conscientes, produciendo el paulatino crecimiento y desarrollo de tu cuerpo físico, lo cual es realmente la Consciencia hecha visible en cada nivel de tu ser, y nada más.
El ‘EGO’ toma control sobre el desarrollo del feto desde el momento de la unión del semen con el óvulo. El nuevo pequeño ser se convirtió de inmediato en un ’YO’ , que siente satisfacción e insatisfacción en el útero, dependiendo de la sensación de confort o malestar y de lo que le ocurre a la madre.
Cuando naciste, tus instintos de supervivencia grabados con el profundo conocimiento original del ‘ser creado’ enclavados en cada célula viva de tu cuerpo, te impulsaron a respirar y te hicieron consciente de un vacío emocional y de una pérdida al separarte del confort del útero que te confinaba, lo cual se sintió entonces como un vacío y una necesidad de nutrición física. Y así nació tu grito egocéntrico.
Cuando llorabas mamabas de tu madre, lo que te era profundamente satisfactorio – tanto física como emocionalmente. Cuando tus necesidades eran plenamente satisfechas, podías volver a un estado de equilibrio dentro del sueño.
Cuando te despertabas del equilibrio, sentías una sensación de inseguridad (el equilibrio estaba ahora dividido en conocimiento mental y emocional) recordabas que tu madre y su leche te creaban satisfacción de la necesitada seguridad, y así de nuevo, llorabas. Tus necesidades eran satisfechas.
Así se desarrolló tu ‘impulso del ego.’
A veces llorabas y se decidía humanamente que aún no era hora de comer y te dejaban llorar durante un rato. Esto creó un entendimiento de que las necesidades no siempre eran satisfechas enseguida y que tendrías que adaptarte. O elegías enfadarte y llorabas con más fuerza o te quedabas callado. Tu elección de reacción dependía de las características del ‘impulso del ego’ que estaban grabadas en tu consciencia al nacer.
Ninguna de las formas del empuje del ego, podría ser condenada ni juzgada. Eran el resultado natural del Factor Creativo del Ego, que asegura la INDIVIDUALIDAD.
El EGO es el GUARDIÁN de la INDIVIDUALIDAD.
Si no tuvieras este impulso incorporado de ‘llorar’ por lo que necesitas para hacerte feliz o de rechazar lo que te entristece, estarías en un limbo vacío.
Si no salieras corriendo cuando estuvieses en peligro o no pidieras ayuda, podrías morir.
Si no hubieses llorado, ‘exigiendo’ alimento al nacer, hubieras podido morirte de hambre.
Si no hubieses gozado con la leche al mamar y no te hubieras arrimado a tu madre afectuosamente, quizás nunca habrías desarrollado una cariñosa cercanía de unión con ella.
Sin el IMPULSO del EGO no habría creación, ni individualidad, ni satisfacción en la necesidad, ni protección, ni calor de respuesta, ni amor humano.
Sin el IMPULSO del EGO no habría autodefensa, ni autoprotección, ni supervivencia.
No obstante el IMPULSO del EGO, el ‘YO’ primario del individuo, está grabado tan sólo para la necesidad de la AUTOSATISFACCIÓN y la SUPERVIVENCIA.
Durante la niñez, el ‘YO’ del ego es gobernado por lo que te gusta y lo que no te gusta, por los deseos y el rechazo de lo que no quieres y por los hábitos que se forman con la continua repetición de las sensaciones y los sentimientos. Se forman los malos hábitos en la forma de respuestas inaceptables del ego a las experiencias personales y al entorno, y éstas, a la vez, se graban en el inconsciente, o mente subconsciente, y se quedan ocultas. Sin embargo, éstas irrumpen bajo patrones repetidos de comportamiento cuando la ‘memoria’ de anteriores circunstancias y modos de comportamiento las traen inconscientemente a la mente.
Ahora bien, la mente subconsciente y la mente consciente empiezan a trabajar juntas para desarrollar la personalidad. Gran parte del comportamiento se vuelve ‘comportamiento condicionado’ y muy difícil de cambiar. Cuando la persona está inconscientemente programada con fuertes hábitos egocéntricos de pensamiento y comportamiento, y encuentra difícil convivir con los demás en armonía, aquella persona luego va a un psicólogo para que le ayude a desenredar las complejidades de sus problemas mentales/emocionales.
Hasta que los principios generadores de Vida lleguen a ser la norma firme de los hábitos de pensamiento y de respuesta a las experiencias de la vida, el dolor y el sufrimiento que surgen de las complacencias ignorantes de los impulsos egoístas persistirán.
La Iglesia describe esta dificultad humana como ‘tentación de Satanás.’ No es tal cosa. Es un proceso natural causado por las reacciones incontroladas hacia la vida, impulsadas por la Fuerza Egocéntrica, cuyo único propósito es el de traer felicidad y contento individual, satisfacción en la necesidad o intimidad, independencia, seguridad, paz... todo dirigido hacia la SUPERVIVENCIA.
Debe entenderse que no hay nada malvado en la fuerza egocéntrica. Es la herramienta necesaria de la creación. Es el individuo mismo, quien provoca los desequilibrios en la vida al permitir a la fuerza egocéntrica pleno control en su personalidad, sin pensar ni tener consideración por los demás.
Esto tampoco debe ser juzgado ni criticado, puesto que la persona que está poseída por la fuerza de su ego no conoce otra manera de pensar o de operar dentro de la dimensión terrenal.
El niño no sabe nada acerca del autocontrol, sólo aquel que le enseñan sus padres y maestros de la escuela. Por tanto, los errores que comete al responder ante la vida con sus altibajos, sólo pueden ser aceptados con buen ánimo de parte de los padres y los maestros, puesto que el niño no tiene comprensión de lo que lo está impulsando.
Si quiere algo, lo QUIERE ya y se pregunta por qué no debe tenerlo. No hay nada en su mente más que eso. Ve algo que le gusta, lo quiere.
Es cruel decirle a un niño bruscamente: ‘No, no puedes tenerlo’. Eso insulta y asalta su sistema entero. Desde la niñez más temprana, el proceso de entrenarle debe iniciarse con lógica y una confianza bien establecida, afirmando su derecho de sentirse seguro dentro de su entorno. Su sentido de seguridad debe ser desarrollado explicándole la manera correcta de expresar sus deseos.
El AMOR, no la irritación ni el enojo, debe escoger las palabras que expliquen al niño por qué no puede tener lo que quiere. El niño escuchará el mensaje cuando le sea dado con amor. Pero cuando le sea dado con enfado suscitará su fuerza egocéntrica más profunda y empezará a tomar la forma de resentimiento, manifiesto u oculto, o un sentimiento de frustración profundamente arraigado que mancilla el ‘ego’ y reduce el ‘sentido natural de validez’ interior del niño. Un niño necesita poseer este sentido de validez personal y éste no debe ser subyugado o destruido.
Es necesario que los padres y los maestros le señalen, muy claramente, que las demás personas en el mundo también tienen sus necesidades, sus derechos a las posesiones, sus deseos de paz y placer. Nadie, ni siquiera un niño o un adulto tienen el derecho de disgustar a otro con el fin de obtener su propia satisfacción. Si otro le pega al niño y le hace llorar es natural que la fuerza egocéntrica quiera devolver el golpe, está programado para defenderse contra el otro.
Esto requiere que los padres y los maestros le indiquen que una venganza en el conflicto simplemente va en continuo aumento, trayendo más dolor a cada niño y, por esta razón, la venganza no tiene sentido en absoluto. Mejor REIRSE y dar media vuelta. Y en lugar de permitir que continúe la irritación y el dolor en la mente, es mejor llevar el problema a la CONSCIENCIA DIVINA en oración, y pedir que el dolor desaparezca de su consciencia y buscar un medio de reconciliación.
También debe enseñarle al niño que tome tiempo para entender que él y el otro niño son igualmente nacidos del Momento Divino. Cuando un niño es espiritualmente receptivo y puede convertir en hábito este proceso de reconocer su afinidad espiritual con otros niños y con todo ser vivo, y que los ‘derechos de los demás son iguales que los suyos propios’, habrá recibido el don espiritual más grande. De esta manera, se debilita la fuerza egocéntrica por la práctica aplicación diaria del amor inspirado, mientras que el dominio central del ‘YO’ del niño se queda fuerte y seguro de si mismo.
Se debe enseñar al niño los beneficios de la risa.
Por lo tanto, la enseñanza hábil y con una visión profunda, es absolutamente necesaria para guiar al niño a apreciar los derechos de los demás, IGUALES QUE LOS SUYOS PROPIOS.
Esta es la ley espiritual que debería dominar el hogar y el aula de la escuela.
Cualquier otra ley de juzgar las circunstancias, es defectuosa y le falta equilibrio.
La mejor enseñanza dependerá, no de la voluntad del maestro, la actitud de ‘porque te lo digo ‘YO’, sino de una referencia sistemática, en cada circunstancia, al ‘amor fraternal’ y a los derechos iguales de los demás.
Al mismo tiempo, un niño no debería ser adoctrinado en la ‘abnegación’ puesto que esta clase de disposición debe ser deseada y nacida tan sólo de las percepciones espirituales del individuo y de sus objetivos.
La abnegación nace de la iluminación espiritual, de seguir un camino más alto, de negar al pequeño YO para quitar las barreras egocéntricas que obstruyen la capacidad de sintonizarse con la universalidad de la Consciencia Divina. La abnegación verdaderamente iluminada lleva a una consciencia espiritual hasta las alturas de la dicha. No hay ningún sentido de pérdida en absoluto.
La desavenencia puede ser una crítica de parte de tu padre, maestro, jefe, y las palabras de autodefensa que saltan a la mente y brotan de tu boca, son palabras ‘egocéntricas’ ocasionadas enteramente por la autodefensa, que expresan el impulso magnético de repulsa y rechazo. Y como tus palabras egocéntricas de ataque estallan en habla enojada, así también el ego de tu rival está amenazado y surgen de él/ella palabras de autodefensa contra ti. Lo que puede haber comenzado como una acción adulta necesaria ‘indicando algún error y una manera mejor de actuar’, frecuentemente y enseguida es entendido por un ego sensible y egocéntrico como un ataque personal. Lo que debió haber sido un momento de crecimiento, se convirtió en un tiempo de conflicto, enojo, posiblemente lágrimas, resentimiento en curso y mutua hostilidad.
De tales maneras rápidas, inesperadas e innecesarias, se genera un conflicto en la mente expresado en palabras - incluso acciones - y se perpetúa a través del resentimiento y el odio.
Recuerda que cada actividad de la mente, el pensamiento mental y las reacciones emocionales de atracción y repulsión, son todas energías de creatividad de consciencia. Estas energías de consciencia no sólo crean las desagradables formas que realidad ebotan, sino que dan una cierta dirección al carácter, e incluso afectan las relaciones en general y el ambiente.... y reducen la vitalidad de la vida del cuerpo, conduciendo directamente a una sensación de malestar físico, una infección viral o a una enfermedad a largo plazo.
El camino más elevado, cuando uno es atacado de cualquier modo, un camino que tiene únicamente repercusiones constructivas, es el de recordar que puedes llamar en el acto a la CONSCIENCIA DIVINA, de la cual recibirás protección instantánea en cualquier eventualidad. Pero esto sólo es posible si te puedes mover más allá del impulso magnético de la resistencia del ego, con la perfecta seguridad de que la CONSCIENCIA DIVINA satisface cada una de tus necesidades.