Elige un día en el que no tengas compromisos. Déjate ese día para ti. Va a ser tu día de quietud y escucha. Comunícales a todos que ese día no vas a estar disponible. Dile a quienes estén en tu casa que no les vas a hablar y que no te hablen tampoco. Es tu día de silencio.
La noche antes debes silenciar tu teléfono móvil y todos los dispositivos que te puedan molestar. Desconecta el computador, el televisor, la radio. Apaga todos los aparatos que usas para ingresar información en tu consciencia.
En la mañana del día elegido, necesitas despertar espontáneamente. En otras palabras, no usarás despertador o algo parecido. Despierta naturalmente. Quédate en cama, quieto.
Escucha tu corazón.
¿Qué significa escuchar mi corazón?
A su tiempo, esto se volverá tu segunda naturaleza –mucho más normal y natural incluso que escuchar sonidos con tus oídos. Pero por ahora, entiendo que necesites alguna guía.
Debes saber que tu corazón es un portal. Es tu conexión con lo Divino. Es posible decir que tu Ser Interno reside en tu corazón. Hasta se podría decir que la unidad está dentro de tu corazón. Toda la sabiduría, la verdad y la creatividad están instantáneamente disponibles para ti a través de tu corazón. Sin embargo, necesitas aprender a escuchar, escuchar verdaderamente tu corazón. Porque te habla muy despacio, suavemente, en el lenguaje del amor. Pero créeme cuando te digo que lo hace muy elocuentemente cuando es necesario.
Pero ¿cómo escucho?
Para empezar, asegúrate de que no haya nada que se infiltre en tu consciencia, haciendo ruido. ¡Tu corazón no va a competir por tu atención! Esta es la razón por la que necesitas pedir a tu familia que no te dirija la palabra. Por esto es que no debes ponerte a leer, revisar el correo electrónico ni hablarle a nadie. Que no exista ningún estímulo externo. Y tampoco has de trabajar o hacer otros quehaceres o actividades. Todas estas cosas crean pensamientos y ruido en tu mente. Debes llegar a tener una mente totalmente silenciosa. Y que tus manos, tu cuerpo y tus oídos tengan el máximo de quietud posible ayudará significativamente.
Ese es el comienzo.
Entonces, cuando estés en silencio, escucha tu corazón. Puedes, si necesitas hacer algo, simplemente escuchar el latido de tu corazón. Eso servirá porque ahí estás escuchando literalmente tu corazón. Pero luego, debes buscar aquietar tu consciencia y ver qué recibes.
Y así es como debes pasar todo el día. Aquiétate. Escucha. Atiende a tu corazón.
Tu corazón te puede hablar más con “sentimientos” que con palabras. Aunque, si estás atento, sabrás exactamente lo que esos sentimientos significan.
¿Y entonces? ¡toda la unidad se encuentra allí! ¡Toda la vida está allí! ¡Y toda la vida se expresará si le prestas atención! Mira hacia el universo, repleto de pujante actividad. Mira el mundo, fuera de tu ventana. Mira una gota de agua bajo el microscopio. Mira el núcleo de un átomo. ¿Existe algún lugar donde la unidad no esté expresando nada? La unidad está hablando con apasionada elocuencia todo el tiempo. El único problema es que tú estás sentado tapándote las orejas, declamando versos triviales, ahogando la verdad y la belleza que te inunda constantemente, desde todas las direcciones. Sólo por un momento, ¿crees que también puedes callar y escuchar? O para ponerlo en términos más suaves: ¿puedes dejar de lado tus miedos y tus excusas, y simplemente ir y ver qué hay ahí?
Pero, si por un simple momento, te las arreglas para hacerte a un lado, estar realmente quieto y escuchar tu corazón, te aseguro que vas a tener maravillosos discernimientos. Y te llegará a tu corazón de manera tal que vas a saber que es verdad. Que es algo muy diferente a las ideas que puedas tener en tu cabeza y a cómo pienses al respecto. Saber y pensar son cosas muy distintas. Y cuando ocurra no vas a tener duda alguna de que sucedió. Será una experiencia potente.
La noche antes debes silenciar tu teléfono móvil y todos los dispositivos que te puedan molestar. Desconecta el computador, el televisor, la radio. Apaga todos los aparatos que usas para ingresar información en tu consciencia.
En la mañana del día elegido, necesitas despertar espontáneamente. En otras palabras, no usarás despertador o algo parecido. Despierta naturalmente. Quédate en cama, quieto.
Escucha tu corazón.
¿Qué significa escuchar mi corazón?
A su tiempo, esto se volverá tu segunda naturaleza –mucho más normal y natural incluso que escuchar sonidos con tus oídos. Pero por ahora, entiendo que necesites alguna guía.
Debes saber que tu corazón es un portal. Es tu conexión con lo Divino. Es posible decir que tu Ser Interno reside en tu corazón. Hasta se podría decir que la unidad está dentro de tu corazón. Toda la sabiduría, la verdad y la creatividad están instantáneamente disponibles para ti a través de tu corazón. Sin embargo, necesitas aprender a escuchar, escuchar verdaderamente tu corazón. Porque te habla muy despacio, suavemente, en el lenguaje del amor. Pero créeme cuando te digo que lo hace muy elocuentemente cuando es necesario.
Pero ¿cómo escucho?
Para empezar, asegúrate de que no haya nada que se infiltre en tu consciencia, haciendo ruido. ¡Tu corazón no va a competir por tu atención! Esta es la razón por la que necesitas pedir a tu familia que no te dirija la palabra. Por esto es que no debes ponerte a leer, revisar el correo electrónico ni hablarle a nadie. Que no exista ningún estímulo externo. Y tampoco has de trabajar o hacer otros quehaceres o actividades. Todas estas cosas crean pensamientos y ruido en tu mente. Debes llegar a tener una mente totalmente silenciosa. Y que tus manos, tu cuerpo y tus oídos tengan el máximo de quietud posible ayudará significativamente.
Ese es el comienzo.
Entonces, cuando estés en silencio, escucha tu corazón. Puedes, si necesitas hacer algo, simplemente escuchar el latido de tu corazón. Eso servirá porque ahí estás escuchando literalmente tu corazón. Pero luego, debes buscar aquietar tu consciencia y ver qué recibes.
Y así es como debes pasar todo el día. Aquiétate. Escucha. Atiende a tu corazón.
Tu corazón te puede hablar más con “sentimientos” que con palabras. Aunque, si estás atento, sabrás exactamente lo que esos sentimientos significan.
¿Y entonces? ¡toda la unidad se encuentra allí! ¡Toda la vida está allí! ¡Y toda la vida se expresará si le prestas atención! Mira hacia el universo, repleto de pujante actividad. Mira el mundo, fuera de tu ventana. Mira una gota de agua bajo el microscopio. Mira el núcleo de un átomo. ¿Existe algún lugar donde la unidad no esté expresando nada? La unidad está hablando con apasionada elocuencia todo el tiempo. El único problema es que tú estás sentado tapándote las orejas, declamando versos triviales, ahogando la verdad y la belleza que te inunda constantemente, desde todas las direcciones. Sólo por un momento, ¿crees que también puedes callar y escuchar? O para ponerlo en términos más suaves: ¿puedes dejar de lado tus miedos y tus excusas, y simplemente ir y ver qué hay ahí?
Pero, si por un simple momento, te las arreglas para hacerte a un lado, estar realmente quieto y escuchar tu corazón, te aseguro que vas a tener maravillosos discernimientos. Y te llegará a tu corazón de manera tal que vas a saber que es verdad. Que es algo muy diferente a las ideas que puedas tener en tu cabeza y a cómo pienses al respecto. Saber y pensar son cosas muy distintas. Y cuando ocurra no vas a tener duda alguna de que sucedió. Será una experiencia potente.
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