sábado, 30 de mayo de 2020

FAMILIAS DE LAS ALMAS.

¿A QUE FAMILIA DE ALMAS PERTENECES? por Marie Lise Labonte


Deja simplemente que la vibración de las palabras resuenen en tú interior y observa el movimiento de tu alma mientras lees esto. No te identifiques con la profesión que has escogido o con la actividad emprendida hasta ahora, sino con aquello que mueve y conmueve al alma. Formamos parte de una única familia y no de varias. Según la posición que ocupemos en su seno nos puede parecer que participamos en todas. No juzgues esta sensación, solo pertenecemos a una aunque todas las familias se conocen y se comunican entre sí en el más allá y también en el más acá a pesar de las personalidades de cada uno.

Deja vibrar tu alma!

FAMILIA DE LOS MAESTROS




Actualmente existe en el planeta Tierra una familia que nosotros llamamos la de los maestros. En su seno residen, entre otros, los Maestros Ascendidos. El objetivo de la existencia de estas almas es iniciar el movimiento. Cuando se encarnan y la personalidad asegura la transparencia, se convierten en dirigentes, en iniciadores de algún movimiento, ya sea en la luz o en las tinieblas.

¿Suscita eso alguna reacción en ti? El juicio no existe en el más allá. Vuestra alma es libre en todo momento. A través del filtro terrestre, podéis optar por el amor y la luz. Tenéis igualmente la posibilidad de uniros al desamor y a la destrucción; vuestra identidad se pondrá al servicio de vuestra elección. En ambos casos, os continuara habitando la llama divina. La luz no desaparece extrañada por la decisión porque como la Fuente, es incondicional. Os acompañara hasta que transforméis esa elección. Sois libres y en esta libertad consiste vuestra iniciación. La vibración que lleva consigo las almas que eligen encarnarse en el seno de esta familia es la de iniciar el movimiento. Ahora bien, en la densidad de la encarnación tal vez el alma no deje de pedir “por favor, permíteme iniciar el movimiento” y tope con la resistencia de la personalidad hasta los cincuenta y cuatro años, y sea entonces cuando suelte uno amarras y decida responder a la visión interior iniciando un movimiento; la forma que adopte ese movimiento no tiene ninguna importancia. Todo ello está exento de juicio.

Para estas almas, una de las pruebas de la encarnación es el ego y las distorsiones posibles de su condición de maestros: la atracción por el poder, por la manipulación. Porque el maestro es aquel que dirige, que transmite, que muestra el camino, que debe iniciar el movimiento a partir del amor y sobre todo de la humildad.

El maestro no necesita de ningún título porque sabe que lo es y por naturaleza, en todas las células de su envoltura física es maestro no solo con respecto a su vida sino con respecto a todo lo que toca, lo cual comporta una gran responsabilidad.

Algunos pueden vivirlo como un peso, otros pueden rechazarlo, no respetar esa energía y distorsionarla con sus actos. A estas almas, la encarnación les exige comprometerse. El alma sabe a qué familia pertenece, conoce su naturaleza y su identidad. Si la personalidad decide errar, ¡el alma obligara al compromiso! La fuerza que la anima en la encarnación puede hacerlo saltar todo por los aires, derrocar todas las estructuras para favorecer el alineamiento total.

La fuerza del maestro se expresa tanto en el hacer como en el no hacer. Si se mantiene en su centro, si conserva la serenidad, su impacto es mucho mayor, ya que la fuerza vibratoria que había en su alma es tal que bastaría con que pronunciara una sola palabra en toda su vida, en el momento adecuado, para cumplir su misión. Así es el maestro, el que inicia el camino.

LA FAMILIA DE LOS SANADORES




Existe una gran e importante familia que engloba a muchas almas. Cuenta con muchos núcleos y se ha escindido para formar otras familias. Se trata de la familia de los sanadores. Las almas que la componen transmiten el fluido de la sanación y la prodigan de todas las manera posibles. Estas almas han recibido muchas iniciaciones en sus manos, su corazón y su conciencia. La energía de la sanación impregna todas sus células. NO deben buscarla en el vecino ni en cualquier pócima mágica, pues vive en su interior. Algunas técnicas la amplifican, y las iniciaciones recibidas aumentan la expansión y la transmisión de ese fluido. Los miembros de esta familia no solo lo contienen sino que también lo canalizan y lo esparcen. Este fluido es operativo aunque no hagan nada; ahora bien, este don se intensifica cuando se es consciente de él. ¡Es urgente, pues, que las almas que forman parte de esta familia abran los ojos a esa realidad! En ocasiones, los sanadores que se acercan a nosotros con las manos en los bolsillos obtienen respuestas algo irónicas a sus preguntas. ¡Menudos sanadores, con las manos en los bolsillos! ¡Que despilfarro!

Cuando estas almas colocan descuidadamente la mano sobre un amigo o una planta, por ejemplo, el fluido de la sanación circula y surte efecto. Ya podrían argüir todas las razones del mundo para bloquearlo que, a pesar de todo, activarían la sanación.

Es muy fácil reconocer a sus componentes, porque todos se resisten a la sanación. Corre por sus venas, pero su mayor dificultad consiste en reconocerla; creen que deberían buscarla en el exterior y les parece que el otro es mucho mejor sanador que ellos. Una de las pruebas que acechan a las almas encarnadas de esta familia es el ego, el ego inflado o desinflado del sanador. O se subestiman o se sobreestiman. El fluido de la sanación es muy potente y esto puede constituir un riesgo. Gracias a este fluido, sus almas vibran y son muy poderosas, y a la personalidad le resulta fácil aprovecharse de ello. No obstante, no son víctimas de nada ni de nadie, pues esto forma parte de su aprendizaje en la encarnación. Estas almas no solo sanan a los seres humanos, sino también a las plantas, los animales, los objetos que suponéis inanimados. ¡Sanan todo lo que tocan! Son las depositarias del fluido de la sanación.

Muchos sanadores padecen enfermedades por el hecho de no reconocer este fluido. ¡En casa del herrero, cuchara de palo! Es necesario que estas almas reconozcan y asuman su realidad, porque cuanto más soslayen esta cuestión, más enfermedades tenderán a generar. Resistirse a este fluido provoca bloqueos que en la encarnación se manifiestan en forma de desequilibrios físicos

¿Por qué es tan importante esta familia?

Se ve que muchas de las chispas divinas que nacen de la Fuente y revisten la identidad del alma se dirigen hacia la familia de los sanadores y que muchas almas de esta familia han elegido encarnarse en este nuevo milenio. ¿Por qué motivo? Fácil de adivinar, ¿verdad? ¿No será que el planeta necesita ayuda?

LA FAMILIA DE LOS GUERREROS SANADORES




Estas almas, como todas las demás, han nacido de la Fuente. Escogieron la familia de los sanadores y , cuando se produjo una escisión en el seno de esta familia, su identidad se sintió intensamente llamada a reagruparse con otras almas para crear una familia responsable de la protección del fluido de la sanación del universo de las almas y en el resto de los universos planetarios. Se convirtieron así en guerreros sanadores y fortalecieron su identidad. Se encargan, en cierta medida, del alineamiento de la sanación allí donde estén, ya sea en el universo de las almas o en el de la Tierra, Mercurio o Arturo. Ahí donde se encarnan alinean el fluido de la sanación, lo protegen y lo defienden de cualquier ataque de energía incompatible. Actúan allí donde ese fluido no puede penetrar. Tienen un gran sentido de la responsabilidad y es preciso que vayan con cuidado porque suelen acumular mucho peso en sus hombros y pueden caer fácilmente en la tentación de salvar a todo el mundo.

Esta es una de las pruebas de su encarnación.

Necesitan buenas bases y son capaces de materializarlas. Utilizan símbolos específicos, anillos o collares con un significado determinado, por ejemplo. Se rigen por un código común y les disgusta llevar tatuajes. Son muy sólidas porque han recibido una iniciación de la familia de los guerreros con la finalidad de reforzar su condición de guerreros, de guerreros al servicio de la sanación.

Los guerreros sanadores son los protectores del fluido de la sanación en el universo. Están presentes y actúan ahí donde se distorsiona la utilización de este fluido, ya sea en el más allá o en el más acá. Estas almas velan por que el fluido sea canalizado en su máxima pureza: la energía del amor.

LA FAMILIA DE LOS CHAMANES




De la familia de los guerreros surge también la de los chamanes, que está todavía en fase de evolución; no está estabilizada del todo porque aún existe la posibilidad de una nueva división. Estas almas han decidió entre otras cosas, acompañar al fluido del chamanismo en el planeta Tierra. Se dedican continuamente a equilibrar los fluidos del planeta con los fluidos interplanetarios. No se encarnan necesaria y exclusivamente en el pueblo amerindio: el chamán puede ser ruso o yugoslavo o chino. En el más allá los credos brillan por su ausencia. El chamán es la vibración propia del alma, y su misión es ayudar a que el planeta y todos sus elementos sanen y alineen sus vibraciones.

Estas almas son transmisoras del fluido de la transformación. Son capaces de transformar la envoltura física, de trasmutar los órganos internos y sus cristalizaciones o las plantas para extraer sus propiedades, siempre al servicio del fluido de la sanación.

Como su familia de origen es la de los guerreros es normal que incorporen este fluido y hagan uso de él para transformar y transmutar la energía del planeta. Las almas de esta familia son numerosas y pueden reconocerse y conversar telepáticamente entre sí. Necesitan enraizarse en lugares precisos para activar desde ahí, la sanación en el planeta Tierra. Si supieran utilizar plenamente la identidad de su alma, prescindiendo de todo juicio, podrían desplazarse a través del tiempo y el espacio con el cuerpo físico. Podrían por ejemplo, materializarse en el desierto de Nevada para reunirse con otros chamanes. Disponen de esta facultad de transformación y de transmutación en la densidad para servir al fluido de sanación y al chamanismo.

Una de las dificultades con las que topan durante su encarnación es la de quedar absorbidos por la experiencia física, abrumados por su peso. No nos referimos físico sino a la opacidad personal. Corren el riesgo de olvidar que arde en ellos el fuego de la transmutación, de olvidar quienes son pasando por alto el fluido de sanación que las caracteriza, su naturaleza guerrera y su capacidad de transformación. Estas almas se valen de rituales y símbolos sin saberlo siquiera. Es urgente que sean conscientes de las señales que pueblan su camino y que muestren más respeto por los elementos que les rodean: el agua, la tierra, el fuego, el cielo, el aire, las nubes, etc.

El chamán debe trabajar con ayuda de su envoltura física. Le es muy útil en su encarnación terrestre. Negarlo provocaría fugas de energía vital: caída del cabello, uñas y dientes, problemas de piel. Estas almas transmiten sin cesar el fluido de la sanación, están en transformación constante y su cuerpo les sirve de canal, de herramienta.

LA FAMILIA DE LOS GUERREROS



Esta familia no es originaria de la de los sanadores. La esencia propia del guerrero es proteger, aunque eso no quiere decir que el alma se encarne con una armadura. Los guerreros son los protectores de la energía: la energía luminosa o de la energía oscura. Para estas almas no existen las medias tintas. Si así lo deciden protegerán la vibración de la luz, la vibración del alma. Quizá notéis que, en el curso de su encarnación y de su aprendizaje terrestre, tienden a ejercer el rol de salvadores. Ahora bien, cuando el alma del guerrero se reconoce más allá de la tercera dimensión, actúa sin pretender salvar el mundo entero.

Estas almas necesitan encarnarse, en el plano terrestre o en otros. Se sienten impulsadas a sembrar la compasión a través de la densidad del planeta escogido. La misión de esta familia consiste en defender, trabajar, actuar para frenar la oscuridad y proteger el universo de las almas. Esta acción es magnífica, de una entrega y un amor total y enraizado. Muchas de las almas de esta familia, olvidando su origen celeste, se convierten en “guardaespaldas”, llevan armas y se pierden en la segunda dimensión.

Es fácil distinguir a los guerreros porque no son muy sociables. Acostumbran a ser más bien huraños y a encerrarse en su coraza, pero siempre están dispuestos a defender o a salvar. Encontrareis a muchas almas de esta familia practicando artes marciales, porque estas artes están basadas en la energía guerrera característica de su familia. No obstante, tienen un gran corazón. Por eso, para los miembros de esta familia, la encarnación es un periodo delicado y una gran prueba. Aunque percibáis que a la personalidad de estos le ha faltado tiempo para acorazarse, rebosa amor. Deben aprender a conservar esta energía de amor aunque sean guerreros, defensores, protectores, guardianes del umbral.
  

LA FAMILIA DE LAS HADAS ALQUIMISTAS



En el universo de las almas existe una familia especial: la de las hadas alquimistas. Estas almas se encarnan en el planeta Tierra para espiritualizar la materia. Algunas de ellas están muy cerca de los Ángeles porque, aunque pertenezcan al núcleo de su familia, no son muy densas. Al contrario, son bastante ligeras y se pasan la vida revoloteando como las mariposas. Les cuesta mucho integrar su envoltura física y suelen resistirse a la encarnación.

En el ámbito de la experiencia física gozan del don de desmaterializar todo lo que tocan. Podrían atravesar las paredes con la envoltura física lo cual explica sus problemas con las llaves o los picaportes de las puertas, ya que olvidan que no las necesitan. Espiritualizan todo lo que tocan y elevan automáticamente su vibración. Ante una densidad, actúan mediante la difusión de ondas que emanan de su cuerpo, y esto nada más encarnarse, desde la más temprana infancia.

Estas almas dan la impresión de estar en la luna, como ausentes, igual que la imagen que tenemos de las hadas. Han elegido encarnarse no porque les guste la densidad, en absoluto. Han venido porque su presencia contribuye a transmutar la materia. Podríamos decir que son auténticos transformadores vivientes. Su capacidad de volatilizar cantidad de cosas sin siquiera darse cuenta de ello hace que tengan la sensación de perderlo todo. Estamos bromeando, pero este ejemplo, aunque exagerado, se aproxima bastante a su realidad. Les parece estar arraigadas cuando, de hecho, están volando y les cuesta delimitar lo que va arriba y lo que va abajo. Su principal dificultad, al encarnarse, reside precisamente en eso, en encarnarse. Si consiguen conocerse mejor y saber quiénes son, pueden aplicar su poder y utilizarlo en la sanación, en la comunicación, en todos los oficios y profesiones del mundo. Pueden transmutar todo lo que está a su alrededor, lo cual significa enfocarse en un estado vibratorio y activarlo de tal manera que pierda su identidad para fundirse con el principio divino. El amor es la clave definida de la transmutación

¿Por qué motivo están presenten aquí estas almas en este cambio de milenio? Porque son las encargadas de transmitirnos la siguiente enseñanza telepática verbal y oralmente: “¡Despertad, queridas almas, pues podéis espiritualizar la materia¡”

Esta es la razón de su existencia y esta es su identidad real.

LA FAMILIA DE LA COMUNICACIÓN





Estos mensajeros se dedican a comunicar y a transmitir el amor de muy diversas formas: mediante el arte, la canción, la literatura, el teatro…Hay muchos en este momento en el globo terráqueo. Los hallareis en cualquier ámbito o profesión, como escritores, poetas, periodistas, músicos, etc. Estas almas se distinguen entre otras cosas, por el hecho de no estar atadas a lo físico. Esto no significa que algunas de ellas no se sientan atraídas por los bienes materiales; ahora bien, la mayoría tienen un solo objetivo: comunicar, hacer que el mensaje sea accesible como sea: a través del canto, el baile, la escritura, el arte. Todo sirve para comunicar.
  
Esas almas no destacan por su enraizamiento, por ello pueden introducirse con facilidad en el mundo de las drogas. Su ligereza no las ayuda precisamente a encarnarse. Para ellas, lo físico no tiene ninguna importancia, comparado con el arte de la comunicación y la expresión artística. Por eso, en el seno de esta familia, hay muchos artistas que, en el periplo de la encarnación y la personalidad, olvidan que, por encima de todo, son comunicadores y no necesariamente de la forma que impone la sociedad.

LA FAMILIA DE LOS ENSEÑANTES





Estas almas enseñan todo lo que puede enseñarse, toda suerte de conocimientos y experiencias. Enseñan el amor, la luz, la perdida de las ilusiones, la escucha, lo importante que es vivir el ahora… Esta familia consta de dos núcleos, dos filtros, un equilibrio y dos franjas periféricas; sin embargo, es estable. A la larga es posible que se escinda y se creen dos familias igualmente estables. Algunas almas decidirán experimentar esta división para ejercer una acción más precisa y directa.

Las almas de esta familia poseen y transmiten el fluido del conocimiento, fluido que las identifica plenamente. En su condición de almas encarnadas, van en pos de la verdad, del conocimiento y su anhelo de transmisión es grande. Son los guardianes del conocimiento difundido en los distintos planetas. También se los podría denominar “los guardianes del umbral”. Esta familia administra el cúmulo de conocimientos de todo el Universo. Su psique disfruta de la virtud de ir a consultar los archivos akashicos, auténticos depósitos de la diversidad de conocimientos existentes. En el planeta Tierra, se presentan como estudiosos de la numerología, la kabala o lenguas clásicas como el sanscrito, todo ello con el fin de transmitir toda la sabiduría que almacenan.

Si la transmisión del conocimiento sigue un camino tortuoso y se distorsiona, puede que esta familia sienta la necesidad de escindirse y crear otra familia cuya intención sería la de actuar como guerreros del fluido del conocimiento, en claro paralelo con los guerreros del fluido de la sanación

Estas almas son fáciles de reconocer. Enseñar las colma de una gran alegría porque esta es su vocación sea cual sea la forma que adopte. La etiqueta de enseñantes no les hace ninguna falta: lo son por naturaleza, pues canalizan constantemente el fluido del conocimiento. Cuando vislumbran la identidad de su alma pueden recibir gran cantidad de informaciones desconocidas en el planeta Tierra y divulgarlas. No deberían dudar en canalizar el conocimiento y retransmitirlo. Para ello, basta con que canalicen el fluido que impregna su alma.

En lo físico, estas almas sienten a veces el impulso de crear centros en determinadas zonas geográficas para impartir sus enseñanzas. Si ese es el caso, no lo juzguéis y materializadlo.

LA FAMILIA DE LOS BARQUEROS





Esta familia proviene de un desprendimiento, de una escisión de la familia de los sanadores, aunque no se asocie con ella. Se mantiene muy estable, y esta estabilidad es esencial para la acción. Los barqueros tienen una misión específica: en el más allá ayudan a las almas en tránsito por los diversos umbrales vibratorios que deben atravesar. Están muy cerca de los umbrales angélicos y arcangélicos, de los umbrales de los maestros ascendidos y también de las chispas divina. Aquí abajo, asisten en los múltiples cambios que se dan en nuestro planeta: el paso de la infancia a la adolescencia o de un empleo a otro, el cambio de milenio, el tránsito de la muerte… Facilitan la experiencia del cambio, que es una época de evolución especial.

Las almas que la componen han pasado por un solo umbral vibratorio. Por eso su identidad no está tan consolidada como la de otras almas, puesto que deben salvaguardar constantemente la transparencia necesaria para asumir su función en el más allá, es decir, ayudar a que las almas pasen de chispa divina a alma y afinen su identidad.

Los barqueros también ayudan a la familia de los chamanes colaborando en el equilibrio de las transformaciones, de los cambios en el universo de almas y están muy ocupados. Entablan a menudo comunicación con el más allá y la noche es el momento más propicio para ello. Durante la encarnación podrían exclamar al levantarse: “¡He trabajado duro esta noche!” y seria verdad, porque no paran nunca. De ahí la importancia de cuidar de su envoltura física, porque trabajan día y noche.

Sienten con frecuencia la nostalgia del más allá y algunas, abrumadas por ese sentimiento, se extravían recurriendo a las drogas y sustancias alucinógenas para contrarrestar esta nostalgia, pues no saben qué hacer con ella. Otras anhelan morir e incluso volver al estado de pura chispa divina, porque la identidad vibratoria de su alma no les interesa demasiado. Bordean el mundo de la no identidad, de la vacuidad divina, y eso puede mover a confusión, sobre todo para el alma encarnada. Como son muy fluidas, algunas intentan que su envoltura física se vuelva pesada, para evitar esa sensación de flotar. Necesitan enraizarse bien para actualizar al barquero que llevan dentro. Otras, con un cuerpo físico extremadamente delgado, por no decir casi transparente, deberán persistir en el enraizamiento a pesar de su débil constitución.

Por su identidad vibratoria, estas almas gozan de una gran cualidad: querer ayudar a las almas en todo momento y lugar. En cuanto alguien las necesite, que solicite su ayuda y acudirán sin falta. Las caracteriza una gran disponibilidad, de día y de noche; se entiende, pues, porque algunas de ella se extravían en el papel de salvadores. Los barqueros atraen a las almas errantes, que no tienen identidad o que la han perdido. Esas almas se dirigen a ellos porque los reconocen del más allá, pues fueron ellos quienes las ayudaron a afinar su identidad vibratoria.

Son barqueros de amor y el amor es lo único que cuenta y los alimenta.

LA FAMILIA DE LOS INICIADORES DE CONCIENCIA




La acción de estas almas es fugaz. Llegan para un periodo de breve duración con el fin de despertar la conciencia en el planeta donde se encarnan. No desencadenan ningún movimiento que no sirva para concienciarse de algo. Aparecen simplemente para despertar la conciencia y a menudo lo hacen con una muerte espectacular, para volver y marcharse otra vez.

Están presentes en las catástrofes colectivas, en lugares donde se producen terremotos, accidentes, huracanes. Inician movimientos de conciencia mediante su vida y su muerte al partir del planeta. Forman parte de aquellos episodios trágicos en los que una gran cantidad de seres son asesinados o torturados y abandonan la Tierra de manera busca y violenta. Estas almas escogen manifestarse así para despertar la conciencia de los humanos.

Una mente estrecha considerara que esto es una auténtica locura, ¿verdad?. Sin embargo, te exhortamos a acrecentar tu conciencia. Estas almas vienen para ponerse al servicio de la evolución del planeta.

LA FAMILIA DE LOS PILARES





Cabe mencionar a una familia cuyas almas son llamadas pilares. Son pocas las que están encarnadas actualmente en nuestro planeta y permanecen en comunicación constante con otros planetas. Su densidad es considerable. Cuando un pilar se sienta al lado, se advierte su presencia de inmediato. Vienen para enraizar los planos celestes en la profundidad de la Tierra y recrear las conexiones entre los lugares sagrados del planeta. Y, aunque la personalidad no lo sepa, el alma actúa

Actúa donde la materia o el planeta lo requieran. Están muy atareados y no dejaran de estarlo, porque velan por el equilibrio y la unión, estabilizando las energías y creando nuevos circuitos energéticos, sobre todo en aquellos planetas sujetos a cambios decisivos, como el vuestro en este momento. Vayan donde vayan, enraízan la energía del más allá en el más acá. Son los encargados de arraigar las vibraciones de la Fuente.

Estas almas se encarnan en lugares estratégicos del planeta con la función de ser pilares. En su domicilio crean, canalizan y organizan los meridianos interplanetarios. En ocasiones, les cuesta desplazarse porque deben realizar una acción concreta allí donde han decidido encarnarse. Ahora bien, son capaces de trasladarse a aquellos lugares que requieran su presencia y esto puede desconcertar al ego, que quizá no entienda porque, de repente, el alma presiona para ir a Yucatán o a Tíbet.

Una de las dificultades de su encarnación tiene que ver con la envoltura física. Como su acción es muy exigente para con su cuerpo, deben cuidarse mucho en términos de equilibrio alimentario: aporte de minerales, proteínas, vitaminas y aminoácidos. ¡Es realmente importante!.

Esta familia posee quince núcleos, lo cual implica una gran fuerza de mutación y de transmutación. Se parece a un navío en una fase determinada se producirá una escisión, no ahora sino cuando llegue el momento. Los pilares se pasean por las familias de almas y vigilan los movimientos de la energía se comunican continuamente con el universo de las chispas divinas. “Patrullan” por la periferia del universo de todas las familias de almas. Por eso dispone de tantos núcleos, para moverse a lo largo y ancho del Universo.

Cuando estas almas eligen la encarnación, precisan de la densidad física. Con frecuencia sus cuerpos son robustos, ya que necesitan una fuerza muscular y ósea excepcional, distinta de otras envolturas físicas. Dependen de lo físico y saben cómo utilizar la materia, como manejarla y transmutarla. En cierta medida se parecen a los chamanes y también a los sanadores, pero no lo son. Su voluntad se aplica a sanar los planetas, los universos interplanetarios e interestelares. Establecen redes gracias a las cuales pueden circular los rayos y los fluidos, como el de la sanación o el del conocimiento, y llegar así hasta los planetas y las estrellas. Los pilares conocen al dedillo el universo de las familias de almas porque son capaces de recibir sus fluidos y de ayudarlos a descender vibratoriamente, lo cual facilita su manifestación en la densidad de los planetas.

Son los guardianes de este Universo.

LA FAMILIA DE LOS MECÁNICOS




Son almas que vienen a reparar el planeta. Son reparadores, o más bien agentes de sanación expertos en la mecánica y reparación de determinados circuitos del tejido planetario. Les acompaña a menudo pilares o chamanes en el seno de su familia terrenal; pueden que, por ejemplo, los padres sean mecánicos, que unos hijos sean chamanes y otros pilares y que actúen al unísono.

Estas almas se hacen cargo del medio ambiente, de los elementos contenidos en el subsuelo, el aire o la atmosfera, de ahí el nombre de “mecánicos” Aunque pueden adoptar una identidad terrenal muy poco relacionada con eso, es fácil encontrarlos “a ras del suelo”. Sienten una gran necesidad de ocuparse de la Tierra, por ejemplo plantar árboles donde no hay. En el más allá, los mecánicos reparan el campo energético que lo abarca todo, una especie de velo magnético que forma parte de los universos conscientes. Las almas de los así llamados mecánicos reparan, si se rompe, este tejido energético compuesto de diferentes fluidos.

Esta familia solo consta de un núcleo y es muy estable. Suele trabajar en equipo con la de los chamanes. No tienen por qué asociarse obligatoriamente, pero de todos modos su acción será complementaria. Hay muchas almas de esta familia encarnadas ahora en la Tierra. Hallareis a miembros de esta familia en grupos sensibilizados por la protección del entorno medioambiental, de los acuíferos, de los bosques. Algunas se dedican a la sanación otras a la comunicación, otras a escribir, pero todas sienten la necesidad de implicarse para contribuir a la regeneración del planeta. Para estas almas es clave lo físico, no en el sentido de acaparar bienes materiales sino de poder vivir en el hábitat del planeta. Están enamorados de la Tierra. Día y noche reciben informaciones sobre el planeta en el que habitan y sobre otros planetas habitados por sus hermanos y hermanas.

¿A QUE FAMILIA DE ALMAS PERTENECES?
Artículo de Marie Lise Labonte

Como siempre espero que este artículo te ayude en tu camino de vida y así mismo te  he anexado copia de la portada del libro de Marie Lise Labonte, por si quieres ampliar sobre este tema....

Con Amor
Patty Borrego

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