jueves, 14 de enero de 2016

LA VIDA ES UN SUEÑO

Se dice que toda la Creación todo en la totalidad del universo es un sueño de Dios. Eso tendría sentido ya que,

a)      El universo está compuesto del 100% de conciencia. Hasta la materia ‘sólida’ está hecha de energía y la energía es conciencia comprimida.

b)      El Creador dividió su conciencia en un número infinito de partes para poder experimentarse a sí mismo desde un número infinito de puntos de vista.

Puede que no recordemos ser una parte del Ser Infinito, la percepción original única detrás de todas las cosas, pero aquí estamos, como chispas de lo Divino, experimentando nuestra parte en el Gran Sueño.

Nuestras almas son esas chispas de lo Divino y ellas están plenamente conscientes de su conexión con esa gran Unicidad que es la conciencia del universo. Nuestras almas tienen que ser eternas: como una parte de la conciencia de Todo Lo Que Es, ustedes no pueden No-existir de pronto. Eso significaría que el Infinito se redujo hasta menos de infinito y por tanto ya no sería infinito. Por definición, no puede suceder. Nos guste o no, nuestras almas son eternas. 

Sin embargo el mundo físico viene con la ilusión de que somos nuestros cuerpos físicos y que un día moriremos o, aparentemente dejaremos de existir. Eventualmente, todos regresamos a los reinos del alma y existimos de nuevo en un ‘cuerpo’ del alma o campo de conciencia. 

Pero, ¿qué si nuestras almas, como chispas dentro del Gran Sueño del Divino, simplemente crearan esta vida al soñar que son físicas? 

Si la vida no es más que un sueño, ahí yace la clave a una gran libertad.


Si no estamos constreñidos por un mundo físico sólido porque este es meramente un sueño, entonces, una vez que se entiendan y utilicen correctamente los principios, ¿qué difícil puede ser cambiar el sueño a algo mucho mejor? 

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