Se dice que toda la Creación – todo en la totalidad del universo – es un sueño de Dios. Eso tendría sentido ya que,
a) El universo está
compuesto del 100% de conciencia. Hasta la materia ‘sólida’ está hecha de
energía y la energía es conciencia comprimida.
b) El Creador dividió su
conciencia en un número infinito de partes para poder experimentarse a sí mismo
desde un número infinito de puntos de vista.
Puede que
no recordemos ser una parte del Ser Infinito, la percepción original única
detrás de todas las cosas, pero aquí estamos, como chispas de lo Divino,
experimentando nuestra parte en el Gran Sueño.
Nuestras almas son esas chispas de lo Divino y ellas están
plenamente conscientes de su conexión con esa gran Unicidad que es la
conciencia del universo. Nuestras almas tienen que ser eternas: como una parte
de la conciencia de Todo Lo Que Es, ustedes no pueden No-existir de pronto. Eso
significaría que el Infinito se redujo hasta menos de infinito y por tanto ya
no sería infinito. Por definición, no puede suceder. Nos guste o no, nuestras
almas son eternas.
Sin embargo el mundo físico viene con la ilusión de que somos
nuestros cuerpos físicos y que un día moriremos o, aparentemente dejaremos de
existir. Eventualmente, todos regresamos a los reinos del alma y existimos de
nuevo en un ‘cuerpo’ del alma o campo de conciencia.
Pero, ¿qué si nuestras almas, como chispas dentro del Gran Sueño del
Divino, simplemente crearan esta vida al soñar que son físicas?
Si la vida
no es más que un sueño, ahí yace la clave a una gran libertad.
Si no estamos constreñidos por un mundo físico sólido porque este es
meramente un sueño, entonces, una vez que se entiendan y utilicen correctamente
los principios, ¿qué difícil puede ser cambiar el sueño a algo mucho mejor?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario