EL TRABAJO INTERIOR.

Cuando la vibración del amor divino toca tu corazón y lo despierta, emergen desde lo más profundo de tu alma las imágenes de ese amor infinito que Es, más este amor no es el amor que los humanos están  acostumbrados a sentir y a ver… pues este amor esta por encima de cualquier clasificación humana…

El amor  no es dolor, ni sufrimiento, ni desamparo, ni soledad, no es daño… todas esas palabras nombradas proceden de la densidad que os gobierna la mente y hace creer que en ese estado de sufrimiento es por donde hay que transitar cada día. Os hacéis daño cada vez que os descentráis y os salís de ese amor...

Las palabras de desconsuelo surgen en tu mente, las palabras desarmonizadas llenas de ira, de dolor y sufrimiento acuden a tu mente confundiendo y creyendo que es el corazón…

En el corazón no hay dolor ya que en ese sagrado lugar habita la energía pura del amor, pero la mente te hará creer que no es así ya que habéis mezclado desde hace miles de años de la Tierra, durante miles de reencarnaciones en vuestro planeta, conjeturas y la razón de la mente… Entonces durante el largo tiempo que vosotros habéis creado, lo que hicisteis es alejar toda esperanza de la mente, para que esta energía que hoy es dueña de vosotros reine y se mezcle, se enraíce en vuestra mente, no en vuestro corazón… 

Todo lo que la mente fabrica es para alejaros de vuestro despertar, entonces estáis dormidos y creéis que estáis despiertos, siendo usados constantemente por estas energías densas que os llevan a el dolor. Y como estáis siempre fuera y no dentro… en la apariencia parece ser que todo lo que escuchas o se te dice no es cierto, y así la mente llega y pone en duda todo. La duda que no viene ni es del amor ni del corazón, es la que da la primera alarma para que vosotros os alertéis de que os quieren cambiar, entonces os replegáis para que nada entre a vuestros corazones, solo a vuestra mente. Es ahí donde aquella persona que empieza su trabajo interior vislumbra que hay algo que no está conectado con su corazón, y que todo el tiempo ha estado conectado con la mente, solo la mente… ¿Podéis creer esto? Que seríais seres sin dolor ni sufrimiento… seríais seres felices al estar en paz ya que estaríais centrados en vuestro corazón. Y a través de este acto estaríais conectados a la energía divina del amor  y nada os atormentaría… comprenderíais entonces esta palabras  ahora en este momento. 

El VERDADERO trabajo interior es profundizar dentro de cada pensamiento que viene a la mente para poder trasformarlo en amor... Si no se está atento esto no se logra. Por lo tanto, el momento se pierde y hay una fuga de energía que no regresa a vosotros, se desperdicia en la densidad y la densidad oscura toma el mando otra vez de vuestra mente. De esta forma cierra la oportunidad de poder transformar las ideas, los pensamientos, los acontecimientos y llegan nuevamente las dudas y los temores, el freno que pone la densidad para que sintáis miedo.

El miedo es el primer paralizante que tiene la densidad, y así os detenéis y quedáis frenados, paralizados ante los temores que empañan la visual, más la visual solo esta empañada por dentro y solo si os pasáis la mano esta se disipa… al igual que se hace dentro de un coche que su parabrisas se ha empañado y pasáis la mano para poder ver. Así mismo ocurre dentro de vosotras… Solo aquel o aquella que no desea sentir dentro la energía del amor divino se rinde ante estos primeros acontecimientos de la mente y no sigue en su camino del trabajo interior…

Siempre se ha dicho que este trabajo es solo para las valientes y así es… porque para ir al encuentro de vuestro corazón hay que “salir de todo desde dentro” para poder estar conscientes, sin distracciones. Las personas aún no están preparadas para dar consejos ni ideas, ya que la mayoría de estas personas hablan desde la densidad sin poder estar conscientes de lo que dicen. No saben aún usar el verbo de la palabra hablada. Salen de la boca palabras desacertadas y de baja vibración… ya que la mayoría de estas personas no hacen vida de estas palabras… la mayoría de las veces las buscan en otros lugares porque suenan bonitas…

Es por eso que es importante ir dentro de una misma y uno mismo para poder reconocerse, reconectarse con el corazón, solo así, no hay otra forma de hacerlo… Solo así se podrá llegar a lo mas profundo de vuestra esencia y encontrar de esta manera el encuentro con Tu divinidad y os sentiréis maravillosos, divinos, felices y en paz porque habréis encontrado en vuestro corazón la respuesta a todo lo que jamás imaginasteis saber. Entonces se abrirá como un abanico de colores todo lo que es esta dimensión ante vuestros ojos y brillaréis tanto que seréis el reflejo de una parte de la chispa de Divina y amareis y sentiréis todo esto que se dice aquí,  ahora.”