¿Qué significa realmente aumentar tu vibración?
Canalizado por Octavia Vasile
Cuando escuchas las palabras "elevando tu vibración", puedes imaginar algo abstracto, tal vez un estado de ánimo o un sentimiento espiritual fugaz, pero en verdad esta frase habla de la naturaleza misma de la materia, a la forma en que las partículas más pequeñas de tu cuerpo y tu entorno están en movimiento constante, oscilando, expandiendo y contrayendo ritmos tan viejos como la creación.
Cada átomo vibra en cierta frecuencia, y cuando estas frecuencias son más lentas, más densas, más lentas en su movimiento, la experiencia de la vida se siente más pesada, nublada y limitada. Cuando las frecuencias son más rápidas, ligeras y más coherentes, hay brillo, facilidad, claridad, y la sensación de estar conectado a una corriente más amplia de energía.
La vibración de tus átomos no se fija; responde continuamente a tus elecciones, a tu entorno y a las energías que invitas a tu vida. Tus pensamientos son una de las influencias más inmediatas, porque cada pensamiento lleva una frecuencia, y los patrones que repites dan forma al campo general de tu ser.
Pensamientos de miedo, duda, resentimiento o crítica ralentizan el ritmo atómico, comprimiendo tu energía y haciendo que el cuerpo se sienta apretado o agotado, mientras que los pensamientos de gratitud, compasión, curiosidad y creatividad aceleran el movimiento, abriendo tu campo y permitiendo que más luz fluya a través.
Lo que consumes como alimento es otra influencia de gran importancia. Alimentos frescos y vivos: frutas, verduras, semillas, y agua limpia contienen una vibración que ya es alta, pues se infunden con la luz del sol y los ritmos de la Tierra. Cuando te los comes, tu cuerpo reconoce esta luz y la refleja, elevando la frecuencia de tus células. Los alimentos que son procesados, estancados o llenos de productos químicos llevan poca fuerza vital, y cuando se convierten en los bloques de construcción de tu cuerpo, tu vibración disminuye en consecuencia. Así, el acto de comer puede ser un acto de elevación o de pesadez, dependiendo de la conciencia que traigas.
El movimiento del cuerpo también mantiene el campo atómico en fluidez. Ejercicio, caminar, estirarse, respirar profundamente, estas actividades evitan el estancamiento, para cuando la energía fluye, los átomos se mueven con armonía.
Un cuerpo sedentario ralentiza la danza de las partículas, mientras que un cuerpo activo las mantiene alineadas con el ritmo de la vida misma. No se trata de forzar al cuerpo al agotamiento, sino de recordarle su alegría natural en movimiento.
La luz es el maestro original de la vibración, y cuando permites que la luz del sol llegue a tus ojos y a tu piel, invitas a los fotones a hablar directamente a tus células. Incluso breves momentos de mirar al sol durante horas seguras, o simplemente estar fuera, transmiten el código de vibración superior a sus átomos, y esto estimula la alineación de formas que ninguna fuente artificial de energía puede replicarse completamente.
La meditación, también, es uno de los caminos más directos para aumentar y estabilizar la vibración. Cuando callas la mente, ralentizas la respiración, y dejas que la conciencia se expanda, la frecuencia de todo tu ser se eleva porque se elimina la interferencia del pensamiento caótico, y lo que queda es el ritmo natural de armonía con la Fuente. En la meditación, las partículas de tu cuerpo se mueven juntas como si escucharan una orquesta, en lugar de cada una tocando una melodía separada.
Elevar la vibración, entonces, no es un misterio; es un tejido juntos de muchas pequeñas opciones: pensar con conciencia, comer con reverencia, moverse con alegría, absorber el don de la luz y permitir la quietud. Para mantenerlo firme requiere constancia, la voluntad de repetir estas elecciones diariamente, hasta que los átomos de tu ser ya no fluctúen salvajemente sino que permanezcan en un campo armonioso.
Cuando haces esto, comienzas a experimentar la vida no como una serie de luchas por superar, sino como un flujo que te lleva, donde la claridad surge naturalmente, donde tu cuerpo se siente apoyado, y donde tu mente puede percibir verdades que son invisibles cuando la vibración es baja. El aumento de la vibración es el aumento de la percepción, el levantamiento de un velo, y está al alcance de todo ser que esté dispuesto a vivir con cuidado consciente. "
LOS AVIARES AZULES.
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