miércoles, 11 de julio de 2018

AMEN SUS VIDAS.

Mensaje de Jesus.


Amados hijos, ya es hora de que cada uno de ustedes se ame a sí mismo en mayor medida y es tiempo de que se enamoren de la Vida, porque hacerlo les permitirá continuar avanzando dentro de esta inmensa aventura que supone sus vidas en la Tierra, de una forma que les hará experimentar una mayor satisfacción, alegría y pasión, además de una ilimitada abundancia.

Todo esto les llegara pronto de forma sencilla, calmada y en perfecta paz. Ya es hora de que permitan la fluidez de la abundancia ilimitada en cada uno de los aspectos que componen sus vidas y para lograrlo, solo tienen que abrir sus corazones y permitirse ser parte del “flujo”.

Jamás he sentido la necesidad de probarme frente a ustedes, aunque he escuchado sus pensamientos y las quejas que tienen acerca de su Dios y/o sus vidas. Es momento de que recuerden una sencilla pero gran verdad: antes de su nacimiento dentro de este mundo, fueron ustedes quienes se ofrecieron como voluntarios para encarnar en la Tierra; dicho de otro  modo, ustedes escogieron estar aquí para experimentar la vida terrestre y fueron ustedes quienes escogieron las experiencias que tienen en esta vida. 

Con esto solo quiero hacerles entender que NADA de lo que han experimentado ha sido por casualidad, es decir, todo aquello que se encuentra actualmente presente dentro de sus vidas, está allí a causa de sus frecuencias, lo que significa que todo se ha generado como consecuencia de la suma de sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones no solo pasadas, sino también presentes.

Todos ustedes orquestaron de manera consciente o inconsciente sus experiencias actuales, invitaron a sus vidas a las personas que se encuentran alrededor, diseñaron desafíos y luego los atrajeron a sus vidas, todo eso como resultado de las fuertes vibraciones que continuamente emiten hacia el Universo, al igual que como consecuencia del Plan Superior que cada uno escogió antes de encarnar en la Tierra. Ya que independientemente del período de tiempo que hayan escogido, experimentar la tercera dimensión dentro de la Tierra, siempre poseerán su libre albedrío para escoger aquello que les gustaría ser, tener y experimentar mientras se encuentran en esta aventura física.

Antes de su nacimiento en este mundo, las almas pasan por un proceso en el que parece que tuvieran que elegir entre utilizar una máscara blanca o una negra, con el propósito de simbolizar los caminos que posiblemente recorrerán luego durante sus vidas como adultos, en el momento en que se encuentran suficientemente viejos como para diferenciar lo que es mejor, al tener la edad suficiente para hacerse responsables no solo de sus acciones, sino también de todo lo que existe dentro de sus vidas. Dicho de otras manera, ustedes tienen la posibilidad de optar por “jugar o interpretar” el rol de un ser que habita en la Oscuridad durante un tiempo más o menos corto, o el rol de un ser que habita en la Luz por un tiempo más extenso.

Ustedes tienen la posibilidad de optar por “jugar o interpretar” el rol de un ser que habita en la Oscuridad.

Cada uno de los “dramas”, tanto a nivel micro como macro, que tienen lugar todos los días dentro de la Tierra (donde se ven inmersas las almas encarnadas que escogieron la Luz y también las que eligieron la Oscuridad), han ocurrido por una razón, ninguno de ellos se ha presentado por casualidad. Cada cosa fue previamente planeada y aceptada por todas las almas que se ven involucradas en dichos dramas o situaciones. Es decir, ningún ser en la Tierra es jamás una víctima; ninguno de ustedes jamás es víctima de las circunstancias, todo es resultado de sus elecciones.
Dicho de una forma distinta, únicamente aquellas almas que escogieron utilizar la máscara blanca durante su encarnación en la Tierra, tienen la oportunidad de mantenerse en este mundo mientras el planeta aumenta su vibración con el fin de volver a su cuerpo superior y más brillante; mientras que el resto de las almas, aquellas que escogieron no levantarse o despertar espiritualmente dentro de este mundo, finalmente decidirán abandonar la Tierra. El libre albedrío que todos ustedes poseen siempre será respetado y apoyado por cada uno de los seres que forman parte de los maestros o seres ascendidos.
 “Yo soy ustedes y ustedes son parte de mí, todos somos uno” esto no se trata únicamente de un cliché, consiste en una enérgica y literal Verdad Superior que destaca como la base de la Vida. Comprendan que no existe ninguna cosa que no sea Dios, cada creación es Dios, incluyendo a cada una de esas almas que decidieron usar la máscara negra en este momento.

Una vez que empiecen a entender verdadera y conscientemente la belleza que se encuentra implícita en la Creación, en la Dualidad y la inmensa importancia que posee la “escuela espiritual” que representa la Tierra, lograran comprender que realmente han tenido un gran progreso en su evolución espiritual.

Aquellos de ustedes que se encuentren dentro de los seres capaces de aceptar, valorar y agradecer por todo lo que ocurre en su mundo, sea bueno o malo, podrán entender que se encuentran realmente cerca de regresar a su Ser Superior. Todo esto se trata de un indicio de que el proceso de despertar espiritual que vinieron a experimentar en la Tierra se encuentra a punto de finalizar, y que dentro de poco serán una encarnación total de la Conciencia de Cristo sin importan donde estén.

Lo explicaré de otro mod para que lo entiendan mejor:

Si son capaces de ver claramente todo lo que ocurre dentro de su mundo con ojos del Amor y sin juzgar.
Si logran experimentar la vida terrenal sin pertenecer a este mundo.
Si consiguen ver los dramas de este mundo con ojos imparciales, reconociendo que todo lo que ocurre había sido planeado con anterioridad.
Si no permiten que nada perturbe la calma, la paz y la manera en que viven.
Si cada día irradian Compasión y Amor incondicional para cada ser a su alrededor.

Entonces podrán saber que indudablemente, han logrado llegar su destino. Comprenderán que se han convertido en Maestros de la Vida y poderosos Creadores, capaces de iluminar y alcanzar un elevado grado de conocimiento y dominio espiritual, que les permite reconocer que todo es bueno y que cada cosa ocurre siempre de la manera en que ha sido planeada.

Cada uno de ustedes es un gran Creador, creadores divinos dentro de cuerpos físicos en los que albergan todas sus habilidades para realizar aquello que antes creyeron imposible.

Para finalizar con este mensaje les invito a realizarse unas preguntas: ¿Realmente están listos para ser parte activa de la vida espiritual? ¿Se encuentran preparados para hacerse responsables de sus propias vidas sin necesidad de culpar a alguien más? ¿Se sienten preparados para llegar a un nivel de conocimiento espiritual más elevado? ¿Realmente abrazaran su inmenso potencial divino?
Independientemente de si sus respuestas son positivas, el Universo las aceptará y apoyará, porque su libre albedrío siempre es respetado.

Ahora me despido recordándoles que son amados.

AUTORA: Lurdes Sarmiento redactora en la gran familia de hermandad blanca.org

sábado, 7 de julio de 2018

LOS SUFRIMIENTOS DE LA MUERTE.

Si durante la vida hemos trabajado duro para acumular posesiones y les tenemos apego, en el momento de la muerte sufriremos mucho al tener que dejarlas atrás. Si ahora nos resulta difícil prestar nuestras posesiones más preciadas y mucho más regalarlas, ¿qué sucederá al morir, cuando comprendamos que vamos a perderlo todo?

En el momento de la muerte nos veremos obligados a separarnos hasta de nuestros amigos íntimos. 

Tendremos que abandonar a la persona que más amamos aunque hayamos pasado la mayor parte de nuestras vidas juntos. Si tenemos mucho apego a nuestros seres queridos, al morir nos sentiremos apenados y angustiados, pero lo único que podremos hacer será cogerles de la mano. Aunque oren con nosotros para que no muramos, no podremos detener el proceso de la muerte. Por lo general, si estamos muy apegados a una persona y nos deja solos para irse con otra durante un tiempo, enseguida nos ponemos celosos. Sin embargo, al morir, tendremos que dejar a nuestros amigos para siempre en compañía de otros, y también nos despediremos de nuestra familia y de todos aquellos que nos han ayudado en esta vida.

 Al morir tendremos que separarnos de este cuerpo que tanto estimamos y que hemos cuidado durante años, y se convertirá en una masa inanimada de carne que habrá que incinerar o enterrar. Si carecemos de la protección interna de la experiencia espiritual, en el momento de la muerte nos embargarán el miedo y la angustia, además del sufrimiento físico.

 Cuando al morir nuestra mente se separe del cuerpo, llevará consigo las semillas que hayamos plantado en ella al realizar acciones tanto virtuosas como perjudiciales. Aparte de estas semillas, no podremos llevarnos nada más de este mundo. Todo lo demás nos defraudará. 

La muerte acaba con todas nuestras actividades: las conversaciones, las comidas, las reuniones con los amigos y hasta con el sueño. Todo esto terminará el día de nuestra muerte y nos veremos obligados a dejarlo todo atrás, incluidos los anillos que llevemos puestos en los dedos. 

En los cementerios podemos comprobar que lo único que les queda a los muertos es su nombre grabado en una lápida.

LOS SUFRIMIENTOS EN LA VEJEZ.

Desde nacimiento también surgen los sufrimientos de la vejez. 

Esta nos roba la belleza, la salud, la  figura esbelta y la  fina tez, la vitalidad y el bienestar. La vejez hace que los demás nos desprecien. Nos trae dolores indeseados y nos conduce sin demora hacia la muerte.

 Con el paso de los años perdemos la belleza de nuestra juventud, nuestro cuerpo fuerte y sano se debilita y es abatido por las enfermedades. La esbelta  figura de que disfrutamos en nuestra juventud, bien definida y proporcionada, se va encorvando y desfigurando; los músculos y la carne se arrugan y encogen, por lo que las extremidades se vuelven como  finas estacas y los huesos sobresalen. Perdemos el color y el brillo del cabello y nuestra tez pierde su  fino lustre. La cara se nos llena de arrugas y nuestros rasgos se van deformando. 

 «¿Cómo se ponen de pie los ancianos? Se van alzando inclinados y con mucho esfuerzo, como si estuvieran sacando una estaca clavada en la tierra. ¿Cómo caminan los ancianos? Después de conseguir ponerse de pie, caminan con cautela como si cazaran pajarillos. ¿Cómo se sientan los ancianos? Se dejan caer como una pesada bolsa a la que se le rompen las asas».

 Contemplemos el siguiente poema  que describe los sufrimientos del envejecimiento:

 «Cuando envejecemos, el cabello se nos vuelve blanco, pero no es porque nos lo hayamos lavado; es una señal de que pronto nos encontraremos con el Señor de la Muerte.
 Nuestra frente se llena de arrugas, pero no es porque nos sobre carne;
es porque el Señor de la Muerte nos advierte: “Pronto vas a morir”.

Se nos caen los dientes, pero no es para que nos salgan otros nuevos; es una señal de que pronto no podremos ingerir alimentos.

Nuestros rostros se vuelven feos y grotescos, pero no es porque llevemos máscaras; es una señal de que hemos perdido la máscara de la juventud.

Nos tiembla la cabeza de lado a lado, pero no es porque estemos en desacuerdo; es porque el Señor de la Muerte nos golpea con la porra de su mano derecha.

Caminamos con el cuerpo encorvado y mirando hacia el suelo, pero no es porque busquemos agujas perdidas; es una señal de que añoramos nuestra belleza y vivimos de recuerdos.

Para ponernos de pie nos apoyamos sobre las cuatro extremidades, pero no es porque imitemos a los animales; es una señal de que nuestras piernas son demasiado débiles para soportar nuestro peso.

Al sentarnos caemos desplomados de forma repentina, pero no es porque estemos enfadados; es una señal de que nuestro cuerpo ha perdido la vitalidad.

Nos tambaleamos al andar, pero no es porque nos creamos importantes; es una señal de que nuestras piernas no pueden sostener nuestro cuerpo.

 Nos tiemblan las manos, pero no es porque estemos ansiosos por robar; es una señal de que el Señor de la Muerte, con sus dedos ávidos, se apropia de nuestras posesiones.

Nos alimentamos con muy poco, pero no es porque seamos mezquinos; es una señal de que no podemos digerir los alimentos.

 Jadeamos al respirar, pero no es porque susurremos mantras al oído de un enfermo; es una señal de que nuestra respiración pronto cesará».

 Cuando somos jóvenes podemos viajar por todo el mundo, pero al envejecer no somos capaces ni de cruzar la calle en que vivimos. No tenemos energía para emprender muchas actividades mundanas y a menudo hemos de restringir nuestras prácticas espirituales. Por ejemplo, disponemos de poca vitalidad para realizar acciones virtuosas y nos cuesta recordar las enseñanzas, contemplarlas o meditar en ellas. No podemos asistir a los cursos espirituales que se imparten en lugares de difícil acceso o carecen de comodidades. No podemos ayudar a los demás si para ello se requiere fuerza física y buena salud. Limitaciones como estas son las que tanto entristecen a los ancianos.

 Al envejecer vamos perdiendo la vista y nos volvemos sordos. No podemos ver con claridad y cada vez necesitamos gafas con cristales más gruesos hasta que ni siquiera con ellas podemos leer. Nos volvemos duros de oído y no podemos escuchar música ni oír la televisión o lo que nos dicen los demás con claridad. Perdemos la memoria y cada vez nos cuesta más realizar nuestras actividades, ya sean mundanas o espirituales. Si meditamos, nos cuesta más alcanzar realizaciones porque nuestra memoria y concentración son muy débiles, y nos resulta difícil estudiar. Por lo tanto, si durante la juventud no nos adiestramos en las prácticas espirituales, lo único que podremos hacer en nuestra vejez será arrepentirnos de ello y esperar la visita del Señor de la Muerte.

 Cuando somos viejos no podemos obtener el mismo placer que antes de las cosas que nos gustan, como los alimentos, las bebidas o las relaciones sexuales. Nos sentimos demasiado débiles para practicar juegos y deportes, y a menudo estamos tan cansados que no podemos disfrutar de ninguna diversión. A medida que nuestra edad avanza, no podemos participar en las actividades de los jóvenes. Cuando se van de viaje, nos tenemos que quedar atrás. Nadie quiere llevarnos consigo ni visitarnos. Ni siquiera nuestros nietos desean pasar mucho tiempo con nosotros. A menudo, los ancianos piensan: «¡Qué maravilloso sería si estuviera rodeado de gente joven! Podríamos ir de paseo y les enseñaría tantas cosas...», pero los jóvenes no quieren incluirlos en sus planes. Cuando la vida les llega a su fin, los ancianos sienten el dolor de la soledad y el abandono. 

Hay muchos sufrimientos propios de la vejez.

miércoles, 4 de julio de 2018

LOS DOLORES QUE DEJA EL NACIMIENTO.

EL NACIMIENTO.

Cuando nuestra consciencia entra en la unión del esperma de nuestro padre y el óvulo de nuestra madre, nuestro cuerpo no es más que una sustancia acuosa, como un yogur rojizo y muy caliente. En los primeros momentos que siguen a la concepción no tenemos sensaciones burdas, pero en cuanto surgen, comenzamos a experimentar dolor. Nuestro cuerpo va endureciéndose de manera progresiva y, a medida que nuestros miembros se van desarrollando, sentimos como si alguien estuviera estirándolos en una mesa de tortura. El vientre de nuestra madre es caliente y oscuro. Este pequeño espacio saturado de sustancias impuras será nuestro hogar durante nueve meses y es como si estuviéramos apretujados dentro de un pequeño aljibe lleno de líquidos sucios y bien cerrado para que no entren el aire ni la luz.

Mientras permanecemos en el seno de nuestra madre tenemos que padecer mucho miedo y dolor en soledad, y somos muy sensibles a cualquier cosa que haga. Por ejemplo, si camina deprisa, sentimos como si fuéramos a caer desde lo alto de una montaña y nos llenamos de angustia. Si mantiene relaciones sexuales, nos parece como si nos aplastaran entre dos grandes masas pesadas y nos sentimos asfixiados y aterrados. Si da un pequeño salto, es como si cayéramos contra el suelo desde una gran altura. Si bebe algo caliente, notamos como si nos escaldaran con agua hirviendo, y si es frío, como si nos ducharan con agua helada en pleno invierno.

 Al salir del seno materno, sentimos como si nos forzaran a pasar por una estrecha hendidura entre dos piedras rocosas, y cuando acabamos de nacer, nuestra piel es tan delicada que el contacto con cualquier objeto nos resulta doloroso. Cuando alguien nos toma en sus brazos, aunque lo haga con ternura, sentimos como si sus manos nos rasgaran la piel y hasta las ropas más delicadas nos resultan abrasivas. En comparación con la suavidad y tersura del seno de nuestra madre, cualquier objeto que toquemos nos parece áspero y nos hace daño. Si nos cogen en brazos, nos parece como si nos balancearan al borde de un precipicio, nos sentimos inseguros y tenemos miedo. Hemos olvidado todo lo que aprendimos en nuestra vida anterior y no traemos más que dolor y confusión del seno de nuestra madre. Las palabras que escuchamos tienen tanto sentido para nosotros como el soplo del viento y somos incapaces de comprender nada de lo que percibimos. Durante las primeras semanas es como si estuviéramos ciegos, sordos y mudos, y padeciéramos de amnesia total. Cuando tenemos hambre, no podemos decir: «Quiero comer», o cuando nos duele algo: «Me duele aquí». La única manera que tenemos de expresarnos es con llantos y gestos de enfado, y a menudo, ni siquiera nuestra madre sabe lo que nos ocurre. Estamos totalmente indefensos y hemos de aprender a hacerlo todo: comer, sentarnos, hablar y caminar.

Durante las primeras semanas después del nacimiento es cuando somos más vulnerables, pero nuestros sufrimientos no cesan a medida que vamos creciendo, sino que continúan a lo largo de toda la vida. Al igual que al encender el fuego de una chimenea su calor se propaga por toda la casa procedente del propio fuego, al nacer en el samsara, los sufrimientos impregnan todos los aspectos de nuestra vida y son el resultado de haber obtenido un renacimiento contaminado.

 Nuestro renacimiento humano, contaminado por el venenoso engaño del aferramiento propio, es la base de nuestro sufrimiento, y sin esta base, no tendríamos problemas humanos. Los dolores del nacimiento dan paso con el tiempo a los de la vejez, las enfermedades y la muerte; todos ellos forman parte del mismo continuo.

martes, 3 de julio de 2018

LA SIMPLICIDAD DE LA VIDA.

LA SIMPLICIDAD DE LA VIDA
Soy Yeshua. Es con un gran gozo en mi corazón que estoy aquí conectándome con ustedes. Los amo profundamente y estoy conectado a ustedes como un hermano. Yo fui un humano como ustedes lo son, y conozco todas las dificultades por las que atraviesan como seres humanos. Las conozco desde dentro, no fui un santo. Era un humano y tenía una conexión con la Luz, pero también experimenté dolor y duda en mi vida y por eso puedo conectar con ustedes tan profundamente. Somos Uno.
La energía Crística no es sólo mía; yo era un mensajero, un representante de esta energía. Vine aquí a la Tierra para recordarles a todos ustedes de su Luz interior. Esta Luz es universal, la compartimos. Y cuando ustedes sientan esta Luz, la energía Crística interior, todo se vuelve muy simple. ¿Pueden sentir en este momento la simplicidad de quién soy yo? Yo los acepto como son. Veo a tantos de ustedes batallando en su vida, hay tensión en muchos de ustedes. Están sufriendo demasiado. Hoy deseo recordarles de la simplicidad de la vida. Había una vez que sabían de esta simplicidad del interior; esto fue cuando eran niños. Un niño no piensa sobre el mañana o el ayer, está aquí en el presente. Los niños tienen una fácil conexión con su Divinidad, su Luz. Ellos no dudan de que son buenos así como son. Ahora, a medida que hablo de ello, viajen con su conciencia a su cuerpo. Vayan a su corazón y a su vientre. Allí es donde encontrarán al niño interior. Recuerden este lugar donde pueden disfrutar del momento.
Un niño es capaz de recibir, un niño no juzga, toma la vida como es. Sientan esta energía dentro de su vientre. Osen abrirse a la vida nuevamente. Cuando eran niños ustedes osaban tener grandes sueños. ahora mismo necesitamos tener grandes sueños en la Tierra. Los tiempos están cambiando, y cada vez más gente se está volviendo consciente de que algo necesita cambiar. Sólo podemos cambiar este mundo si la gente sabe cómo regresar al niño interior: la fuente del amor incondicional y el gozo.
¿Cuáles son sus sueños? ¿Cuáles eran sus sueños cuando eran niños? ¿recuerdan ese sentimiento? Ahora vean al niño frente a ustedes, el niño que ustedes fueron. El o ella tiene una flor en sus manos. La flor proviene del corazón. ¿Pueden sentir lo que este niño ofrece al mundo? Es una energía muy especial. ¿Pueden admirar la inocencia y la valentía de este niño? Ha venido a la Tierra, un lugar lleno de peligros y temor, portando esta delicada flor con una pasión en su corazón para compartirla con el mundo. Acaricien a este niño interior. ¿Cómo se ve esta flor en este momento de su vida? Está floreciendo. ¿Es saludable? ¿o carece de nutrición? ¿sienten alguna tensión, amargura o temor? Ahora imaginen que ustedes están extendiendo sus manos hacia esta flor y le dicen: <>. La flor es un mensaje de su ser. Contiene la energía de los deseos de su ser para manifestarlos en la Tierra en esta vida. Vean a esta hermosa flor y noten si hay dolor, desilusión o temor dentro de ustedes acerca de su destino. Vean esas emociones con compasión. Ustedes son muy valerosos inclusive de estar aquí en la Tierra, pero también han de gozar la vida. Recuerden el simple gozo de ser niños, viviendo con espontaneidad según su naturaleza. El traer Luz a la Tierra no significa que se agobien. Ustedes son niños de la Tierra asimismo. La Madre Tierra desea otorgarles todo lo que necesitan.
Cuando estaba en la Tierra, tenía una misión. Vine aquí a plantar las semillas de una nueva conciencia. Ustedes esencialmente tienen la misma misión que yo tenía. Este mundo los puede entristecer mucho. Su misión depende de su habilidad de gozar aquí también, y de recibir como un niño. Cuando se sienten agobiados y deprimidos, recuerden de conectarse con su niño interior en su vientre. Diviértanse y hagan cosas ligeras por un tiempo. No importa cómo se sientan, este niño sigue cargando su energía de vida, su espontaneidad.
Véanse a sí mismos como un hermoso ángel de Luz. En su regazo está su niño interior. Juntos, ustedes están creando su senda en la Tierra. El niño representa su parte terrestre. Como un ser cósmico tomando forma humana, ustedes tienen que trabajar con las emociones del niño. Cuando el niño se siente triste o enojado o temeroso, ustedes tienen que tomar estos mensajes seriamente. Como un ángel, pueden atender a este niño. El niño sostiene la llave del paraíso en la Tierra. Cuiden a este niño con ternura, y cuando traten con otra gente, recuerden siempre que hay un pequeño niño dentro de ellos también.

domingo, 1 de julio de 2018

LA MEDICINA DEL FUTURO.

Queridos seres terrestres, les habla Rafael, el Arcángel del Amor y la Sanación, quien se encuentra a cargo del venerado Maestro del Divino Rayo de Luz Verde. Este día les saludo, con respeto y afecto.

En esta oportunidad vengo a ustedes con el propósito de hacerles saber que cuentan con cada una de las llaves, poderes y conocimientos que requieren para lograr librarse completamente no solo de los sufrimientos físicos, sino también de cualquier otra cosa que los atormente durante su estancia terrenal. Igualmente, tienen que ser conscientes de que poseen poderosas herramientas que les permiten sanar tanto a quienes se encuentran a su alrededor como a ustedes mismos; y que dichas herramientas están actuando con el fin de brindarles un “milagro”.

Tal vez se pregunten ¿Por qué utilizó esa palabra?

Y la respuesta en muy sencilla, hoy, amados hermanos, muchos de ustedes le atribuyen a los milagros inexplicables sanidades, lo que dicho de otra manera, consiste básicamente en la intervención de Dios sobre sus vidas. En numerosos sentidos esto es verdad; sin embargo, no existe ningún milagro dentro del proceso de curación, sino únicamente la aplicación de una ley espiritual y metafísica la cual toma su fuente de inspiración del incondicional Amor universal.

En múltiples ocasiones, tanto los Maestros pertenecientes a la Hermandad de la Luz como mis Hermanos Arcángeles, y muchos otros seres de luz, se han presentado ante ustedes para hablarles y enseñarles acerca del inmenso poder que posee el pensamiento. De igual modo, el proceso que supone la creación a través de la materia se le ha explicado mediante la concentración de pensamientos que se almacenan en el interior del Éter, es decir, en ese elemento que conforma al 5to Sol; les hemos explicado de qué forma, inconscientemente, crean su propia realidad, la cual se genera en torno a su condición personal, profesional, afectiva y por supuesto, sobre su salud. Y es que el inmenso poder que envuelve a sus energías de pensamiento es capaz de extenderse mucho más allá del estado de su Ser, de manera que crea, forma y ordena la realidad que los rodea incluso en los más pequeños detalles.

Deben saber que en la tierra; ese mundo en el que habitan, todo funciona a la inversa.

Con este quieren decir que todo funciona “hacia atrás”, lo cual se debe a que desde la antigüedad el ser humano ha cambiado los valores divinos, y en consecuencia, los polos magnéticos se han invertido. Y desde ese momento, el interés individual ha tenido prevalencia sobre la divinidad; el mundo material se apoderó del mundo espiritual causando que las vibraciones energéticas del Amor Universal desaparecieran, y junto a ellas, la posibilidad de los Grandes Seres para manifestarse en una densidad tan extrema como la de su planeta. Según este principio, amados seres de luz, hoy siguen pensando al revés y es por ello que se encuentran convencidos, de padecer enfermedades que afectan sus órganos, ya que están alimentando un proceso que resulta ser reversible.

Cada uno de ustedes posee el poder para actuar concretamente sobre su cuerpo físico, de forma palpable y visible. Empieza a través de determinante y real una conciencia de que cada uno de ustedes es custodio divino de la Llama de Vida Eterna, esa de la cual las distintas religiones que crearon les han hablado sin permitirles que entiendan realmente su gran significado. Ustedes son la encarnación de Dios dentro de este mundo, y como tal, manifiestan el Amor y la Luz, ya que de eso se trata su objetivo final en la Tierra después de sus numerosas encarnaciones; su propósito consiste en alcanzar finalmente el estado que supone la Divinidad del Hombre.

Todos ustedes se caracterizan por ser seres que encarnan la Luz Divina, y aquellos que han logrado abrir sus corazones para conocer la verdad, manifiestan dicha Luz dentro del mundo que los rodea; sin embargo, para que la mente obtenga la victoria sobre la materia es preciso que sean totalmente conscientes de los inmensos poderes que poseen, al mismo tiempo que los aceptan y reciben como una parte fundamental para su existencia en la Tierra.

Cada uno de ustedes posee el poder para actuar concretamente sobre su cuerpo físico.

Frente a ustedes se encuentra un antiguo pueblo, es “el pueblo de los Siddhas”, el cual conquistó la vejez, la enfermedad y como resultado de ello, también la muerte. Actualmente estas personas habitan un plano dimensional distinto y los ayudan a despertarse de la dualidad que los mantiene cegados para que encuentren su verdadera naturaleza divina. Este pueblo controlaba completamente su Ser y tenían la capacidad de tragar toda clase de virus y/o microbios sin llegar a enfermarse; cada uno de los secretos que poseían se les revelaron luego a quienes se convertirían en Maestros de la Hermandad Blanca, los cuales en la actualidad tratan de revelárselos a ustedes de manera gradual.

Deben comprender que nada de esto es ficción, sino que se trata de la más pura realizad: los demás seres que habitaron en otros mundos pasaron por este proceso y ahora es su turno de darse cuenta que son seres con un gran poder de cambio; es su deber como habitantes de este mundo.

Numerosos métodos les enseñarán de qué manera abordar sus cuerpos físicos, órganos, células e incluso sus células primordiales. En múltiples sentidos, serán capaces de penetrar en los más profundos de los secretos que poseen sus cuerpos encarnados; aprenderán a escuchar sus males, a utilizar distintas llamas y rayos de energía, distintos métodos de oraciones y meditación trascendental para poder sanar primero a sus cuerpos sutiles y luego a sus cuerpos físicos. Existe una técnica para cada una de estas acciones, una especie de familiaridad con uno u otro método; no obstante, es de la base de cada técnica y/o método que estamos hablando en esta ocasión, es decir: el entender que los males que afectan el cuerpo físico son los resultados y no las causas.

Recuerden ¡Todo aquello que ha sido hecho, puede deshacerse! Es posible solucionar todo aquello que ustedes han permitido que se creara, en términos de disfunción física, al revertir el proceso de creación. No obstante, es preciso que identifique qué se encuentra tras dicho proceso, y para lograrlo es necesario que se sumerjan dentro de su memoria celular con el fin de entender de qué forma se produjo una u otra manifestación física (accidente, enfermedad, entre otros). Solo entonces bastará para que logren alejarse de los antiguos eventos y acepten que esos padecimientos que los afectan es consecuencia de alguna acción y no se ha desarrollado por casualidad.

De igual forma, tendrán que perdonarse a sí mismos, por todo ello; después deberán dirigir conscientemente hacia sus manos todo el poder que posee la energía divina en su interior, con el fin de sanarse, calmarse y fortalecerse. Así es amados hermanos, en su interior se encuentra el poder que requieren para generar verdaderos cambios en su cuerpo físico, no lo duden; confíen en ello y lograrán desarrollarlo en mayor medida y en menos tiempo.

¡De esto se trata la medicina del futuro! Es la auténtica medicina para el alma y el corazón. ¡Sumérjanse dentro de la inmensa energía del Amor y acepten el gran poder Divino del Rayo Verde, que los acompaña en cada una de las etapas de su vida!

AUTORA: Lurdes Sarmiento redactora en la gran familia de hermandadblanca.org

domingo, 24 de junio de 2018

PORQUE LO QUE TE SUCEDE EN LA VIDA

El ser humano pasa a lo largo de su vida por una serie de circunstancias dolorosas y poco a poco las va superando, pero cuando algo es muy doloroso como por ejemplo la muerte de un hijo, quedarte sin casa, arruinarte, o cosas por el estilo, te marcan y te dejan huella. Es difícil superarlas y es más fácil echarles la culpa a los demás, a Dios, al médico o al que te lo hace. No recordamos que antes de nacer hicimos un pacto con ese ser para que él actuara de la forma que lo hizo. Sé que esto es difícil de entender y os preguntareis, ¿cómo yo voy a ser tan tonta que le voy a decir a alguien antes de nacer que me haga daño? Pero aunque no lo creáis así es.

Nosotros damos nuestra aprobación cuando nos presentamos delante de los Ancianos del Karma. Con la ayuda de Ellos elegimos lo que tenemos que aprender en la vida siguiente y con quien. Generalmente nos juntamos con las mismas personas. Unas veces hacen el papel de hijos, otras amantes, de padres o amigos pero siempre nos reencarnamos con el mismo grupo.

Esa elección es lo que se llama libre albedrío. Este libre albedrío se da antes de nacer y no cuando estamos ya en la tierra. Por supuesto que una vez hemos nacido se nos borra la Memoria Cósmica. No nos acordamos porque si nos acordáramos no podríamos seguir viviendo tranquilos sabiendo lo que nos va a pasar o lo que hemos vivido en las anteriores. Si supiéramos quién nos va a hacer daño saldríamos corriendo nada más verlo, así que la memoria de antes de nacer se nos borra para poder hacer nuestras misiones.

 Algunas personas que somos muy sensibles, cuando nos reencontramos con alguien con el que hemos hecho un pacto, nada más verlo nos ponemos nerviosos y sentimos ganas de salir corriendo. Esto me ha pasado a mí en varias ocasiones y aunque intento razonarlo con la mente lógica al final siempre esas personas me han hecho pasar por circunstancias dolorosas.

Por eso estas y otras experiencias me han enseñado a dejarme llevar por mis instintos o mi sensibilidad. Es lo que mucha gente llama, “tuve una corazonada”. Tendríamos que estar atentos a ellas, porque son como fisuras de la memoria de antes de nacer y a veces son ayudas preciosas para avisarnos de lo que puede pasar y sufrir lo menos posible. Si hemos hecho un pacto para que pasen una serie de circunstancias, no lo vamos a poder evitar, pero si seguimos nuestro instinto seguramente el proceso será menos doloroso.

 En ocasiones he encontrado a gente que se dice espiritual y cuando las veo a otros niveles me doy cuenta que están llenas de rabia. He visto a gente estupenda con buenas intenciones, con muchos deseos de crecer y ser auténticos seres de luz pero la falta de superación de sus problemas, de la rabia contenida y del rencor que tienen guardado en el fondo de su corazón, los alejan de los auténticos trabajadores de la luz. Por eso es importante sacar esas emociones ocultas aunque las hayas disfrazado.

 Este es un planeta de emociones por lo tanto si estamos aquí es para vivir y sentir esas emociones no para evitarlas u ocultarlas. Todos en un momento de nuestra vida hemos podido sentir envidia, celos, rencor y otras emociones destructivas. Lo malo no es sentirlas lo malo es quedarse enganchados en ellas. Si las sentimos y posteriormente las trabajamos sin enmascararlas con otra emoción y las trasmutamos son perfectas porque eso forma parte de nuestra misión, “Sentir emociones y saber manejarlas”.

 Tienes que entender que el guardar rabia y rencor en tu corazón hace que se contamine tu vehículo de luz y eso te aleja de Dios. Por eso es tan importante que perdones, pero cuidado que aquí hay un engaño. La gente dice que perdona pero no olvida. Si perdonas tienes que olvidar, ese es otro de los errores que comete el ser humano. Es peor el daño que te haces con tanta desarmonía que el que te pueda hacer otra persona porque el que te pueden hacer es durante un tiempo limitado, pero la rabia y rencor que sientes, puede estar dentro de ti a lo largo de toda la vida. Una vida de dolor y rabia donde seguramente pasarás el tiempo echándole la culpa de tus males a los demás, sin darte cuenta que eres el único culpable de sentirte un desgraciado. Cuando esto dura mucho tiempo se va convirtiendo en desarmonía para posteriormente dar cabida a una enfermedad.

 Cáncer es una enfermedad de la mente, el cuerpo y el espíritu. Una más activa y positiva actitud ayudara a combatir al enfermo de cáncer a convertirse en un sobreviviente. La rabia, la incomprensión y el no perdonar pone al cuerpo en una situación de estrés y en un medio ambiente acido, esto predispone a que los radicales libres estén a sus anchas y si esto ocurre las células se oxidan y mueren. Aprender a tener un espíritu amable y amoroso con una actitud positiva es muy beneficioso para la salud. Hay que aprender a relajarse y disfrutar de la vida.

 ¿Por qué enfermamos? Por muchas razones los humanos utilizamos la enfermedad como medio de aprendizaje. Puede ser por:

Estrés, por estar continuamente en desarmonía ya sea por disgustos continuos, rabia, celos, ira, etc. para obligarse a aprender y progresar.
Por autocompasión y para ganarse la compasión y amor de los demás.
Para averiguar algo acerca de la responsabilidad personal.
Para conseguir el cariño y las atenciones de otras personas.
Como ayuda para enseñar a otros.
Para purificar el organismo de las toxinas acumuladas a lo largo del tiempo.
Por falta de amor hacia nosotros.
Como vía para llegar a una transición a la cual llamamos muerte.

Los motivos de cada persona son exclusivos y la responsabilidad del sanador, en parte, estriba en ayudarle a descubrir las pautas que han desencadenado ese desequilibrio físico. Desde luego nunca se puede sanar completamente un enfermo sin un requisito básico “Amarse y querer sanarse”.

 El cuerpo humano posee una capacidad natural para mantener una condición interna estable y equilibrada dentro de ciertos límites o parámetros. Es la mente humana la que hace que enferme una maquina tan perfecta. Los médicos no naturistas tienen que aprender a ver al ser humano como un todo (parte física, magnética, eléctrica, mental y espiritual) y no solo como una materia física porque en general, si no se tiene en cuenta el todo y se quiere curar dando medicinas exclusivamente, solo conseguiremos poner parches a la enfermedad pero no van a la raíz del problema. 

Cuando un paciente viene a una consulta médica solo te indica donde le duele pero tenemos que saber que si hay una enfermedad es porque hay algo en la vida del paciente que está en desarmonía. 

Sanando esa parte emocional enferma se sanará el cuerpo físico. También tenemos que tener en cuenta el karma personal de la persona. Hay personas que nunca han fumado, son naturistas y sin embargo enferman de cáncer de bronquios. Las personas que tienen a su alrededor se preguntan, ¿cómo es posible un hombre que ha llevado una vida tan saludable enferme de cáncer? Seguramente su karma era que tuviera esa enfermedad. Tal vez en otra vida ha debido maltratar su cuerpo y ahora en la presente está pagando las consecuencias, o también puede ser que tenía que pasar por esa experiencia. A veces no es como castigo sino que simplemente llegó su tiempo y eligió esta enfermedad para que los que están en su entorno aprendan una o varias lecciones.

miércoles, 20 de junio de 2018

EL PODER DEL KARMA

La verdad y la fuerza impulsora que hay tras la reencarnación es lo que recibe el nombre de karma. 

El karma es más acertado concebirlo como la ley infalible de causalidad que rige el universo. La palabra karma significa literalmente «acción, acto», y designa tanto el poder latente que hay en las acciones como las consecuencias que se derivan de nuestros actos.

 En términos sencillos, ¿qué significa el karma? Significa que todo lo que hacemos, con el cuerpo, el habla o la mente, tiene su resultado correspondiente. Toda acción, aun la más insignificante, está preñada de consecuencias. Dicen los maestros que incluso un poco de veneno puede causar la muerte, y que incluso una semilla minúscula puede convertirse en un árbol enorme. Y otro dijo: «No descuides las acciones negativas sólo porque son pequeñas; por pequeña que sea una chispa, puede incendiar un pajar grande como una montaña». Y también: «No descuides las buenas acciones pequeñas creyendo que no aportan ningún beneficio; incluso las menores gotas de agua acaban llenando un recipiente enorme». 

El karma no se deteriora como las cosas externas ni se vuelve jamás inoperante. No puede ser destruido «por el tiempo, el fuego ni el agua». Su poder no desaparece nunca, hasta que madura. Aunque quizá las consecuencias de nuestras acciones no hayan madurado aún, lo harán inevitablemente cuando se den las condiciones adecuadas. Por lo general, tendemos a olvidarnos de lo que hacemos, y las consecuencias no nos dan alcance hasta mucho después, cuando ya no somos capaces de relacionarlas con sus causas. 

 Los resultados de nuestras acciones suelen presentarse tarde, incluso en vidas futuras; no podemos atribuirles una causa, porque cualquier acontecimiento puede ser una combinación complejísima de muchos karmas que han madurado juntos. Así, tendemos a suponer que las cosas nos ocurren «por casualidad», y cuando todo va bien lo achacamos a la «buena suerte». Sin embargo, ¿qué otra cosa, si no el karma, permite explicar de un modo satisfactorio las pronunciadas y extraordinarias diferencias que hay entre nosotros? Aunque hayamos nacido en el mismo país o en la misma familia, o en circunstancias semejantes, todos tenemos un carácter distinto, nos suceden cosas completamente distintas, tenemos distintos talentos, inclinaciones y destinos.

Dijo un maestro: «Lo que eres es lo que has sido, lo que serás es lo que haces ahora». Otro aún fue más lejos: «Si quieres conocer tu vida pasada, contempla tu estado presente; si quieres conocer tu vida futura, contempla tus acciones presentes».

 La clase de nacimiento que tendremos en la próxima vida viene determinado, pues, por la naturaleza de nuestras acciones en ésta. Y es importante no olvidar nunca que el efecto de nuestras acciones depende por completo de la intención o motivación a que responden, y no de su envergadura.

 Así pues, es nuestra motivación, ya sea buena o mala, la que determina el fruto de nuestros actos. Todo la dicha que hay en este mundo, toda proviene de desear que los demás sean felices; y todo el sufrimiento que hay en este mundo, todo proviene de desear ser feliz yo.

 Puesto que la ley del karma es inevitable e infalible, cada vez que perjudicamos a otros nos perjudicamos directamente a nosotros mismos, y cada vez que les proporcionamos felicidad, nos proporcionamos a nosotros mismos felicidad futura. 


 El karma, pues, no es fatalismo ni predestinación. Karma es nuestra capacidad de crear y cambiar. Es creativo, porque podemos determinar cómo y por qué actuamos. Podemos cambiar. El futuro está en nuestras manos, y en manos de nuestro corazón. 

 ”El karma lo crea todo, como un artista,   
el karma compone, como un bailarín.” 

Dado que todo es impermanente, fluido e interdependiente, nuestra forma de obrar y pensar modifica inevitablemente el futuro. No hay ninguna situación, por desesperada o terrible que parezca, como una enfermedad mortal, por ejemplo, que no se pueda utilizar para evolucionar. Y no hay ningún crimen ni crueldad que el arrepentimiento sincero y la auténtica práctica espiritual no puedan purificar.

Se dice que  «la acción negativa tiene una buena cualidad: puede redimirse». De modo que siempre hay esperanza. Aun los asesinos y los criminales más empedernidos pueden cambiar y vencer el condicionamiento que los condujo a sus crímenes. Si la utilizamos hábilmente y con sabiduría, nuestra condición actual puede servirnos de inspiración para liberarnos de las cadenas del sufrimiento.

 Cualquier cosa que nos esté ocurriendo ahora es reflejo de nuestro karma pasado. Si sabemos eso, si lo sabemos realmente, cuando nos acosan el sufrimiento y las dificultades no los con- sideramos un fracaso o un desastre especial, ni concebimos en modo alguno el sufrimiento como un castigo. Tampoco nos acusamos ni nos dejamos llevar por el odio hacia nosotros mismos. Vemos el dolor que estamos experimentando como el cumplimiento de los efectos, los frutos, de un karma pasado. 

Los tibetanos dicen que el sufrimiento es «una escoba que barre todo nuestro karma negativo». Incluso podemos sentirnos agradecidos porque un karma está llegando a su fin. Sabemos que la «buena suerte», un fruto del buen karma, puede acabarse pronto si no la utilizamos bien, y que la «desgracia», resultado del karma negativo, en realidad puede estar ofreciéndonos una mag-  oportunidad de evolucionar.

 ¿Es realmente tan difícil ver el karma en funcionamiento? ¿Acaso no nos basta contemplar nuestra propia vida para ver claramente las consecuencias de algunos de nuestros actos? Cuan-do perjudicamos o herimos a alguien, ¿no se volvió nuestra acción contra nosotros? ¿No nos quedó un recuerdo amargo y negro, y las sombras del autodesprecio? Ese recuerdo y esas sombras son karma. Nuestros hábitos y temores también se deben al karma y son consecuencia de actos, palabras o pensamientos del pasado. Si examinamos nuestras acciones y les pres- tamos verdadera atención, veremos que hay una pauta que se repite en nuestros actos. Cada vez que actuamos de un modo negativo, la consecuencia es dolor y sufrimiento; cada vez que actuamos de un modo positivo, tarde o temprano el resultado es felicidad.

Mucha gente se siente amenazada por la realidad del karma, porque empiezan a darse cuenta de que no pueden escapar a esta ley natural. Hay quienes manifiestan un desprecio absoluto por el karma, pero en su interior albergan profundas dudas sobre su propia negación. Puede que durante el día muestren un osado desdén hacia toda moralidad, una confianza artificial y despreocupada, pero a solas por la noche su mente está con frecuencia sombría y angustiada.

 Nunca debemos olvidar que es por medio de nuestros actos, palabras y pensamientos como tenemos una elección. Y si queremos podemos poner fin al sufrimiento y a las causas del sufrimiento, y contribuir a que despierte en nosotros nuestro verdadero potencial, nuestra naturaleza de luz. Hasta que esta naturaleza de luz no esté completamente despierta y nos veamos liberados de nuestra ignorancia y nos fusionemos con la mente iluminada inmortal, la sucesión de nacimientos y muertes no tendrá fin.  Así pues, nos dicen las enseñanzas, si no asumimos la responsabilidad más amplia posible respecto a nosotros mismos en esta vida, nuestro sufrimiento se prolongará no sólo durante unas cuantas, sino durante miles de vidas.

 Es este grave conocimiento lo que hace pensar que las vidas futuras son más importantes incluso que ésta, puesto que son muchas más las que nos aguardan en el futuro. Esta visión a largo plazo rige la forma de vivir. Si sacrificamos toda la eternidad por esta vida es como si nos gastáramos los ahorros de toda la vida en tomar una copa, prescindiendo neciamente de las consecuencias.

 Pero si observamos la ley del karma y despertamos en nosotros el buen corazón del amor y la compasión, si purificamos nuestro continuo mental y despertamos gradualmente la sabiduría de la naturaleza de nuestra mente, podemos llegar a convertirnos en un ser verdaderamente humano y, en último término, iluminado.

Del “Lbro tibetano de la vida y de la muerte”.

lunes, 18 de junio de 2018

VIAJE AL INTERIOR

Nunca no se está pronto para ello ¿cierto?, hay tantas razones para viajar como lugares a donde ir.  Quizás ni siquiera tenemos que movernos del lugar en que estamos para realizar el viaje de nuestras vidas.  Por ello, hoy hablaremos de lo que significa Viajar para Ganar Espiritualidad.

Se preguntarán como es posible Viajar para Ganar Espiritualidad sin movernos físicamente de un país, de un lugar.  Pues bien, lo cierto es que la Espiritualidad nos permitirá realizar viajes increíbles.  Uno de ellos y me animaría a decir, el viaje más importante de todos, el viaje para ganar espiritualidad en todo nuestro cuerpo y alma, es el viaje interior.

Que es el viaje interior para ganar espiritualidad?

El Viaje Interior, es un viaje para ganar sabiduría, tal como podemos aprender miles de diferentes tipos de inteligencias y disciplinas, es necesario que también empecemos a educar y cultivar nuestra espiritualidad, nuestra esencia del Ser, eso que todos tenemos en el fondo, el alma, en nuestro interior. Es bueno también estudiar e investigar para poder viajar y ganar espiritualidad, todo esto alimentará nuestra alma y nuestro espíritu.

Este tipo de viaje, es un viaje revelador, mágico y doloroso también, cada paso que se avanza en él nos permitirá aprender, reaprender, caer, levantarse, avanzar, ganar y conocerse a sí mismos, de esta forma estarán acumulando sabiduría y siendo más conscientes para poder vivir saludable física, emocional y espiritualmente.

Estás son unas pequeñas recomendaciones para que puedan viajar y ganar espiritualidad.

1. Sean fieles a ustedes mismos.  No vivan pendientes del qué dirán, o de las distintas opiniones de otras personas.  Aprendan a vivir fieles a sus propios pensamientos y emociones, la opinión de ustedes puede no ser la mejor, o la única, pero no por ello deben dejar de perseguir sus sueños y metas.  Dejen de lado sus temores y miedos,la seguridad en ustedes mismos será lo que les dará la mejor experiencia.

2.  Tomen riesgos.  La vida es una sola y es corta.  Cuando quieran acordar han estado toda su vida pensando “ahora no porque puede irme mal”, “ahora no porque quizás no sea el mejor momento”.  Es ahora, es ya, es el momento, tomen el riesgo y Vivan, Vuelen, Crezcan.  Empiecen ahora. Qué lástima sería envejecer sin ver la belleza y la fuerza de sus propios potenciales. No necesitan tener todo resuelto para seguir adelante. Hagan lo mejor que puedan hasta que sepan hacerlo mejor.

3.  Piensen que Pueden.  Todo debe generar una dificultad y esto llevará a generar cambios en ustedes, dentro de ustedes.  Las dificultades, los cambios generan aprendizaje y crecimiento, harán que sus emociones se alimenten, significará que están aprendiendo.  Así que cuando un objetivo parece grande y un plan se ve difícil, empiecen, persistan a través de él por un tiempo. Lentamente irán resolviendo todo lo que se les presente en su camino, todo pueden hacerlo.

4.  Encuentren la Fuerza dentro de ustedes todos los días.  Caerán y encontrarán obstáculos, se equivocarán,, pero siempre deben mantenerse firmes y continuar. Vivimos y aprendemos, somos seres humanos, nadie es perfecto.  Que algo nos salga mal, no quiere decir que hemos perdido.  Respiremos profundamente, y volveremos a empezar.  Muchas veces encontrarán angustia a lo largo del camino, pero eso es un precio pequeño a pagar por momentos inconmensurables de amor y alegría.

 5.  No piensen en lo que podrían tener o lo que hubiera sido.  Todos queremos más o menos la misma cosa en la vida. Queremos ser felices. Podemos encontrarnos en el punto en que pensamos lo felices que eramos cuando niños, o lo felices que pensábamos seríamos cuando fuésemos grandes.  La realidad y la verdad es que la felicidad puede ser encontrada solamente justo dónde estamos ahora. La vida es demasiado corta como para gastarla en guerra consigo mismo. No la desperdicien preocupándose por lo que no es.

Y podríamos seguir enumerando miles de momentos y hechos que hacen que sus vidas sean el ahora, el hoy y no otra cosa.  Los invito a realizar este viaje interno hacia la espiritualidad y descubrir las hermosas personas que son ustedes.

FUENTE:  http://joannaprieto.com/inteligencia-espiritual-viaje-interior-sabiduria/

sábado, 16 de junio de 2018

DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL ESPÍRITU.

La Familia del Empoderamiento es un grupo de almas especialistas que han encarnado en esta Tierra en momentos críticos cuando el ciclo evolutivo llega al máximo y se restringe. Entonces la Evolución se desacelera hasta que el colectivo de la humanidad llegue a un nuevo nivel capaz de soportar el rápido crecimiento. Esta ha sido la tarea de la Familia del E y ella ha cambiado el curso de la historia muchas veces durante la evolución de la Humanidad y la historia de la Tierra. Con más de dos millones de almas en la Tierra en la actualidad, la Familia del E está aquí ahora en mayor número que nunca antes. Muchos están activos, otros están menos activos y algunos de los que ayudan sostienen la energía discretamente. Se los necesita a todos para hacer el siguiente cambio. 

Las herramientas de la Familia del E siempre han sido los Derechos Humanos y cada vez que encarnó como grupo dejó detrás una nueva comprensión de los Derechos Humanos que levantaron las restricciones y permitieron que continuase la evolución. 

El 20 de octubre de 2014, en la Re-Unión de Lightworker en Scottsdale, Arizona, el siguiente documento se colocó en la consciencia colectiva de la humanidad. Esta es la primera declaración de los derechos del espíritu. Declara los derechos del espíritu mientras experimenta una encarnación en forma humana. Al colocarlos en la consciencia colectiva de la humanidad en este momento crítico, comienza un movimiento que florecerá en una nueva perspectiva que permitirá la rápida evolución que tanto se necesita en la Tierra en este momento. 



DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL ESPÍRITU

20 de octubre de 2014.

Nosotros, los espíritus encarnados de la Tierra con el objeto de configurar una existencia mundial más pacífica en un nivel de evolución más elevado  -uno que se base en la integridad y la responsabilidad, asegure la tranquilidad mundial y doméstica, provea para el bien común, promueva el bienestar saludable y alegre y asegure la Bendición de la Libertad para nosotros y para la Posteridad- decretamos y establecemos esta Declaración de los Derechos del Espíritu. Nosotros, los Espíritus Encarnados de Soberanía Divina, sostenemos estas verdades como auto-evidentes.

1 – Todos los espíritus tienen el derecho antes de encarnar para elegir cualquier forma de expresión física para su encarnación, incluyendo sexo, forma del cuerpo, raza, credo, color, discapacidad física, línea étnica o genética.

2 – Luego de encarnar, todos los Espíritus Encarnados tienen el derecho de Libre Albedrío en todas las cosas, incluyendo el camino que elijan seguir y las elecciones que hagan respecto a los cuerpos que habitan.

3 – Todo Espíritu Encarnado tiene el derecho de elegir en cualquier momento su partida y regreso al Hogar sin perjuicio.

4 – Todos los Espíritus Encarnados tiene el derecho de elegir cualquier forma que les  refleje y conecte con el Hogar que incluya, pero no esté limitado, a la ciencia, religión, meditación, cualquier sistema o práctica de creencias. Queda entendido que hay muchos caminos al Hogar y ninguno es exclusivo.

5- Para aceptar por completo su experiencia humana y sobreponerse a los obstáculos que puedan estar bloqueando sus caminhos, todos los Espíritus Encarnados tiene el derecho de pedir inspiración a su Yo Superior, a los Reinos Angélicos, al Reino Animal, a los Elementales o cualquier  otra energía que elijan para que los ayude a re-cordar.

6 – Todos los Espíritus Encarnados tiene el derecho de modificar el guión de su vida tantas veces como lo deseen durante cada encarnación.

7 – Todos los Espíritus Encarnados tiene el mismo derecho a elevarse a su más alta expresión de luz en una encarnación sin que importe dónde comenzaron su travesía.

8 – Todos los Espíritus Encarnados tienen el derecho a evolucionar  al ritmo que elijan, incluyendo dar saltos cuánticos en consciencia, pero sin limitarse a eso.

9 –Todos los Espíritus Encarnados tienen los mismos derechos a experimentar, disfrutar y expresar la abundancia de la Tierra en todas sus formas.

10 – Todos los Espíritus Encarnados tienen el derecho inalienable a la igualdad en todas las áreas y estos son ejercitados al honrar estos valores básicos en su propia vida.

Testimoniado por los que firman abajo, nosotros establecemos en la Consciencia Colectiva esta Declaración de los Derechos del Espíritu.

http://www.paths2empowerment.com/scroll/

Traducción:  Susana Peralta


viernes, 15 de junio de 2018

SABIDURIA DE LA NATURALEZA

La naturaleza se divide en dos partes, la visible y la invisible, pero el ser humano creó otra naturaleza para satisfacer sus pasiones, sus caprichos y especialmente sus personalidades. La verdadera naturaleza es viva, tiene mucho más vida que muchos seres humanos.

Si el hombre estudiara más la naturaleza, sus leyes, sus objetivos, si se consiguiese ver y contactar a los seres que viven en la parte invisible de la naturaleza, ciertamente el planeta y su humanidad estarían en una situación completamente diferente.

Existen inteligencias en la naturaleza que miran por su propio desarrollo.

Ella tiene sus leyes propias, pero esas leyes naturales tienen sus propios administradores y cuidadores, los cuales el ser humano común no puede ver, y entonces niega su existencia. Uno de los puntos negativos en la formación educativa del ser humano es creer sólo en lo que ve con sus ojos físicos, en lo que oye, siente y huele. Sin embargo, tiene que creer en un Dios que no ve, no oye, no siente y no huele; tiene que creer en un cielo y un infierno porque esto es conveniente para ciertos sectores de la sociedad humana.

El hecho de que el ser humano no vea ni oiga o sienta seres de un nivel de inteligencia, muy superior al de él que, en cuerpos hechos de otro tipo de materia y en otra dimensión no pueden ser vistos por los sentidos humanos comunes, no los hace inexistentes.

Por eso, todos necesitan desarrollar sus sentidos místicos, despertarlos para ver, oír y sentir más allá de la materia física más densa y en otras dimensiones. No es difícil, basta tener buena voluntad, fe y encontrar los métodos correctos para el correcto desarrollo espiritual. Las inteligencias que miran por la naturaleza son seres semejantes a vosotros, pero completamente diferentes en sus evoluciones, en sus propósitos y en sus ideales.

En el Oriente, llaman a algunos de estos seres de Devas; que mìran por la parte más sutil de la naturaleza; y de los Espíritus de la naturaleza (gnomos, ondinas, silfos, salamandras; etc) los que miran por la parte más inferior de la naturaleza, más cerca del reino humano.

Sin ellos, las vidas humanas nada serían, sin embargo el hombre creó productos incompatibles que son los plásticos, los químicos, los metales, etc., que están destruyendo la naturaleza, interrumpiendo el equilibrio y la armonía en la evolución de sus especies, cambiando e influenciando los ecosistemas. La aceleración del crecimiento de animales para el sacrificio y la alimentación, está atrayendo hacia el planeta enormes cantidades de “almas-grupos” de animales que no estaban programados para surgir ya en la Tierra física. Esas “almas-grupos” de animales están en una fase primaria de evolución, lo que en relación a ellas mismas es bueno, pero en relación a las almas individualizadas y mucho más evolucionadas en este planeta es perjudicial, provocando un desequilibrio en la armonía de la evolución general del planeta , rebajando el nivel de la vibración colectiva.

El hombre, a su vez, ha estimulado el aumento exagerado de seres humanos reencarnados en la superficie del planeta, y ese aumento de población no se debe a las buenas intenciones de proporcionar oportunidades a las almas más atrasadas, y así generar una aceleración en sus evoluciones, pero sí al estímulo de las pasiones, deseos y vicios, que alteran el valor real de la verdadera vida y provocan grandes desequilibrios.

En esta situación hay dos aspectos, uno positivo y otro negativo. Este aumento exagerado de la población es positivo para las almas más atrasadas que tienen la oportunidad de evolucionar más rápidamente, pero en el aspecto colectivo es negativo, ya que rebaja el nivel vibratorio del planeta porque la mayoría de las almas reencarnadas no alcanzan su iluminación mística. No consigue la liberación de la atracción de la materia más densa, llamada simplemente materia física, y mucho menos la anulación de su karma individual y colectivo. Por eso, las almas más atrasadas irán a otra “escuela planetaria” y allí proseguirán la sublimación y el aprendizaje.

Otro aspecto negativo: el hecho de que el ser humano estimule, por la voluntad de su personalidad, el aumento de la población física en la superficie del planeta, atrajo enormes cantidades de almas de otros sistemas solares y planetarios que todavía están en una fase primitiva de evolución, volviéndose incontrolables dentro de los cuerpos físicos.

La gran cantidad de productos químicos artificiales en la naturaleza desequilibra la “química oculta” del planeta, provocando mutaciones que más tarde provocarán el surgimiento de formas mutantes de especies de vida. Ellos intentarán destruir la organización de la esencia fundamental de la vida, la cual los seres inteligentes de la naturaleza cuidan.

La extracción del petróleo del interior de la Tierra, en demasiadas cantidades, provocará el envejecimiento precoz de la Tierra y de la naturaleza, abreviando el período de vida del planeta y, por lo tanto, disminuyendo el tiempo y las posibilidades para las almas de este gran ciclo evolutivo en la Escuela Tierra.

Cuanto más pequeño es el tiempo para el aprendizaje en esta Escuela Tierra, mayor es el sufrimiento para el alma, que en cada reencarnación tendrá que agotar más karma y aprender con mucha más rapidez, provocando más dificultades y desgastes para cada alma reencarnada.

Vemos así que el ser humano, debido a la conducta indebida y ciega, se está conduciendo hacia el centro de un enorme temporal. Cuando la verdadera naturaleza llega al límite de su desgaste, las “fuerzas principales” actuarán como elementos equilibradores, echando fuera del “sistema planetario” todo lo que vibra en bandas inferiores a aquel nivel alcanzado por la evolución colectiva y natural del planeta. Las fuerzas eliminatorias o de selección, en gran parte están siendo creadas por el propio ser humano.

Es el hombre que eliminará al hombre; no por sed de venganza: la selección siempre será natural.
Las fuerzas que están debajo del “diapasón natural” se autodestruyen de diversas maneras. Los excesos tienden a autodestruirse, el odio destruye el odio, la codicia y el desequilibrio social destruyen los sistemas económicos y políticos. El exceso de población y la tendencia a tener sexo con total falta de amor, basado sólo en deseos y pasiones inferiores, está generando enfermedades hasta aquí desconocidas. El ser humano creó una vida artificial que está destruyendo al propio ser humano.

La naturaleza está colocando a la Escuela Tierra en orden y equilibrio, eliminando todo aquello que sea nocivo para ella y para la evolución de las vidas inteligentes en este planeta. El planeta está en el umbral de una gran transformación en el sentido de la vida en la Tierra. Cuando una trayectoria no está siendo seguida, grandes fuerzas surgen para corregir aquello que se ha desviado de su ruta original. La vida en el mundo físico está en una ruta completamente diferente de la original; si persiste en esa trayectoria, va a chocar y autodestruirse. Por eso, las inteligencias activas y conscientes de este planeta están modificando la ruta de colisión para volver al “Plan Original”, ayudadas por inteligencias activas conscientes de otros Sistemas Solares.

Debéis buscar dentro de vosotros los instrumentos naturales para corregir la trayectoria de vuestras vidas humanas y volver a vuestra “Ruta Original” -el camino de vuestra iluminación mística-, y a vuestro “doctorado” en esta Escuela Tierra, a vuestra liberación final.


domingo, 10 de junio de 2018

QUIÉN ERES? QUE EDAD TIENES?




KRYON.
.......

Esto va a sonar fantástico, increíble, si no lo has oído anteriormente. ¿Qué edad tiene tu alma? Tu alma es única. Esta alma que tienes tiene en realidad un nombre energético. Cuando no estás aquí, extrañamente ese nombre está asociado con la luz y la música: vibración. ¿Puedes imaginar un lugar donde la luz y la música sean la misma vibración, donde puedes oír la luz, donde las sonoridades de la mejor presentación musical pueden mostrarse en luz que puedes oír? ¿Puedes imaginar ver tu nombre en esa luz por dondequiera que vas? Ese eres tú, del otro lado del velo, oh, querido ser humano.

La humanidad por sí misma es temporaria. Tu alma es para siempre: siempre ha sido, siempre será, y es lo que está dentro de ti ahora. Regresemos.

Me gustaría contarte algo. Antes de que esta Tierra se enfriara, estabas en otro lugar, resolviendo este mismo rompecabezas. Eres un alma muy antigua. Le hablo a quienes están sentados frente a mí en este lugar. Algunos de ustedes lo sienten intuitivamente, otros no. Pero les diré esto: esta experiencia de aprendizaje de energía diferente ha sido hecha antes - por ustedes.

La galaxia es bastante antigua; la Tierra es bastante joven. Tu alma estaba en esta galaxia, haciendo este tipo de cosas en un cuerpo parecido al que tienes ahora, hace millones de años. ¡Millones! Eso es lo que haces.

Algunos han dicho: "Kryon, ¿por qué estás tan enamorado de la humanidad?" Estoy enamorado de las almas que en este momento se llaman humanas, porque veo las cosas profundas que ya han hecho, en otros lugares, en otros planetas, en esta galaxia. Déjenme decirles algo: aún antes de que se enfriara esta Tierra, había una proyección con libre albedrío. La humanidad en este planeta podría hacer una elección para cambiar la luz. ¿Cuál era la profecía, cuando ustedes nacieron? El fin, ciertamente. Una guerra mundial, ciertamente. Estaban en camino para hacer lo que habían hecho otras cuatro civilizaciones en este planeta, en otros planetas. Una autodestrucción casi total y un nuevo comienzo desde cero; esa era su profecía. Incluso en sus lugares sagrados, en las construcciones a las que acudían a orar, se hablaba de las escrituras que decían que era el fin, ya saben. Todo cambiará, ya saben. Hasta ellos lo tenían. Miren sus películas actuales, ellas lo muestran. 

Nadie esperaba que ustedes estuvieran aquí en 2018. Ustedes no tienen una profecía; no hay escrituras que hablen de nada después del año 2000 ¡y mucho menos después de 2012! ¿Se dan cuenta de eso? ¡No hay profecía sobre ustedes ahora! Excepto una: se la dieron los Mayas. Y los indígenas de todo el planeta lo vieron en las estrellas. Se dieron cuenta de que la precesión de los equinoccios sería el fin del comienzo del planeta, y ustedes se encaminaban a eso.

Ahora déjame preguntarte, alma antigua, antigua, antigua: si este planeta iba a dar vuelta las cosas y este planeta iba a entrar en la luz, habría una reunión en el cielo de almas desde toda la galaxia, que dirían "'¡Este planeta de libre albedrío llamado Tierra va a lograrlo! ¿Quién quiere estar allí?" (se ríe). Y los que levantaron la mano dijeron: "Yo iré, porque ya lo hice antes. Ya sé qué esperar. Suprimiré el miedo. Eliminaré todas esas cosas que como humano no comprenda, y dentro de mí, esotéricamente, sabré que soy parte de un Cambio de la Luz que solo ha sucedido unas pocas veces en la galaxia y la historia del Universo. Porque soy especialista en la luz." Eso son ustedes, cada uno en esas sillas. No están aquí solo con propósito; están aquí porque levantaron la mano, porque son especialistas, y estas son las cosas que van a empezar a ocurrirles. Cómo extender su vida, eso les contaré esta noche. 

¿Cómo me puedo limpiar, para poder ser un ejemplo y mostrar más luz? ¿Cómo envío luz a los lugares difíciles? ¿Cómo luego cambio el planeta, sencillamente desde mi casa? Porque ya lo han hecho antes. No están aquí solo con propósito: están aquí por designio. Y algunos dirán: "No lo sé, Kryon; me gustan las palabras, pero ciertamente no me siento así." Déjenme decirles, queridos, sentirlo así está justo sobre su regazo, o sea, es su opción sentirlo así o no.  

Ponerse de pie en la luz en lugar de en la oscuridad; hablaremos de eso. Hemos hablado de eso, y de cómo se ven a sí mismos, y los hábitos que tienen; discutiremos eso un poco más tarde. Queridos, pueden cambiar su entorno, cómo son percibidos, cómo piensan sobre las cosas, cómo su cuerpo reacciona ante las cosas, cómo les gustaría a algunos mirar a las enfermedades a la cara y reírse, porque ya no pueden estar ahí. Porque van a empezar a elevar su vibración más alto que lo que hayan tenido jamás. Estoy hablándole a tres personas en este salón; ¿me están oyendo? Para eso vinieron a sentarse aquí: para que yo les hablara. Para decirles que Dios conoce su nombre en luz; no están aquí para sufrir.

Alma antigua, quiero que te sientes y te sientas cómoda de saber que eres mucho más antigua que el planeta, y que mereces estar aquí. Y que hay trabajo por hacer, que se te empieza a ocurrir, y ese trabajo está dentro de ti. La luz atrae a la luz; ya lo hemos dicho antes. La luz ahuyenta a la oscuridad; ya se lo dijimos. Estas son metáforas; pero son realmente verdaderas. El ser humano que se para con la oscuridad a su alrededor, no atrae nada más que oscuridad. El ser humano que sale del agujero de la oscuridad y empieza a pedir luz, recibirá luz. ¡Esa es la promesa! Y empezarán a verlo y creerlo por cómo se sienten y por lo que pasa con su cuerpo. Son eternos, realmente lo son. Su alma continuará mucho tiempo después de haberse ido como ser humano, tal vez esperando el próximo planeta de libre albedrío. Dicho sea de paso, está allí esperando. Eso es lo que ustedes hacen.

Pero esta época ahora, durante este Cambio, es la más excitante; ir de la vieja energía a la nueva energía es incómodo, porque tienes un manto con que naciste, que es oscuro. Ese manto se está desprendiendo y descartando, hasta que puedas completar el círculo en la Luz igual que lo hiciste antes. Esto es quien tú eres. ¿Estás aquí a propósito? Con todo lo que está sucediendo en el planeta, ¡oh, sí!

Cierro con esto: te desafío. Anda, ve y mira las noticias. Anda, mira algo muy, muy dramático, y el anunciador lo hará aún peor (se ríe). Te desafío a que sonrías, y te rías, y digas, "Sí, ya vi esto antes. Solo esperen, solo esperen." Porque en algún nivel tienes todo el conocimiento, porque lo hiciste antes, has estado allí antes. Es como ver a los niños, desorientados, sin saber qué pasará después, y ustedes sí saben. Párense erguidos, en la luz, queridos seres humanos. Porque por eso han nacido en esta época, para estar aquí ahora.

"Oh, Kryon mira la edad que tengo." (se ríe). Vamos a hablar de la edad que tienes, un poco más tarde. Esto es suficiente por ahora. Realmente sé quién está aquí, y es por eso que estoy tan enamorado de todos ustedes, porque realmente sé lo que han hecho, Habrá pocos en esta plataforma o cualquier otra en esta Tierra que sepan quiénes realmente han sido ustedes. Oh, yo soy Kryon del Servicio Magnético: realmente sé quiénes son.

Y así es.

Kryon


Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar
Canalización de Kryon por Lee Carroll
Montreal, Quebec, Canadá, 7 de Abril de 2018

sábado, 9 de junio de 2018

PREPÁRATE PARA MORIR

Es muy triste que la mayoría sólo empecemos a apreciar la vida cuando estamos a punto de morir. 

Quienes creen que disponen de mucho tiempo sólo se preparan en el momento de la muerte. Entonces los desgarra el arrepentimiento. Pero, ¿no es ya demasiado tarde?. 

¿Qué observación sobre el mundo moderno podría ser más escalofriante que la de que casi todos mueren sin estar preparados para la muerte, tal como han vivido sin estar preparados para la vida? 
Podemos utilizar nuestra vida para prepararnos para la muerte. No tenemos que esperar a que la dolorosa muerte de un ser querido o la conmoción de una enfermedad terminal nos obliguen a examinar nuestra vida. 

Tampoco estamos condenados a ir a la muerte con las manos vacías, al encuentro de lo desconocido. Podemos empezar aquí y ahora a encontrarle un sentido a nuestra vida. Podemos hacer de cada instante una oportunidad de cambiar y prepararnos, de todo corazón, con precisión y serenidad, para la muerte y la eternidad.

 La vida y la muerte se perciben como  un todo único, en el cual la muerte es el comienzo de otro capítulo de la vida. La muerte es un espejo en el que se refleja todo el sentido de la vida.

Si nos negamos a aceptar la muerte ahora, cuando aún estamos vivos, lo pagaremos muy caro durante toda nuestra vida, en el momento de la muerte y después de ella. Los efectos de tal negativa repercutirán sobre esta vida y sobre todas las vidas por venir. No podremos vivir plenamente; quedaremos aprisionados justamente en aquel aspecto de nosotros mismos que debe morir. Esta ignorancia nos robará la base del viaje hacia la Iluminación y nos mantendrá atrapados eternamente en el reino de la ilusión, el ciclo incontrolado del nacimiento y la muerte, ese océano de sufrimiento que los budistas denominan samsara.

 Sin embargo, el mensaje fundamental de las enseñanzas budistas es que, si estamos preparados, existe una enorme esperanza, tanto en la vida como en la muerte. Las enseñanzas nos revelan la posibilidad de una libertad asombrosa y en último término ilimitada por la que podemos empezar a trabajar ahora mismo, en la vida; una libertad que nos permitirá también elegir nuestra muerte y, por ello, elegir nuestro nacimiento. Para la persona que se ha preparado y ha practicado, la muerte llega no como una derrota, sino como un triunfo, el momento más glorioso que corona toda la vida.

Para empezar a privar a la muerte de su mayor ventaja sobre nosotros, adoptemos una actitud del todo opuesta a la común; privemos a la muerte de su extrañeza, frecuentémosla, acostumbrémonos a ella; no tengamos nada más presente en nuestros pensamientos que la muerte.  No sabemos dónde nos espera la muerte: así pues, esperémosla en todas partes. Practicar la muerte es practicar la libertad. El hombre que ha aprendido a morir ha desaprendido a ser esclava. 

Cuanto más tardamos en afrontar la muerte, cuanto más la borramos de nuestros pensamientos, mayores son el miedo y la inseguridad que se acumulan para acosarnos. Cuanto más intentamos huir de ese miedo, más monstruoso se vuelve.

 La muerte es, en efecto, un enorme misterio, pero de ella se pueden decir dos cosas: es absolutamente cierto que moriremos, y es incierto cuándo y cómo moriremos. La única certeza que tenemos, pues, es esta incertidumbre sobre la hora, la cual nos sirve de excusa para postergar el afrontar la muerte directamente. Somos como niños que se tapan los ojos jugando al escondite y se figuran que nadie puede verlos.
 ¿Por qué vivimos en tal terror a la muerte? Porque nuestro deseo instintivo es vivir y seguir viviendo, y la muerte es el cruel fin de todo lo que consideramos familiar. Tenemos la sensación de que, cuando llegue, nos veremos sumergidos en algo del todo desconocido, o que nos convertiremos en alguien completamente distinto. Imaginamos que nos encontraremos perdidos y confusos, en un ambiente extraño y aterrador. Nos imaginamos que será algo así como despertar en medio de una tormenta de ansiedad, solos en un país extranjero, sin conocer el territorio ni el idioma, sin dinero, sin conocer a nadie, sin pasaporte, sin amigos...

 Quizá la razón más profunda de que temamos a la muerte es que ignoramos quiénes somos. Creemos en una identidad personal, única e independiente, pero, si nos atrevemos a examinarla, comprobamos que esta identidad depende por completo de una interminable colección de cosas que la sostienen: nuestro nombre, nuestra «biografía», nuestras parejas y familiares, el hogar, los amigos, las tarjetas de crédito... Es de este frágil y efímero sostén de lo que depende nuestra seguridad. Así que, cuando se nos quite todo eso, ¿tendremos idea de quiénes somos en realidad?

Cuando muramos lo dejaremos todo atrás, sobre todo este cuerpo al que tanto hemos apreciado, en el que tan ciegamente hemos confiado y al que con tantos esfuerzos hemos procurado mantener vivo.

En el momento de la muerte vivimos la total separación de nuestro verdadero yo inmortal de su casa temporal, es decir, del cuerpo físico. Este yo inmortal es llamado también alma o entidad. Si nos expresamos simbólicamente, podríamos comparar este yo, liberado del cuerpo terrestre, con la mariposa que ha abandona el capullo de seda. Desde el momento en que dejamos nuestro cuerpo físico nos damos cuenta de que no sentimos ya ni pánico ni miedo ni ansiedad. Nos percibimos a nosotros mismos como una entidad física integral. Siempre tenemos conciencia del lugar de la muerte, ya se trate de la habitación donde transcurrió la enfermedad, de nuestro propio dormitorio en el que tuvimos el infarto o del lugar del accidente de automóvil o avión. Reconocemos muy claramente a las personas que forman parte de un equipo de reanimación o de un grupo que intenta sacar los restos de un cuerpo del coche accidentado. Estamos capacitados para mirar todo esto a una distancia de metros sin que nuestro estado mental esté verdaderamente implicado. 

Cada vez se piensa más  en lo hueca y fútil que puede ser la vida cuando se funda en una falsa creencia sobre la continuidad y la permanencia. Cuando vivimos así, nos convertimos en inconscientes cadáveres vivientes.

 La mayoría vivimos según un plan preestablecido. Pasamos la juventud educándonos. Luego buscamos un trabajo, conocemos a alguien, nos casamos y tenemos hijos. Compramos una casa, procuramos que nuestro negocio tenga éxito, intentamos realizar sueños, como tener una casa de campo o un segundo automóvil. Nos vamos de vacaciones con nuestras amistades. Hacemos proyectos para la jubilación. Los mayores dilemas que algunos de nosotros hemos de enfrentar son dónde pasar las próximas vacaciones o a quién invitar por Navidad. Nuestra vida es monótona, mezquina y repetitiva, desperdiciada en la persecución de lo banal, porque al parecer no conocemos nada mejor.

 El ritmo de nuestra vida es tan acelerado que lo último en que se nos ocurriría pensar es en la muerte. Sofocamos nuestro miedo secreto a la impermanencia rodeándonos de más y más bienes, de más y más cosas, de más y más comodidades, hasta que nos vemos convertidos en sus esclavos. Necesitamos todo nuestro tiempo y toda nuestra energía simplemente para mantenerlos. Nuestra única finalidad en la vida pronto se convierte en conservarlo todo tan seguro y a salvo como sea posible. Cuando se produce algún cambio, buscamos el remedio más rápido, alguna solución ingeniosa y provisional. Y así, a la deriva, va pasando nuestra vida hasta que una enfermedad grave u otra calamidad nos saca de nuestro estupor.

 No es que dediquemos mucho tiempo ni mucha reflexión a esta vida, tampoco. Piense en esas personas que trabajan durante años y luego tienen que retirarse, sólo para descubrir que no saben qué hacer con su vida a medida que envejecen y se acerca la muerte. Aunque mucho hablamos de ser prácticos, esto  significa ser miopes, muchas veces necia o egoístamente. Nuestra miope concentración en esta vida, y sólo en esta vida, es el gran engaño, el origen del sombrío y destructivo materialismo del mundo moderno. No se habla de la muerte ni se habla de la vida tras la muerte porque se hace creer a la gente que hablar de estas cosas sólo sirve para estorbar nuestro «progreso» en el mundo.

 Sin embargo, si nuestro deseo más profundo es vivir y seguir viviendo, ¿por qué insistimos ciegamente en que la muerte es el fin? ¿Por qué no intentamos al menos explorar la posibilidad de que exista una vida más allá? ¿Por qué, si somos tan pragmáticos como pretendemos, no empezamos a preguntarnos seriamente dónde está nuestro futuro real? Después de todo, solo algunos  viven  más de cien años. Y después de eso se extiende toda la eternidad, sin ser tenida en cuenta. 
Un importante maestro del siglo XII, Drakpa Gyaltsen, dijo: «Los seres humanos se pasan la vida entera preparando, preparando, preparando... y llegan a la próxima vida sin estar preparados». 
Quizá los únicos que de veras comprenden cuan preciosa es la vida son aquellos que conocen su fragilidad. Sólo hay  un mensaje que dar: que nos tomemos la vida y la muerte, en serio.

 Que nos tomemos la vida en serio no quiere decir que debamos pasarla toda meditando. En el mundo moderno hemos de trabajar y ganarnos la vida, pero no debemos enredarnos en una existencia  sin prestar ninguna consideración al sentido profundo de la vida. Nuestra tarea consiste en encontrar un equilibrio, encontrar el camino del medio, aprender a no volcarnos en preocupaciones y actividades, sino a simplificar nuestra vida cada vez más. La clave para encontrar un equilibrio feliz en la vida moderna es la sencillez.

 Esrte es el verdadero sentido de la palabra disciplina. Así pues, la disciplina consiste en hacer lo que es justo o apropiado; es decir, en una época excesivamente complicada, simplificar nuestra vida.
 De allí surge la paz mental: tendrá usted más tiempo para dedicarse a las cosas del espíritu y al conocimiento que sólo la verdad espiritual puede proporcionar, y que le ayudará a afrontar la muerte.

Todos somos enviados a la Tierra para descubrir y aprender ciertas cosas. Por ejemplo, a compartir más amor, a tratarnos con más amor los unos a los otros. A descubrir que lo más importante son las relaciones humanas y el amor, y no las cosas materiales. Y a darnos cuenta de que hasta la última cosa que uno hace en su vida queda registrada, y que, aunque uno no piense en ella y la deje de lado, siempre acaba surgiendo más tarde.  

Lo que hayamos hecho con nuestras vidas es lo que somos cuando morimos. Y cuenta todo, absolutamente todo.

Una de las principales razones por las que tanto nos cuesta y tanta angustia nos produce afrontar la muerte es que ignoramos la verdad de la impermanencia. Tan desesperadamente deseamos que todo siga como está que hemos de creer que las cosas siempre continuarán igual. Pero eso sólo es una ficción. 

En el momento del nacimiento cada uno de nosotros ha recibido la chispa divina que procede de la fuente divina. Esto quiere decir que llevamos una parte de este origen, y gracias a ello nos sabemos inmortales.

 Mucha gente empieza a comprender que el cuerpo físico no es más que una casa, un templo, como nosotros solemos llamarle, el «capullo de seda» en el que vivimos durante un cierto tiempo hasta la transición que llamamos muerte. Cuando llega la muerte abandonamos el capullo de seda y somos libres como una mariposa. 

Cuando se reflexiona sobre la definición de la muerte, muy pronto se comprende que nos referimos únicamente al cuerpo físico, como si el hombre sólo fuera esa envoltura. 

El hombre existe sobre el planeta Tierra desde hace 47 millones de años. Y en su forma actual, con su dimensión divina, desde hace 7 millones de años. Cada día los hombre mueren por todas parte. Y nuestra sociedad, sin embargo, no ha realizado ningún esfuerzo para estudiar la muerte y llegar a una definición actualizada y universal de la muerte humana, mientras que ha triunfado enviando hombres a la luna y logrando igualmente que regresaran sanos y salvos. ¿No resulta extraño?.