sábado, 15 de julio de 2017

BULLYING ESPIRITUAL.

Es un comportamiento que se caracteriza básicamente por maltratar, humillar y agredir física o psíquicamente a otro ser. Así como también burlarse de él, ignorarlo, asustarlo y dejarlo de lado sistemáticamente. La principal característica de esta conducta es que suele prolongarse en el tiempo y va dirigida a una única persona, con el único objetivo de dañarla intencionalmente. Esta situación genera un conflicto muy grave que no sólo afecta al ser acosado, sino también al entorno en el que se mueve.

 He aquí algunos ejemplos de Bullying Espiritual: Burlarse de la creencia del otro ser. Poner sobrenombres ofensivos, hablar mal de él o ella. Dejarlo fuera de todos los grupos. Escribir leyendas en su contra, no dirigirle la palabra, hostigarlo, amenazarlo, empujarlo, maltratarlo, romper sus pertenencias u obligarlo a que haga algo en contra de su voluntad. La persona que hostiga a otros por sus creencias, por lo general le cuesta respetar el espacio de los otros. Es una persona muy egoísta porque no puede colocarse en el lugar del otro con facilidad y comprender que cada uno tiene su propio camino en la elevación de su espíritu. Le cuesta reconocerlo, es agresivo, violento y no tiene la capacidad de pedir disculpas o reparar una conducta considerada inapropiada.

 Es rebelde, inquieto, irrespetuoso, egoísta, sobre todo le cuesta adaptarse a las normas de convivencia dentro de una sociedad. No acepta los límites con facilidad. Tiene reacciones impulsivas. Es autoritario y agresivo de palabra. Suele tener mal comportamiento en su vida y dentro del contexto familiar. No posee educación ni cultura espiritual. En una persona abocada a las emociones del sentir y a los placeres que el Sistema le proporciona.

 Son seres que no desean saber de temas profundos porque tienen miedo a lo desconocido o que los desnivele de sus placeres mundanos, de su vida cómoda y repetitiva, no rompen esquemas establecidos, no quieren renunciar a nada porque viven inmersos en las emociones que les produce gusto y satisfacción. Debemos reiterar que son personas generalmente muy temerosas e inseguras.
 Generalmente son personas tristes, se aíslan y sufren episodios de ira y enojo. Se muestran irritables. Tienen dificultades para dormir (pesadillas y miedos). Presentan retraimiento y falta de comunicación familiar. Se quejan reiteradamente. No quieren salir de casa o realizar actividades que antes disfrutaban. Se vuelven agresivos con sus hermanos. Se aíslan de sus amigos. Demuestran trastornos de alimentación. Y muchos de ellos viven dentro de los vicios y adicciones.

 Como ven son personas anti-sociales y esto más que ira debe despertar la Compasión por parte de los seres Despiertos Espiritualmente. De todas maneras la persona que acosa a otro ser y aquel que se deja acosar, ambos tienen problemas de comportamiento de carácter y personalidad. El primero porque al tener pensamientos negativos  alimenta las emociones enfermas, y el otro “aparentemente” posee pensamientos sanas, pero la debilidad de su carácter espiritual, por creencias distorsionadas que le enseñaron dar la otra mejilla, permite el acosamiento sin colocar “orden” en su vida y en todo lo que lo rodea. Por lo tanto ambos permiten el Bullying en otros seres y en sí mismos.

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