Imagina un delicioso banquete dispuesto ante ti, con toda clase de comidas y manjares imaginables. Todo está hermosamente presentado, las cantidades y raciones son ilimitadas; puedes comer cuanto quieras de cuanto te apetezca. Sin embargo, antes de ponerte a la mesa, debes elegir un plato donde poder servirte la comida. Los platos disponibles son de diferentes tamaños, desde muy pequeños a platos enormes.
El tamaño del plato que elijas determinará la cantidad de comida que podrás servirte en él.
Aunque lleguen con mucha hambre, algunas personas elegirán el plato más pequeño, porque creen que eso es todo lo que merecen.
Otras elegirán un plato pequeño porque temen que los demás les consideren ávidas o codiciosas.
Otras elegirán los platos más grandes, no porque se crean más merecedoras, sino porque tiene miedo de que la comida se agote antes de poder terminar de servirse.
Algunas creen que se merecen lo mejor del banquete y querrán asegurarse de que les toca más que a los demás.
Algunas no tomarán ningún plato porque no creen estar invitadas al banquete.
Sólo algunas elegirán el plato que realmente quieren porque sea el que simplemente llame su atención.
El banquete representa la abundancia ilimitada que está disponible para nosotros, tanto a nivel espiritual como a nivel energético y material. Los platos representan cuánto amor, alegría y abundancia podemos aceptar en nuestra vida. El tamaño del plato que elegimos viene determinado por cuánto creemos merecer del banquete de la vida, no importa cuánta comida nos gustaría poner en él. Si consideramos nuestra vida como un banquete, quizá creamos que es momento de elegir un plato más grande. Porque, si no tenemos lo suficiente de algo no quiere decir que no esté disponible para nosotros, sino que debemos elegir conectar con eso que deseamos y poder así recibir más.
No hay límites a la abundancia infinita del Universo: es algo que a los seres humanos les cuesta mucho asimilar. Al vivir en sociedades donde sólo unos pocos parecen disfrutar de lo “mejor” y de “más” de todo, muchos pueden tener la sensación de que existe tan sólo una cantidad limitada de recursos, y de que no hay suficiente para que todos dispongan de todo. De hecho, si todos pudieran tenerlo todo, no habría necesidad de establecer comparaciones.
Al margen de donde estés en tu vida, elige tomar conciencia de las posibilidades que te ofrece el banquete dispuesto ante ti y aprende a disfrutar de la fiesta que hay ante tus ojos. Elige el plato más grande que te guste y llénalo hasta rebosar. No importa si el plato que elegiste en el pasado era pequeño; ahora puedes cambiar de idea y elegir cantidades mucho más abundantes del banquete limitado que el universo pone a tu disposición cada día.
Este artículo es un mensaje canalizado del arcángel Uriel
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