SUPERAR EL EGO Y
ALCANZAR LA CONCUENCIA SUPERIOR.
La persona con
"problema de ego" se considera que es jactanciosa, egoísta,
desdeñosa, vanidosa y, por lo general, desagradable, o también, la persona
dedicada al odio, la malicia y la destrucción.
También se ha
considerado al ego como algo que está dentro de nosotros, controlando nuestra
vida cotidiana, presionándonos para que mostremos una "buena
imagen". Atención: Se puede ser
altruísta y bondadoso para mostrarse ante los demás... y eso también es ego.
Otra definición del
"ego": "Consideremos al
ego como la idea que cada uno de nosotros tiene de sí mismo. Es decir, que el
ego no constituye mas que una idea, una ilusión, pero una ilusión que ejerce gran
influencia". Nadie ha visto al ego. Se trata más bien de un fantasma que
aceptamos que controle nuestra vida. El problema es que mantener esta
ilusión puede impedirle conocer su verdadero yo, su esencia espiritual.
Opinamos que el ego
es una disposición del pensamiento errónea que intenta presentarle como a usted
le gustaría ser, en lugar de cómo es en realidad.
En esencia, el ego,
la idea de uno mismo, la máscara, el papel que estamos desempeñando; supone una
forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. A esta máscara social (el
ego) le gusta la aprobación, quiere controlar situaciones y personas, y
se apoya en el poder porque vive en el temor.
SUGERENCIAS PARA
SUPERAR EL EGO Y ALCANZAR LA CONCIENCIA SUPERIOR
Las siguientes
sugerencias le ayudarán a ponerse en contacto con el ego y superarlo:
* Intente conocer
su ego y determinar cuando su ego influye y domina su vida. Pregúntese: ¿Estoy
escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?
A medida que vaya
adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo y entrar en
la conciencia superior.
* Comience a llevar
la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre "yo". Al no
centrarse en su propia persona estará superando el ego.
* Comience a
considerar su ego como una entidad que le acompaña y que tiene un propósito. Es
invisible y siempre está a su lado.
Trata de
convencerlo de que usted está separado de Dios, de su superioridad respecto de
otros, y de que es "especial". El quiere que usted se sienta
ultrajado cuando recibe un trato incorrecto, cuando lo insultan, cuando no lo
acarician; ofendido cuando no sale con la tuya, herido cuando pierde en una
competición. Primero conoce a esta entidad. Luego se percata de que está
obrando en usted. Por último, se libre de ella.
* Escuche a los
demás y no se centre en sí mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo
que la otra persona está diciendo y en lo que siente. Luego responda con una
frase que empiece por "tú, usted". Esto se denomina escucha activa.
Es una manera de contener el ego y permitir que participe el yo espiritual.
* Resista el hábito
de permitir que el ego domine su vida.
Cuanto más se
resista a permitir que su ego sea quien controle su vida, más pronto llenará el
espacio que antes ocupaban las exigencias de su falso yo.
* Practique la
meditación diaria o el acallar su mente para deshacer la ilusión de que está
separado del universo y que todas las almas son extensiones de la energía de
Dios. Comenzará a tratar a los demás como le agradaría que lo tratasen a usted.
Se sentirá conectado con todo y con todos.
* Trate de borrar
de su mente la palabra "especial". Especial implica mejor que, o más
importante que. Niega que Dios habita en cada uno de nosotros. Todos somos
especiales a los ojos de Dios: por lo tanto, nadie necesita la etiqueta de
“especial”. No hay favoritos. No se relega a nadie.
Todos somos Uno.
* Escriba un
diario. Trate de describir en que le beneficia sentirse ofendido. Lo que lo
ofende es obra de su ego. No pretenda que el mundo debería ser como usted es y
no como en realidad es.
* Dé más de sí
mismo y pida menos a cambio. León Tolstoy, pasó de ser un egocéntrico a ser un
servidor de Dios, luego de aprender muchas lecciones y pasar por tribulaciones.
Y escribió lo siguiente: "El único significado de la vía es servir a la
humanidad". Sea quien acaricie. Sea quien da cariño.
* Recuérdese cada
día que el más alto culto que puede rendírsele a Dios es servir a la humanidad,
y que mediante ese acto su yo espiritual se sentirá realizado.
* Ponga fin a la
búsqueda externa de la libertad y conozca el sabor de la auténtica libertad que
es la comunión con su yo espiritual.
La auténtica
libertad no necesita nada para demostrar su existencia. Sólo siendo
auténticamente libre podrá amar, porque no existe amor sin libertad. La falsa
libertad exige que tenga a la mano algo que dé fe de su existencia.