Los
seres humanos hemos sido educados para comparar y programados para comparar,
para comparar siempre; la envidia es comparación. No paras de compararte con
todo aquel que pase por tu lado y el resultado será una gran envidia.
Toda
tu vida te estás comparando, si por el contrario, dejas de comparar, la envidia
desaparece. Lo único que sabes es que tú eres tú y que no eres nadie más.
La
comparación es una actitud muy ridícula puesto que cada persona es única e
incomparable, una vez que asimiles y te convenzas de esta afirmación, la
envidia desaparecerá y así evitarás que dentro de ti se genere algún tipo de
patología que pueda afectarte a corto plazo. Recuerda que el origen de la
mayoría de las enfermedades es mental.
Cada
cual es único e incomparable. Solo eres tú mismo: no ha habido ni habrá nadie
como tú, ni tienes porqué parecerte a nadie.
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