sábado, 31 de enero de 2015

EL ESPIRITU

Cuando el Hijo-Pensamiento fue creado, el creador le otorgó el Libre Albedrío, eso significaba que él podía hacer con su alma lo que quisiera. Podía degradarla con experiencias y vivencias impuras o podía elevarla y transformarla en una realidad divina y eterna. Es aquí que el Hijo-Pensamiento escogió el sendero de su existencia. Si degradaba su alma se quedaría solo con la vida, y si la elevaba se quedaría con la existencia eterna. Fue aquí que el Hijo- Pensamiento entendió que había heredado de su padre toda la sabiduría inimaginable de la Mente Universal y si él no sabía manejar su legado positivamente, entonces perdería el regreso a quien le dio la vida y existencia: La Mente-Padre.

A través de las miles y millones de experiencias y vivencias que el Hijo- Pensamiento, diseminado en la Mente Universal, ha tenido desde que fue creado, comprendió su realidad y desarrolló el legado de su padre, multiplicó la herencia de su alma, convirtiéndola en una Alma-Pensamiento-Elevada en un Cuerpo Divino, Sublime y Eterno, formó entonces su ESPÍRITU.   EL ESPÍRITU es propio del hombre,  es el alma legada por su creador, convertida por él en una Energía-Pensamiento elevada y perfecta. Conforme el Hijo-Pensamiento recorría el universo y aprendía a conocer la creación de su padre, iba grabando su alma con lo mejor de lo mejor que encontraba en su camino. Extraía de la creación lo más perfecto y elevado, sus pensamientos se convertían en energía de delicados matices.

Cuando el Hijo-Pensamiento regresó a su padre la Mente Universal, solo lo pudo hacer con un cuerpo de LUZ extraído de los pensamientos más elevados de su alma, este cuerpo lo llamó: ESPÍRITU.   Al regresar a su padre lo nutrió de pensamientos llenos de experiencias y vivencias perfectos, elevados y llenos de CONOCIMIENTO, ENTENDIMIENTO Y AMOR. El Hijo-Pensamiento le demostró a su creador, que él era un digno hijo y que él era tan creador como su padre.


EL SER UNO.

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