Despertar es abrir la puerta de un nivel de consciencia más
amplio en el ser humano. Es un salto de FE que te conecta y habla de lo que
verdaderamente significa ser un SER HUMANO en toda la extensión del concepto y
el potencial no explorado de esta raza del multiverso.
Podemos confundir y distorsionar la idea de lo que significa
estar despierto, según nuestras expectativas, temores y dudas. Desde mi punto
de vista se ha limitado el ‘despertar de la consciencia’ a una serie de frases
lindas, positivas y ‘profundas’. Quizá como pantalla o ideal inicial suene muy
bien y se vea bonito ante mi propio ego y aquello que quiero proyectar a los
demás, pero en mi experiencia he observado que este despertar puede ser una
buena sacudida, un gran cuestionamiento y una poderosa confrontación interna.
Despertar no es la meta, es el inicio. Es el salto al vacío (al
todo, a la consciencia), al UNO mismo, donde no reinan las fórmulas ni los
convencionalismos, donde te tienes que observar desnudo y vulnerable, fuera de
todo prejuicio o pre-concepción de la vida a seguir que el ego se ha tardado en
construir.
Si tocamos el vacío, nos convertimos en él. Es decir, nos
vaciamos. Vaciarse significa desordenarse, reorganizarse y reinventarse. Toda
nuestra fuerza creativa se convierte en nuestra gran prueba y nuestro gran
mentor. Y aquí es cuando realmente conocemos y vemos a Dios. Nuestro encuentro
ocurre en medio del caos, justo cuando más oscuro está. En este vacío creativo
entendemos la esencia divina del creativo creador-Dios, y es cuando nos damos
cuenta de que nosotros somos dios. Somos dioses creativos y creadores,
co-creadores mejor dicho pues nuestra participación es multiversal. Somos
piezas, somos genios. Somos parte, somos TODO.
En la vida cotidiana, tocar el vacío se experimenta como el
caos, la aparente destrucción y la gran sacudida del ‘sin sentido’ a nuestro
alrededor. Las emociones colapsan, se exaltan, se desbordan. Las relaciones que
considerábamos ‘intocables’ o perfectas, se desvanecen y muchas veces no
sabemos el por qué. La incertidumbre por poco nos enloquece, parece una sombra
que todo lo cubre. Quizá perdemos el trabajo u obtenemos una promoción, pero en
nuestro interior eso no importa, pues hay un vacío y nada tiene sentido. Puede
ser que perdamos la ‘identidad’ y no sepamos quienes somos en verdad, pues los
roles que tan bien habíamos adoptado, ahora se van cayendo como máscaras
sostenidas por mentiras que no reflejaban ni un poco de nuestra verdadera
esencia. Y la lista sigue y sigue… ¿Despertar es muy lindo no?.
Pero en este mundo nada es eterno, ni la oscuridad ni la luz.
Así que calma. Porque los problemas más fuertes suceden cuando intentamos
frenar todo este caos, cuando nos aferramos a las viejas estructuras de las
construcciones de nuestro pasado y no nos damos el permiso de avanzar y
evolucionar. Hay que entregarse a esta danza, saber caer, desempolvarse y
levantarse. Soltar, fluir y permitir que nuestra nueva consciencia comience a
construir.
El paso es gradual y depende del ritmo de cada cual. Repito, no
hay recetas ni juicios para calificar si lo que hacemos está ‘bien o mal’. En
medio del caos tocamos el silencio y si sabemos escuchar (nos), obtendremos
claridad del siguiente paso a dar. Este es un punto delicado pues cuanto más
difícil se pone una situación, solemos luego correr por ayuda y consejo en el
exterior. No me mal interpreten, pedir ayuda está bien, es necesario y es
hermoso abrirnos a recibirla, el punto es que nos demos la oportunidad de
explorar en nuestro interior, que nos tomemos un café con nuestro Yo Superior y
le preguntemos, que lo entrevistemos. Siempre será la guía más confiable a la
que podemos acudir.
Ya estás despierto ¿y ahora qué? Puedes quedarte hipnotizado con
un mundo ideal durante un tiempo, jugar a ser espiritual con un ego disfrazado
de actitudes, palabras, reglas, tradiciones y rituales, pero tarde o temprano
tendrás que ‘tirar’ todo eso, (pues llega un momento en que pesa demasiado)
saltar al vacío y atreverte a re-diseñar tu mundo, re-conectarte, a observarte
tal cual, desde la esencia y la honestidad para conectar con la gran verdad del
SER y jugar creativamente en la co-creación. Esto requiere AMOR, PAZciencia,
FE, VOLUNTAD, SABIDURÍA, HUMOR y ESPERANZA.
La buena noticia es que todo esto ya está contigo, sólo hay que
activarlo conscientemente en ese momento de ‘vacío’, pues estos serán los
fundamentos de la creación de tu destino. No te rindas, sigue.
Por Rafael Martínez
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