Rusia transporta el “Arca de Gabriel” que estaba debajo de la Gran Mezquita de La Meca a la Antártida: un arma de plasma
by admin
Hace pocos días, Wladimir Putin decía que “estamos viviendo tiempos mesiánicos” mientras Rusia entraba en la contienda que se vive en el área donde se sitúa el “Edén”.
Ayer nos llega una información de claras resonancias proféticas por parte de las fuentes rusas que informan a Sorcha Faal, plagada, como siempre, de links a otras noticias que la confirman (y de la cual se pueden extraer muchas consecuencias).
Bueno, pues, agarraos: resulta que la grúa que cayó en La Meca durante unas obras (y que mató a unas cuantas personas) y la supuesta estampida en la que murieron 4.000 musulmanes días después se debió, según estas fuentes rusas, a que durante las mencionadas labores de construcción apareció debajo de la Gran Mezquita de La Meca un arca que el Arcángel Gabriel otorgó a Mahoma (bajo la promesa de guardarla) y que contenía un arma de plasma. Es decir, que durante las obras se disparó la citada arma, que estaba allí enterrada desde tiempos de Mahoma, generando las catástrofes. (Ese y no la Kaaba, sería en realidad el objeto sagrado de La Meca).
Acto seguido, los emisarios de los imanes de La Meca (y custodios de esta ciudad sagrada) se fueron a Moscú para entrevistarse con el patriarca de la iglesia ortodoxa acerca de un manuscrito titulado “Instrucciones del Arcángel Gabriel a Mahoma” que los ortodoxos salvaron de la quema de la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla. En él se recoge el mensaje que el Arcángel dio a Mahoma cuando se le apareció en una cueva llamada Hira, cerca de La Meca, otorgándole este arca de “inmenso poder” pero cuyo uso le prohibió hasta que llegaran los tiempos de la Resurrección, en árabe, “Qimayah”.
De la estrecha comunicación que fluye actualmente entre musulmanes y ortodoxos (¡incluso en Arabia Saudita, supuesto enemigo!) da idea que las autoridades musulmanas autorizaron que varias fragatas rusas atracaran en el puerto de Yeddah, llevándose el dispositivo a una base de la Antártida.
La secuencia de acontecimientos coinciden cronológicamente.
-El pasado 12 de septiembre se descubre el dispositivo, que produce la caída de la grúa.
-El 24 se produce la muerte de 4.000 personas de una supuesta estampida.
-El 25 llegan los emisarios de La Meca a Moscú.
-El 30 de septiembre, imbuido, como sabemos, del sentimiento profético, el presidente Putin ordena entrar en Siria para detener a los terroristas.
Hoy mismo, 7 de diciembre del 2015, a unas horas de que el Papa Francisco declare al 2016 “Año Jubileo”, Rusia Today publica que este país va a construir nuevas bases en el Ártico: ¿una distracción respecto a lo que ocurre en la Antártida?
Ayer nos llega una información de claras resonancias proféticas por parte de las fuentes rusas que informan a Sorcha Faal, plagada, como siempre, de links a otras noticias que la confirman (y de la cual se pueden extraer muchas consecuencias).
Bueno, pues, agarraos: resulta que la grúa que cayó en La Meca durante unas obras (y que mató a unas cuantas personas) y la supuesta estampida en la que murieron 4.000 musulmanes días después se debió, según estas fuentes rusas, a que durante las mencionadas labores de construcción apareció debajo de la Gran Mezquita de La Meca un arca que el Arcángel Gabriel otorgó a Mahoma (bajo la promesa de guardarla) y que contenía un arma de plasma. Es decir, que durante las obras se disparó la citada arma, que estaba allí enterrada desde tiempos de Mahoma, generando las catástrofes. (Ese y no la Kaaba, sería en realidad el objeto sagrado de La Meca).
Acto seguido, los emisarios de los imanes de La Meca (y custodios de esta ciudad sagrada) se fueron a Moscú para entrevistarse con el patriarca de la iglesia ortodoxa acerca de un manuscrito titulado “Instrucciones del Arcángel Gabriel a Mahoma” que los ortodoxos salvaron de la quema de la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla. En él se recoge el mensaje que el Arcángel dio a Mahoma cuando se le apareció en una cueva llamada Hira, cerca de La Meca, otorgándole este arca de “inmenso poder” pero cuyo uso le prohibió hasta que llegaran los tiempos de la Resurrección, en árabe, “Qimayah”.
De la estrecha comunicación que fluye actualmente entre musulmanes y ortodoxos (¡incluso en Arabia Saudita, supuesto enemigo!) da idea que las autoridades musulmanas autorizaron que varias fragatas rusas atracaran en el puerto de Yeddah, llevándose el dispositivo a una base de la Antártida.
La secuencia de acontecimientos coinciden cronológicamente.
-El pasado 12 de septiembre se descubre el dispositivo, que produce la caída de la grúa.
-El 24 se produce la muerte de 4.000 personas de una supuesta estampida.
-El 25 llegan los emisarios de La Meca a Moscú.
-El 30 de septiembre, imbuido, como sabemos, del sentimiento profético, el presidente Putin ordena entrar en Siria para detener a los terroristas.
Hoy mismo, 7 de diciembre del 2015, a unas horas de que el Papa Francisco declare al 2016 “Año Jubileo”, Rusia Today publica que este país va a construir nuevas bases en el Ártico: ¿una distracción respecto a lo que ocurre en la Antártida?
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