Por Jennifer Hoffman
Los que creen en el espíritu también son de
corazón abierto, los que están conscientes del dolor, la desconexión y el sufrimiento de los demás. Y es tendencia natural en ustedes querer
aliviar el sufrimiento de ellos bendiciéndolos de alguna manera.
Así que ustedes les
dan luz, amor, apoyo, verdad, gracia, energía y tiempo para ayudarlos. Ustedes los bendicen con las creencias de
ustedes, su fe y su corazón
porque saben del sufrimiento de ellos y ustedes quieren evitar que ellos lo
experimenten.
Pero no pueden cambiar el sendero del otro, aún con sus generosas bendiciones y regalos,
ellos deben hacer sus propias elecciones y a menudo ustedes comparten regalos y
bendiciones con otras personas en lugar de hacerlo con ustedes mismos.
¿Pueden ustedes darse algunos regalos y
bendiciones para iluminar su propia vida y liberar su sufrimiento para crear
alegría?
¿Saben ustedes que el dolor y el sufrimiento
que ven en los demás son
espejos de su propio dolor, su sufrimiento, sus sentimientos de soledad y
desconexión y donde piensan que
su propia luz se ha opacado?
Su deseo de que esto termine para ellos puede ser un reflejo de su
creencia en que ustedes no pueden cambiar su propio sendero pero sí el de ellos. La alegría que ustedes pueden crear en los demás se convierte en fuente de confort para
ustedes.
Aun cuando continúen
sufriendo, hay alegría en el
conocimiento de que han bendecido la vida de alguien. Pero sin enfocarse en sus
propias necesidades y bendiciéndose
a sí mismos con los regalos que
ustedes les dan a los demás, no
pueden terminar su sufrimiento y dolor para conocer la alegría que su propio corazón ansía.
Bendíganse antes de
hacerlo con los demás.
Reconozcan sus propias necesidades, creen el sendero para terminar con su
sufrimiento y liberar su dolor. Estos no son un castigo del universo, ellos son
la misión de su alma para
regresar a la plenitud y a la integridad.
El sendero de sanación se completa a través de la alineación
con los nuevos potenciales y la percepción de la presencia de la gracia divina; estos no son regalos que
ustedes puedan darle a alguien y no son bendiciones que puedan compartir.
Sus auto-regalos crean la sanación para ustedes, lo cual se convierte en espejo para otros. A través de su alegría ustedes bendicen a los demás con el conocimiento de que la sanación es posible y que se puede alcanzar la verdadera alegría.
Es la estación de
regalos y bendiciones, así que
bendíganse a sí mismos primero. Dense el regalo de la paz,
el amor, la alegría, la
abundancia, la prosperidad y la luz. Bendíganse con las bendiciones que desean para los demás.
Entonces se convierten en fuente de la verdad de la sanación y la plenitud para los demás y ellos pueden entonces aprender cómo bendecirse a sí mismos.
Eviten servir al dolor de los demás al ser la fuente de sanación de ellos. En su lugar, sírvanse a sí mismos
liberando su propio dolor y se convertirán en una fuente de verdad inspirada que los bendecirá a ellos cuando ellos también aprender a bendecirse a sí mismos.
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