El amor es la energía más poderosa de todo el Universo, sin embargo es la gran
desconocida. A lo largo de la historia de la humanidad han venido grandes seres a
enseñaros como sentir amor, como conectar con él y como reconocerlo, pero
sigue siendo una energía desconocida y solo utilizada por unos pocos.
Por amor, el Maestro Jesús dio su vida por los humanos. Por amor, la madre Teresa dejo todo y dedicó su vida a los más desprotegidos. Por amor, vuestros ángeles están con vosotros para protegeros. Por amor, grandes seres, aunque desconocidos, todos los días a lo largo del planeta tierra dan su vida por la raza humana y por cumplir con sus misiones.
En el Universo la energía funciona en espiral, son círculos que si los hacéis grandes veréis que es una forma de dar y de recibir a la vez. Por eso el amor empieza por uno mismo para que el círculo sea perfecto. Una vez que os amáis esa energía se transmite al resto.
Sin ese amor hacia vosotros no se crea la espiral y la energía no funciona bien, hay una ruptura por alguna parte. Esa es la respuesta cuando a veces os preguntáis, ¿cómo es posible si yo he dado mucho amor a esa persona, por qué me ha tratado así? Yo os haría una pregunta. ¿En esa relación tú te amabas lo suficiente? Piénsalo antes de contestar, porque en algún punto de esa relación había una ruptura energética. Quizás creías que lo amabas tanto que tenías que ceder a ciertas cosas que iban contra ti, y la otra persona fue tu prioridad. No te dabas cuenta que estabas creando un desequilibrio entre vosotros y la balanza se inclinó a favor de la otra persona.
Esas son las relaciones que al final no llegan a concluirse bien. Cuando en una relación no hay equilibrio por ambas partes se tiene que romper en algún momento. Si esa persona que cedió en contra de su voluntad se hubiese amado más, no habría permitido ningún abuso, se abría hecho respetar.
Lo que no queréis para los demás tampoco lo debéis de querer para vosotros o como dijo el Maestro Jesús “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Pero tú no puedes amar a nadie si antes no te amas a ti. Recuerda la espiral, sin esa espiral no existe la energía amorosa por lo tanto es imprescindible que te ames primero para poderla crear y que llegue a los demás. En el momento en que tú te amas te darás cuenta que automáticamente despiertas amor en los demás.
Por amor, el Maestro Jesús dio su vida por los humanos. Por amor, la madre Teresa dejo todo y dedicó su vida a los más desprotegidos. Por amor, vuestros ángeles están con vosotros para protegeros. Por amor, grandes seres, aunque desconocidos, todos los días a lo largo del planeta tierra dan su vida por la raza humana y por cumplir con sus misiones.
En el Universo la energía funciona en espiral, son círculos que si los hacéis grandes veréis que es una forma de dar y de recibir a la vez. Por eso el amor empieza por uno mismo para que el círculo sea perfecto. Una vez que os amáis esa energía se transmite al resto.
Sin ese amor hacia vosotros no se crea la espiral y la energía no funciona bien, hay una ruptura por alguna parte. Esa es la respuesta cuando a veces os preguntáis, ¿cómo es posible si yo he dado mucho amor a esa persona, por qué me ha tratado así? Yo os haría una pregunta. ¿En esa relación tú te amabas lo suficiente? Piénsalo antes de contestar, porque en algún punto de esa relación había una ruptura energética. Quizás creías que lo amabas tanto que tenías que ceder a ciertas cosas que iban contra ti, y la otra persona fue tu prioridad. No te dabas cuenta que estabas creando un desequilibrio entre vosotros y la balanza se inclinó a favor de la otra persona.
Esas son las relaciones que al final no llegan a concluirse bien. Cuando en una relación no hay equilibrio por ambas partes se tiene que romper en algún momento. Si esa persona que cedió en contra de su voluntad se hubiese amado más, no habría permitido ningún abuso, se abría hecho respetar.
Lo que no queréis para los demás tampoco lo debéis de querer para vosotros o como dijo el Maestro Jesús “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Pero tú no puedes amar a nadie si antes no te amas a ti. Recuerda la espiral, sin esa espiral no existe la energía amorosa por lo tanto es imprescindible que te ames primero para poderla crear y que llegue a los demás. En el momento en que tú te amas te darás cuenta que automáticamente despiertas amor en los demás.
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