Ya vas comprendiendo que vuestro cuerpo es el servidor de vuestro
espíritu y que debeis cuidarlo para que su servicio sea eficaz y duradero, al
igual que hace el patrón con sus servidores, que los afilia a una entidad
de salud, para que cuide y proteja la salud de sus servidores y puedan
servir con un cuerpo sano y fuerte.
Debeis cuidar vuestro cuerpo físico, pues, es el vaso que contiene vuestro espíritu. Por lo tanto, debeis procurarle alimentos sanos, ejercicios físicos que no sean para el cuerpo motivo de tortura, tener contacto con la naturaleza, para que respireis aire puro y podais tomar el Sol cada mañana y lo más importante, dadle a vuestros cuerpos pensamientos y sentimientos sanos, puros y amorosos y de esta manera reflejaréis salud y bienestar.
Comprende y que quede bien claro en vuestra conciencia, que sois espíritu en un cuerpo, jamás os aparteis de esta gran verdad, no os confundais con vuestro cuerpo de carne que es mortal y se corrompe. Recordad siempre que sois inmortales y por consiguiente incorruptibles. Estais creados de la esencia misma del Dios creador.
Eres espíritu puro, al igual que vuestro Padre, no lo olvides.
Una vez, que has tomado consciencia de esta gran verdad, estareis preparado para escuchar vuestra voz interna, que a la vez es vuestra propia voz que os habla desde vuestro propio ser, puro y perfecto.
En esos momentos os habeis sustraído de la carne y estais en vuestro verdadero cuerpo, el cuerpo espiritual.
Debeis cuidar vuestro cuerpo físico, pues, es el vaso que contiene vuestro espíritu. Por lo tanto, debeis procurarle alimentos sanos, ejercicios físicos que no sean para el cuerpo motivo de tortura, tener contacto con la naturaleza, para que respireis aire puro y podais tomar el Sol cada mañana y lo más importante, dadle a vuestros cuerpos pensamientos y sentimientos sanos, puros y amorosos y de esta manera reflejaréis salud y bienestar.
Comprende y que quede bien claro en vuestra conciencia, que sois espíritu en un cuerpo, jamás os aparteis de esta gran verdad, no os confundais con vuestro cuerpo de carne que es mortal y se corrompe. Recordad siempre que sois inmortales y por consiguiente incorruptibles. Estais creados de la esencia misma del Dios creador.
Eres espíritu puro, al igual que vuestro Padre, no lo olvides.
Una vez, que has tomado consciencia de esta gran verdad, estareis preparado para escuchar vuestra voz interna, que a la vez es vuestra propia voz que os habla desde vuestro propio ser, puro y perfecto.
En esos momentos os habeis sustraído de la carne y estais en vuestro verdadero cuerpo, el cuerpo espiritual.
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