domingo, 8 de abril de 2018

LA UNIDAD EN LA PAREJA

Frecuentemente nos descubrimos a nosotros mismos anhelando algo que no llega, algo que no tenemos, algo que consideramos que nos falta. Si estamos solos creemos que, cuando llegue esa persona especial, nuestros vacíos desaparecerán. Si estamos en pareja consideramos que a la otra persona le falta algo que podría hacernos mucho más felices, si lo tuviera.

La insatisfacción constante forma parte de nuestras vidas, cuando no nos escuchamos a nosotros mismos ni conectamos con la luz que hay en nuestro interior. Al hacerlo nos damos cuenta de que llevamos en el corazón una fuente de amor infinito, que nos ayuda a sentirnos completos en nosotros mismos.

Cuando la persona aprende a amarse a sí misma en primer lugar, los anhelos de que aparezca alguien que la complete desaparecen; y emerge una paz interior y una alegría que son naturales del alma.  

Curiosamente, esa paz interior y esa alegría son el mayor atractivo que posee la persona y, al emitirlo, atrae sin darse cuenta a los demás.

 Cuando estamos en lucha con la pareja que ya tenemos, porque consideramos que le falta algo, no nos damos cuenta de que eso que tanto nos molesta es un reflejo de algo que hay en nuestro interior y que clama atención. La pareja es el mayor espejo con el que contamos para darnos cuenta de nuestras heridas antiguas, que necesitan sanación y amor.

Cuando comprendo que lo que el otro me refleja es una ayuda, y no un fastidio, puedo comenzar a mirar en mi interior, para sanar esas heridas, autodescubrirme y amarme sin medida, sea lo que sea lo que encuentre al buscar en mi corazón o en mi pasado o en otras vidas.

 Es el amor a uno mismo la base de una buena pareja sólida, estable, armónica y feliz. Cuando cada uno de sus miembros se escucha a sí mismo y se hace caso pueden emerger sus grandes cualidades y, al mismo tiempo, puede amar sin medida al otro, dejando atrás el juicio y la separación. Es así como, desde el respeto y la sinceridad, la pareja puede autodescubrirse, siendo una unidad colaborativa, tanto en los aprendizajes como en la labor que puede desempeñar en unidad.

Respeto al aprendizaje del otro ser; sinceridad con las propias emociones y pensamientos, incluso con las propias dificultades; comprensión del proceso del otro; elogio constante, para destacar lo que sí me gusta de ti, en vez del reproche. Es así como una pareja se construye y se fusiona, logrando que el amor emerja sin medida y ayude a su evolución y a su expansión.

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