Se llaman los
Hombres Grises
Con la primera
conquista de Napoleón nace lo que se llaman Los Hombres Grises.
La
entidad que financió a Napoleón creó un maravilloso sistema para apoyar las
conquistas. Resultó ser un negocio bastante lucrativo
que producía un buen rendimiento; un negocio que está a punto de cambiar la
faz del mundo como lo conocéis. El se dio cuenta de que para tener éxito, no
podía jurar lealtad a ningún país. Su negocio empezó a difundirse y
comenzó por financiar a todo el que quería jugar a la guerra.
Este primer Hombre
Gris no tenía una mujer a quien amar o cuidar, pero tenía hijos. Eran un
tesoro, pues significaban la continuidad de su herencia divina, es decir, que
volvería a reencarnar en este plano. Este hombre vio en su ego falso una
imagen de riqueza absoluta. Ahora, nadie desea dinero simplemente por tenerlo,
sino por lo que se puede hacer con él. Para este Hombre Gris principiante, el
obtener riqueza le daba la llave que abría las puertas del poder. No era
dinero; era el poder lo que satisfacía esa necesidad, esa imagen.
Después de una
jugosa ganancia, este Hombre Gris se dio cuenta de que podía enfrentar a dos
bandos contra el bando intermedio. Ayudó a un país llamado Austria y a otro
llamado Polonia.
Pronto
él y sus hijos estaban recibiendo un buen rendimiento de parte de todos los
lados envueltos en el conflicto. Empezaron, entonces, a generar nuevos conflictos y a dar pábulo al ego falso de codiciosos
reyes y conquistadores. Mientras más guerras creaban, más poderosos se
hacían y mayor beneficio
alcanzaban.
Uno de los
beneficios de este poder era la habilidad para colocar a sus hijos y a sus
servidores en posiciones claves o de influencia. En otras palabras, si el rey
decía: "Voy a colocar en ese puesto a mi primo tercero que ha sido
removido dos veces", entonces el hombrecito Gris le decía: "Oh, qué
lástima. La persona que recomiendo hubiera hecho un gran trabajo, pero ya que
no es posible, me veo en la obligación de pedirle que me cancele la deudita
que tenemos pendiente lo más pronto posible" .
Y, por supuesto, el
rey retornaba a su castillo, se mordía las uñas, blasfemaba, hacía rechinar
los dientes y regresaba diciendo: "Oh, me encantaría que esa persona
ocupara el cargo".
Se echa la sombra
Desde la época de
Napoleón, la influencia de los Hombres Grises ha crecido sin medida. Sin
embargo, ellos han conservado el poder directamente a través de su estirpe.
Empezaron a establecer bancos, a ejercer influencia sobre los gobiernos y sobre
los reyes y jefes de esos gobiernos. Y los que no jugaban a la pelota con los
Hombres Grises encontraban que su abastecimiento de oro era suprimido; los
países con los cuales habían establecido relaciones ya no estaban de su lado.
En la gran ramera llamada Europa, todo se dictaba tomando como base el poder
del oro y del papel moneda.
Después de
finalizar el siglo XIX, un gran hombre heredó de los primeros Hombres Grises
un maravilloso plan de negocios con el cual él y su familia empezaron a
controlar a Europa.
Toda guerra desde
los tiempos de Napoleón ha sido manipulada, creada y financiada por los
Hombres Grises y sus familias. Si no había motivo para una guerra, ellos lo
tramaban, a cualquier precio. Recordad: estas familias no tenían compromisos
ni pactos con ningún país, y, por lo tanto, las leyes y creencias religiosas
de los países les importaban un bledo. Estaban completamente solos, lo que les
permitía llevar a cabo sus planes sin ningún escollo. Creaban dictadores de
en medio de la gente común, planeaban asesinatos, revoluciones y discordia.
Todo para lograr poder.
El dinero jugaba un
papel importante, claro, pero el dinero les proporcionaba poder; cada hombre
tenía su precio y ciertamente cada reino también lo tenía. ¿Habéis visto
este drama en escena antes?
El nombre de este
hombre era Rothschild; ¿os suena conocido? Recordadlo, porque muy pronto
comenzaréis a ver cómo esta familia orquestó el derrumbe de la igualdad de
los seres humanos en todo el mundo.
En el año 1857,
esta dinastía había colocado personas fieles a sus intereses en posiciones
claves en Europa y otros lugares del mundo. Estaban empezando a colocarlas en
América. En ese mismo año hubo una reunión en Londres. Allá fraguaron todas
las guerras que ocurrirían en Europa y las Américas, incluyendo la Segunda
Guerra Mundial.
Esta
misma gente planeó la guerra entre el Norte y el Sur de los EE. UU. Estas
familias, en alianza con los fabricantes de armas, que tampoco
tienen compromisos con ningún país, crearon el levantamiento civil que
ocurrió en Norteamérica. Todo fue manipulado; el Norte quería la riqueza del
Sur. La esclavitud del ser humano no fue la razón del conflicto sino, más
bien, un pretexto. Los esclavos ya estaban en proceso de recibir su libertad
mucho antes de que estallara este choque. La guerra fue una maquinación para
ganar control sobre la riqueza del Sur.
Lincoln
fue un gran Presidente. No ha habido otro como él. Desde que tomó posesión
de su cargo, hizo esfuerzos para dejar de comprar dinero de Europa. El también
sabía que el conflicto estaba siendo creado, para enfrentar al hermano contra
el hermano. Desesperadamente trató de promulgar un sistema que le permitiera a
su pueblo tener su propio dinero en vez de comprarlo a
Europa. Cuando había tomado la decisión para que su país imprimiera su
propio papel moneda, sin interés, para la soberanía de su pueblo, se
deshicieron de él. Simplemente era una amenaza para un sistema inventado en
Europa; un sistema que ya estaba controlando las economías de todo el mundo y
también la de esta nueva y verde nación. No fue un loco quien acabó con la
vida de este maravilloso hombre; fue un asesino a sueldo. En consecuencia, el dinero continuó fluyendo hacia América, amparado
por intereses foráneos.
Ahora,
vayamos hasta la Primera Guerra Mundial. La llamaron La Gran Guerra. Un
interesante nombre para una guerra: la gran guerra. Fue
engendrada y financiada no solamente por los banqueros norteamericanos, sino
también los banqueros de Inglaterra y Suiza. Esta guerra se planeó para dar
origen a un sistema de gravámenes ya antes propuesto. Los Hombres Grises
querían imponer cargas directamente sobre los hombros del pueblo
norteamericano. La guerra se creó para implicar a los EE.UU., para someter a
Europa y para introducir gradualmente un control sobre el dinero en los EE.UU.
Todo sucedió como estaba planeado.
Recordad:
los bancos en América e Inglaterra y ciertamente en otros países apoyaron esa
guerra. Por esa época la gente en Norteamérica estaba descubriendo la
libertad, la tierra y las oportunidades. Muchos emigraron de Europa en busca de
la libertad. Podían tener las creencias que quisieran,
vivir como escogieran; no estaban bajo el yugo de los tiranos en Europa.
Norteamérica
no se formó de un grupo específico de gentes, era una fusión de razas; allí
todos estaban disfrutando de una libertad inmensa.
Quiero
que sepáis que los EE.UU. acababan de salir de una horrible guerra con Cuba.**
¿Habéis oído algo de Rough Riding Ted?*** Cuba fue una vez una gran isla, un
gran pueblo. No eran revolucionarios, eran tranquilos campesinos
y no tenían proyectos revolucionarios. En los EE.UU., a través de la
propaganda, se enseñó al pueblo sobre el enemigo allá abajo y sobre la
amenaza que esos campesinos representaban para la paz mundial. ¿Amenaza?
Los
fabricantes de armas tuvieron mucho que ver. Fueron ellos los que crearon la
guerra y luego importaron los agitadores y los
revolucionarios. Así que este país se fue a la guerra para acabar con los
insurgentes cubanos. ¿Sabéis a quienes masacraron? A campesinos que no sabían
de qué se trataba, que nunca habían pensado en guerras. Ellos pensaban sólo
en sus cosechas, sus hijos, su amor a Dios, su creencia religiosa. Nunca
habían hecho daño a nadie, pero eran los insurgentes y había que
aniquilarlos. Esta guerra fue también creada por los Hombres Grises.
Se
necesitó mucho para implicar a los EE. UU. en la Primera Guerra Mundial; nadie
quería comprometerse, pero los Hombres Grises poseen
todos los medios de comunicación: los periódicos que leéis, la tv que
miráis, las revistas que hojeáis, las ondas de radio que escucháis.
Empezaron a hacer una campaña sobre el patriotismo de los norteamericanos y
todo lo demás. Y todos los que no ondeaban la bandera de la libertad eran
considerados traidores. El pueblo fue así manipulado muy fácilmente.
Para
que el pueblo se inmiscuyera en la guerra, hubo una agitada campaña política
en los EE.UU. ¿Recordáis qué metió a este país en el enredo? Exactamente,
un barco que se hundió. ¿Sabíais que barcos de pasajeros estaban
transportando contrabando desde las costas de los EE. UU.? Transportaban
armamento aun antes de que los norteamericanos se involucraran en el conflicto.
¡Cuán valientes esos soldados que murieron en esa guerra! ¡Era una guerra que
defendía la libertad y salvaba a Europa de la amenaza alemana! ¡Me da risa! No
fue nada de eso; fue todo muy bien manipulado. Cuando todo terminó, los EE.UU.
habían pedido prestado mucho dinero para sufragar los gastos de la guerra. Por
lo tanto, de una forma muy sutil, se sugirió que para cancelar la deuda había
que imponer un nuevo impuesto. Se aprobó el impuesto y el pueblo empezó a
pagar a los Hombres Grises, quienes finalmente estaban recibiendo el
rendimiento de la inversión. Estos hombres no estaban satisfechos; querían
que el impuesto continuara, para que el pueblo de los
EE. UU. quedara en la misma condición de endeudamiento en la que se encontraba
Europa.
Por esta época
sucedieron muchas cosas en la historia. Los medios de comunicación eran
propiedad de los Hombres Grises; el pueblo norteamericano pagaba gravámenes
por una guerra que nadie entendía; nadie sabía por qué se luchaba; la gente
nunca comprendió la razón por la cual se reclutaba a sus hijos para que
murieran en tierras extrañas. Nunca les contaron la verdadera historia.
Vino entonces otro presidente, uno que
"tuvo un accidente". El no quería jugar a la pelota; no quería
implantar en los EE.UU. el sistema de control de la moneda conocido como
Reserva Federal. Tuvo un pequeño, infortunado accidente. Los Hombres Grises
realmente saben quién es el mejor hombre para la Oficina Oval; el hombre
escogido debe estar dispuesto a jugar a la pelota con ellos. Durante las
nominaciones y nombramientos de presidentes y otros políticos, muchos han
tenido que renunciar a causa de escándalos. No ha habido un solo escándalo de
este tipo que no haya sido planeado. ¿Sorprendidos?
Aquellos
presidentes norteamericanos que han muerto violentamente no fueron asesinados
por psicópatas, sino porque se decidió que tenían que irse; no estaban jugando a la pelota. Algunos de ellos encontraron
que su Dios interior estaba despertando y diciendo:
"Esto no es correcto; mi conciencia me dice que no lo puedo hacer".
Bueno,
los Hombres Grises tienen oficinas en diversos lugares. Cuando uno de los
políticos no está jugando a la pelota, se convoca una reunión y simplemente
dicen: "Desháganse de él". Viene entonces
el próximo en la línea y mantiene el status quo. ¿Están vuestros ojos
abiertos? Estáis viendo escrito lo que unas cuantas entidades se han atrevido
a compartir con vosotros. Supongo que soy bastante intrépido.
Para
1920, las familias de los Hombres Grises llegaban a doce. Eran dueños de los
Bancos internacionales y, literalmente, eran dueños de la misma Suiza. Ellos
decidieron que ya no era conveniente transportar el oro de un lugar a otro,
así que crearon el papel moneda y el Banco de Londres. Son los dueños del Banco de Londres. En los países influyentes crearon una
Reserva Federal en la cual imprimen el papel moneda de acuerdo con sus deseos y
sus planes de poder.
Finalmente, después
de algunos incidentes, se aprobó la Ley de la Reserva Federal en los EE.UU.
Así, ésta podía imprimir papel moneda que no necesariamente estaba apoyado
por reservas de oro. Los Hombres Grises crearon una economía basada en pedazos
de papel sin valor. No hace muchos años en los EE.UU. era ilegal poseer oro;
era obligación devolverlo al estado.
Debéis entender que el oro ha sido el
instrumento de trueque desde hace tres mil años. La idea de los Hombres Grises
era despojar al ser humano de su sentido de valor para así poder controlarlo
más fácilmente. La Reserva Federal norteamericana empezó, entonces, a
imprimir papel y escribió "en Dios confiamos" en los billetes. Dicha
Reserva es manejada por un director que es nombrado por un comité ejecutivo,
que a su vez es nombrado por el presidente; y el presidente a menudo es
nombrado por – la sombra, sí.
La
Reserva Federal es un sistema bancario que le presta
dinero al país, y sin embargo no le presta suficiente para cancelar el
interés sobre la deuda. Sucede entonces que si os quedáis un poco cortos y
vuestros productos no se están vendiendo bien en el exterior, nunca vais a
poder cancelar esa deuda porque gana más y más interés y sólo contáis con
el papel moneda que se imprimió. ¿Qué hacer entonces? Tenéis que empezar a
hipotecar o vender el país por pedazos. ¡Este gran lugar de fusión de
pueblos, este modelo de libertad, los EE.UU., se están vendiendo para poder
cancelar la deuda pública! ¿No os parece extraño que un país esté en deuda
con él mismo? Qué raro; yo siempre pensé que era muy extraño. ¿Quién es el
acreedor?
Para
asegurarse que se cancelaría la deuda, se incrementaron los impuestos un poquito más. Y luego, el Martes Negro, todo el mundo perdió lo
que tenía con la caída del Mercado de Valores. El valor de las acciones se
desplomó dramáticamente y la gente se lanzaba por las ventanas en Nueva York.
Nada mejor para los Hombres Grises. Las familias que controlaban y las personas
que tenían en posiciones claves obtuvieron el derecho legal para adquirir una
inmensa y poderosa riqueza a precios de ocasión. La quiebra también fue
planeada.
Ahora debéis pagar
un impuesto despiadado controlado por los Hombres Grises. La Reserva Federal no
es propiedad de ninguno de vosotros, ni de vuestro gobierno – es propiedad de
ella misma.
Los países se
estaban endeudando rápidamente, había una gran depresión y la naturaleza no
estaba cooperando. Eso era lo que decían. La gente estaba pasando hambre,
parados en fila para conseguir pan.
¿Recordáis aquellos
días? El pueblo estaba tratando de salir de una economía floja y de la
pobreza. De manera que se creó la Segunda Guerra Mundial.
El monstruo Hitler
no habría llevado al cabo su cometido si no hubiera sido financiado por
aquellos que costeaban a Alemania. Ellos jugaban con el deseo vehemente de
poder absoluto que tenía Hitler; jugaban con su ego falso. Esta limitada
entidad tenía una visión: ser el emperador del mundo. Soñaba con ser el
número uno en el mundo y quienes lo apoyaban le dieron suficientes palmaditas
en el hombro para convencerlo de que podía lograrlo. Hitler ciertamente había
jurado lealtad a su país, pero necesitaba un pretexto para confiscar riquezas
y esto lo logró destruyendo una valiosa raza.
Quiero
que sepáis algo: un banco de Nueva York ayudó a financiar a Hitler. Los
bancos ingleses lo financiaron aunque estaban en guerra con él. Los recursos
naturales de los EE.UU. – carbón y níquel le fueron despachados
ya que Alemania no los poseía. ¿De dónde sacó el metal para producir sus
armas? De todos los países que eran propiedad de los Hombres Grises. Hitler
estaba muy bien armado.
Poco después se
escuchaba el siguiente comentario: "En Alemania está sucediendo algo
atroz. Yo creo que deberíamos intervenir". Y los políticos gemían y
proclamaban: "No podemos permitir que la grandeza de América mengüe
mientras nuestros aliados son atacados por ese monstruo... y si no actuamos
pronto, no podremos acabar con el comunismo y el marxismo y la amenaza de
Stalin. Tenemos que ir a la guerra para preservar la libertad."
Todo
fue un juego muy bien planeado. La gente sencilla envió a sus hijos a la
guerra, a morir solos en frías y pantanosas trincheras empapadas de sangre,
mientras en Norteamérica la economía florecía, la gente ganaba más dinero,
el nivel de vida mejoraba y todo el mundo estaba feliz, con excepción de
aquellos que morían en las trincheras, solos. Esta guerra fue financiada
naturalmente desde los EE.UU. Cuando se necesitó más dinero para poner a
funcionar la maquinaria de guerra norteamericana, se subieron los impuestos un poquito más y vuestra deuda pública aumentó de un modo
escandaloso.
¿Quién
ganó la guerra? Quizás leísteis en la prensa sobre la Victoria. ¿Lo habéis estudiado en los libros de historia? Los
aliados no ganaron la guerra. Los Grises que promovieron la guerra todavía
viven en su élite de riqueza y son los amos del mundo; los verdaderos
conquistadores detrás de los jinetes escaparon de la escaramuza sin un
rasguño. Ninguno de sus hijos fue a la guerra. Su riqueza aumentó de un modo
descomunal después de esa acción.
Hay tanto que contar
sobre esta danza. Qué decir y qué no decir... es mi dilema decidir qué es
importante en este momento. No habrá otra marcha de esa magnitud, al menos en
esta oscura edad de los tiranos.
Extractado dle libro
"el último vals de los tiranos" Ramtha.