Por David Topí
Es probable que muchos hayáis leído sobre las conjunciones
planetarias que se van a producir en los próximos días. Como sucede
regularmente, por el movimiento de los planetas, astros y cuerpos celestes, en
repetidas ocasiones ciertas posiciones y cuadraturas dan lugar a movimientos
energéticos de mucha potencia, que mueven oleadas de energías por todo el
sistema solar, y que, por supuesto, son sentidas y notadas en nuestro planeta,
por todos y cada uno de nosotros, consciente o inconscientemente.
Dentro de poco, aunque ya hemos empezado a notarlo, empezaremos
a entrar en una zona de “turbulencias” energéticas de la que probablemente
saldremos alrededor de Septiembre o por ahí. Esto es debido a que el movimiento
del sistema solar, a lo largo de su periplo galáctico, nos hace encontrarnos
con zonas con todo tipo de composición energética, donde, en algunos puntos y
regiones, hay más movimiento que en otros. Las pulsaciones del centro de la
galaxia, y en especial en la zona del brazo de Orión donde nos encontramos
ahora, son muy intensas, de no ser así no podríamos estar hablando de los
cambios energéticos que está sufriendo el planeta, y los seres humanos, de los
cambios de vibración y de resonancia, ni de este cambio de nivel evolutivo, de
densidad, del que llevamos tiempo hablando. Además, cuando se producen ciertas
conjunciones planetarias, la posición de los planetas determina la
magnificación o reducción de la influencia y ondas que llegan a nuestra
magnetósfera, de ahí que podamos tener épocas de mayor sacudida, o más
tranquilas, según la caña que se nos esté dando desde fuera y lo que se filtre
o no por la posición de cada cuerpo del sistema solar.
Ahora entramos en una época durante la cual esas sacudidas
energéticas se intensificarán durante unos cuantos meses, lo primero, es que,
en breve, en abril, se produce una conjunción que va a actuar, de alguna forma,
como una lupa actúa frente a la luz solar, por decirlo de alguna manera,
magnificando las energías recibidas desde el exterior del sistema solar, hacia
su interior, de forma que la cantidad de olas de energía que llegan a la
heliosfera, y penetran en ella, van a verse bastante amplificadas en las
próximas semanas, dándonos una oportunidad magnífica de trabajar en nuestro
propio crecimiento personal. Estos efectos se notarán con más fuerza y pesadez
en las líneas temporales más densas o negativas, y con más ligereza y de forma
más “etérica” en las líneas más altas y positivas.
La puerta está abierta, las
posibilidades de cambio están aquí para todos
¿Qué sucede cuando impacta tanta energía sobre el planeta? Que
las capas no físicas, primero, se ven afectadas. La primera noticia, por
supuesto, es que la malla energética “de control”, va a sufrir daños bastante
importantes, en el sentido de que es una capa que, por el bombardeo de lo que
nos va a llegar, en los próximos meses, se va a ver muy debilitada. Esto tendrá
varias consecuencias, ya que al haber menos “restricción” energética, permitirá
a más gente expandir, consciente o inconscientemente, su conciencia. Esto
produce pequeños “despertares” en las personas, lo cual no significa nada más
que habrá mucha más gente planteándose cuestiones que ahora mismo ni tan solo
cruzan por sus mentes: sobre su vida, sobre quiénes son, sobre su alma, su ser,
su relación con el universo, y cosas así. Es simplemente el efecto de una
apertura energética debido a la eliminación y disminución de los muros de
nuestra conciencia.
Y es que cuando rompes las barreras energéticas que mantienen el
planeta “enjaulado”, aunque sea poco a poco, es imposible que los seres humanos
no expandan, porque es natural en ellos, su propia conciencia hacia niveles más
altos. Los que empiecen a despertar ahora, en los próximos meses lo harán así,
preguntándose simplemente que hay más allá de la vida, del ser físico que son,
de su relación con el cosmos y la Creación, de este paradigma en el que vivimos
y de lo que sale en las noticias, etc..
Evidentemente, a mayor nivel de conciencia, menores son los
efectos que esta malla “negativa” tiene sobre las personas actualmente, así que
muchos seres humanos, que ya no se ven prácticamente influenciados por ella,
obviarán esos efectos en su sistema energético, psíquico y mental, porque ya
han traspasado estos primeros velos.
Impacto en el inconsciente
colectivo
El segundo punto o cambio más radical se va a empezar a producir
en el inconsciente colectivo del ser humano, pues formamos otra gran capa que,
a nivel del plano mental, rodeamos el planeta, y, por ende, no estamos exentos
de la interacción con las energías del exterior que entran en la Tierra. Si al
romper la malla negativa y colarse más energía de alta vibración muchas
personas individualmente podrán empezar a expandir su conciencia, también lo
haremos a nivel de las diferentes mentes arquetípicas que conforman el sistema
de mente colectiva humana. Todo el inconsciente colectivo, como una macro
piscina energética que rodea la Tierra, y a la que estamos todos conectados, se
verá también inundado de potentes vibraciones. Y recordad que nuestro inconsciente
colectivo se encuentra, por decirlo de alguna manera, “debajo” de la malla “de
control”, frecuencialmente hablando.
Para entenderlo, podemos imaginar que somos como un cristal, y
todas estas energías como un martillo, que viene a golpearnos y rompernos
(energéticamente hablando), o, podemos imaginar que somos un hierro al rojo
vivo y vienen a moldearnos para darnos una forma más bella, armónica y con un
resultado espectacular, la transformación del hierro sin forma en una hoja
brillante, pura y elegante.
Aquellos sistemas de creencias y grupos arquetípicos mas
rígidos, por ejemplo los religiosos, por ser más “estancos” y menos flexibles,
serán como el cristal frente al martillo, se romperán un poco, mientras que
otras partes del mismo inconsciente colectivo más abiertas al cambio se
moldearán y transformarán como el hierro en algo mejor, más trabajado, más
puro. También es verdad que donde hay más población, impacta de diferente
manera, con más fuerza, que donde hay menos, pues el campo de conciencia creado
en una ciudad no es el mismo que el creado en una pequeña aldea más aislada.
Esto no quiere decir que las personas a nivel individual cambien
radicalmente de un día para otro. Lo que pasa en los planos superiores,
energéticos, tiene su repercusión a nivel físico con mucha lentitud, y todo
depende de la conexión que cada uno tenga con su porción de la mente grupal que
compartimos. Todos, estamos influenciados por la mente colectiva de la región,
del país, la raza o la creencia bajo la que vivimos, cada una con su propio
campo morfogenético superpuesto uno a otros. A medida que se van moldeando,
transmutando o destruyendo, nuestro cuerpo mental, principalmente, sufrirá
también cambios, que siguen a los cambios de esas mentes arquetípicas que nos
definen, y propiciará, con el tiempo, que la conciencia se expanda cada vez
más, y cada vez más rápido. Así, los que aprovechen este “martillo” energético
para su crecimiento personal, tendrán durante los próximos meses una
oportunidad de transformación a un ritmo más rápido que los que se resistan a
ello y lo vivan como el cristal vive el golpe del martillo, ya que estos
últimos se notarán, entonces sí, revueltos, por el desmoronamiento de
estructuras de las cuales no son del todo conscientes, pero que les mantienen
estancados y sin posibilidad de expansión.
Trabajando a favor del cambio, en
uno mismo
Ahora, aquí viene el concepto que quiero a tratar de transmitir
en este artículo. Estas energías son tremendamente beneficiosas, pero todo
depende desde el ángulo desde el que se miren, como ya habéis visto con el
ejemplo anterior.
Leía en la red sobre el choque energético que vamos a recibir,
sobre los problemas que puede traer, sobre las disrupciones, caos y confusión
que pueden provocarnos, y quizás sea correcto, en algunos casos, sin embargo,
se trata de todo lo contrario, al menos si queremos verlo, no desde el lado de
la preocupación, sino desde el lado de la oportunidad. Para hacer lo segundo,
hay que trabajar conscientemente con esta energía, olas, ondas, que ya están
llegando, y no hace falta esperar ninguna fecha en particular para ello en
absoluto.
La energía está viva, habla con
ella
Toda energía en el universo tiene conciencia. Es tremendamente
importante reconocer esto. No hay un solo átomo en la Creación que no tenga la
marca del creador, y la conciencia del mismo. Los grandes caudales energéticos
con los que nos estamos tropezando mientras recorremos la galaxia están vivos,
y su amplificación por parte de la posición de los planetas del sistema solar
respecto a la Tierra en estos momentos nos da una gran oportunidad para
conectar con ellos.
La forma de hacerlo es tan simple como efectiva, queremos pedir
que la forma en la que estas energías impacten en nosotros lo hagan de una
forma personalizada, y provechosa para nuestro camino individual, y luego,
pedir que nuestro camino personal pueda servir para ayudar a otros en el suyo.
Podemos pedir que se regule la intensidad en nuestro ser del impacto personal
que vayamos a recibir, dependiendo de la cantidad de catalizador que cada uno
desee, pues tenemos más poder del que nos pensamos y todo esto es perfectamente
viable y sencillo de hacer. Y no hay que esperar a ninguna fecha especial para
ello, como os decía, pues esta energía ya está entrando por todos lados,
y es consciente, y se alegra de que se las reconozca como tal y se desee su
cooperación, en vez de recibirlas con miedo y preocupación por el efecto que
puedan causar. Cada paso que demos en nuestro crecimiento trabajando
conscientemente con estas fuerzas, es una alegría para ellas, para nuestro ser
interior, y para toda la creación, porque reconocemos que estamos conectados y
que todo ayuda siempre a todo.
Entrad en meditación y haced una petición a las energías, de
forma genérica es suficiente, que entran en estos momentos a través de las
conjunciones y cuadraturas que provocan las alineaciones de planetas. No dejéis
que los procesos mentales y lo que tenemos implementado en nuestra psique nos
haga percibir estos cambios y detonantes como negativos, pues no hay que
pararlas, protegernos de ellas o luchar contra esos cambios, sino que hay que
trabajar a favor y por el cambio, en uno mismo.
La Tierra también sigue su propio
proceso
Para la Tierra, el proceso es idéntico, aunque en otra escala.
El proceso de depuración que vive, de limpieza interna, es el equivalente a los
cambios que nosotros sufrimos en nuestro organismo, el cuerpo humano, cuando
crecemos y evolucionamos, de forma que constantemente nuestras células,
órganos, tejidos, se regeneran, cambian, y se modifican. Así pasa igual con el
cuerpo del planeta y así usa ella estas mismas energías para sus cambios y
crecimiento.
Que la Tierra aproveche estas fuerzas que le llegan para
limpiarse, y transmutar aquello que debe transmutar, y que los mares, y los
volcanes sean benévolos con las llamas que moran en su superficie.
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