El cuerpo, como todos sabemos, es nuestro soporte físico, el cual nos pemite vivir en este planeta. El alma, Nephesh para los hebreos, es también otro cuerpo, pero mucho más sutil que el físico, ya que se encarga de dar cabida al espíritu como receptor de éste, así como el cuerpo físico facilita al alma poder en cargar en densidad es tan altas el origen de todo es el espiritu, que se encuentra más allá de todo lo que conocemos. El espiíritu es lo que somos realmente: La Fuente.
El espíritu para poder manifestarse en la realidad de forma individual creó lo que se conoce como almas. Muchas almas fueron creadas hace tanto tiempo que es imposible definirlo, aunque en realidad no existe el tiempo tal y como lo conocemos.
Cuando transcurrió una fase de evolución de las almas y muchas de ellas se fueron adentrando en densidades mucho mayores, surgió la necesidad de crear un vehículo, un soporte que pudiera dar cabida a las almas en estas densidades. El cuerpo físico es una obra de creación impresionante que nos permite vivir esta experiencia y evolucionar a una velocidad enorme dentro de nuestra galaxia de forma que sin él no podríamos hacerlo.
Por ello hablamos de que el cuerpo físico es sagrado y en estos momentos es nuestro cuerpo más importante de todos, ya que es el que nos permite alcanzar la trascendencia en la Tierra, lo cual es el objetivo final de todas las personas. A través de él podemos conectarnos con la energía de la Madre Tierra para canalizar la mayor cantidad de energía luz posible y elevarnos junto con el planeta y todos los seres que lo habitan como parte de él.
Cuando en un futuro cercano hayamos realizado esta tarea, entonces podremos dejar el cuerpo físico, ya que tendremos que volver a trabajar con cuerpos que nos faciliten la relación con energías más sutiles, esto es, la cuarta y quinta dimensión, que es el escalafón inmediatamente contiguo al que nos encontramos y que es al cual nos estamos dirigiendo en estos momentos.
Posteriormente alcanzaríamos la sexta y séptima dimensión de las cuales desde esta dimensión podemos recibir información, pero para acceder a ellas se utilizan vehículos más sutiles. Hay que señalar que en realidad todos los seres que habitamos este planeta, además del cuerpo físico alma y por supuesto espíritu, poseemos todos los vehículos intermedios para coexistir en todas las dimensiones a la vez, ya que no olvidemos que somos seres multidimensionales y que todas las dimensiones se encuentran implícitas en el resto.
Lo coherente ,por tanto, es centrarnos en la evolución del cuerpo más denso en el que nos movemos, en este caso el cuerpo físico, ya que más adelante iremos desarrollando otros cuerpos más sutiles en los que el alma también vive, pero que no es algo relevante en el momento actual, ya que el paso máximo de evolución que un se puede alcanzar se realiza en el plano más denso que existe, que es el plano físico en el que nos encontramos.
Por ello, la mayoría de las personas que se encuentran la Tierra no es que sea más importantes que el resto de seres del Universo, pero si han completado o lo están haciendo, una fase de aprendizaje mucho más trascendente que se corresponde con la evolución de esta galaxia, que era como densificar al máximo la luz a una vibración tan baja para luego elevarnos todos conjuntamente.
El día en que la materia sea consciente del espíritu y se haya atravesado todas las barreras que por ahora hay en cada uno de los cuerpos de los que se compone el ser para su comunicación entre ellos, entonces se habrá completado un proceso de aprendizaje fundamental. Por eso es tan importante la conexión con otros planos de consciencia, porque la evolución tiende a la integración consciente de Todo.
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