Nada de la Creación tiene que ser aniquilado, pero es necesario comprender cual es su lugar en
ella.
Cuando conocemos el lugar que ocupan las cosas en la Creación, no
hay necesidad de eliminar nada y sabremos cómo relacionarnos con todo y
obtener lo mejor de cada cosa.
Se dice que no hay nada superfluo en la Creación, sino que es una
falta de conocimiento lo que nos hace creer que hay cosas superfluas. Los
recursos de la Naturaleza no son superfluos pero son mal utilizados debido por
nuestra falta de conocimiento. Hay un dicho que dice: "No hay nada
superfluo en la Creación sino cosas que se utilizan mal".
Creer que la mente, los sentidos y el cuerpo
son los enemigos se debe a un conocimiento a medias. Cuando se nos da el medio más sofisticado para hacer las cosas y no sabemos como
utilizarlo, naturalmente nos parece pesado; pero nada más que conocemos su
utilidad, ese mismo peso se convierte en una facilidad.
Normalmente lo que solemos ver como un peso
no es sino nuestra falta de entendimiento respecto a ello.
Si hay una persona cercana a nosotros que parece ser un problema y
no tenemos manera de evitarla hay una manera superior de entenderlo y es que la
Naturaleza quiere enseñarnos algo a través de ese medio. Deberíamos estar
abiertos para ver qué es lo que tenemos que aprender de esa persona a través
de esa situación. Esto generalmente no se da por que tenemos opiniones fijas.
Para redondear esa fijación y hacernos adaptables, la Naturaleza
nos ha dado el concepto de convivir. Cuando nos relacionamos con gente en un
grupo, los ángulos rozan unos contra otros y se vuelven gradualmente redondos.
Incluso el hombre y la mujer que viven
juntos pueden haberse fijado sus propios objetivos para esa convivencia, pero
la Naturaleza tiene otros designios para ellos. La mujer está representada por
la energía de Venus y el hombre por la energía de Marte. Mediante su
interacción mutua, la influencia de Venus sobre Marte hace que éste se
suavice, y la interacción de Venus con Marte hace que éste se vuelva fuerte.
De este modo la mujer adquiere gradualmente poder y el hombre se vuelve más
suave cuando viven juntos.
Ambos aprenden a vivir uno para el otro, lo
cual es una gran lección en la vida, procurar que los demás se encuentren
cómodos, y hacer cosas que complacen a los demás y hace que se encuentren
cómodos. Cuando viven juntos, hacen que nazcan hijos y ambos empiezan a vivir
para ellos. Podemos tener ciertas preferencias y cosas que no nos gustan, pero
los sacrificamos en aras de nuestros hijos, cosa que no haríamos si no fuera
por ellos. Así es como la Naturaleza nos enseña a adaptarnos y hace
desaparecer la fijeza de los puntos de vista en lo referente a nuestras
preferencias y aversiones.
Cuando hacemos una vida de grupo como ésta
con gente de diversos temperamento y personalidades, cada uno, además de ser
un complemento, es un desafío para el otro. Las aristas se pulen cuanto más
nos relacionamos. Esta es la manera en que la Naturaleza nos enseña mediante
la relación, y cuando esto tiene lugar se comprende mejor el papel que cumple
cada cosa.
Hay gente que siente la vida familiar como
un peso, pero hay también gente que cree que la vida familiar es todo. Todo es
cuestión de nuestra capacidad de manejar una situación particular. Para el
que no sabe cómo manejar un automóvil y se le regala un Mercedes Benz, será
un peso; pero deja de ser un peso una vez que sabemos conducir, y al contrario,
se convierte en una facilidad.
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