martes, 10 de noviembre de 2015

NADA ES SUPERFLUO, TODO TIENE UN PROPOSITO

Nada de la Creación tiene que ser aniquilado, pero es necesario comprender cual es su lugar en ella.

Cuando conocemos el lugar que ocupan las cosas en la Creación, no hay necesidad de eliminar nada y sabremos cómo relacionarnos con todo y obtener lo mejor de cada cosa.

Se dice que no hay nada superfluo en la Creación, sino que es una falta de conocimiento lo que nos hace creer que hay cosas superfluas. Los recursos de la Naturaleza no son superfluos pero son mal utilizados debido por nuestra falta de conocimiento. Hay un dicho que dice: "No hay nada superfluo en la Creación sino cosas que se utilizan mal".

Creer que la mente, los sentidos y el cuerpo son los enemigos se debe a un conocimiento a medias. Cuando  se nos da el medio más sofisticado para hacer las cosas y no sabemos como utilizarlo, naturalmente nos parece pesado; pero nada más que conocemos su utilidad, ese mismo peso se convierte en una facilidad.

Normalmente lo que solemos ver como un peso no es sino nuestra falta de entendimiento respecto a ello.

Si hay una persona cercana a nosotros que parece ser un problema y no tenemos manera de evitarla hay una manera superior de entenderlo y es que la Naturaleza quiere enseñarnos algo a través de ese medio. Deberíamos estar abiertos para ver qué es lo que tenemos que aprender de esa persona a través de esa situación. Esto generalmente no se da por que tenemos opiniones fijas.

Para redondear esa fijación y hacernos adaptables, la Naturaleza nos ha dado el concepto de convivir. Cuando nos relacionamos con gente en un grupo, los ángulos rozan unos contra otros y se vuelven gradualmente redondos.

Incluso el hombre y la mujer que viven juntos pueden haberse fijado sus propios objetivos para esa convivencia, pero la Naturaleza tiene otros designios para ellos. La mujer está representada por la energía de Venus y el hombre por la energía de Marte. Mediante su interacción mutua, la influencia de Venus sobre Marte hace que éste se suavice, y la interacción de Venus con Marte hace que éste se vuelva fuerte. De este modo la mujer adquiere gradualmente poder y el hombre se vuelve más suave cuando viven juntos.

Ambos aprenden a vivir uno para el otro, lo cual es una gran lección en la vida, procurar que los demás se encuentren cómodos, y hacer cosas que complacen a los demás y hace que se encuentren cómodos. Cuando viven juntos, hacen que nazcan hijos y ambos empiezan a vivir para ellos. Podemos tener ciertas preferencias y cosas que no nos gustan, pero los sacrificamos en aras de nuestros hijos, cosa que no haríamos si no fuera por ellos. Así es como la Naturaleza nos enseña a adaptarnos y hace desaparecer la fijeza de los puntos de vista en lo referente a nuestras preferencias y aversiones.

Cuando hacemos una vida de grupo como ésta con gente de diversos temperamento y personalidades, cada uno, además de ser un complemento, es un desafío para el otro. Las aristas se pulen cuanto más nos relacionamos. Esta es la manera en que la Naturaleza nos enseña mediante la relación, y cuando esto tiene lugar se comprende mejor el papel que cumple cada cosa.


Hay gente que siente la vida familiar como un peso, pero hay también gente que cree que la vida familiar es todo. Todo es cuestión de nuestra capacidad de manejar una situación particular. Para el que no sabe cómo manejar un automóvil y se le regala un Mercedes Benz, será un peso; pero deja de ser un peso una vez que sabemos conducir, y al contrario, se convierte en una facilidad.

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