Una piedra celestial de
transformación; un catalizador de sanación nacido de una estrella
Estas
bellas y poderosas piezas de moldavita vienen como una invitación inesperada de
los cielos. Nos invitan al hogar, a lugares dentro de nuestra alma que recuerda
las estrellas. La moldavita es una piedra preciosa verde translúcido de un solo
meteorito que cayó en la Tierra hace 15 millones de años en la República Checa.
La
moldavita es una piedra preciosa "extraterrestre" encontrada en el
Valle del Moldava en Checoslovaquia. Un catalizador de sanación e integridad
nacido de una estrella. la moldavita abre las puertas a nuestro destino. La
sanación puede ocurrir en el cuerpo físico, en el sistema de chakras, cuando
soñamos, en las carreras o las relaciones. Al invitar a la moldavita a nuestra
vida, ya le hemos dado permiso para liberar, cambiar y transformar.
La
moldavita se asocia con el corazón, el tercer ojo y el chakra de la coronilla,
es una piedra poderosa. La moldavita en cualquier forma aumenta la intensidad y
claridad de los viajes internos. Cuando llevamos puesta una pieza de moldavita
o simplemente la sostenemos, puede producir reacciones instantáneas. No es un
poder para perder el tiempo, su vibración es tan elevada que la exposición
excesiva puede ser abrumadora. La vibración que las personas sienten en su
pecho se debe a que la moldavita abre los chakras del corazón y del timo
instantáneamente.
La
moldavita es una piedra rejuvenecedora superior, puede estimular la realización
personal y ralentizar el proceso del envejecimiento. Ayuda a retener la
memoria, protegiendo contra el deterioro mental. Ayuda a equilibrar las
alteraciones de los impulsos eléctricos del cerebro. La moldavita no tiene
precio para acelerar el despertar psíquico y el crecimiento espiritual.
Mientras se use o se sostenga la moldavita, las soluciones a los problemas
llegarán rápidamente, se volverán claros si se esfuerzan.
La
existencia de la moldavita precede a la historia; hace más de 25.000 años, los
pueblos neolíticos de Europa del Este consideraban a este cristal como un
talismán espiritual. Se creía que la moldavita traía buena suerte y armonía a
las relaciones maritales y durante siglos se dio como regalo de bodas.
En la
década de 1960, en el décimo aniversario de su coronación, el gobierno suizo le
regaló moldavita a la reina Isabel II, una hermosa piedra en bruto tallada por
la naturaleza montada en platino y rodeada de diamantes y perlas negras.
También había un rosario de cuentas facetadas de moldavite con una Virgen
tallada hecha para el Papa Juan Pablo II como regalo del pueblo checoslovaco.
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