jueves, 20 de mayo de 2021

LA BATALLA ES CONTIGO MISMO

La batalla es contigo.


Al final, sólo importa lo que te dice tu conciencia.


Lo único que vale es respirar hondo y saldar cuentas contigo mismo. Porque la batalla es contigo, por vencer tus miedos. Por superar tu culpa. Por intentar ser mejor persona. Sin más objetivo que mirarte al espejo y descubrir que estás en paz. Que te quieres. Que te aceptas. Que te perdonas. Que sientes. Que eres más que carne y hueso. Y que, a pesar de los golpes recibidos, no te arrepientes de nada. Que todo es una oportunidad para crecer o un obstáculo que evita que crezcas. Puedes decidir.


Porque las pruebas que valen la pena superar son las propias. Las que, aunque te cueste admitir, sabes que tienes que pasar por ti mismo. Aquellas que te acercan a la persona que quieres ser. Un ser humano íntegro. Alguien que desea ser mejor, aunque sabe que no será perfecto.


Y el ser íntegro se aprende con la práctica, con el hábito, con las ganas. Se aprende acertando y fallando. Aceptando. Perdonando y pidiendo perdón. Se aprende actuando sin máscaras a ser uno mismo. A superar culpas, rechazos y “no puedo”. A valer todo lo que vales. En definitiva, a ser feliz.


Queremos un felices para siempre, pero no queremos esforzarnos aquí y ahora. 

Y es que nada es interesante si tu no estas interesado. Porque esperar un milagro no tiene tanto que ver con el tiempo, sino con la persona.


Y esa persona eres tu. Todo nace en ti. Así que olvida las comparaciones. No caigas en la trampa de pensar que cualquiera es más feliz que tú. Cada cual tiene sus propias batallas que luchar, sus alegrías que celebrar y sus logros de los que presumir. Sólo te puedes cambiar a ti mismo, pero a veces eso lo cambia todo.


No le des demasiada importancia a las críticas, ni critiques. No juzgues sin conocer. No hables mal de otros. Porque no vemos las cosas como son, sino que las vemos como somos nosotros. 


Déjate querer. No te escondas bajo una coraza inquebrantable. Muéstrate tal como eres, porque eres único. No te refugies en falsas apariencias, al final todo sale. Déjate conocer. Deja que te quieran y que te mimen, que te abracen y protejan. Porque todos, en algún momento, lo echamos en falta. Y todos lo merecemos más de lo que creemos. Ten, por tanto, la osadía de ganarte a la gente siendo tú mismo.


Arriésgate. El único lugar donde tus sueños son imposibles es en tus pensamientos. Aunque falles. Porque el aprendizaje es un regalo. Incluso cuando el dolor es tu maestro.


Y siente. Siéntelo todo tanto, que valga la pena quedarse siempre en el presente, en el ahora. Que este momento sea tan maravilloso que quieras que sea eterno. Baila con la vida como si nadie te estuviera viendo. Ama tanto este momento que no te importe el destino. Siéntete tan bien contigo que no necesites huir nunca más de ti.


Confía tanto en ti que cuando parezca que el mundo te dé la espalda, sepas que tienes al mejor aliado de tu parte. Tú mismo. Porque cuando te tienes a ti mismo, no importa que no todo sea perfecto. Porque la diferencia entre ganar y perder es a menudo no rendirse.


Sólo así harás las paces con tu conciencia. Y no hay mejor almohada que una conciencia tranquila

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