Más acerca de la Encarnación

 Acerca de la Encarnación.

Todos ustedes, como el alma que son, han elegido encarnarse en este momento para que brille su Luz.

En otras encarnaciones has estado en otros cuerpos solares, no siempre el que te resulta familiar, sino también para saber que verdaderamente eres ilimitado y expresas y experimentas no solo en la Santa Madre Tierra, sino también en otros planetas y otras galaxias.

Ustedes son los extraterrestres del pasado y el futuro. Entonces, cuando escuchas tu ciencia ficción, no es tanto ficción como es una verdad, una pista para que te des cuenta de lo ilimitado que eres.

Antes de que el alma se encarne, hay mucha planificación y acuerdo acerca de lo que sucede.

Nadie encarnado está aquí en contra de su voluntad. Ahora, algunos dirán: “No elegí esto. ¿Cómo podría elegir esto? No creo que esto sea lo que elegiría”.

Antes de la encarnación, el alma ha elegido no solo la orientación externa del cuerpo, sino también dónde y cómo expresarán y su misión, lo que están acordando.

Cada alma está de acuerdo antes de tomar la encarnación. No hay nadie que se vea obligado a encarnar para sufrir las hondas y flechas de la vida encarnada. Siempre es una elección.

A veces no se siente como lo que hubieras elegido, pero en verdad, lo has elegido, y  avanzas en la vida diaria haciendo lo mejor.

Ahora, no en toda tu vida has sacado el máximo provecho. Ha habido muchas vidas en las que has sufrido y has dicho: «¡Qué demonios!«

Cada vida tiene un patrón, pero no significa que no se pueda cambiar. Puede modificarlo y cambiarlo de vez en cuando, pero el panorama general es uno que ha acordado antes de la encarnación.

A veces tenemos la percepción de que algunas vidas son mejores que otras, pero hay que entender que cada experiencia es voluntaria. Expresar en la encarnación es una elección.

Has estado en este plano muchas veces no encarnado, donde has estado como el ángel, donde flotaste fácilmente dentro y fuera de las encarnaciones de otros.

Has observado y has estado sosteniendo la Luz, pero no la Luz encarnada. 

Para esta vida has dicho: «Está bien, iré y sufriré las hondas y flechas de la vida encarnada, y haré lo mejor que pueda», y tú estás acá ahora.