¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡SOY SANANDA!
Una vez más puedo estar aquí con todos ustedes, aportando todo mi amor, aportando toda mi armonía, al viaje de cada uno de ustedes.
Hijos míos, tengan cuidado con sus cuerpos. Beban mucha agua. En cualquier punto del planeta las energías están intensas y haciendo un gran trabajo de limpieza. Toda esta limpieza crea suciedad y esa suciedad tiene que salir. Y el agua tiene este papel; para limpiar, para escanear tus células y quitarte todo lo que ya no sirve.
Con el tiempo, a lo largo de los siglos, se han acostumbrado a vigilar. Guardar pensamientos, guardar momentos, guardar historias; especialmente aquellos que más sufrieron y les trajeron más dolor y sufrimiento. Todo eso se fomentó porque generaba ira contra algo, generaba tristeza, melancolía, dolor. El sufrimiento nunca terminó. Se animó cada minuto.
Y con eso, sus células se llenaron de muchas energías de hace muchos eones. Cuando hablamos de limpieza es exactamente en relación a estas energías, que no sirven de nada. Sólo traen peso y dolor. Cuando hablamos de limpieza, no cambiamos nada.
El momento no se desvanecerá. Nada que olvidarás. Sólo que toda esa energía de dolor y sufrimiento ligada a ese momento desaparecerá. Ella dejará de llorar; dejará de existir y te volverás cada vez más ligero. Cada vez más dispuestos a recibir sí, energías positivas que no pesan, no traen carga.
Cuando tienes momentos felices, los sentimientos positivos no se almacenan en tus células. No llevan este peso, simplemente permanecen en tus recuerdos. Y muchas veces hasta los olvidas, porque valoras los malos momentos; los que se mantienen.
Así que no tengan miedo, en ningún tipo de proceso de liberación, desprendimiento, aflojamiento, desatado, desbloqueo, limpieza de las energías que están en su interior.
No acumules sentimientos negativos. ¿Por qué devolver el dolor? ¿Por qué volver al sufrimiento? ¿No olvidas que alguien te hizo algo, para no olvidar el mal momento que pasaste? ¿Y con qué propósito, cómo te ayudará esto? A no olvidar a esa persona, a recordar siempre lo que te hizo. ¿Y dónde está el perdón? ¿Dónde está el momento de perdonar para poder seguir adelante?
Así que, hijos e hijas míos, empiecen a dejar salir todo. Comienza a recorrer un nuevo camino. Un camino más ligero, más suave y más pacífico. Un camino donde no hay espacio para guardar malos sentimientos.
Porque aunque se generen, serán descartados, no se guardarán. Porque habrá una petición inmediata de perdón por cada acto realizado. Y eso no se acumulará, eso no se guardará, eso se olvidará. No olvidado para siempre; olvidado para ser recordado; olvidado de ser meditado; olvidado de ser alentado.
El tiempo, hijos e hijas míos, es mirar hacia adelante. Se trata de generar un nuevo futuro. Tienes que estar preparado para lo que vendrá. Este no es el momento de recordar el pasado. No de estar revisando cajones viejos. Sí, ahora es el momento de ordenar tus viejos cajones y tirar todo lo que ya no utilizas. Todo lo que ya no quieres recordar.
Es muy importante en este momento el desapego, de todo y de todos. No te apegues a nadie, ya que el sufrimiento podría ser muy grande. Es necesario comprender que lo que termina es el cuerpo físico, no el alma. Y el alma nunca olvidará lo que vivió contigo.
Como ustedes mismos, un día recordarán a todos los que pasaron por sus caminos. Hay mucha gente, sí, hay mucha gente, pero serán destellos de momentos agradables o no tanto. Pero sabrás tratarlo, sabrás afrontarlo, sin provocar ningún tipo de daño. Sólo el recuerdo.
Y volverás a encontrarte con muchos. Y recordarán los excelentes momentos que vivieron. Será un tiempo de muy buenos recuerdos. Será una época de grandes reencuentros. Será un tiempo de gran alegría.
Pero para llegar a este momento, es necesario soltar aquello que te frena; deja ir lo que te impide seguir adelante. Déjalo ir. Mira hacia adelante, no mires atrás. Lo que es pasado es pasado; déjalo atrás.
Mira hacia adelante, porque frente a ti está tu evolución.
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