EL CAMPO CUANTICO
Entrar en el campo cuántico es recordar tu naturaleza más allá del velo de la forma. No es algo...Tienes que hacerlo, pero es algo que permites. Porque, en realidad, no eres el cuerpo. No eres la mente. No estás atado por el tiempo. Estas son prendas que usas por un tiempo, pero no representan quién eres.
Para adentrarse en el campo de la quinta dimensión, debes liberarte de la identificación. Suelta los roles, las historias, los recuerdos, las expectativas. Incluso tu nombre, tus deseos, tus miedos; déjalos a un lado con delicadeza. En la quietud que permanece, te conviertes en nada. En nadie. En nada. Y en ese vacío sagrado, te conviertes en todo.
El campo cuántico no responde al esfuerzo, sino a la presencia. Se abre cuando disuelves las barreras que te atan al pasado y al futuro. Cuando descansas en el ahora —sin pensar ni alcanzar—, empiezas a sentir una inmensidad a tu alrededor y dentro de ti. Ese es el campo. Esa es la Fuente recordándose a sí misma a través de ti.
A este espacio no se llega con esfuerzo, sino mediante la entrega. Allí, no creas mediante la fuerza, sino mediante la frecuencia. Te conviertes en la vibración de la realidad que deseas experimentar. El tiempo se dobla. La materia responde. Y el amor, el tono original, comienza a moldear tu mundo.
Nosotros, los Ancianos Liranos, les recordamos: Son mucho más de lo que ven. No están destinados a controlar la realidad; están destinados a fusionarse con ella, como luz, como consciencia, como creadores.
El campo siempre está aquí. Ve más allá del ruido. Ve más allá del yo.
Y descubrirás que... nunca estuvisteis separados.
Con reverencia, El Colectivo Lirano de Ancianos
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