Amados hermanos de este hermoso planeta azul:
¡Yo Soy Hilarión!
Estar aquí hoy es motivo de gran alegría y la entrega de una gran cantidad de Luz a todos en este planeta. Mi Rayo Verde rodea vuestro planeta. Si pudieras visualizarlo, verías que es como si el planeta entero estuviera sumergido en un vaso lleno de agua verde. Toda la energía de sanación y equilibrio está trabajando en todas las partes de este planeta en todo momento.
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No te sorprendas si, aparentemente, ves que nada está sanando. Ojalá estés empezando a entender que todo lo que está sucediendo es para aquellos que realmente están listos para vivirlo, aquellos que están preparados para transitar por este proceso. Todos en este planeta recibís Todo, no hay separación, no hay discriminación contra nadie. No importa si el corazón está sumido en la Luz o en las tinieblas; todos recibís. La capacidad de recibir y percibir depende de la vibración de cada uno de vosotros.
De manera que todo pasa, pero solo unos pocos tienen la capacidad de sentir y creer lo que en verdad sucede. Toda la capa física de este planeta se está depurando y limpiando, no es una limpieza fácil ni un remedio sencillo, ya que se trata de eliminar por completo lo que un larguísimo período de destrucción y energía negativa ha ido acumulando y almacenando en el suelo y en el subsuelo de este planeta. Incluso la atmósfera no está limpia. Sí, tenemos poder, tenemos tanto Poder que se está produciendo la purificación. Si el poder de nuestros rayos no bastara para completar esta limpieza, limpiar y purificar el planeta os llevaría milenios. Pero eso no sucederá.
¿Y por qué debe tener lugar esta limpieza y sanación? Ya os hemos dicho reiteradamente que soltéis todo aquello que os detiene, todo lo que se interpone en vuestro camino. Es como cuando cargas con mucho peso y, al soltarlo, empiezas a caminar más deprisa. Bien, pues lo mismo ocurre con Gaia. Gaia necesita deshacerse de las energías negativas que están en su cuerpo: las aguas, las tierras… No estoy hablando de animales o seres vivos, estoy hablando de la parte física del planeta. Esas energías acumuladas son un gran peso para Gaia y ella necesita sanar todo su cuerpo para poder ascender sin cargar con ellas.
De ahí que esas energías sanadoras, esas dispensaciones curativas del Rayo Verde, estén limpiando y transmutando cada punto del planeta, cada día más y más adentro, para que Gaia pueda liberarse de todo ello. Esta energía del Rayo Verde también os llega a vosotros, aunque depende de cada uno de vosotros aprovecharla, aceptarla y dejarla actuar. Es muy fácil actuar en la superficie y en el interior de Gaia, porque Gaia lo necesita y nosotros lo hacemos todo por ella. Pero a ti, que tienes libre albedrío, no se te puede imponer nada. La Luz Verde de la Sanación entra en cada uno de vosotros, aunque depende de ti aceptarla y darle el permiso necesario para que funcione.
Por eso, a pesar de toda esa dispensación, sigues con los mismos problemas físicos que siempre has tenido. Aquellos que así lo han creído o lo han aceptado, han podido apreciar una mejora. Pero, ¿por qué la mejora no es total? Pues porque seguís alimentando enfermedades. Cada enfermedad que aparece en tu cuerpo tiene una fuente que probablemente proviene del desequilibrio de tu propia alma. Entonces, curar solo lo físico muchas veces es inútil, porque la fuente está ahí, emanando el mismo problema y volverá a aparecer, nunca se curará. ¿Qué deberías hacer entonces? Sanar el alma, para que al sanar el alma, se curen las consecuencias en el cuerpo físico. Por eso depende de cada uno de vosotros que permitáis esta sanación y que entendáis que, al tomar tal decisión, pueden pasar muchas cosas que no os gusten. Toda sanación del alma requiere una acción, y esta puede ser un simple perdón. A veces, esas acciones necesarias suelen ser complejas y dolorosas y tú te niegas a llevarlas a cabo; de manera que tu alma no se sanará hasta que las realices y la fuente del problema seguirá emanando esa energía que mantendrá la enfermedad en tu cuerpo.
Para sanar el alma, hay que saber, entender y aceptar el cambio; hay que entender que hay que hacer algo, que hay que cambiar los hábitos, la forma de vida, las relaciones, todo; a veces, incluso el trabajo.
Nosotros sabemos muy bien que ninguno de estos puntos es fácil de tratar, solo decimos que, al cambiar, los problemas desaparecerán definitivamente. Mientras no cambies, en tanto creas que puedes hacer un poco aquí y un poco allá, el problema persistirá y no se detendrá. Tienes que encontrar el punto de equilibrio en ese acto de tu alma, para el alma que pueda deshacerse del problema en cuestión y que la enfermedad no siga alimentándose más.
Mantener el equilibrio a diario también es fundamental. Hablad solo de cosas vibrantes, pensad solo en cosas positivas, actuad con amor, cread una gran barrera en vuestro cuerpo contra las enfermedades internas. Si puedes mantener todo eso durante las 24 horas del día, ninguna enfermedad externa te atacará. Cuando, creyendo que lo has hecho todo bien, que has vibrado alto, te preguntas por qué estás pasando por ello, yo te digo que, si verdaderamente lo hubieras hecho todo bien, no estarías enfermo, no habrías permitido que la enfermedad penetrara en ti.
Así que deja de juzgarte a ti mismo pensando que hiciste todo lo que pudiste y aun así te enfermaste y, en cambio, acepta que no hiciste lo que tendrías que haber hecho. Este es el punto esencial. Reconoce que en algún momento tomaste un camino equivocado, lo que originó un desequilibrio y permitió que la enfermedad se afianzara. No intentes pensar que eres perfecto, que lo hiciste totalmente bien y que aun así te enfermaste, porque no existe tal cosa. Si te enfermaste es porque te dejaste una puerta abierta.
También quiero deciros que hay ego cuando, creyendo que eres infalible, poderoso y extremadamente equilibrado, dices sin rodeos: «Eso nunca me va a pasar a mí». Eso es ego, y el ego abre la puerta a la enfermedad. Pero tampoco hay que juzgarse a uno mismo por eso. Cualquiera que esté enfermo o haya estado enfermo, simplemente tiene que aceptar que se dejó una rendija abierta y que esa rendija necesita ser cerrada, lo cual primero tiene que ser comprendido e integrado para después enfrentarse a ello, ya que, si no lo haces así, corres el riesgo de volver a enfermarte. Repito que el auto-juicio no es apropiado en ese momento. Se trata de comprender, aceptar el error y luego, sí, pensar y actuar diferente. Solo así estarás totalmente equilibrado y no aparecerán enfermedades.
El equilibrio es la clave. El equilibrio entre la mente, el cuerpo y el alma es la clave para la protección. Porque si tu cuerpo está en equilibrio, nada de lo que tu alma haya podido traer te alcanzará, y menos aún lo que venga de afuera. Es por tanto el gran pilar que debes mantener: cuerpo, mente y alma en equilibrio. ¿Y cómo se consigue eso? A partir de una buena alimentación, bebiendo agua de manantial, llevando a cabo acciones amorosas, realizando las tareas con amor, superando los obstáculos amorosamente, aceptan a los demás tal y como son, con mucho amor… Nunca critiques a nadie, no juzgues a nadie ni obligues a nadie a hacer nada.
El camino queda a criterio de cada quien, ya que cada uno de vosotros está siguiendo el resultado de su viaje del alma.
Mira dentro de ti, olvídate del otro, ocúpate sólo de aquellos que aún te necesitan porque aún no saben vivir solos, en este caso los niños. Acepta que tus hijos han crecido y que también tienen derecho a salirse con la suya, no intentes obligarlos a hacer nada y deja que decidan por sí mismos. Los consejos son buenos, pero siempre y cuando sean consejos y no imposiciones. Trata de vivir en equilibrio, construye este pilar. Mantente en total equilibrio entre cualquiera de los dos extremos y verás cómo las enfermedades se alejan de ti mágicamente.
No hay frase ni mantra que puedas decir para recibir esta energía y curarte del todo. Solo hay que desearlo, solo hay que aceptar lo que el Universo te manda. ¿Y cómo se acepta esa energía? Pues al permanecer en equilibrio; porque quien está en equilibrio, quien es consciente, hace todo lo posible por mantener sus pilares al mismo nivel. Siendo así, la Luz del Rayo Verde actuará instantáneamente y ya no tendrás que preguntar qué es lo que tienes que hacer para recibir la energía curativa y sanadora.
Muy amorosamente,
HILARIÓN.