-Interiormente
siente un vacío existencial que solo puede llenar buscando todo conocimiento
holístico del ser y lo esotérico de la vida, de esta manera, comienza a resonar
en su interior la verdad de su existencia, en conexión con su verdadero ser,
alejándose de lo mundano o simplemente perdiendo el interés por éste.
-Las
personas que no acompañan este proceso a quien intenta despertar, o que incluso
juzga o critica desde su desconocimiento, suelen provocar un sentimiento en el
otro de aislamiento social, el cual le hace percibir como estar desconectado de
la “realidad” , interiormente se siente desolado, incomprendido y con una
extraña sensación de tener ideas poco sensatas.
-A
medida que va avanzando en su camino espiritual comprende que es necesario
tener su grupo de pertenencia con los mismos valores y ansias de aprendizaje.
Allí encontrará personas que vibran en la misma sintonía y podrá recuperar el
propósito de su creciente búsqueda espiritual. No obstante, como hemos
mencionado anteriormente, pueden surgir distanciamientos de personas de su
entorno incluso de los más allegados (amigos, pareja, familiar) que no
comparten su particular manera holística y espiritual de entender la vida, e
irremediablemente aquella incomprensión ajena los dejará en un estado de
pérdida.
-La
persona que se vuelca a la espiritualidad, comprende más allá de su religión
las diferencias entre ambas. Para ella la espiritualidad es el camino de
regreso a uno mismo, mientras comprende que la religión no es una sola, sino
muchos senderos que pueden conducirnos también a la búsqueda interna de nuestra
verdadera esencia y ser el detonante para nuestra evolución.
-Permanecer
en un mundo dormido o despertar es una cuestión de consciencia, todos nos
replanteamos en algún momento nuestra existencia y misión, pero los tiempos de
cada uno son necesarios para ese “darse cuenta” y más que respetables para
poder avanzar. Para la persona espiritual no poder encajar o sentirse extraño
en su propia esencia es una cuestión difícil de sobrellevar.
-Cuando
uno comienza a despertar espiritualmente, se hace consciente de sus propias
limitaciones, y emprende un profundo trabajo interno que entiende, durará toda
la vida. El ego, el temor, y el control, comienza a desvanecer en lo que era su
ilusoria realidad y comienza a manifestar la verdad de su ser desde el Amor y
el perdón.
-Cuando
logra despertar del sueño mundano, se ve a sí mismo cediendo en su necesidad de
control, no busca poder en el afuera porque ya lo ha percibido en su interior,
no busca aprobación en los demás, porque ha comenzado a amarse, y no busca
victimizarse de su historia porque ha comprendido que toda circunstancia fue
necesaria para su evolución.
-No
intentará cambiar ni convencer a nadie, pero llevará su Luz a cada vida,
dejando en su andar una huella de sabiduría.
Florencia
Lozada
SOYESPIRITUAL.com
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